lunes, 20 de abril de 2015

Afilando el lápiz...



Algunos tertulianos, en sus ansias por ganarse el plato de lentejas con que son recompensados por el poder a quien sirven, se han lucido con la frase estelar de que había que sacar el pesquero ruso del puerto y llevárselo lejos, “porque con tanto combustible a bordo era una bomba flotante...” Naturalmente, 1.400 toneladas de combustible a bordo, es algo bastante serio, pero como ya dije ayer, no justifica la actuación de la ¿capitanía marítima? puesto que habían otras opciones menos peligrosas para el Medio Natural y onerosas para las arcas públicas de esta colonia.

El caso es que estos mismos voceros de los trillizos endogámicos de la política canaria, son los que intentan justificar, contra el sentido común, la regasificadora de Granadilla, cerca de núcleos poblacionales mucho más vulnerables y más habitadas que las instalaciones portuarias del Puerto de la Luz. Pero la cosa tiene su enjundia a poco se analice la cuestión con un poco en profundidad y realismo.

El gas es mucho más volátil que el combustible naval; Este no arde tan rápida y violentamente como la gasolina, ya que necesita ser “pre calentado” a cierta temperatura, como el gasoil normal y corriente antes de que entre en combustión en el interior de los motores navales. Por el contrario, el gas solo necesita que la saturación o mezcla de gas y oxígeno sea lo suficientemente rica como para que una micro chispa, incluso las que se producen en el interior de cualquier pequeño motor eléctrico por el roce de las “escobillas del inducido con el inductor” [Disculpen el lenguaje técnico], para que esta mezcla de gas y oxigeno produzca la gran explosión.

No es lo mismo ser listo e inventar una frase más o menos ingeniosa o que lo parezca, que ser un poco inteligente, porque, ¿Cuántas cientos de miles de toneladas de gas podría almacenar la regasificadora? Convendría que estos mercenarios de la pluma o el procesador de textos que defienden la actuación de la ¿autoridad marítima? y así mismo la regasificadora de Granadilla, tuvieran en cuenta dos datos que seguidamente paso a comentar someramente:

1º- Las llamadas Bombas de Combustible- aire, son bombas de aviación donde el explosivo tradicional ha sido sustituido por combustible a alta presión, que en el momento previo a la explosión es pulverizado por un conjunto de válvulas, en los alrededores de la bomba; Han sido prohibidas pues el poder de devastación es superior a cualquiera otra, del mismo peso, armada con explosivo plástico normal, y no es posible controlar los efectos, es decir, limitar los daños al objetivo contra el que son empleadas [Como si lo fuera con las demás]

2º- En la extinción de incendios, se usaban hasta hace relativamente poco, las llamadas bombetas, que son unos artilugios rellenos de pólvora negra, que al llegar las llamas y prender la mecha o calentarlas lo suficiente, explosionaban; Al producirse la explosión, al igual que en el caso de las Bombas de Combustible- aire, el oxígeno circundante es eliminado, “consumido por la explosión”, con lo cual se apagaban las llamas al no poder “respirar” [Como todos sabemos sin oxígeno no hay fuego]

Si el pesquero ruso era una bomba flotante, lógicamente una instalación donde se almacenan cientos de miles o millones de Toneladas de gas, también es una bomba. Una bomba que puede liberar esa inmensa masa de gas en los alrededores, susceptible de ser transportada por los vientos a gran distancia, con un efecto mucho más devastador que si de explosivo plástico normas se tratara; Además, a los efectos de la onda expansiva y las llamas, hay que sumarle la falta de oxígeno que provoca, con lo que si alguien tuviese la fortuna de sobrevivir a la explosión y el incendio, moriría irremediablemente asfixiado.

Estos son los pequeños detalles, las grandes incongruencias con que los “asesores y expertos” de los trillizos nos obsequian cada día, retórica barata y sin base que, hasta yo soy capaz de ver la carencia de realismo con que son fabricados ex profeso, para justificar lo injustificable y darle apariencia de sentido común, cuando son solo boberías de boberas, henchidos de autosuficiencia; Como aquella fábula del burrito que resopló al lado de la flauta y se creyó un virtuoso de la música, aunque en el animalito se podría entender, pero no en alguien que supuestamente ocupa un cargo de responsabilidad por su supuesta inteligencia y o formación, pero que en realidad lo ocupa por “sus tragaderas y carencia de escrúpulos”.

Desde la Vieja Fortaleza, Rukaden Ait Anaga


17 Abril 2015

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