No cabe ninguna duda que “el virus con forma de cayado de pastor” responsable de la llamada “fiebre hemorrágica”, suscita no poco temor (Con razón) entre quienes están un poco informados sobre el tema, médicos y militares sobre todo, por razones evidentes. Los primeros porque son sabedores de lo terriblemente difícil que resulta no ya atender a enfermos que sangran por todos los orificios de su cuerpo sin posibilidades de administrar una cura pues no hay ninguna que pueda contra el maldito bichejo, y los segundos porque ante un ataque biológico, ¿Cómo se defiende a las tropas, la dirigencia y a la población civil, de un agente biológico que se transmite “por aerosol”, es decir no solo por contacto directo, sino por el aire mismo como el virus de la gripe común; Es más, ¿Se imagina alguien “el poder que puede ejercer” un país con que solo se sospeche que posee armamento biológico de ese tipo? (Españistán no es la primera vez que trata de hacerse con armamento de destrucción masiva; ¿Lo sabían?)
Los primeros, ante todo, recomiendan la precaución; La mejor manera de evitar que una epidemia de este virus mortal (En un amplio porcentaje de los casos) se extienda por el “estado”, es mantenerlo lejos de este. Es perfectamente loable socorrer a un enfermo, pero también se podría haber desplazado un equipo médico hasta el lugar del contagio y enviar toda la ayuda que sea posible a los damnificados. Todo dentro de una labor humanitaria necesaria y sobre todo “humana”, y en el plano “egoísta”, se evita que haya contagios accidentales “en casa” y, repito, ayudando en el foco de la infección, se impide que esta se extienda y acabe llegando por las fronteras.
Pero lo que más inquietud me suscita, son dos cuestiones. La primera es que me pregunto que si no fueran misioneros católicos los afectados, si el ministerio de defensa español fletaría un avión y correría con los gastos, y se destinaría un Hospital entero y se active el Protocolo Biológico, si fueran cooperantes normales o “rojillos” que ayudan a los saharauis por ejemplo. ¿Haría este dispendio de medios y gastos el gobierno del PP?
Lo segundo que aún me inquieta más todavía, es que estando el ministerio de defensa, en manos de estos “nostálgicos de
Todas estas muestras, extraídas de los monos, se pueden conservar para su uso posterior en la industria armamentística, desde obuses de artillería hasta cohetes o cualquier otro medio que lo disperse en ciudades e industrias básicas o estratégicas del enemigo. Naturalmente, el uso de este tipo de Armas Biológicas está prohibido por tratados internacionales a los que al parecer españistán ha suscrito, pero igualmente está prohibida la tortura, disparar contra la población civil, etc. y como todos sabemos, casi todo el mundo se pasa estas cosas por la parte más sucia del cuerpo. Si no, ahí están los continuos varapalos que tanto
Claro, está la excusa, siempre plausible de la investigación para encontrar un remedio eficaz contra esta terrible enfermedad, pero andando los militares de por medio, como es el caso, uno no puede por menos que compararlo con la tecnología: Es brillante, moderna, permite maravillas y cosas increíbles, para lo positivo pero también para lo negativo, dependiendo de cómo y para que se use; Las dos caras de una misma moneda. Pero no por ello me tranquiliza. Estos “militaristas imperiales”, son muy capaces de intentar hacerlo, y como son tan competentes los gobernantes en ese país, me acojona pensar en las consecuencias de un fallo, una imprevisión, una “genialidad de estos herederos del Cid, porque las consecuencias pueden ser terribles.
Imaginemos por un momento, que se produce un fallo, el que sea. Alguien contaminado sale del Hospital Carlos III, coge un taxi (El virus se propaga también por el aire), contamina al taxista y al taxi; También se contaminan la mayoría de los siguientes viajeros del taxi. Alguno de ellos viaja en avión a distintas autonomías y países. Claro, aunque se hicieran controles, el animalejo en cuestión tiene un periodo de estado “latente”, en el que es difícil detectarlo salvo cuando ya la infección o proceso reproductivo del virus ya está iniciado y es tarde. Si la alarma tarda en darse, porque no todo el personal médico está preparado para reconocer los síntomas de esta “enfermedad tropical casi desconocida”, y los infectados siguen viajando sin control, infectando a nuevos portadores, podríamos estar en una semana ante una catástrofe de dimensiones que, comparada con “las 7 plagas de egipcias”, deja a estas al nivel de simples anécdotas cotidianas sin importancia. No digamos si “el contagio”, se produce con una mutación “más agresiva” del virus, que como todos, evoluciona, y con cada evolución se adapta mejor y se hace más fuerte y virulento.
Y precisamente, en las cercanías del Hospital Carlos III, o de los grandes centros, bases y acuartelamientos militares, suelen haber aeropuertos “de cierta importancia” y nudos de comunicación ferroviarios y de vehículos; Lo ideal para una rápida y descontrolada dispersión del virus. En pocas horas pueden ser miles los portadores dispersos en una gran área geográfica que puede incluir países. Un ejemplo:
“Alguien infectado accidentalmente sale del centro que sea, toma el metro o el tren o una guagua, con lo que infectará a algunas personas (Las más cercanas), que a su vez infectarán a otras en el transporte y a la llegada a sus destinos. Entrar en un bar a tomar un cortado o lo que sea, a un establecimiento, no digamos ir al cine…; Cualquier acercamiento o contacto cercano con una persona, intercambio de fluidos, contacto con objetos, uso de instalaciones o lugares comunes (Ir a un baño por ejemplo), unido a que ni el agua y el jabón o champú normales acaban con el virus, y es inevitable muchas veces el contacto con nuestros propios fluidos ¿Quién no se ha dado un golpe en una mano y se ha llevado a la boca la parte dolorida? (No voy a poner ejemplos más escatológicos) Un simple estornudo repentino y poner la mano delante, girar la cabeza y estornudar en dirección hacia un pasamanos, banco u otro lugar donde, después se apoye o pase la mano alguien y se lleve impregnadas las micro gotas de saliva y o mocos que dejó el otro. Tan sencillo y anodino como eso, significaría una sentencia de muerte para el inocente o incauto (Incautos porque, se sabe que algún tipo de Hepatitis y el Sida se propagan de igual forma- por aerosol y contacto con fluidos infectados, así que…)
Si todo esto se produce en las cercanías de un aeropuerto internacional, las consecuencias serían aterradoras, pues, no habiéndose dado la alarma todavía (Los síntomas de la infección pueden tardar algunos días en ser ostentosamente sospechosos) cada viajero infectará a algunos acompañantes de viaje, que a su vez infectarán a otros a la llegada y se desparramarán por sus países, sembrando la muerte allá por donde pasen.
En fin, quien crea en algo o alguien, que rece, y quien no, las mascarillas de doble filtro y los guantes de látex, solían ser más o menos baratas. Yo no sé Uds., pero yo de esta gente, herederos de aquellos que, al más puro estilo de Josef Menguele, se dedicaron en su tiempo a la búsqueda científica del “gen rojo”, culpable de hacer a la noble raza ibera “malos españoles y peores cristianos”, me creo todas las barbaridades y mentecatadas que me cuenten o pueda imaginar.
Desde la vieja Fortaleza, Rukaden Ait Anaga.
Agosto de 2014.
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