miércoles, 2 de abril de 2014

CORSOS EN LAS ISLAS CANARIAS



1751 Agosto 24.
La isla de La Gomera recibe la visita del hugonote Jean de Capdeville con cinco naves, cuatro francesas y una inglesa, para atacar con dureza la villa de San Sebastián. Los gomeros no pueden resistir el desembarco y tienen que retirarse tierra adentro, lo que permite a los corsarios saquear, quemar y destruir gran parte del lugar. Seis días más tarde, y después de discutir sobre asuntos de religión con los prisioneros, entre ellos con el cura, se les ejecuta arrojándolos al mar con pesadas piedras al cuello. Unos días después, ya recuperado el conde don Diego de Ayala de su primera derrota, ataca por sorpresa a los franceses y consigue expulsarlos de la isla. (José Luís Fortes Gutiérrez)

1572 Diciembre.
Llega al puerto de Arrecife una galera francesa de La Rochelle con  treinta hugonotes como tripulantes. Traían consigo una nave de pesca que habían apresado viniendo de la costa africana hacia la Península, con el fin de obtener el pago de un rescate por ella, por su carga y por los tripulantes que no habían muerto en la contienda. El conde de la isla permitió la operación obteniendo gran beneficio de la misma; los vecinos también negociaron con los hugonotes vendiéndoles diversos productos. En la relación comercial mantenida no faltó oportunidad para hablar sobre asuntos de fe, algo que los hugonotes aprovecharon para hacer apología de la fe reformada y mostrar su disconformidad con el culto a la Vírgen y al Santísimo Sacramento. También criticaron fuertemente la reciente matanza de protestantes del 24 de agosto de 1572, en la llamada noche de San Bartolomé, por conspiración de los católicos. Todo esto sucedió a pesar de que el comisario del Santo Oficio, Luis de Betancor, había amonestado a los habitantes de Lanzarote que no dieran favor ni trataran con herejes. (José Luís Fortes Gutiérrez)

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