Canarias no
tiene nada que ver con España ni geográfica, ni geológicamente. Lo mismo
podemos afirmar con respecto a la climatología, la zoología o la botánica.
Canarias se ubica en el noroeste del continente africano, del que nos separan
95 kilómetros , a marea vacía porque a marea llena son menos, distancia medida
desde Gran Tarajal, en Fuerteventura, hasta cabo Jubi, en el Sahara.
Desde el punto de vista geológico Canarias es un
archipiélago de origen volcánico, como demostró hace ya muchísimos años el
eminente geólogo Don Telesforo Bravo, en contra de la opinión de algunos
científicos extranjeros que sostenían la existencia de “un puente” por lo menos
entre el continente africano y las islas de Fuerteventura y Lanzarote, intentando
explicar el hallazgo de algunos fósiles de origen continental, como por ejemplo
las huevos de avestruz. Recientemente se han hallado nuevos fósiles en
Lanzarote cuyo origen sigue siendo un enigma.
El último periodo glacial empezó hace unos
100.000 años y finalizó hace 10.000 años. Se conoce como glaciación würmiense y
una vez finalizada comenzaron a derretirse los casquetes polares, lo que
originó un aumento del nivel del mar de 120 metros .
Teniendo en cuenta que la profundidad máxima de La Bocaina, el brazo de mar
que separa Lanzarote de Fuerteventura, es de 30 metros , llegamos a la
conclusión de que tanto estas islas, como la isla de Lobos y el denominado
archipiélago Chinijo estaban unidos, formando una sola isla, bautizada por el
palentólogo canario García-Talavera como Mahan[1] en honor al valiente héroe majorero del mismo
nombre por su resistencia y rebeldía contra los piratas normandos. La isla tenía cerca de 300 km de longitud y una superficie superior
a los 5.000 km2 y
probablemente se trata de La
Atlántida de Platón, que la describió con un error
conceptual, dado que La
Atlántida, en este caso, no se hundió, sino que fue el mar el
que subió su nivel, cubriendo una superficie importante de La Atlántida, separando
Lanzarote de Fuerteventura, así como Lobos, La Graciosa, Montaña Clara,
Alegranza y hasta los Roques del Este y del Oeste.
Canarias está situada a 28º y 29º norte del Ecuador,
próximas al trópico de Cáncer, lo que en teoría daría lugar a un clima
caluroso, que se modera por los vientos que soplan de las altas presiones de
los dos hemisferios a las bajas presiones ecuatoriales. Se trata de los vientos
alisios, cuya intensidad depende del denominado anticiclón de las Azores y es
directamente proporcional a la distancia entre el anticiclón y Canarias,
distancia que varía entre el invierno y el verano. En verano el anticiclón se
aleja de Canarias y los alisios vienen cargados de humedad al permanecer más
tiempo en contacto con el mar. Los alisios presentan dos componentes, superior
(por encima de los 1.500 metros , que originan altas temperaturas y aire seco)
e inferior (hasta 1.500 metros de altitud, con temperatuas más suaves y aire
húmedo), dando lugar por lo tanto a una inversión térmica. El segundo
componente climatológico de Canarias viene determinado por la corriente fría de
Canarias procedente del Golfo de Méjico y es fría porque los alisios retiran
las aguas marinas superficiales hacia el Oeste (hacia el Océano Atlántico) y en
consecuencia ascienden las aguas frías de las profundidades. El tercer
componente climatológico canario viene determinado por el siroco procedente del
continente africano, que origina la calima.
El clima junto con el relieve han originado una de las
floras más exóticas del mundo, destacando los pisos de vegetación en las islas
de mayor altitud, que incluyen el tabaibal-cardonal, el fayal-brezal, el bosque
de laurisilva, el pinar y las leguminosas de alta montaña, dando lugar a
ecosistemas únicos a nivel mundial, que han despertado el interés de Canarias
en la comunidad científica internacional desde la antigüedad, interés que sigue
siendo más actual que nunca si cabe.
Otro tanto cabe decir de la fauna. Canarias es una de
las cuatro zonas del planeta elegida por los cetáceos, en cuyas aguas viven
hasta 30 especies, algunas de ellas en peligro de extinción, más ahora con la
autorización de las prospecciones petrolíferas a Repsol, la mayor empresa
española por facturación, presidida por el Sr. Brufau, cuyo salario fue de 7,8
millones de euros en 2011, poseedor de un contrato blindado de tres anualidades
y una anualidad más si no se compromete en el plazo de un año, después de haber
finalizado su relación contractual, con una empresa rival.
Es difícil encontrar en todo el planeta un área de
mayor biodiversidad que la descrita para Canarias, cuya característica más
destacada es el gran número de endemismos, que son especies autóctonas y por lo
tanto específicas de aquí, de Canarias. Estos datos son conocidos desde hace
mucho tiempo, siendo fácil el acceso a los mismos, divulgados en los medios de
comunicación masiva así como en las revistas especializadas, fundamentalmente
de rango internacional, estudiándose también en las instituciones académicas,
por lo que resulta bochornoso oír decir, incluso a algunos profesores, no
todos, dicho sea en honor a la verdad, cuando se refieren a Canarias “Aquí, en
España”.
De forma interesada el colonialismo español, en
ocasiones de forma subliminal y en otras no tanto, oculta y tergiversa la
realidad canaria. No hace tanto tiempo situaban a Canarias en los
informativos-desinformativos en un recuadrito junto con las islas Baleares y
hubo incluso un pleno del Congreso en el que se acordó “desplazar” el archipiélago
al sur de Portugal, en otro insulto más a la inteligencia de los ciudadanos.
Con esa comunidad de mercaderes denominada actualmente
Unión Europea la situación informativa no sólo no ha mejorado sino todo lo
contrario: ahora nos sitúan junto con todas las colonias que, además de España,
poseen otros países, como Martinica, La Reunión, Azores, Madeira, etc.
Esta falta de rigor se extiende a la propia
denominación de España, a la que se refieren con aquello de “La Península”, como si sólo
existiera una y no fueran penínsulas las de Jandía en Fuerteventura, Anaga en
Tenerife, Italia o el Yucatán, por cierto nombre impuesto también por el
colonialismo español, pues cuando comenzó la ocupación mejicana y se produjo el
encuentro de los españoles con los nativos preguntaron los primeros, para
confeccionar un mapa de la zona “¿Cómo se llama esto?”, a lo que contestaron
los interpelados “Yucatán”, que quiere decir “No te entiendo”, lo cual era
bastante lógico, pues los forasteros al servicio del colonialismo acababan de
arribar y no habían tenido tiempo de imponer, por la fuerza de las armas, su
idioma, como ocurrió posteriormente.
Eso sucedió hace más de 600 años, pues la negra y
triste historia del colonialismo tiene un amplio recorrido y cuando menos
resulta esperpéntico que el esquema se siga reproduciendo fielmente en la
actualidad. Canarias no es España, sino una colonia española que es muy
distinto. Lo que se pide tanto a la administración colonial como a la canaria a
su servicio es fácil de entender y consiste en hablar con propiedad y
corrección.
Movimiento UPC
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