DOÑA SEBASTIANA BRAVO DE LAGUNA Y DEL
CASTILLO
1988 octubre 1.
Foto y texto del libro de Domingo de Laguna “Personajes
en la vida de Canarias”.
El ayuntamiento de la Orotava adquirió a sus
herederos su mansión, para fines culturales, aunque fue construida por la
familia Suárez, la citada Mansión lleva el nombre de Doña Chana “CASA DE DOÑA CHANA”.
Nació en Las Palmas de Gran Canaria, el 27 de
noviembre de 1908, hija de Don Jacinto Bravo de Laguna y Manrique de Lara,
Diputado Provincial y Diputado a Cortes por Fuerteventura, representante
histórico de la Casa
de Cabrera, conocida por la de los Coroneles de Fuerteventura, falleció
tempranamente, el 30 de julio de 1923, y de Doña Leonor del Castillo y
Matienzo, de la casa de los Condes de la Vega Grande de Guadalupe.
Estudió en el Colegio del Sagrado Corazón, en Ciudad
Jardín, edificio actualmente ocupado por los Salesianos, allí destacó por su
piedad sincera y por sus méritos escolares y alcanzó la distinción de Hija de
María.
En 1926, conoció al que luego sería su esposo, Don
Mariano de Brier y Ponte, Licenciado en Derecho y Juez Municipal de La Orotava , hijo de Don José
de Brier y Casabuena y de Doña Guadalupe de Ponte y Cólogan, hermano de su
cuñado Don Conrado, marido de su hermana mayor Doña María de las Nieves, en ese
tiempo estudiante de Derecho en Deusto, Vizcaya. Simpatizaron pronto, y tras
breves relaciones se casaron, el 25 de enero de 1928, en el oratorio de su
casa, adjunto a la iglesia de San Agustín, su parroquia, en Las Palmas. Ese
mismo año, fijó su residencia en Tenerife, en la casa que su familia política
poseía en la calle Colegio de La
Orotava , y allí vivió hasta 1945, año en que se trasladó a su
actual morada, "La Viñita ",
en la Sidrona ,
magnífica casa, rodeada de espléndidos jardines.
Desde su llegada a la Orotava , Doña Chana, así
es popularmente conocida, con ese afán que la caracteriza, e impulsada por su
espíritu religioso y cristiano, puso sus talentos al servicio del prójimo, y
en 1930, formó como vocal en la organización, presidida por su cuñada Doña
María Cristina Brier de Machado, y con la inolvidable y meritoria Doña María
Hernández y Díaz Flores, la
Catequesis y las Conferencias de San Vicente de Paúl,
destinadas a dar instrucción religiosa y a visitar y atender a los enfermos y
necesitados.
El entonces Párroco de la Concepción y Arcipreste
de Orotava, Don Manuel Díaz Llanos y Bautista, ejemplar sacerdote, de tan grato
recuerdo, necesitó entonces una casa que sirviera de sede a la Acción Católica y
para la obra parroquial, y en 1935, Doña Julia Llarena y Lercaro, Condesa
del Palmar, cedió en arriendo gratuito su edificio, sito en la esquina, en
frente a la puerta principal del templo, y posteriormente, por su testamento,
legó la casa inmediata a la parroquia, con el fin de que fuera la Acción Católica
inquilino preferente. Poco después, ya presidenta Doña Sebastiana, con ayuda de
las otras señoras feligresas, adaptó el edificio, que reparó y dio su actual
aspecto.
Presidenta de la Asociación de Lucha Contra el Cáncer, desde su
creación y durante más de treinta años, hasta ser sustituida, por motivos de
salud, por Doña María Remedios de Ponte y Cullen, presidió también Manos
Unidas, asociación destinada a paliar las más urgentes necesidades en el
Tercer Mundo.
Con Don Mariano, su esposo, compartió siempre sus
inquietudes, quiso con él, fundar un centro religioso, instituto que auxiliara
a los enfermos y desvalidos, siempre tan numerosos. Por Don Leandro Medina
Pérez, entonces Arcipreste y Párroco de la Concepción , de ejemplar
memoria, supo de las hermanas de La
Cruz , de severa regla, dedicadas exclusivamente a la ayuda y
asistencia de los enfermos menesterosos y a la catequesis, y en contacto con
ellas, y la Madre
Corazón que les allanó dificultades, se decidieron al fin a
fundar un convento en La
Orotava.
Falleció Don Mariano Brier, en Madrid, el 13 de Mayo de
1973, y Doña Sebastiana, llenando el vacío de su pérdida con más trabajos, comenzó
los preparativos inmediatos para construir el convento.
Por un buen amigo supo que se vendía una casa grande y
bien situada en la calle de Salazar; puestos en contacto con su propietario,
Don Alonso de Ponte y Llarena XIII Conde del Palmar, y enterado este de la
finalidad de los compradores, primero quiso regalar la casa, pero para evitar
más gastos, vendió a Doña Chana la casa por el simbólico precio de quince mil
pesetas, que luego donó a los Hermanos de San Juan de Dios. La casa fue
reformada, restaurada y modernizada, de modo que en 1974, pudo ser inaugurado
un magnífico edificio, cuya construcción y dirección fue graciosamente dirigida
por Don Antonio de Zárate y Cólogan.
Este Convento de Nuestra Señora de la Candelaria , y sus
Hermanas de la Cruz ,
en los años que funciona se han ganado el cariño, la gratitud y el respeto del
pueblo de la Orotava
y su Comarca.
Doña Chana, esta incansable dama, a quien le fue negada
la maternidad, y desplegó todo su afecto de mujer cristiana y piadosa en su
prójimo más necesitado, es hoy desde la otra atalaya ejemplo de inteligencia y
de bondad.
Garachico, Villa natal de su esposo, que conoce su
generosidad, le rindió, en su ayuntamiento, el 15 de diciembre de 1984,
homenaje por sus desvelos y servicios. La Acción Católica de
Orotava, e 1de octubre de 1988, recordó con una placa su memoria, en emotivo
acto, en el que Don Jacinto Barrios Acosta, entonces Párroco Arcipreste de La Orotava , dijo entre otras
cosas: "…Por eso desde aquí hago una llamada al Excmo. Ayuntamiento ya
quien, corresponda para que se le tenga en cuenta, y dejen constancia para la
posteridad haciéndola hija adoptiva y dedicándole una de las calles…".
(Bruno Juan Álvarez Abreu)
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