DOÑA FRANCISCA
DE GAZMIRA
Eduardo
Pedro García Rodríguez
Finalmente, tan sólo les quedaba el cantón de
Aceró para dominar la isla, pero allí fueron rechazados una y otra vez por
Tanauzú y sus hombres. Tras los fallidos intentos de los castellanos por
adentrarse en La Caldera ,
Fernández de Lugo mandó a Juan de Palma (este personaje intervino en la
conquista de Chinech=Tenerife), pariente de Tanausú ya cristianizado, para
convencer a éste de que saliera por el paso de Adamacansis para hacer un pacto
de caballeros. Tanausú, ante la insistencia de los contrincantes y para evitar
mayores sufrimientos a su pueblo, accedió a negociar y a firmar la paz, y por
ello fue a encontrarse con don Alonso. Uno de sus seguidores le advirtió de que
podía tratarse de una emboscada, pero el mencey siguió adelante porque no podía
concebir que Fernández de Lugo lo engañara. Los castellanos lo atacaron,
capturándolo junto a su séquito en el lugar conocido hoy como El Riachuelo,
cerca de La Cumbrecita.
La historia recoge que
Tanausú se dejó morir en el barco que le llevaba a la península, ya que
no quiso comer en protesta por la traición. La huelga de hambre le llevó a la
muerte mientras, según la leyenda, pronunciaba constantemente la palabra vacaguaré
que significaría "quiero morir". Una vez concluida la conquista, con
la incorporación de la isla de La
Palma a la corona de Castilla, comienzan a llegar a ella,
portugueses, castellanos y en menor medida mallorquines, catalanes, italianos,
flamencos, etc., atraídos por las riquezas de esta tierra y por las políticas
destinadas a favorecer el asentamiento de población (que incluían ventajas
fiscales). Todas estas gentes, además de parte de la población indígena que
pervivió tras la conquista, forman el tronco de la población palmera actual. En
las últimas décadas, a raíz del auge del turismo, también se ha asentado
población alemana en la isla.
Las
promesas realizadas por el Adelantado Alonso Fernández de Lugo a los awuaras( palmeros)
que hubiesen ayudado en la conquista, asegurándoles vida y haciendas, son rotas
sistemáticamente por la parte vencedora, que llevada de su codicia requisa
ganados y esclaviza, empleando como excusa falsas rebeldías, a numerosas
personas de los bandos de paces. La actividad de Francisca de Gazmira está
documentada a partir de 1494, denunciando ante la Corte los abusos de que era
objeto la población indígena. Entre los hechos denunciados destaca la selección
entre los distintos bandos de 25 muchachos de ambos sexos para enviar como
rehenes a los Reyes y más tarde vendidos como esclavos; grupo al que seguiría,
cinco meses más tarde, otro compuesto por más de cien personas que sigue
idéntico fin, sin mencionar los constantes robos de ganados de que son objeto
estos bandos. Los Reyes se hacen eco de las denuncias planteadas por Francisca
de Gazmira e inician una serie de pesquisas que conducen en 1500 a la
localización y liberación de un grupo de esclavos en Jerez de la Frontera , compuesto por
canarios, gomeros, guanches y, entre ellos, algunos palmeros del bando de
Gazmira.
“Francisca de Gazmira, sintiéndose culpable de
las atrocidades cometidas contra su pueblo por los invasores: “por haber
sido ella intérprete e cabsa de que ellos se confiasen”, quiso pasar a
Castilla, para querellarse ante los reyes, "por sy e por los dichos sus
parientes y naturales", pero esgrimiendo la prohibición de 1491, le
impidieron embarcar. Poco después, la muerte de cuatro esclavos de Alonso de
Lugo, quizá propiciada o provocada por su propietario, sirvió de excusa, para
arrestar a los familiares de Francisca. Secuestradas sus pertenencias, el
“conquistador” probó la gravedad del delito, por la dureza del castigo: “aforcó
injustamente” a dos palmeños, “cabeçeras de vando”, que combatieron a sus
órdenes, so “color” o apariencias de haber inspirado revuelta inexistente,
salvando Francisca la cabeza, por evitar escándalo sonado.” (Luisa Álvarez de
Toledo)
En 29 de febrero de 1495
Francisca de Gazmira también conocida como Francisca de La Palma , haciendo uso de los
métodos legales de los invasores castellanos, presenta pleito y demanda ante el
Consejo de Castilla Contra el mercenario
Alonso de Lugo y en favor de los awuaras esclavizados, alegando en su defensa
el hecho de que los mismos pertenecieron a dos bandos de la isla en los que
ella, a instancia de Francisco Maldonado, Pesquisidor de G. Canaria, había
asentado paces. Pero los consejeros y funcionarios del Consejo tomaban parte
activa en el negocio de la esclavitud, razón por la que la demanda s ralentizada
y pasan cinco años hasta que el Bach. Alonso de Sepúlveda, Procurador de pobres
en la Corte ,
vuelva a insistir en el asunto.
Otro año después, el Asistente de
Sevilla Juan de Silva, Conde de Cifuentes, estudia una petición presentada por
Pedro Fernández de La Palma ,
del que se dice que es hijo del "Capitán de La Palma ", y en nombre de
los Palmeros esclavizados. Mientras tanto dura el proceso se ordena
"...Que los Sres. que tienen como esclavos a dichos Canarios los pongan en
poder de otras personas... a fin de que no sean maltratados por sus
dueños..."
Seis años después de que Francisca de Gazmira
presentara la demanda (1505) la injusta situación de los awuaras esclavizados
continuaba igual, tendrían que pasar once años más para que se ordenara la
libertad de estos esclavos Palmenses. Si exceptuamos algunas referencias a
Palmenses alzados, no hemos podido encontrar datos que nos permitieran seguir
la pista a estos u otros esclavos isleños; pero es de suponer que en su condición
de nativos no tendrían un trato sustancialmente diferente a los demás cautivos
que ya a principios del Siglo XVI algunas de ellos estaban instalados en la isla.
Gazmira. f. LP. ant. desus. Top. Nombre de un bando y lugar (o fracción
tribal) que parece haber sido adoptado como ap ellido por una isleña, Francisca
Gazmira, que pleiteó (1500) ante la corte y los tribunales hispanos en defensa
de los derechos de sus paisanos más pobres. Expr. t. Gasmil, Gazmil. ― *gazmir, s. m. sing. (col) de [G·Z·M·R] ‘junco (planta)’,
‘grama (Cynodon dactylum)’. (Dr. Ignacio Reyes)
Noble
awuara perteneciente al cantón de Aridane, posiblemente raptada en una de las
incursiones a la captura de esclavos organizadas por el judío converso y
masacrador de pueblos Pedro de Vera.
Estando
esclavizada en winiwuada n Tamarant (Las Palmas de Gran Canaria), fue bautizada
por el rito católico como Francisca, por lo cual era nombrada indistintamente
como Fracisca de Gazmira o Francisca Palmense y tambien Francisca de La Palma , adoctrinada en los
principios católicos y convencida por los colonos para que actuara como
mediadora entre sus múltiples parientes en la isla Benahuare (La Palma ) ante las pretensiones
castellanas de ocupar la isla.
Aleccionada por Francisco Maldonado, colono y
pesquisidor en la isla Tamarant y sus regidores, pasó a la Matria (patria) de origen,
para convencer a sus conmatriotas de las supuestas bondades del cristianismo.
Consiguió que la mayoría de los cantones aceptasen un pacto de amistad y
cooperación. Los awuaras de estos cantones se bautizaron en bloque y casándose
por el rito católico los hombres con sus mujeres.
Estando la mayoría de los tanancas (capitanes o
jefes de cantón) de la isla predispuestos para una convivencia pacifica con los
castellanos, en 1491 el esclavista Alonso de Lugo y sus
mercenarios inician el desembarco invasor por Tazacorte de manera sosegada,
gracias a los buenos oficios de Francisca de Gazmira. Sin embargo, en los
planes de Alonso de Lugo no contemplaba una posesión pacifica de la isla, ya
que ello le impediría la esclavización de la población, fin primordial de su
empresa, así que aprovechando que el tananca de Ecero Atanauzú y otros se
resistían a la sumisión total, encontró en ello la excusa perfecta para
extender la guerra de ocupación al resto de los cantones apresando a cuantos
hombres mujeres y niños pudo, e incluso unos jóvenes recibidos como rehenes
para que fueran adoctrinados en la “santa fe católica” fueron exportados por el
invasor a los mercados de esclavos de la península ibérica donde fueron
vendidos.
Gazmira no tardó en darse
cuenta de la doble moral que practicaban los cristianos y el poco honor
que hacían de los Tratados, horrorizada
de las masacres cometidas contra su pueblo por los impíos castellanos y sintiéndose
culpable, ya que fue gracias a su intermediación que los awuaras se dejaron
sorprender, estando impuesta de las costumbres castellanas inició una campaña
en defensa de los suyos, no sin antes tener que vencer multitud de obstáculos
impuestos por el esclavista Alonso de Lugo y sus correligionarios en Winiwuada,
hasta el extremo de que estuvo a punto de ser ahorcada por este, al no acepta
Gamizra el soborno ofrecido por Lugo de 70.000 mrs., para que dejase el pleito.
Por fin consigue llegar a
Castilla y denunciar la situación de sus conmatriotas esclavizados. El Consejo
de Castilla recibe a trámite las denuncias de Gazmira o Francisca de Palma y es
autorizada a demandar a Alonso de Lugo por justicia, recibiendo la promesa del
Consejo de que “iría buena persona” a la isla, a investigar los
atropellos de Alonso de Lugo y sus mercenarios.
Así, con fecha 28 de febrero de 1495, el Consejo,
a la sazón ubicado en Madrid, emite: “Orden al bachiller Fajardo, gobernador
colonial de Gran Canaria, para que informe al Consejo sobre la demanda
presentada por la canaria Francisca de La Palma , vecina de la isla de igual nombre, que
por mandato de Francisco Maldonado, pesquisidor de Gran Canaria, asentó paces
con dos bandos de La Palma
, que se sometieron y colaboraron en la conquista de dicha isla con Alonso de
Lugo, quien acabada ésta vendió sus rehenes y obtuvo, alegando una ficticia
sublevación, merced real para esclavizarlos, apoderándose además de sus ganados
y prendiendo a la dicha Francisca de La Palma , para evitar que fuera a quejarse al rey.”
No siendo suficiente los esclavos capturados en los enfrentamientos
para satisfacer las deudas contraídas por Alonso de Lugo y desando éste
conseguir de los “derechos” de la invasión depredatoria de la mayor, más poblada
y más rica de las islas, Chinech, marcha a España, arribando al Puerto de Santa
María en febrero de 1493, siendo vendidos de inmediato la cargazón de esclavos
awuaras.
Lugo
dejó un destacamento en la isla con órdenes expresas de provocar a los naturales
para obligarles a alzarse, teniendo así una justificación “legal” para
continuar comercializando a los awuaras. Interesada la reina católica en el
negocio, dio crédito al infundio, haciendo regalo sustancioso a su capitán,
para abrir la veda de “palmeses”: “nos le hezimos merced de ciento cincuenta
cautivos, de los que fueron en la dicha traición”.
Sin intención de moverse de la corte,
Lugo delegó la captura en los escuderos Espinosa y Benavides. Cayendo sobre la
isla, rompieron la “pacífica paz”, incautando bienes y cuerpos de awuaras, que
fueron embarcados para “estos nuestros reinos”.
Quedando así cristianamente
pacificada la isla Benahuare que a decir de Bernáldez: “la isla de Palma,
habitada por gente “bestial”, no fue “señoreada” ni pacificada, “de otra
nación” ni persona, hasta que la conquistó Alonso de Lugo, consiguiendo
“despojo” de 1.200 “ánimas de varones e mujeres, chicos e grandes” y 20.000
cabezas de ganado ovejuno y cabruno”.
El 12 de febrero de 1494, el
Consejo de Castilla emite desde Valladolid: “lncitativa al asistente de Sevilla
don Juan de Silva, conde de Cifuentes, para que dé cumplimiento de justicia a
Juanoto Berardi y Francisco de Riberol, estantes en dicha ciudad, que dicen
haberse concertado con Alonso de Lugo, vecino de Gran Canaria, para la
conquista de La Palma ,
por lo que debían ir a tercios en los 700.000 maravedís que recibirían por los
gastos de la conquista, a pesar de lo cual cuando Alonso de Lugo concertó la
conquista de Tenerife renunció dicha cantidad en la Corona y se quedó, además,
con 150 esclavos de un bando de paz que les habían sido concedidos por los
reyes, porque, a pesar de que estaban en seguro, se descubrió que intentaban
asaltar el real y de los que también les correspondían los dos tercios. (E.Aznar;
1981
Francisca de Gazmira, sintiéndose culpable de
las atrocidades cometidas contra su pueblo por los invasores: “por haber
sido ella intérprete e cabsa de que ellos se confiasen”, quiso pasar a
Castilla, para querellarse ante los reyes, "por sy e por los dichos sus
parientes y naturales", pero esgrimiendo la prohibición de 1491, le
impidieron embarcar. Poco después, la muerte de cuatro esclavos de Alonso de
Lugo, quizá propiciada o provocada por su propietario, sirvió de excusa, para
arrestar a los familiares de Francisca. Secuestradas sus pertenencias, el
“conquistador” probó la gravedad del delito, por la dureza del castigo: “aforcó
injustamente” a dos palmeños, “cabeçeras de vando”, que combatieron a sus
órdenes, so “color” o apariencias de haber inspirado revuelta inexistente,
salvando Francisca la cabeza, por evitar escándalo sonado.” (Luisa Álvarez de
Toledo)
Los Reyes castellano-Aragonés para
evitar que el escándalo llegase al papado, verdadero árbitro de las invasiones
y conquista de las islas, se hacen eco de las denuncias planteadas por
Francisca de Gazmira e inician una serie de pesquisas que conducen en 1500 a la
localización y liberación de un grupo de esclavos en Jerez de la Frontera , compuesto por
canarios, gomeros, guanches y, entre ellos, algunos palmeros del bando de
Gazmira.
Otro documento de 25 de julio de1500, fechado
en Granada nos dice: “Incitativa a don Juan de Silva, conde de Cifuentes, alférez mayor y miembro del Consejo, para que
determine en el pleito de algunos canarios, que dicen ser libres y
estar sometidos a servidumbre por no haber
determinado, debido a la partida del rey, en la causa que habían seguido ante
los alcaldes de casa y corte, y reciben por ello peor trato de sus dueños que
antes de emprender dicho pleito estando
suficientemente probado su justicia por el hecho que doña Inés Peraza diese a Francisca Gazmira 60.000 maravedís
para que no continuase el litigio. Episcopus ovetensis. Johannes
licenciatus. Marti-nus.
Zapata. Tello. Moxica. Mármol. Pérez”. (Aznar Vallejo, E.)
En todo caso, como en el resto de las islas
“realengas”, la pacificación no fue total, como nos indican algunos
historiadores. Décadas después de la invasión aún existían reductos de
resistencia en Benahuare, tal como recoge un documento del Registro General del
Sello extractado y publicado el investigador español Eduardo Aznar: “1518. Noviembre, 6. Avila. Orden al gobernador o
juez de residencia de Tenerife y La
Palma para que informe al Consejo de los malhechores,
alzados, ladrones y otras gentes que
andan por los campos y montes de la isla cometiendo delitos sin ser apresados por la justicia. Se da a petición de
Hernando de Ponferrada, procurador
de Jácome Monteverde, vecino de La
Palma , quien se
queja porque muchos de ellos se acercan al ingenio que tiene en el barranco de
Tazacorte y, tras matar y herir a los hombres que allí tiene, roban ganados y
mantenimientos. Por ello, solicita licencia y facultad para que sus criados puedan prenderlos y entregarlos a la justicia.
Muxica. Palacios Rubios. Polanco. Qualia. Beltrán. Guevara. Salmerón.” (E. Aznar, et. al.:32)
En fin, aquellos polvos han traído estos
lodos, aún está en la mente de casi todos nosotros unas palabras pronunciadas
por Felipe, príncipe de los españoles, en una de sus primeras visitas a esta
colonia: “Canarias es el último bastión de España en el Atlántico”… ¡ASÍ NOS
VA! (Eduardo Pedro García Rodríguez)
Imagen: La extraordinaria cantante y actriz
awuara Ima Galguen.
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