Eduardo Pedro
García Rodriguez
1490 Agosto. Córdoba.
día en blanco S.-AS, RS,ACV, pc. IX-14go-VIII/I-2.
Para que enbíen rrelación de Xerez lo que se
vendieron los canarios.
Don Fernando e Doña Ysabel etc. A vos Pedro de Vique,
vecino de la cibdad de Xerez de la
Frontera , salud e gracia. Sepades que a nos es fecha relación
que vos tovistes cargo por Pedro de Vera, nuestro gouernador de la Grand Canaria , de
vender los Canarios e Canarias quel truxo de la ysla de la Gomera e que auéys la
cuenta e rrazón dello. E que asy mismo que vos ouistes cargo de vender por Doña
Beatriz de Bouadilla otros ciertos canarios e Canarias de la dicha ysla. E,
porque nos queremos saber la verdad de los que fueron e que presios; lo vaheron
e a qué personas se vendieron, mandamos dar esta nuestra carta para vos por la
qual vos mandamos que del ora que vos fuere leyda e notificada fasta ocho días
primeros siguientes, parescades personalmente ante los de nuestro consejo e
traygades los libros e mmorias e otras escripturas que ayades tocantes a lo
susodicho por que nos lo mandemos ver e en ello se prouea segund cumple a
nuestro servicio. E no fagades ende al so pena çinco mill mrs. Dada en Córdoua,
a. (blanco) días del mes de agosto año de noventa. E otrosy trahídas ante nos
las escripturas e abtos que en qualquier manera sobre esto ayan pasado, que
veído, vos haremos pagar vuestro gasto e devido salario que ayades de aver por
la venida a nuestra corte e estada en ella e por la vuelta a vuestra casa. Don
Aluaro, deán de Seuil1a, An-drés doctor, Antonius doctor, Didacus doctor. Yo
Luys del Castillo escrivano etc. (D.J.Wölfel)
1491 Abril 10. Por
Real Cédula la corona de la metrópoli cede el Señorío de Agüimes en Tamaránt
(Gran Canaria) a la secta católica. En cuanto a la enajenación de
jurisdicciones o, 1o que es igual, la venta de pueblos, la Corona española, a pesar de
las promesas de no enajenación hechas por los Reyes Católicos, accedió a las
pretensiones de algunos señores colonos establecidos en las islas. En el ámbito
de las islas nombradas como realengas los núcleos de población dependían o
pertenecían a la jurisdicción real.
1491 Septiembre 27.
Córdoba (f. 81). Orden a Francisco Maldonado, pesquisador de la isla de la Gran Canaria , para
que vea los canarios que viven con Fernando de Guanarteme y el asiento que con
éste se hizo al conquistar la isla, y si hay más de cuarenta, que fueron los
concedidos para que en ella viviesen con dicho Guanarteme, los haga salir para
que vayan a cualquier parte del Reino o fuera de él, donde quisieren. Dicha
medida se debe a la petición presentada por Fernando de Porras, en nombre del
concejo, justicias y vecinos de Gran Canaria, que temen que se levanten tales
canarios, que han pasado de cuarenta a ciento cinquenta en ocho años, dado el
escaso número de cristianos. Don Alvaro. Deán de Sevilla. Alcocer. Malpartida.
Mármol. (E.Aznar; 1981)
1493. Las Bulas alejandrinas de
Partición, constituyen una de las últimas aplicaciones de una vieja y extraña
teoría jurídica, elaborada explícitamente en la corte pontificia a fines del
siglo XI, enunciada por primera vez en el año 1091 por el papa Urbano II (pero
que quizá traza su paternidad a Gregorio VIII) y conforme a la cual todas las islas pertenecen a la especial
jurisdicción de San Pedro y de sus sucesores, los pontífices romanos, quienes
pueden libremente disponer de ellas”. (Weckmann, Luís. Constantino el grande y Cristóbal Colón. FCE, México, 1992. p. 24.)
1492 Julio 13.Valladolid. Don Fernando y doña Ysabel etc. Por quanto vos Alonso de Lugo
llevay cargo por nuestro mandado de conquistar la ysla de La Palma , que está poder de
canarios ynfieles, e fue asentado con vos, por nuestro mandado avque para las
costas y gastos que fiziéredes en la dicha conquista os avíamos faser merced de
la mitad de los quintos a nos pertenescientes de las cosas que fueren tomadas
por vos o por otras gentes que
lleváredes para la dicha conquista o por las fustas e navíos que para ello
lleváredes de qualesquier vecino de la ysla de Tenerife e de qualesquier
lugares de la Bervería.
Por ende, por haser bien e merced a vos Alonso de Lugo, en
alguna enmienda de las costas e gastos que en la ysla de La Palma , que vos lleváys a
cargo por nuestro mandado, avéys de faser, por la presente vos fazemos merced
de la mitad de los quintos que a nos pertenescente nos avemos de aver de
qualesquier tomas e cavalgadas que vos e las gentes que lleváredes o vuestros
navíos e fustas para la dicha conquista tomaren de qualesquier vecinos de la
ysla de Tenerife e de qualesquier lugares de Berbería; e la otra mitad, de los
otros quintos, es nuestra merced e voluntad que vos el dicho Alonso de Lugo la
recibáys e cobréys para en quenta e parte de pago de las setec;ientás mill que
nos vos avemos a dar para la dicha conquista de La Palma ; e s y caso fuere que
la mitad de los dichos quintos montare e valieren más de las dichas
setec;ientas mill maravedís, que vos avemos a dar por la dicha conquista, que
seyendo pagado de la mitad de los quintos, a la persona o personas a quien nos
mandaremos. E por que se sepa lo que ansí recebís e cobráys, mandamos que lo
que ansí recibiéredes e cobráredes e anos pertenecieren de la mitad de los
dichos quintos lo recibais por ante escrivano público, e dello tengáys cuenta e
rasón, por que por virtud della se pueda saber e averiguar lo que por vos ansí
fuere recebido; e si viéremos que cunple a nuestro servicio embiar persona que
esté presente al recebire cobrar de los dichos quintos, que lo podades fazer.
E por esta
nuestra carta mandamos a qualesquier capitanes e maestres e contramaestres e
otras qualesquier personas, que vos fueren a la dicha conquista, que vos acudan
e faganacudir con los dichos quintos, que ansí a nos pertenecieren de las
cabalgadas que ansí fisieren en la dicha ysla de Tenerife e de qualesquier
lugares de la Berbería ,
e que tomen vuestra carta de pago, con las quales, e con el traslado de esta.
nuestra carta, mandamos que les sean recebidos e pagados en cuenta, e ques non
sean pedidos nin demandados otra vez. E mandamos a los nuestros contadores
maiores e a sus oficiales que ansy entren el traslado desta nuestra carta en
los nuestros libros, e vos sobrescriban e den e tomen el oreginal, por que por virtud
della vos sea acudido con los dichos quintos. E los unos ni los otros etc. (con
enplazamiento etc.). Dada en Valladolid, a XIII de jullio de XCII años.= Yo el
Rey.=Yo la Reyna.=Yo
Ferrand Alvares.=Registrada, Rodericus, doctor. (A. Rumeu 1975:420)
1493. Alonso Fernández
de Lugo y sus tropas de mercenarios y excarcelados, desembarcan en el puerto de
Tazacorte, en la isla Benahuare. Después de emplear las argucias menos
heterodoxas que imaginarse pueda, y tras algunas escaramuzas con los cantones
que se habían preparado para la defensa, consigue con engaños y en un acto de
traición, sorprender a Tanausú y sus guerreros en la entrada de la Caldera de Taburiente. A
partir de este momento, comenzó el saqueo inmisericorde de la isla capturando y
esclavizando a los nativos tanto de los bandos guerra como de paces, los cuales
fueron remitidos a los mercados esclavistas de España, conjuntamente con las
pieles de los ganados depredados, orchilla y demás despojos. Con el botín
enviado a España y formando parte del mismo, iba el valeroso caudillo palmero
Tanausú, quien prefirió dejarse morir de hambre antes que llevar una vida de
esclavo, protagonizando así la primera huelga de hambre que tubo lugar en
Canarias.
Dada por sometida la isla, el esclavista Fernández de Lugo, reparte el dominio de las tierras y aguas despojadas entre los mercenarios que le acompañaron en la aventura y entre los mercaderes que le financiaron la operación. Dejando un presidio de guarnición y un gobernador, regresa a Península Ibérica para dar cuenta a los reyes católicos de los resultados de tan “gloriosa victoria”, y solicitar las capitulaciones para la conquista de la isla Chinech (Tenerife).
Los continuos desmanes que los invasores conquistadores que quedaron en la isla, cometían en los atribulados hawaras, acabaron por agotar la proverbial paciencia de éstos, quienes decidieron alzarse contra el férreo dominio de los extranjeros. Estando Lugo, enfrascado en la invasión de la isla de Chinech (Tenerife), recibió noticias de la rebelión de los benahoritas o hawaras y no queriendo ausentarse de esta isla, envío como su lugar teniente a la de Benahuare (
1493. Preparativos para la invasión y conquista de Chinech
(Tenerife): Una vez ultimados los asuntos relativos a la conquista de la isla
Benahuare (La Palma ),
Alonso de Lugo, desde la isla de Tamaránt se desplaza a España para ultimar el
convenio o capitulaciones para la conquista de Chinech (Tenerife), por
esas fechas (octubre de 1493), la chancillería de los reyes católicos expide un
importante conjunto de cédulas tendentes a iniciar la proyectada invasión y conquista.
En éstas se concede a Alonso Fernández de Lugo el título de gobernador de la
isla una vez “reducida,” en la cédula de 28 de diciembre se le faculta para que
proceda en unión de un delegado regio al repartimiento de las tierras usurpadas
(aunque posteriormente esta potestad quedó totalmente en manos de Alonso de
Lugo), por otra de 29 de diciembre los reyes disponen que el capitán general de
la armada Iñigo de Artieta organice el
transporte del ejercito invasor, deberá ser llevado a cabo por la armada de
Vizcaya, "Para que lleve a Tenerife, antes de mediados del mes de marzo de
1494, 1.500 peones y 100 jinetes de estos reinos y 400 peones y 60 jinetes de
las islas de Canarias que ya están pobladas por cristianos, así como 1.000
cahíces de trigo y harina, 300 cahíces de cebada, 2.000 quintales de bizcocho, artillería,
herramientas, bestias y demás mantenimientos, de acuerdo con el asiento hecho
con Alonso de Lugo, gobernador de La
Palma , sobre la conquista de Tenerife, ordenándole que no
lleve derecho alguno por dicho transporte e impidiéndole sacar parte de las
tropas una ves desembarcadas éstas en Tenerife."(E. Aznar Vallejo,
1981,:72.D.348).
Pero el Capitán General de la escuadra
castellana Iñigo de Artieta, con quien Lugo mantenía una deuda pendiente a
cuenta de los quintos que por la invasión y conquista de la isla de Benahuare (La Palma ), el Almirante decía
pertenecerles. Iñigo de Artieta sin negarse a cumplir la real orden, fue
exponiendo una serie de excusas y dilaciones, hasta que finalmente, Lugo tuvo
que arrendar naves de particulares para transportar las tropas mercenarias,
animales y pertrechos de guerra.
Es evidente que Alonso Fernández de Lugo,
era incapaz de mantener algún tipo de relación con los personajes de su época
en la que mediaran intereses económicos, sin que acabara siendo demandado por
estos, o éste los demandase. De esta regla no pudo sustraerse la relación entre
Iñigo de Artieta y Alonso de Lugo, así éste que siempre fue enemigo peligroso
por lo artero de sus métodos, posiblemente despechado por no haber recibido la
colaboración del almirante en sus planes para la invasión de la isla
Chinet (Tenerife), demanda ante la Corona de Castilla a Iñigo
de Artieta, así el Consejo de Castilla expide Incitativa al conde de Cifuentes
don Juan de Silva, alférez mayor, miembro del Consejo y asistente de Sevilla,
para que "entienda en la petición de Alonso de Lugo sobre los quintos de
esclavos y otras cosas de La
Palma , concedidos por el rey para la conquista de dicha isla,
ya que teme que el Almirante Mayor de la
Mar le exija la mitad que le corresponde por merced real,
cuando los envíe a vender a dicha ciudad y otros puertos de Andalucía, y para
que informe si dicho Almirante había percibido la mitad de los quintos
obtenidos durante la conquista de Gran Canaria y con que títulos, para poder
resolver en justicia. Mientras dure dicha información, se ha de registrar ante
el escribano que nombre dicho asistente, las presas hechas por las que ha de dar
fineza Alonso de Lugo, a quien no podrá reclamarse la mitad de tales quintos
hasta la resolución real."(Ibidem:72.D.351)
En cuanto a la cantidad de efectivos que
componían el Ejército invasor los cronistas no coinciden en sus apreciaciones,
así Fray Alonso de Espinosa aventura que las tropas invasoras estaban compuesta
por unos novecientos hombres, sin que mencione a los caballos y la artillería.
Por su parte, el ingeniero de fortificaciones
cremonés Leonardo Torriani, al servicio de las coronas de Castilla y Aragón en
su "Descripción de las Islas Canarias" nos dice que la
expedición invasora constaba de unos mil soldados y cuarenta caballos, ambos
cronistas están totalmente herrados en sus apreciaciones como veremos a
continuación, es bien conocido lo aficionados que eran los cronistas de la
conquista a dar cifras exageradas del numero de los enemigos y a reducir el de
las tropas propias tanto en numero de operativos como en las bajas habidas de
uno u otro bando, por ello vamos a tratar de aproximarnos al numero real de
mercenarios que componían el ejército invasor.
En la mencionada cédula de 29 de diciembre de
1493, se dicta el convenio para el transporte de las tropas desde la metrópoli
a Tamaránt (Gran Canaria), en éste, quedó estipulado como limite máximo para el
embarque de la totalidad de las huestes mercenarias reclutadas la fecha 15 de
marzo de 1494 que se componían según el asiento, de <<...mil e
quinientos peones e çiento de caballo, y además estipula que, e de las
islas de Canaria, que están pobladas de Cristianos, cuatroçientos peones e
sesenta de caballo...>>. Por este documento queda claro que, el
ejército conquistador reunido en la
Isleta , Tamaránt (Gran Canaria), constaba de 1.900 peones y
160 caballos, para cuyo transporte según testimonio del propio Alonso Fernández
de Lugo se emplearon 30 navíos, a éstos habría que sumarles los isleños
aportados como auxiliares - a quienes Lugo les debió la vida- por los Menceeyes
de Naga, Güímar, Abona y Adexe los cuales podemos
cifrar a la baja en unos 600 guerreros, teniendo en cuenta que de los resto de
las hordas de Lugo que alcanzaron el lugar de Añaza (Santa Cruz) después
de la derrota de Centejo, estos lograron embarcar con engaños a 300 de los
auxiliares güímareros (los cuales fueron vendidos como esclavos), nos induce a
pensar que el numero de auxiliares fue mayor del que Proponemos, por tanto, el
total estimado para el contingente invasor es de 2.500 peones y 160 caballos,
este dato queda corroborado por el historiador don Tomás Marín de Cubas, quien
posiblemente lo tomó de A. Cedeño y que refiriéndose a la segunda entrada de
los españoles dice: ."Buscáronse espías y dieron por aviso que no tenía
gente junta de pelea para venir a buscarlos a la playa, porque había gran
mortandad en la tierra, o ya fuese por estar apestados por la corrupción de más
de 2000 cuerpos que quedaron por enterrar el año pasado en la batalla de
Centejo...".
1493 Febrero 28.
Barcelona (f. 28). Incitativa al conde de Cifuentes don Juan de Silva, alférez
mayor, miembro del Consejo y asistente de Sevilla, para que entienda en la
petición de Alonso de Lugo sobre los quintos de esclavos y otras cosas de La Palma concedidos por el rey
para la conquista de dicha isla, ya que teme que el Almirante mayor de la Mar le exija la mitad que le
corresponde por merced real, cuando los envíe a vender a dicha ciudad y otros
puertos de Andalucía, y para que informe si dicho almirante había percibido la
mitad de los quintos obtenidos durante la conquista de Gran Canaria y con qué
títulos, para poder resolver en justicia. Mientras dure dicha información, se
ha de registrar ante el escribano que nombre dicho asistente, las presas
hechas, por las que ha de dar fianzas Alonso de Lugo, a quien no podrá
reclamarse la mitad de tales quintos hasta la resolución real. El Rey y la Reina. Parra. Don
Alvaro. Don Juan de Castilla. Alcocer. Chanciller. Oropesa. (E.Aznar; 1981)
1493 Diciembre 28.
Zaragoza (f. 51). Orden a Iñigo de Artieta, capitán general de la armada, para
que lleve a Tenerife, antes de mediados del mes de marzo de 1494, 1.500 peones
y 100 jinetes de estos reinos y 400 peones y 60 jinetes de las islas de
Canarias que ya están pobladas por cristianos, así como 1.000 cahices de trigo
y harina, 300 cahices de cebada, 2.000 quintales de bizcocho, artillería,
herramientas, bestias y demas mantenimientos, de acuerdo con el asiento hecho
con Alonso de Lugo, gobernador de La
Palma , sobre la conquista de Tenerife, ordenándole que no
lleve derecho alguno por dicho transporte e impidiéndole sacar parte de las tropas,
una vez desembarcadas éstas en Tenerife. El Rey y la Reina. Alvarez de
Toledo. Señalada: Comendador Mayor. Chacón. Ulloa. Conforme a lo capitulado,
Rodeericus. (E.Aznar; 1981)
. Valladolid
(f. 18). Merced a Alonso Fernández de Lugo, vecino de Sevilla, en concepto de
pago para la conquista de la isla de La Palma , de los quintos que a la Corona pertenecen de
cautivos, ganados y bienes de los canarios. El Rey y la
Reina. Alvarez de Toledo. Acordada. Don Alvaro. Johannes. Antón. Franciscus licenciatus. Castillo. (E.Aznar;
1981)
1494.
Benahuare (La Palma ) Francisca de Gazmira (Francisca
palmense, S. XV y XVI). Las promesas realizadas por el futuro Adelantado
Alonso de Lugo a los hawaras (palmeros)
que hubiesen ayudado en la conquista, asegurándoles vida y haciendas, son rotas
sistemáticamente por la parte invasora, que llevada de su codicia requisa
ganados y esclaviza, empleando como excusa falsas rebeldías, a numerosas
personas de los bandos de paces. La actividad de Francisca de Gazmira está
documentada a partir de 1494, denunciando ante la Corte los abusos de que era
objeto la población hawara. Entre los hechos denunciados destaca la selección
entre los distintos bandos de 25 muchachos de ambos sexos para enviar como
rehenes a los Reyes católicos y más tarde vendidos como esclavos; grupo al que
seguiría, cinco meses más tarde, otro compuesto por más de cien personas que
sigue idéntico fin, sin mencionar los constantes robos de ganados de que son
objeto estos bandos. Los Reyes castellano-Aragonés se hacen eco de las
denuncias planteadas por Francisca de Gazmira e inician una serie de pesquisas
que conducen en 1500 a
la localización y liberación de un grupo de esclavos en Jerez de la Frontera , compuesto por
canarios, gomeros, guanches y, entre ellos, algunos palmeros del bando de
Gazmira.
1494. Antes del primer
desembarco en regla de las tropas
invasoras en Añazu, Lugo costeó la isla Chinech con el propósito de hacer una
nueva razzia, la que efectivamente llevó a cabo por la parte norte,
(posiblemente por el mismo lugar de Icoden (Icod) donde había desembarcado en
1479) consiguiendo un botín de 300 esclavos y 20.000 cabezas de ganado; los
esclavos fueron inmediatamente enviados a la Gomera y desde allí a los mercados esclavistas de
Sevilla y Valencia. En cuanto al ganado lo destinaron para el consumo del
ejército invasor. El historiador don Antonio Rumeu de Armas pone en duda el
numero de cabezas de ganado capturado por parecerle excesivo, nosotros creemos
que la cifra mencionada, puede adaptarse a la realidad, teniendo en cuenta que
en una isla más pequeña que Chinech (Tenerife) como es la Gomera la señora de la
misma doña Inés Peraza, es demandada por el obispo de Canaria y Rubicón, fray
Miguel López de la Serna ,
quien en 24 de marzo de 1490 reclama a doña Inés 40.000 cabezas de ganado
cabrío, alegando que los compró de los expolios del anterior obispo don Juan de
Frías.
1494. Francisco Palomar mercader genovés y
“vecino de la ciudad de Valencia”, que se encontraba en Gran Canaria, amigo y
socio del mercenario Alonso Fernández de Lugo, al que compró 87 esclavos
guanches capturados en Güimar, y que serían vendidos luego en la referida
ciudad del levante español. Este Francisco Palomar o Palomares, se hizo con
propiedades en la Isla. En
ese mismo año 1494 compraría al señalado Fernández de Lugo, en unas condiciones
muy ventajosas, el ingenio azucarero y tierras aledañas que éste poseía en
Agaete, propiedades de las que tuvo que desprenderse para hacer frente a los
gastos de la inavasión y conquista de Tenerife.
1494 Mayo. Una flota
al mando del invasor y esclavista
Alonso de Lugo zarpa desde
Tamaránt (Gran Canaria) con destino a Chinech (Tenerife). Quince embarcaciones
transportaban a un gran ejército al que acompañaba un grupo de guerreros de
Tamaránt, capitaneados por Maninidra.
1494 Mayo 2. El
invasor esclavista, Alonso Fernández de
Lugo, al desembarcar por Añazu (Santa Cruz), hizo una torre para defensa de sus
tropas mercenarias. Si bien los cronistas callan dónde se levantó, no por eso
es difícil fijar su emplazamiento, ya que es conocido el paraje por donde
entraron las fuerzas de Lugo; y siendo el objeto del torreón amparar a los
mercenarios, hemos de sospechar que estaba junto al campamento, o sea en los
alrededores de la plaza de San Telmo, pues allí acampó el ejército castellano.
El torreón de Añazu persistió hasta que la población europea de Añazu (Santa
Cruz) comenzó a formarse en la orilla izquierda del barranco de Araguigo
(Santos,) después de la erección de la iglesia del templo de la secta católica
de la Concepción.
1494 Mayo. Encuentro
en La Jardina
(Gracia) entre el gran Kebehi Benchomo y el capitán de los mercenarios Alonso
de Lugo. Las tropas españolas invasoras acamparon en las proximidades de
Gracia, que fue así escenario del singular encuentro. El fraile Espinosa recoge
con puntualidad las incidencias del mismo.
El monarca de Taoro compareció puntual a la cita convenida
con un nutrido séquito de trescientos guanches vasallos. Llegados frente
afrente, Alonso de Lugo y Benitomo entablaron diálogo, valiéndose como
intérprete de Guillén Castellano, quien conocía el habla indígena por haber
estado antaño cautivo. Lo que el capitán
gallego-andaluz demandó, con sibilinas palabras
el régulo taorino es fácil de adivinar. En primer lugar, la amistad con
los reyes de Castilla y la sumisión política a este reino, circunstancia la
segunda que invalidaba virtualmente la primera. En segundo término, la
conversión al cristianismo. A cambio de un vejamen y una claudicación les
prometía, como recompensa, que el «rey de España...”Los tomaría y recibiría
debajo de su amparo y protección y les haría muchas mercedes».
La repuesta del altivo Kebehi Benchomo fue de una mesura y
dignidad sorprendentes, digna del gran caudillo que era. E lo relativo a la
prometida amistad puntualizó “Que ningún hombre que no fuese provocado de otro
e irritado, la había de rehusar”
En punto a religión “Que ellos que cosa era cristiandad,
ni entendían esta religión, que se verían en ello y se informarían, y así con
más acuerdo darían repuesta”.
Especial
énfasis puso el monarca guanche en replica a
la tercera demanda, que le humillaba y hería. Rechazó de plano someterse
al rey de España, no era de ese parecer
porque nunca había reconocido sujeción a otro hombre, pues libre había nacido y
así pensaba morir.
No habiendo
posibilidad de avenencia, el caudillo guanche y el capitán de los
invasores se separaron, dedicándose
durante varias jornadas a adiestrar sus fuerzas el castellano y a movilizar sus
hombres el Caudillo guanche.
1494 Mayo
28?. Uno de los acontecimientos
históricos más importantes desarrollados durante el expansionismo del entonces
naciente imperio colonial español, tuvo lugar en la comarca de Acentejo o Centehun,
en el sitio que a partir de entonces tomó el nombre de La Matanza de Acentejo, en
Chinech. (Tenerife) en este lugar en la segunda quincena del mes de mayo, las
tropas invasoras mercenarias dirigidas por el destacado mercenario y traficante
de esclavos al servicio de las coronas de Castilla y Aragón Alonso Fernández de
Lugo vio doblada su altiva e insolente cerviz, ante el más grande caudillo que
ha tenido la Matria
Canaria , el grande entre los grandes de su tiempo, Kebehi
Benchomo.
La batalla de Acentejo supuso la mayor derrota
sufrida por las tropas españolas en sus conquistas imperialistas, no sólo en
Canarias (cuya conquista duró casi un siglo), sino que, en las innumerables
batallas sostenidas por la conquista del Continente americano, las tropas
españolas jamás tuvieron una pérdida de hombres como la que sufrieron en el
encuentro de La Matanza
de Acentejo, donde un cuerpo de ejército guanche compuesto por 300 hombres
dirigidos por el Achimencey Chimenchia/Tinguaro, (hermano del Kebehi Benchomo),
infligió al ejército invasor la mayor derrota que jamás sufrieran los ejércitos
españoles en sus aventuras coloniales durante la baja Edad Media.
1494. Noviembre 8. Madrid. El Rey e la Reyna. Por quanto en el
asiento que por nuestro mandado se tomó con Alonso de Lugo sobre la conquista
de la ysla de Tenerife, que es una de las Canarias, se asentó que dentro de
diez meses contados desde el día que desenbarcase en la dicha ysla la diese
ganada; lo qual, por algunos justos ynpedimentos, dis que lo no a podido haser,
e nuestra merced e voluntad es que la dicha conquista se continúe. Por la
presente prorrogamos el dicho término de los dichos diez meses para lo
susodicho por otros dies meses conplidos, contados desde el día que se
fenecieren los otros dies meses primeros. De lo qual mandamos dar la presente,
firmada de nuestros nombres e fecha a VIII de noviembre de XCIIII años. =Yo el
Rey. =Yo la Reyna.
(A. Rumeu 1975:432)
1494 Noviembre 14. Se enfrentan defensores guanches
e invasores esàñoles en Eguerew (La Laguna ).
Creemos que la
ciudad de La Laguna ,
la cual asienta sus cimientos en unos terrenos que fueron generosamente regados
con ríos de sangre de cientos de nuestros antecesores, debe rendir justo y merecido homenaje a quienes ofertaron
el bien más preciado como es la vida, en aras de sus ideales de una Patria Libre,
y que hasta la fecha han sido injustamente ninguneados por una sociedad que
como la lagunera, presume de sus antecedentes presuntamente fundacionales.
Un frío y
lluvioso amanecer del día catorce de noviembre del año 1494, en las
inmediaciones de las faldas de la
Sierra de Sejeita (San Roque), en los terrenos conocidos
posteriormente como Finca del Obispado y hasta la altura de la entrada del
actual Barrio Nuevo, en La
Jardina , Chinech unos tabores de guerreros guanches
compuestos por hombres enfermos que apenas podían sostenerse en pie debido a
los estragos que en ellos -y en la población en general- estaba causando el
envenenamiento de las aguas nacientes, Eres, fuentes y riachuelos, llevado a cabo por las tropas invasoras y,
que éstas denominaron como "modorra".
Estas tropas
invasores, enviadas a Alonso de Lugo como participación en la invasión y
conquista de la isla a cambio de parte de los despojos del botín de guerra por
el duque de Medina Sidonia, como participación de este noble español y mercader de esclavos.
La tropa
invasora estaba compuesta por mercenarios de la Hermandad de Andalucía,
conocidos como los "pardillos" debido al capote corto de color pardo
con que estaban uniformados, eran hombres cuyo oficio era la guerra, gentes
carentes de ningún tipo de escrúpulos, sin más Dios que la muerte y la paga que
por matar recibían, a éstos se unía las fuerzas de los asesinos y ladrones
convictos indultados por los reyes católicos a condición de que sirviesen en la
invasión y conquista de Tenerife a su costa durante seis meses, más los
auxiliares isleños de otras islas reclutados casi todos ellos a cambio de ser
liberados de la esclavitud. Como se puede ver, no eran simples aventureros
bisoños los que vinieron a la conquista tras el señuelo de unos repartos de
tierras, como nos lo han venido presentando la historiografía oficial por el
contrario, eran tropas aguerridas y veteranas de las luchas sostenidas en las
españas y en Italia.
Ello explica
la enorme cantidad de crímenes, violaciones y cruentas tropelías sin cuento
cometidas por estos mercenarios, aun después de dada por sometidas las isla,
hasta que éstas fueron reembarcadas para España en 1497, según consta documentalmente de los archivos notariales de
Sevilla de la liquidación de los sueldos
de ese grupo expedicionario.
A esta caterva
de mercenarios fue a la que tuvieron que
enfrentarse las tropas de Benchomo y sus aliados, tropas enfermas, presa de las
fiebres producidas por el envenenamiento
de las aguas de fuentes, nacientes y eres, por parte de los
"pardillos", quienes ya habían practicado con éxito este sistema de
“guerra química" en las luchas de Granada. Curiosamente, esta epidemia de
"modorra' no afectó a los denominados bandos de paces, sirviendo éstos incluso de refugio a los soldados españoles con Lugo
al frente quienes huían de la pestilencia como fue el caso del Menceyato de
Güímar. Los cronistas recogen que los muertos guanches en la batalla de Aguere
fueron miles; no es verdad, los guanche no cayeron bajo las armas de los
temibles invasores, caían muertos antes de trabar combate víctimas de la
"epidemia", y aún así, estuvieron a punto en varias ocasiones de
obtener la victoria, esto nos demuestra el indomable espíritu que animaba a
nuestros antepasados al preferir autoinmolarse en un suicidio ritual colectivo
ante el enemigo que perder la patria y la libertad sin prestar batalla al
invasor, no en vano los tabores acudieron a la lucha vestidos con sus vestidos
mortuorios. Algún cronista dejo recogido que, “los guanches se presentaron a la
batalla con las ropas de mortaja puestas”
Son los
propios cronistas españoles quienes afirman que los guanches caían en la lucha
a montones sin darles resuello.
Los hechos
acaecidos en las laderas de Sejeita corresponden a las grandes epopeyas
protagonizadas por los pueblos en lucha por su libertad e independencia.
Sucesos menos significados que los que tuvieron lugar durante el desarrollo de
la batalla de Eguerew han sido magnificados por historiadores, poetas y
políticos, en cambio, los de esta y otras heroicas luchas sostenidas en nuestro
país, han merecido siempre el silencio del mundillo intelectual dependiente
canario, como si este ignorar los grandes acontecimientos protagonizados por
nuestro pueblo obedeciese a consignas emanadas de determinados poderes
fácticos, soslayando o ninguneando
acontecimientos que, para bien o para mal, han conformado la historia de
nuestro pueblo. Gestas heroicas que a no dudar de haber sucedido en tiempos de
Homeero, hoy sería cantadas y celebradas por toda la humanidad.
1495 Febrero 28.
Madrid (f. 49). Orden al bachiller Fajardo, gobernador de Gran Canaria, para
que informe al Consejo sobre la demanda presentada por la canaria Francisca de La Palma , vecina de la isla de
igual nombre, que por mandato de Francisco Maldonado, pesquisidor de Gran
Canaria, asentó paces con dos bandos de La Palma , que se sometieron y colaboraron en la
conquista de dicha isla con Alonso de Lugo, quien acabada ésta vendió sus
rehenes y obtuvo, alegando una ficticia sublevación, merced real para
esclavizarlos, apoderándose además de sus ganados y prendiendo ala dicha
Francisca de La Palma ,
para evitar que fuera a quejarse al rey. Don Alvaro. Alcocer. Chanciller.
Malpartida. Oropesa. Mármol. (E. Aznar; 1981)
1496 Noviembre 21. Burgos.
Carta de comisión para que se resolviese por arbitraje las diferencias surgidas
entre Alonso de Lugo y los socios armadores el reparto del botín de la invasión
y conquista de Chinech (Tenerife.) Eran designados árbitros Andres de Odón y Francisco Riberol.
[Al margen:] Alonso de Lugo y Francisco
Palomar y otros.
Comisión sobre
las diferencias de invasión y conquista de Tenerife.
Don Fernando e doña Ysabel por la gracia de Dios, etc. A
vos Andrea de Hodón, arcediano de Reyna, e Francisco de Ryberol, mercader
genobés, amos a dos juntamente, e no al uno syn el otro, salud e gracia.
Sepades que Alonso de Lugo, nuestro goyernador de las yslas de Tenerife e La Palma , e Francisco Palomar e
Mateo Viña e Guillermo de Blanco e Nicolao Angelate, mercaderes, nos hizieron
relación que los dichos mercaderes hizieron ciertos asyentos e capitulaciones
sobre la conquista de la dicha ysla de Tenerife, de quel dicho Alonso de Lugo
tova cargo, e cierta forma e conciertas condiciones contenydas en los dichos
asyentos e capitulaciones; e que as y sobre las cosas que se hizieron en la
dicha conquista como en los esclabos e ganados e otras cosas que en ella se
adquirieron e tomaron, ay e se esperan aver muchas dyferencias e de- bates
entre ellos para la aberyguación de lo sobre dicho, e que para averiguar e
terminar entre ellos todas las dichas dyferencias e debates e quentas, por
víade justcia e de concordya, ellos heran concertados de tomar por juezes a vos
los dichos Andrea de Hodón, arcedyano de Reyna, e Francisco de Ryberol; e que
en cosa de vosotros fuésedes discordes, e que podyésedes tomar por tercero a la
persona que bosotros nonbrásedes, para que lo que uno de vosotros junta con el
dicho tercero determinásedes a lo que pasase por determinación, e que de la
sentencia o sentencias que por vosotros, o, seyendo dyscordes, por el uno de
vosotros juntamente con el dicho tercero, fuesen dadas e pronunciadas en las
dichas diferencias e debates, heran concertados e que no pudiesen aver ni
hobiesen apelación ni suplicación ni otro remedio alguno hordinario ni
estrahordinario; e que para que oviese más conplido hefeto lo que vos los
dichos juezes determynásedes, o el uno de vosotros con el dicho tercero, e que
los mandásemos dar nuestra carta de comysyón, por virtud de la qual pudiésedes
concer e determinar lo sobre dicho, según dicho es, o corno la nuestra merced
fuese. E nos, de consentymiento de las dichas partes e a suplicación, tovímoslo
por [bien] , e confyando de vosotros que soys tales que guardaréysel derecho de
las partes e acordamos de vos cometer lo sobre dicho: por que vos mandamos que
fagáys parescer ante vosotros los dichos Alonso de Lugo e Francisco Palomares e
Mateo Viña e Guillermo de Blanco e Nicolao Angelate,e veáys las escrituras de
conciertos e asyentos que entre ellos pasaron sobre lo que toca a la dicha
conquista de la dicha ysla de Tenerife, e en las otras escrituras e provanças e
otras escrituras ante vosotros por ellos serán allegadas, evistas, averigüéys e
determinéys por vía de justicia o de concordia, como a vosotros vien visto
fuere, las dichas diferencias, debates e cuentas que entre los sobre dichos ay,
por vuestra sentencia o sentencias asy ynterlocutorias como difinitibas, las
qua!es podades llegar a devida execución con efetto, quanto e como con derecho
debades; e mandamos a las dichas partes e a las otras personas de quien
entendemos ser ynformados cerca de lo sobre dicho, que vengan e parescan ante
vosotros a vuestros llamamientos e enplazamientos, en los plazos e so las penas
que les pusiéredes o enbiardes poner de nuestra parte, las quales nos por la
presente les ponemos e avemos por puestas e vos damospoder conplido para lo
esecutar en las personas e vienes dellos que en ellas yncurrieran. Para lo qual
todo vos damos poder conplido con sus yncidencias e dependencias, anexidades e
conexidades; e s y vos los dichos Andrea de Hodón, arcediano, e Francisco de
Ryberol no fuéredes concordes, en la ss determinacion de lo sobre dicho,
mandamos a la persona que bosotros nonbráredes e separedes, que se junte con
vosotros para ello por tercero, e que lo que el unode vosotros determinare en
lo sobre dicho juntamente, aquello pase e goardepor las dichas partes; e
queremos e mandamos que de lo que por vosotros losdichos Andrea de Hodón,
arcediano, e Francisco de Riberol fuere determinado cerca de lo que dicho es, o
por el uno de vosotros juntamente con el dicho tercero, non aya apelación ni
suplicac;ión ni otro remedio alguno hordinario niestrahordinario; para lo qual
vos damos poder conplido con sus yncidencias e dependencias, anexidades e
conexidades. E non fagades ende al, etc. Dada en la cibdad de Burgos, a veynte
un días del mes de noviembre de XCVI años. =Don Alvaro. = Iohanes, episcopus
asturicensis. = Iohanes, dottor. = Andrea,dottor.=Filipus, dottor.=Petrus,
dottor.=Yo Alonso del Mármol, etc. (En: A. Rumeu 1975:455)
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