jueves, 9 de abril de 2015

"EL GUANCHE QUE LLEVAMOS DENTRO"





Los guanches siempre serán nuestra obsesión y por su puesto una pasión que nos empuja a rebuscar en lo mas profundo de de sus orígenes, para encontrar el guanche que llevamos dentro. Raza y nación que a lo largo de los tiempos se nos ha mantenido oculta tras los velos de la ciencia, implícita bajo la creencia de que lo que sabemos de los antiguos pobladores de Canaria es tan solo es el resultado de los continuados esfuerzos por desentrañar la verdad del pasado. y entender mejor esta pasión por los antiguos y a la historia no contada de nuestro más querido mito de origen.

Las Canarias son aquellas mismas Islas Afortunadas que, desde que
empezaron a salir de su estado de olvido en el siglo xiv y cuando todavía las poseían los bárbaros indígenas...», dejó escrito Viera en su dedicatoria a Carlos III de la Historia General de las Islas Canarias», de 1776.Done Viera describe con gran seguridad el estado social de estos antiguos pobladores.

Que los antiguos canarios fuesen una nación original y de costumbres simples, semejantes a las de los héroes y patriarcas, es fácil convencerlo, porque, cualquiera que pase mentalmente los ojos por sus usos, ideas, ceremonias y modos de pensar; que examine su gobierno y su religión; que compare su tenor de vida con el de los primeros hombres, no hay duda tendrá la satisfacción, y aún el placer, de encontrar la naturaleza en toda su simplicidad y primera infancia.

Esta nación de hombres , valientes, generosos, fieros y celosos de su libertad natural y de la independencia de su patria; linaje de héroes atlánticos, que por tantos siglos había existido incógnito a los que con el brillante nombre de conquistadores mudaban el semblante del mundo y que estaba como escondido tras los bastidores del teatro, se vio precisado por último a ceder a la fuerza, a perder la simplicidad de sus ideas, a contraer los vicios y pasiones de la Europa y a desaparecer de la tierra confundiéndose con el resto de las naciones.

El estado de los antiguos canarios era la verdadera juventud de la especie humana; y, mientras ellos se contentaron con sus cabañas rústicas y sus cuevas, mientras se ciñeron a coser con espinas sus tamarcos de pieles, a adornarse con plumas y con conchas de mar, a pintarse los cuerpos con algunos colores bastos, a defenderse con pedernales y dardos de madera, a cortar con tabonas y piedras afiladas, en una palabra, mientras fueron bárbaros, vivieron libres, ágiles, sanos, robustos y felices del modo que es permitido serlo a los mortales. Pero, luego que la conquista vino a quitarles con la patria ese tenor y régimen de vida sencilla, degeneraron los canarios en una casta de hombres oscuros., buscando de nuevo su libertad....

María Gómez Díaz. Abril de 2015.


No hay comentarios:

Publicar un comentario