lunes, 3 de noviembre de 2014

EFEMÉRIDES DE LA NACIÓN CANARIA



UNA HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS

PERIODO COLONIAL 1431-1440


CAPITULO I



Eduardo Pedro Garcia Rodriguez

 1431. Don Fernando de Calvetos (de Calverita, de Talmonte), de la secta católica de los O.S.H., es nombrado obispo de Rubicón, el 1 de febrero, por el Papa Martín V.


1431. Fray Juan de Baeza, de la secta católica de los O.F.M., primer vicario general de los franciscanos colono en  Canarias, y el seglar guanche Juan Alfonso de Idubaren, van comisionados por los franciscanos y el obispo Calvetos a Roma a denunciar al Papa Eugenio IV los pillajes y esclavizaciones de Guillén de las Casas.

1433. Gil Eanes (el Padre Las Casas, siguiendo a Barros, dice Antón González), portugués, de vuelta de la costa africana adonde fue con propósito de pasar al cabo Bojador (aunque no lo sobrepasó), pasa por Tamaránt (Gran Canaria), con la excusa de defender a los portugueses que se habían querido quedar para ayudar a los indios a recibir la fe, y lleva a Portugal esclavos indígenas de las islas (Hist., I, 18; BAE, XCV, 68b).

1433. Martín de las Casas, obispo de Erbania (Fuerteventura), es trasladado por el Papa Eugenio IV, el 14 de diciembre al obispado de Málaga (¿Acaso por ser indulgente con su pariente Guillén de las Casas?). Así, todas las islas quedan bajo la jurisdicción ecle siástica de don Fernando de Calvetos, colono de la secta católica de los O.S.H., y obispo de Rubicón.

1434. El Papa de la secta católica Eugenio IV le concedió una bula al gomero Chimboyo, refiriéndose a él como "duque" de La Gomera.
1434. El infante portugués don Enrique el Navegante, «secundum vocationem qua vocatus est amplificando christianum nomen», envía una armada conquistadora contra una de las Canarias, cuyo nombre no se menciona (Tamaránt?), con propósito evangelizador y civilizador, según dice el documento portugués por el que consta -posterior, de 1436-. Apenas desembarcados -sigue diciendo- llegaron a bautizar a unos 400 indígenas; otros muchos huyeron a las montañas. Pero, por falta de provisiones (como en 1424), tuvieron que alzar velas para Portugal sin poder conquistar la isla. Y, obligados por el hambre, arribaron a dos pequeñas islas habitadas por cristianos (Erbania y Titoreygatra) donde se entregaron al pillaje.

1434. Gómez Pireis dobló el cabo de Naam, sin mutarse, haciendo lugar frecuentado de Río de Oro. Baldaia, que le acompañaba, pasó por Angra de Caballos, donde encontró al valenciano Jacmes Ferrer, siguiendo a la Punta de la Galera, con intención de pescar lobos marinos, mientras Antâo Gonçalves se presentaba en La Gomera. Aliados de Portugal los naturales,  aceptaron colaborar en la conquista de Benahuare (La Palma). Tomando refuerzos en Erbania (Fuerteventura), Antâo inició guerra, que hubo de abandonar, al comportarse como no debiera, expulsado por los gomeros. Complicada la situación, Guillén de las Casas cedió su parte en Canarias, a Fernán de Peraza, que intentó conquistar Benahuare (La Palma) perdiendo en la empresa a su único varón, Guillén de Peraza.

Molesto por la intromisión castellana, el infante D. Pedro, tutor de Alfonso V, concedió el quinto de las Canarias e islas adyacentes, a Enrique el Navegante, prohibiendo a terceros asomar por sus aguas, sin licencia del infante. Hombre realista, necesitado de punto de aguaje para los pescadores, arrendatarios de sus pesquerías de Bojador, Angra de los Ruivos y Río de Oro, compró Titoreygatra (Lanzarote) a Maciot de Bethancourt, en 20.000 reís de renta anual, situados en Madeira. No aceptó Juan II tenerlo por señor en isla de Castilla, ni lo consintió Peraza. Ofuscado Alfonso V, en 1449 desafió a todos los pontífices y a su colega castellano, cediendo al Navegante el comercio de "Canarea e do Cabo do Bojador", desde el Cabo de Cantín, mintiendo al decir que el tráfico estaba interrumpido, desde hacía 30 años. (L.A. Toledo)

1434. Don Fernando de Calvetos, obispo de Rubicón, acompañado, prohibió hacer la guerra a los canarios y hacerles daño alguno; la cual iba directamente contra el reciente intento de conquista de Gran Canaria por los portugueses, quienes estaban preparando otra armada. Con esta bula el Papa se opone a la conquista como medio o actuación previa para la evangelización.

1434. Según el investigador austriaco Dominik Josef Wölfel, “Entre las varias cuestiones aun no dilucidadas de la historia antigua de las islas Canarias, la más oscura es seguramente la del momento en que ocurrió la conquista u ocupación de la isla de la Gomera por los europeos. Con ocasión de mis investigaciones sobre las islas Canarias en los archivos, encontré un documento de la Curia Romana muy adecuado para aclarar decisivamente aquel problema y hasta quizá, poniendo a contribución todas las otras noticias, para resolverlo de un modo definitivo. Es el documento un salvoconducto por el cual el papa Eugenio IV asegura libre paso aun jefe de tribu de Gomera llamado Chimboyo. Lo descubrí en el Archivo Vaticano, en el tomo 373 de la Registratura Vaticana, folios 78 verso a 79 verso; y después, en el archivo de la Real Embajada Española en Roma, encontré una copia de él, en el tomo XXII/229 Bullarum et Brevarium, folios 143 recto a 146"recto. Mientras que la Registratura Vaticana tuvo a la vista seguramente el original, la copia de la Embajada Española parece basarse en un traslado que en varios puntos se apartaba de aquél.

 “...Como resultado del documento recién descubierto y de su comparación con
otros documentos y hechos, podemos dejar establecido lo siguiente:”

“Gomera tenía aún un príncipe indígena y probablemente varios; aquél se convirtió al cristianismo con su familia y séquito y, por intermedio de algunos europeos, tuvo relaciones con la Curia Romana. Los intermediarios pudieron ser lo mismo españoles que portugueses; pero la existencia de una copia del salvoconducto en el archivo de la Embajada Española en Roma indica que fueron españoles. Gomera no fue nunca positivamente conquistada, sino que recibió simplemente cultura y acepto un señor europeo. La organización matriarcal de las tribus de Gomera subsistió bajo la dominación europea hasta la sublevaci6n de 1488 y el ajusticiamiento de Hernán Peraza el Joven. Hasta entonces no tuvo lugar ninguna inmigración europea digna de mención.”

“Las luchas no eran entre europeos e indígenas de Gomera, sino entre la guarnición lanzaroteña de la torre y los indígenas. Tampoco después existe nada que indique una inmigración más importante.”

“La ocupación de Gomera por los europeos no ocurrió ni antes de 1434 ni después de 1445, y el primer señor europeo de Gomera fue Hernán Peraza el Viejo.”(D.J. Wölfel 1990)

1434. El infante Enrique de Portugal apeló al Papa Eugenio IV para obtener el derecho de conquista en las islas habitadas por paganos, y consiguió una bula pontificia a su favor. El momento no podía ser más peligroso para los pretendidos derechos castellanos: los navegantes portugueses descubrían en 1434 el procedimiento para pasar al S. del cabo Bojador y conseguir el retorno o «volta», cosa hasta entonces imposible, por lo que Canarias era para ellos, a partir de entonces, una escala mucho más interesante en el viaje de ida. Además, el infante Enrique hacía valer ante el Papa sus propósitos misionales, frente a los abusos de los señores sevillanos en canarias, en especial Maciot criado de los Guillen, denunciado aquel año en Roma por el obispo lanzaroteño Fr. Fernando Calvetos, y Eugenio IV emitía otra bula -«Regimini gregis» -por la que prohibía la esclavización, los asaltos y depredaciones contra los aborígenes y sus bienes, porque con ello se perturbaba la tarea misionera, al par que concedía indulgencia plenaria a todos los que manumitieran a sus esclavos canarios.

1435 Agosto 25.
BULA del Papa de la secta católica Eugenio IV, dando poder y facultad para trasladar la catedral de Rubicón a Las Palmas de Gran Canaria.

«Eugenio, obispo, etc. La conducta del romano Pontífice es tan circunspecta, que corrige, revoca, modera o anula algunas veces aquello mismo que había dispuesto, según conoce en el Señor que saludablemente conviene, atendidas las circunstancias de los lugares y los tiempos.

Poco ha que, cooperando la divina virtud, los moradores de ciertas islas que se llaman vulgarmente de Canaria, se convirtieron a la verdadera luz de la fe ortodoxa, dejadas las profundas tinieblas de la infidelidad y la ignorancia, principalmente con el sudor de nuestro venerable hermano Fernando, a quien habíamos hecho obispo con estas miras en aquellos paises, y erigido su silla y lugar Episcopal en una de ellas que se llama de Rubicón, la cual quisimos que se intitulase Iglesia Rubicense. Pero habiendo entendido ahora, que dicha isla está muy expuesta a piratas y salteadores y tan poco poblada que no puede subsistir en ella el obispo ni la iglesia, mandamos por las presentes que esta misma iglesia se traslade a la isla que se llama de Gran-Canaria, y que se nombre justamente Iglesia Canariense y Rubicense para siempre y en todas las edades futuras, Nulli ergo hominum, etc. Dada en Florencia en el año de 1435 de la Encarnación del Se-
ñor, día 25 de agosto, y el quinto de nuestro Pontificado».

1436. El rey Duarte de Portugal, mediante sus embajadores enviados al Concilio de Basilea, suplica al Papa Eugenio IV, en Bolonia, en agosto de 1436, que limite la prohibición de la bula anterior a las islas Canarias habitadas por cristianos y le faculte para conquistar las otras habitadas por infieles y adueñarse de ellas con el fin de convertirlos a la fe (como ya había comenzado a hacerlo el infante) y civilizarlos a los infieles de Canarias los describe la súplica al Papa así: «Has [insulas] indomiti silvestres fere homines inhabitant qui nulla religione coagulati, nullisque denique legum vinculis irretiti, civili conversatione neglecta, in paganitate veluti pecudes vitam agunt» y dice después que son «ferocitate quadam inmanes». Este es, pues, el concepto que, incluso el Papa -debido a tal información- tenía de los indígenas canarios. Estamos ante el antecedente inmediato de lo que se dirá de los indios de América: que eran infrahombres, bestias parlantes.

1436. Llega a las costas de la isla de La Gomera la flota portuguesa encabezada por Tavilla, Picanço y González Atayde, con el fin de reclutar guerreros para asaltar en razzia esclavista la isla Benahuare (La Palma.)
1436. El Papa Eugenio IV, dando por buena la información y declaración de intenciones de la súplica; y «attendentes quod, sicut asseritur, nullus in hoc tuo incepto in aliquo reclamavit aut se verbo vel facto opposuit neque aliquis christianus princeps in eisdem insulis paganorum ullum ius adhuc se habere pretendit...» {nada de esto está afirmado en la súplica; debió de ser información verbal) , o sea, considerando a las Canarias como «res nullius», accede a la súplica de Duárte de Portugal por la bula Romanus pontifex, de Bolonia, a 15 de septiembre de 14367. Se ve que, aunque en 1434 el obispo Calvetos reclamó al Papa contra las acciones de los portugueses y en favor de la evangelización, el rey Juan II de Castilla no se cuidó de reclamar sus derechos sobre las islas. Parece que el Papa no estaba en antecedentes sobre estos derechos y se atuvo al hecho de no haber reclamado Castilla sus derechos para suponer que no les tenía o poder alegar como excusa que no le interesaban.

1436. El rey Juan II de Castilla, por un Memorial de protesta de 27 de agosto de 1436, activa la revocación de la bula anterior y provoca la siguiente del 6 de noviembre.

1436. Fray Francisco de Moya, de la secta católica de los O.F.M., muerto el obispo Fernando de Calvetos, es nombrado obispo de Rubicón el 26 de septiembre de 1436 por el Papa Eugenio IV. Este nuevo obispo morirá en 1441.

1436. El Papa Eugenio IV, por la bula Romaní pontífícís, de Bolonia, a 6 de noviembre de 1436, reforma la anterior bula subordinando la concesión hecha a Portugal a las reclamaciones de derecho que pudiera presentar el rey de Castilla.

1437. Fray Juan de Logroño, de la secta católica de los O.F.M., es nombrado por el Papa Eugenio IV vicario general de los franciscanos de Canarias.

1437. El Papa Eugenio IV, a instancia -sin duda- de Castilla, retoca la bula Rex regum (de 1418 y 1436) subordinando las conquistas de Portugal en África a los derechos que pueda tener el rey de Castilla, publicando la bula Domínator Domínus, de Bolonia, a 30 de abril de 1437.

1438? Don Duarte (posiblemente fue en este momento, pues murió el 9 de septiembre de 1438) ruega a Juan II de Castilla que dé a la Orden de Cristo (de la que era administrador don Enrique el Navegante) dos (Titoreygatra y Gomera) de las islas Canarias (Híst., I, 18; BAE, XCV, 69b y 73a) 8.








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