viernes, 12 de junio de 2015

CUENTOS TRADICIONALES DE PASTORES. “EL CORRAL DE LOS GARAÑONES” (Amurga).


La cultura rural de las islas guarda una riqueza etnográfica de indiscutible entidad y calidad. Cada pueblo, cada cortijo, cada caserío, presenta peculiaridades únicas, manteniendo hábitos inmemoriales por medio de la tradición oral. Hasta hace muy poco tiempo esta costumbre era la única que permitía conservar y transmitir de padres a hijos gran cantidad de acontecimientos, cuentos, tradiciones, usos y formas de ser propios, relatados a través de la niebla del tiempo de generación en generación.

Este saber tradicional de base fundamentalmente oral empezó a tambalearse y desaparecer progresivamente a partir de los años 60 con la llegada del turismo y el arruinamiento de los medios clásicos de la economía isleña: agricultura, ganadería, pesca y empleos artesanales, en aras de una vida más cómoda y moderna. Además el traslado precipitado de mucha de la población de los núcleos del interior a nuevos pueblos crecidos rápidamente en la costa, a la vera de la industria turística, combinado junto con los medios de comunicación que traen la visión de otras formas de vida ajenas, llevan a la visión de una aldea global que uniformiza a las personas y desarraiga a las culturas independientes.

La tradición oral en Canarias se conserva todavía deshilachada en la memoria de nuestros mayores que fueron partícipes y actores de esa cultura en trance de desaparecer. Esa tradición está inédita en su mayor parte, debido al carácter intrínseco de la misma que requiere contadores de historia y audiencias para ellas. Los narradores tienen cada vez menos público que escuche con agrado sus relatos, con lo cual será la desaparición física de estos la que señale el fin de muchos cuentos, pues al no estar escritos desaparecerán sin remedio.

Hasta hace pocos decenios era normal ver a muchos ancianos sentados en las plazas públicas o a las puertas de sus casas relatando sus avatares, sus leyendas y sus cuentos, y además era bastante curioso comprobar que tenían público, especialmente infantil, que los escuchaba con atención y respeto.

Desafortunadamente esta costumbre va desapareciendo progresivamente y cualquier anciano al que se le solicite narraciones o historias del pasado reaccionará con suspicacia y desconfianza la mayoría de las veces.

Por eso tiene un valor excepcional el hallazgo de un narrador dispuesto a compartir y contar sus historias de antes. El cuento de “El Corral de los Garañones” lo escuchamos por primera vez hacia 1988 en la palabra de José García Perera, pastor de Lomo de Maspalomas y Amurga (S.B. de Tirajana). Después la volvimos a oír en boca de otros pastores. Unos la conocían mejor que otros, pero el núcleo de la historia no cambiaba, por lo que dedujimos que el relato tiene raigambre y tradición en la zona. Nosotros nos hemos quedado con la versión del citado José García Perera para transcribirla.

Pero antes de relatar la historia propiamente dicha, situaremos al lector sobre el terreno: Amurga es una isla dentro de la isla. Es un imponente macizo rocoso situado al sur, dentro de la Caldera de Tirajana, emergiendo del terreno circundante hasta los 1131 metros de altura en la meseta del mismo nombre, estando limitado al oeste por el Barranco de Fataga, al este por el Barranco de Tirajana y al sur por el mar. El nombre de Amurga, como quedó dicho, se aplica a la cumbre y por extensión a toda la zona desde lo más alto hasta la costa. Así las localidades de Tarajalillo, Aldea Blanca, La Barrera o el Lomo de Maspalomas pertenecen a la unidad geográfica de Amurga.

No sabemos con total seguridad el significado del topónimo Amurga y aquí apuntamos las diferentes posibilidades:

Origen castellano: Citaremos la definición de la Academia de la Lengua de una palabra de fonética similar, Amusgar : Echar hacia atrás las orejas el caballo o el toro, etc.., en ademán de querer morder, tirar coces o embestir.

Además es oportuno apuntar que los pastores y agricultores de Gran Canaria denominan a una cabra sin orejas como una cabra o jaira murga o un macho murgo. Para este significado no hemos encontrado ningún sinónimo o explicación en diccionarios de lengua castellana.

Origen pre-colonial: En los diferentes manuales de lengua Tamazight (bereber) que hemos consultado, los términos más próximos son el sustantivo Almuggar : Feria anual, lugar de encuentro, romería, y el adjetivo Amgar: Grande.

En la isla de Gran Canaria se encuentran dos topónimos de similares características, a saber: uno es el ya citado Amurga, con las variantes Murga, La Murga y el otro es Amurgar, situado en La Aldea.

La zona de Amurga era propiedad comunal de toda la isla. Cuando el frío apretaba en las cumbres los pastores tiraban para esta parte de la isla, que en los años buenos tiene asegurada el pasto y el agua. La actividad económica de estos lugares – aunque ahora están casi deshabitados – era, hasta bien poco, intensa. Existían grandes ganados, predominantemente de cabras, ovejas y cochinos. Acudían a Amurga pastores procedentes de las zonas lejanas como Valsequillo y Tejeda o de zona más próximas, como ganaderos de Gitagana, Artedara, Fataga, Los Sitios, Aldea Blanca, Sardina o Lomo de Maspalomas (Tirajana). Además habían carboneros que carboneaban entre el pinar y los ogarzos, salineros y pescadores en la costa y pequeños agricultores en vegas aisladas.

La vida diaria de los pastores incluían el encuentro regular entre ellos, con peleas de carneros, apañadas de ganado guanil, así como el intercambio de relatos y cuentos. Una de las historias que se contaban es la que da título a nuestro artículo:” El Corral de los Garañones”.

Este topónimo aparece por primera – o esta es la referencia más temprana de la que disponemos – en el año 1785 [1], cuando el nombre se menciona en los archivos sobre los pleitos sobre la propiedad de las tierras de Amurga; ya que unos pocos querían quedarse con lo que tradicionalmente había sido propiedad comunal de todos los vecinos de la isla.

Garañón tiene un significado claramente ganadero: con el se designa a un animal doméstico macho destinado a la reproducción, un semental equino, sea asno, caballo o, incluso, un camello. En Canarias la denominación se aplica también a los machos cabríos. Y hemos escuchado a algunos pastores decir: “El caballo está engaroñado”, queriendo significar que el caballo está dispuesto a cubrir la yegua. Cuando inquirimos a nuestros informantes por el origen de la denominación del Corral de los Garañones, ninguno nos aclara su origen o el porqué de tal nombre. Este topónimo no aparece aislado y conocemos en la isla de Gran Canaria otras localidades que comparten términos parecidos; Lomo Garañon (Mogán), Los Garañones cerca de la Presa de Hornos, en los Llanos de la Pez y Pargana (Tejeda),Los Garañones (Agaete).

Antes de contar la historia debemos describir someramente el “Corral de los  Garañones”.

Según el pastor José García Perera, el aprisco que él primeramente conoció estaba formado por dos corrales unidos entre sí. Fue la propia familia García Perera la que amplió el corral, dándole la planta actual rectangular, quedando justo en el medio los cimientos de las antiguas paredes.


EL CORRAL DE LOS GARAÑONES[2]


“ Cuentan que había un pastor de Amurga que decidió irse a la isla de Cuba, bien porque no le gustaba la dureza de su oficio o porque varios años secos habían arruinado su ganado, para conseguir un pronto enriquecimiento que se le negaba en su propia tierra. Su padre se quedó con el resto del ganado en el mismo lugar y él se embarcó rumbo a la Habana.

Tras un tiempo en la isla nuestro pastor no hacía fortuna y la vida era tanto o más dura que en Canaria[3].

Dicen que en Cuba hay mucha brujería, así que el hombre en busca de fortuna decidió acudir a un brujo Sajorín para ver si podía poner remedio a sus tribulaciones.

El brujo le dijo:

-La fortuna suya está en Canaria.

-¿En Canaria…? Si yo vengo de allá en busca de mejor suerte…
-Sí, sí señor, en Canaria está su fortuna. Y le voy a decir donde. Está en el Corral de los Garañones, en Amurga. En el centro hay una piedra grande y en ella se echa todos los días un”macho rucio”[4], que entra primero que el resto del ganado.
-¿Y qué es lo que hay allí? –pregunto el pastor intrigado porque le brujo señalaba un lugar que conocía bien.

-Pues allí está la suerte suya. Usted se lleva agua bendita y con ella rocía la piedra, luego la rompe y ahí encuentra la fortuna.

El pastor no tardó en regresar de Cuba a Canarias. Se reunió con su padre y su ganado y pone en obra lo que el brujo le había indicado.

Primero sacan el ganado a pastar y al traer de vuelta el ganado hasta el Corral de los Garañones observan que el primer animal que entra por la puerta es el Macho Rucio y se echa sobre la piedra. El pastor trajo agua bendita y roció la piedra con ella. Luego con un marrón la rompió en dos. En el interior de la piedra había un zurrón lleno de monedas, llenito de dinero”

(Francisco Javier Gil Rodríguez. FEDERACION DE SALTO DEL PASTOR MENTIDERO N.18 )

[1] Vicente Suárez Grimón: La Propiedad Pública, Vinculada y Eclesiástica en Gran Canaria, en la crisis del antiguo régimen. Tomo I, pag.306, año 1987. Cabildo Insular de Gran Canaria.

[2] Jose García Perera, información oral año 1988. Lomo de Maspalomas (S. B. de Tirajana). Pastor de Lomo de Maspalomas y Amurga.

[3] Canaria, la gente mayor de Canarias denomina asi aún la isla de Gran Canaria.
[4] Macho cabrio de color blanco gris.



No hay comentarios:

Publicar un comentario