No lo veo así. Mi trabajo no consiste en
demostrar que alguien miente (no les digo nada en cuanto a pronunciarme sobre
el estado mental de nadie).
En la práctica científica, uno presenta las
fuentes y elabora los análisis de manera sistemática, explícita y uniforme,
facilitando así la información necesaria para que cualquiera pueda verificar el
objeto de estudio, los procedimientos y los resultados sin necesidad de hacer
actos de fe. Porque la ciencia es un método de conocimiento, no una religión. Y si uno no está en condiciones de
probar sus afirmaciones, lo honesto será exponerlas como conjeturas u
opiniones, deslindando bien los campos con las hipótesis y teorías científicas
para evitar confusiones.
Que hay malos profesionales en la ciencia e
incluso manipuladores (personales e institucionales) al servicio de diversos y
obscuros intereses: seguro, como en cualquier oficio, y en una colonia todas
las cautelas están justificadas. Pero quemar cultivos y hasta renunciar a la
agricultura porque existan transgénicos, en fin...
La charlatanería, mejor o peor encubierta, sólo
requiere dos condiciones para desarrollarse: la indecencia del falsario y la
ignorancia de la víctima... Reírle las gracias o no pertenece al arbitrio de
cada cual, aunque no vendría mal considerar también el daño que se haga a
terceros (asunto muy serio, me parece, si hablamos de la integridad de personas
o... la identidad de un pueblo).
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