Eduardo Pedro
García Rodriguez
1479. Por medio del
Tratado Alcaçove – Toledo Portugal se compromete a no intervenir en la
conquista de las Canarias con lo que abandonan La Gomera.
1479.
En la Rada de Arguineguín en
Tamarant el capitán de mar, Pedro
Hernández Cabrón, desembarcó con un numeroso grupo de
soldados bien armados que el había facilitad el invasor Algaba, sin duda
deseoso de complacerlo y que fuera su aliado en sus deseos de enviar de nuevo a
España al general Juan Rejón. Por este motivo le cedió tropas, barco y
avituallamientos, así como palabras de aliento para llevar a cabo su empresa
para adentrase en el valle de Tirajana, dispuesto a capturar un buen número de
aborígenes y venderlos a buen precio en los mercados de Valencia y Sevilla.
1479
Agosto 24. Una importante expedición militar invasora a
la captura de esclavos, acaudillada por el obispo Juan de Frías y el capitán de
la mar Pedro Hernández
Cabrón, sufrió una seria derrota en los alrededores de La Caldera (Tamaránt) por
obra de los valientes e indómitos guanches
de Tirajana. Los castellanos
experimentaron cuantiosas pérdidas en muertos y heridos; al mismo tiempo que
revestía circunstancias trágicas la difícil retirada. Pedro Hernández Cabrón
después de haber depredado en Tirahana con sus tropas de mercenarios inicia la
marcha hacía la costa donde estaban fondeados los navíos. Como los canarios
vieron ir a los cristianos al puerto, comenzaron también ellos a ir en su
seguimiento; ya media cuesta, que es áspera y alta, dieron en los cristianos
con grande ímpetu y gritería, que parecía hundirse la tierra, y los
desbarataron, y mataron veinte y seis cristianos y hirieron más de ciento.
1479 Diciembre (s.d).
Toledo (f. 33). Provisión, a petición de fray Andrea de Añis, nuncio y
comisario apostólico de la santa indulgencia y conversión de Canarias, para que
tanto él como Pedro de Setién, tesorero general de dichas indulgencias, y sus
colaboradores puedan predicar por todo el reino la bula de Sixto IV, también
valedera para los reinos de Portugal y Navarra, y de la que fue primer nuncio
fray Andrea de Bolaño, ya difunto. Dicha petición está motivada por las
maniobras de ciertas personas que pretextando la anulación de la bula pretenden
utilizar la limosna para otros fines y por la comprometida situación de las
tropas enviadas desde Sevilla, en número superior a los tres mil quinientos
hombres, para la conquista de Gran Canaria, en la que han fundado la Villa de Las Palmas, El Rey.
Camañas. Reg: Diego Sánchez. . (E.Aznar; 1981)
1480.
Entre otras cosas que el gobernador Pedro de Vera hizo, luego que envió preso a
Juan Rejón, fue mandar aprestar dos navíos, diciendo quería ir hacer guerra a
Tenerife, a los guanches, y hacer una entrada; y mandó a percebir doscientos
canarios de los que andaban en el real, haciéndoles grandes promesas y ruegos,
con intento de desembarazarse de ellos, enviándolos a Castilla, por la poca
confianza que de ellos tenía y por entender que, teniéndolos consigo, no se
podía hacer ningún ardid contra los canarios, que ellos no fuesen avisados de
éstos.
1480 Febrero (s.d.)
(s.i.) (F. 175). Iguala y composición de la capitulación que los doctores de
Talavera, Villalón y Lillo, del Consejo, firmaron en nombre de los reyes con
Alonso Quintanilla, contador mayor de cuentas del Consejo, y Pedro Fernández,
capitán de la mar, sobre la armada que éstos preparan para Gran Canaria. El
acuerdo mantiene los términos del memorial ya existente, fechado en Toledo el
24 de febrero de 1480, salvo en los 100.000 maravedís consignados para que un
mercader llevase ropa y otras cosas menudas; estos términos son: 200.000
maravedís de trigo y cebada, 250.000 maravedís del flete de los navios de Pedro
Fernández Cabrón y de otros que se han de mandar, 36.000 maravedís para el
capitán Pedro de Vera, 48.000 maravedís como sueldo de los veinte caballeros,
120.000 como sueldo de los cien vasallos de monte y 20.000 maravedís de los
gastos hechos por Juan Rejón; estas sumas más las que irán apareciendo antes de
la partida hacen 900.000 maravedís, de los que Alonso de Quintanilla pone
300.000 y Pedro Fernández 600.000, ofreciéndose a Pedro de Vera participar con
la mitad de la parte correspondiente a Pedro Fernández, debiendo proveer los
beneficiarios las gentes y navíos necesarios en un plazo de 10 años. Se concede
que durante l0 años ni el Almirante ni sus lugartenientes lleven derecho alguno
sobre las pesquerías y presas hechas en Gran Canaria, renunciando los reyes a
los quintos sobre cueros, sebo, esclavos y armazón y sobre las presas hechas en
las islas de infieles, salvo en la
Mina de Oro, y comprometiéndose a impedir que Diego de
Herrera haga presas en Gran Canaria y que concierte paces en Tenerife y La Palma. [falta el final]
(E.Aznar;1981)
1480 Febrero 3. Toledo
(f. 155). Orden al Almirante mayor de la mar, al guarda mayor de la saca del
pan de la ciudad de Jerez de la
Frontera y sus lugartenientes, y al concejo y vecinos de
Jerez de la Frontera ,
así como a los del Puerto de Santa María y demás villas de señorío del
arzobispado de Sevilla y del obispado de Cádiz, para que permitan al alcaide
Pedro de Vera, venticuatro de Jerez, o a quien su poder tuviere, sacar
doscientos cahices de trigo y doscientos de cebada para la gente que va o está
ya en la conquista de Gran Canaria y otros treinta cahices de trigo y veinte de
cebada para una fortaleza [el nombre está en blanco], bajo juramento de
emplearlos para tal fin. Se ordena que dicha saca tenga prioridad sobre
cualquier otra ya acordada. El Rey y la Reina. A vila. Acordada y señalada: Villalón y
Li//o. Reg: Diego Sánchez. (E.Aznar;1981)
1480 Febrero 4. Toledo
(f. 2). Orden al concejo y vecinos de Sevilla para que levanten en la ciudad y
su término cien ballesteros de monte que han de unirse a la gente que Pedro de
Vera, gobernador y capitán de Gran Canaria, llevará a la conquista de dicha
isla; dichos ballesteros han de presentarse con sus ballestas y almacén, y para
su alimentación se concede que tengan parte en las presas que allí se hagan. El
Rey y la Reina.
Camañas. Acordada y señalada: Villalón y Lillo. Reg: Diego
Sánchez. (E.Aznar;1981)
1480 Febrero 4. Toledo
(f. 154). Orden a los concejos y vecinos de las ciudades de Sevilla y Jerez de la Frontera y de la Villa de Lebrija, así como
al resto de villas y lugares de Andalucia, para que dejen sacar libres de todo
derecho el bizcocho y demas cosas necesarias para el aprovisionamiento de la
gente que está ya en la conquista de Gran Canaria y de la que ahora va al mando
de Pedro de Vera, capitán y gobernador de dicha conquista. El Rey y la Reina. Camañas.
Acordada y señalada: Villalón y Lillo. Reg: Diego Sánchez. (E.Aznar;1981)
1480 Febrero 4. Toledo
(f. 174). Poder a Pedro de Vera, gobernador y capitán de las islas de Canaria
para repartir, a las personas que viven o quieren ir a vivir a Gran Canaria,
los ejidos, dehesas y heredamientos de dicha isla, según lo que por sus méritos
o estado hubieren menester, y para nombrar los oficios necesarios, ya sean anuales
o vitalicios-. El Rey y la
Reina. Camañas. Acordada y señalada: Vil/alón y Lillo. Reg:
Diego Sánchez. (E.Aznar;1981)
1480 Febrero 4. Toledo
(f. 175). Orden a don Alonso Enríquez, Almirante mayor de la mar, y a sus
lugartenientes para que no perciban derechos sobre el pan enviado a Gran
Canaria ni sobre los esclavos que desde allí se traen, mientras que dure la
conquista, ya que dicha conquista pertenece a la Corona. (E.Aznar; 1981)
1480 Febrero 4. Toledo
(f. 2). Orden al concejo de la ciudad de Sevilla, para que rec1ute en su
término 100 ballesteros de monte, que deben unirse al gobernador Pedro de Vera
que marcha a la conquista de Gran Canaria. El Rey y la Reina. Camañas.
Señalada: Villalón y Lillo. Reg: Diego Sánchez. (E.Aznar; 1981)
1480 Febrero 4. Una real cédula promulgada en la metrópoli por los Reyes
Católicos en la ciudad de Toledo, ordena a Pedro de Vera, genocida y gobernador
impuesto de Tamaránt (Gran Canaria) que “proceda al repartimiento de todos los
exidos (campos de labor) y dehesas y heredamientos de a dicha ysla entre los
caballeros e escuderos e marineros e otras personas que en dicha isla están”.
Este repartimiento empezaría tres años antes de concluir la conquista de la
isla, que finalizó el 29 de abril de 1483.
Toledo (f.
II). Merced a Pedro de Vera de la gobernación y capitanía, así por tierra como
por mar, de la isla de Gran Canaria, cuya conquista junto a la de Tenerife
pertenece al rey, y de la alcaidía de la fortaleza de la villa del Real de Las
Palmas, recibiendo así mismo el cargo de corregidor, con autoridad para poder
disponer de los distintos oficios. Por esta carta se ordena a Pedro de La Algaba , alcaide de la
fortaleza, que entregue ésta al nuevo gobernador se otorga poder cumplido Pedro
de Vera para que resuelva las diferencias entre los capitanes de la conquista.
El Rey y la Reina.
Camañas. Acordada y señalada: Villalon y Lillo. Reg: Diego
Sánchez. (E.Aznar; 1981)
1480 Abril 13. Toledo
(f. 147). Comisión y poder cumplido a Diego de Merlo, asistente de Sevilla, y
al cronista Alonso de Palencia, ambos del Consejo Real, y a Pedro de Cervantes,
diputado provincial de la
Hermandad , y Juan de Lugo, vecinos de Sevilla, para que
entiedan en todo lo concerniente a la conquista de Gran Canaria y puedan enviar
navíos, gentes y mantenimientos a dicha conquista, con respaldo real. El Rey y la Reina. Álvarez de Toledo.
Reg: Diego Sánchez. (E.Aznar;1981)
1481. el invasor, capitán-gobernador colonial, Pedro
de Vera, envalentonado por los primeros
éxitos militares, organizó una segunda operación
de esclavización y despojo contra el Valle de Tirajana. Pero, con idéntico indomable tesón, los
naturales le embistieron por vanguardia,
retaguardia y flancos, obligándole a emprender la retirada, no sin dejar el escenario sembrado
de cadáveres de los invasores.
1480 Abri1 13. Toledo
(f. 177). Comisión a Diego de Merlo, asistente de la ciudad de Sevilla, y al
cronista Alonso de Palencia, ambos del Consejo Real, ya Pedro de Vera, capitán
y gobernador de Gran Canaria, para que averiguen los gastos habidos por Juan de
Lugo, vecino de Sevilla, y su compañía en el envío de dos naves y gentes de a
pie y de a caballo para la conquista de Gran Canaria, y que según la
capitulación firmada por éstos con Diego de Merlo y Alonso de Palencia,
representantes de los reyes, se les pagarían después de conquistada la isla o
antes de acabar tal conquista si con otra gente se hacía repartimiento.
Ordenándose a dichos comisionados que entreguen a Juan de Lugo copia del
montante de dichos gastos para que le sirva, junto con la carta de pago y la
presente carta real, para cobrar de las rentas de la isla y de los quintos que
en ella tiene el rey las cantidades debidas, y mandando al tesorero de las
bulas de conquista que
asiente el
traslado de esta carta en los libros y devuelva el original a Juan de Lugo. El
Rey y la Reina. Alvarez
de Toledo. Reg: Diego Sánchez. (E.Aznar; 1981)
1480 Diciembre 12. La Corona de Castilla envía
otra armada para reforzar las tropas de invasión en la isla Tamaránt (Gran
Canaria) se partió el capitán Miguel de
Moxica con los doscientos vizcaínos, los más ballesteros, despacharon los Reyes
Católicos con toda diligencia al asistente de Sevilla Diego de Merlo, que de la
gente que tenía Hernán Darias Saavedra, mariscal y provincial de la Santa Hermandad de
la Andalucía ,
proveyese luego dos compañías de jinetes y una de ballesteros, de las cuales
vinieron por capitanes Esteban de Junqueras, hidalgo valiente, con ciento y
cincuenta ballesteros, y el capitán Pedro de Santiesteban con treinta jinetes, y
el capitán Cristóbal de Medina, con veinte y cinco jinetes. Los cuales se
embarcaron en San Lúcar de Barrameda, en cinco navíos.
1481. Por si lo
había olvidado, el Católico recordó a Pedro de Vera el deber de continuar la
guerra, conquistando Chinech (Tenerife) y Benahuare (La Palma ). En albalá dirigida
al provisor de Villafranca, la reina expuso los planes para 1481: “los concejos
de las behetrías de mis regnos”, darían “todos
los galeotes e marineros que son obligados a me servir, cada e quando fisiere o
mandase faser armada”. Remitido un tercio para transportar la primera cosecha
de “omicianos”, los restantes quedarían en reserva, con destino a la armada
“gruesa”, que se proyectaba para abril. Recién terminados los movimientos de
Galicia, contra el Obispo de Santiago, abundaban caballeros inculpados, a causa
de la guerra. El 17 de enero de 1481, Isabel les invitó a servir “por su
persona” y a su costa, “con la gente” y durante el tiempo que acordasen con el
Justicia Mayor, nunca inferior a seis meses: “sepades que después que yo mandé
conquistar la Isla
de la Gran Canaria ,
e por la gracia de nuestro señor se ganó e los infieles della se convirtieron a
nuestra santa fe católica”, Pedro de Vera y “mis gentes e capitanes, que están
en la dicha costa”, emprendieron la conquista de Chinech (Tenerife y Benahuare (La Palma )”, igualmente "en
poder de ynfieles". Imposible “reducir... las dichas islas, sin que aya de
yr e vaya más gente”, para que los naturales fuesen “convertidos” o “lançados”
de la tierra, apelaba a los “omicianos”, por ser sus vasallos reacios al
servicio en las armas y caro el soldado profesional. Cumplido el tiempo
asentado, certificado de Pedro de Vera y Michel de Monxica, les haría libres de
culpa y de acudir a la guerra, por los días de su vida. (L. Al. Toledo)
1481.
Reconociendo Pedro de Vera que la fuerza toda de los canarios estaba en la
parte del poniente de Canaria, á la de Gáldar, y que allá no se podía ir sin
grave peligro por un risco atajado en el camino de montes y asperezas de más de
cinco leguas, fue de acuerdo que de aquella parte estuviese un fuerte para que
de él se les corriese la tierra, y por todas partes se les combatiese. Asistían
los más en las cuevas enriscadas de Tirajana, tierra agrísima, en Tirma,
Tazarte, Ancite que es un inexpugnable peñón, y Arjoda, con innumerables
asperezas. Mandó Pedro de Vera embarcar lo necesario, y rodeando la Isla halló por puerto capaz
al de qaete; cerca de la playa halló una buena y grande casa capaz que era fama
ser fábrica y habitación de los mallorquines que estas Islas frecuentaban antes
de la venida de Juan de Bethencourt por el año de 1360 en adelante, como
dijimos en el Libro Primero. Esta llamaban los canarios Roma, es cuadrada, de á
25 pasos la cuadra, por de fuera tiene muchos paredones y casillas llenas de
huesos de gentiles; es toda de piedra sola, regularmente puertas de piedras que
parecen de una sola, tal es su igualdad y ajuste sin mezcla de barro ni tierra,
de grueso de dos varas ó siete palmos muy largos; de ella al mar se sigue un
paredón con saeteras á modo de muralla, la puerta angosta á la parte del sur;
en ella se fabricó el fuerte subiéndola de tapias y maderos y tablas de palmas,
y en dos meses se acabó; puso en ella Pedro de Vera veinte hombres y por
Alcaide al capitán Alonso de Lugo; y
dejándole la orden más conveniente dio la vuelta al Real de Las Palmas. (Tomás
Marín de Cubas [1694] 1993)
1481. Dos años después de la victoria guanche
en Tirajana en otoño, el capitán-gobernador, Pedro de Vera,
envalentonado por los primeros éxitos militares, organizó una segunda operación
de castigo esclavización y despojo
contra el Valle de Tirajana.
Pero, con idéntico indomable tesón, los
naturales le embistieron por vanguardia,
retaguardia y flancos, obligándole a emprender la retirada, no sin dejar el escenario sembrado
de cadáveres. Ansite, una gran fortaleza
natural ubicada en Tirajana. Allí los canarios se habían hecho inexpugnables.
Pedro de Vera trajo a la isla a todos
los hombres disponibles y reos convictos desde las islas ya dominadas,
Titoreygatra (Lanzarote), Erbania
(Fuerteventura) y la Gomera ,
para lanzar una gran ofensiva. Avanzó con
todo este ejército hasta el pie de esta fortaleza. Seiscientos
hombres guanches y más de mil mujeres y
niños intentaron resistir. El converso y traidor Fernando Guanarteme (Thenesor Semidán) intentó
convencerles de que se rindieran y sólo recibió frases de desprecio e insultos
y llamándole Guayedra por traidor, pero persistiendo en el empeño logró
convencerles prometiéndoles buen trato por parte de los mercenarios de Pedro de
Vera. La mayoría se entregó, excepto
Bentehuy, el hijo del Guanarteme de Telde le dijo al traidor de su a su
tío y anterior rey Fernando Guanarteme,
enviado por los conquistadores españoles
para pactar la rendición de los canarios asediados en Ansite: Déjanos morir con honra… Canarias
existe: mírala en píe sobre estos
roques”.Y este glorioso Guanarteme y el Faycan de Telde, se dirigieron hacia un gran precipicio “y, gritando al cielo
¡¡Atis-tirma!!, abrazados se dejaron caer y desriscaron, sin poderlos estorbar
que no muriesen.” Lo mismo hicieron
otras dos mujeres, en otro risco, que hasta hoy se dice el Risco de las Mujeres”.
1481. El Papa Sixto IV
incluye los capítulos del Tratado de paz de Alcáçovas sobre Canarias, Fez y la
costa del continente africano en su bula Aeterní regís, de Roma, a 21 de
junio de 1481, con lo cual corrobora el Tratado entre Castilla y Portugal.
1481
Noviembre 30. Muere en combate el gran Doramas frente a los invasores españoles,
Marín de Cubas nos dejo una acertada descripción del suceso. “Bien sentidos los
españoles de las burlas pesadas de los canarios y sus atrevimientos, intentando Pedro de Vera el
castigo, por acuerdo de todos, salió día de San Andrés, miércoles, dejando
bastante guarnición en el Real, con 50 lanzas de á caballo y 200 peones, en
busca del enemigo camino de la sierra hacia el valle de Tenoya ó Tenoja antes
de Arucas; llevaban los caballos entre sí apartados, cogido mucho campo.
Capitaneábalos el general Pedro de Vera, llevaba
el pendón blanco de dos puntas con Castilla y León en señal de paz, como
siempre lo traía el Alférez Jáimez, dispuestos primero todos como cristianos y
hecha exhortación de hacer cada uno el deber á ley de bueno; habiendo caminado
una legua se veían algunos canarios armados que se iban juntando, y medía legua
adelante se vieron muchos en los riscos emparedados ó metidos en corrales de
piedra á modo de fortaleza, esperando llegasen á ellos; hicimos alto y de
improviso venían el valle arriba muchos canarios armados de montantes de palo,
muy presurosos á los caballos; era ésta la cuadrilla del afamado Doramas que
venían del mar donde se habían bañado hasta que la nueva de nuestra llegada les
hizo venir; disparándoles primero los ballesteros algunos tiros y otros de
fuego, más no dando lugar á más fuerza alancearlos, que se les hizo mucho daño;
pelearon algunos con gran reputación, tanto de los cristianos como de los
gentiles, y lo más célebre fue el estrago que hizo Doramas; meneaba en rueda
con una mano su espada, que no había á entrarle hombre alguno; otros tiraban un
dardillo que pasaba á un hombre armado y á un caballo, y de afuera los tiros de
fuego les hacían daño, y decía Doramas: "Llegad á mí seis, doce y veinte y
no tiréis de afuera", y siempre estuvo gritando y diciendo oprobios de
"perros fementidos, traidores", en su lengua; hacía muchos
movimientos con el cuerpo, ya retirado, ya descubierto, empleando sus golpes á
su salvo.
Viendo Pedro de Vera que se señalaba en mayores
estragos, le conoció y se fue á él; porque el primero que lo acometió fue Juan
de Rores, que picando recio el caballo se entró tanto que quebrándole Doramas
la lanza, también le quebró la cabeza del revés; siguióle Pedro López, soldado
de á pie, y también le llevó la espada de la mano, desbaratando otros de á
caballo; entraron otros dos, con Pedro de Vera, á rodearlo como á toro; el
primero sobre el costado izquierdo, que tal no juzgó Doramas, fue Diego de
Hoces, cordobés, que le hirió sobre la espalda derecha y llevó de retorno un
revés que le quebró la pierna izquierda; entró luego Pedro de Vera dándole
segunda lanzada por el pecho y luego le dieron un balazo en un brazo; al
primero dijo Doramas: "No te irás alabando"; á Pedro de Vera:
"No eres tú quien me ha muerto sino este traidor por detrás"; y por
último, "que no tirasen de afuera como perros traidores, que á todos
bebería la sangre"; y luego comenzó atontado, desangrándose, á pedir agua,
con las ansias de la muerte; juzgaron que quería bautizarse y fue para beber;
trájola uno de á caballo casi 80 pasos de allí en un sombrero alemanisco lleno
de agua; echáronla en un casco de hierro, bebióla y salía clara por las
heridas, y luego murió. Fue cortada la cabeza y traída delante por un canario
cautivo en una asta gruesa de sus camaradas, que se dejaron prender por no
desampararle; los otros canarios fueron de huída al verle ya herido; picaba el
sol, eran las diez del día; deshiciéronse los paredones y descansando algún
poco dio Pedro de Vera la vuelta al Real. Estuvo muchos días en la Plaza de San Antón la cabeza
para escarmiento de atrevidos; la espada de palo que él jugaba con una mano
como si fuera una caña no podía un español á dos manos bien menearla; la fuerza
que tenía dio admiración á todos; no era muy alto de cuerpo, mas era grueso,
ancho de espaldas, gran cabeza, el rostro redondo, las narices pequeñas y muy
anchas las ventanas, la edad mediana, bien repartido de miembros.” (Tomás Marín
de Cubas [1694] 1993)
1483. Un de las
batallas más cruentas de llevada a cabo durante la invasión de Tamaránt (Gran
Canaria) por los castellanos fue la de Ajodar, en el transcurso de la misma, su
pudo haber cambiado el curso de la historia colonial de nuestra nación, de no
haberse interpuesto el converso Thenesor Semidan, totalmente entregado a la
causa de los invasores, quien con su intervención evitó el total aniquilamiento
del ejército mercenario invasor. La economía castellano-aragonesa no hubiese
podido soportar los costos de otra armada, (la invasión y conquista de las islas
de Benahuare(La Palma )
y Chinech (Tenerife) fueron concedidas a mercenarios y empresarios privados a
cambio de los despojo del botín consistente en
eslavos, ganados y tierras) por lo cual posiblemente los proyectos de
ocupación de la isla hubiesen sido postergados, dando tiempo a la
reorganización de los canarios los cuales ya conocían las técnicas de guerra de
los invasores y además podían disponer de las armas modernas arrebatadas a los mismos.
1483 Enero.
En los inicios del mes, partió el sanguinario conquistador, general Pedro de
Vera con lo más lucido de sus tropas, pasando por Arucas y la costa de Lairaga,
asentándose en Gáldar mientras esperaba a su cuerpo auxiliar de gomeros
comandados por Herrera que partían desde Agaete.
Es aquí donde averigua Vera el punto exacto donde
se encuentra el último baluarte de resistencia, donde los defensores siguen
fuertes al mando de Bentejuí, acompañados del faicán de Telde y de la princesa
Arminda, que además era muy respetada por los canarios, por ser la heredera de
Guayasen. El sitio, en concreto, es el Bentaiga, un roque que destaca por una
altura de sesenta metros sobre el sitio más alto de la montaña de Tejeda, de
magníficos acantilados de basalto, que la hacían inexpugnable.
En la base, donde descansa el roque, se
encontraban cuevas grandes que demostraban lo importante de este asentamiento
indígena. Unos estrechos peldaños, hechos por la mano del hombre, permitían
peligrosamente acceder hasta la plataforma, donde se celebraban ceremonias de
culto por el rito de la
Iglesia del Pueblo Guanche, y en aquel momento, donde también
hacía las veces de lugar de encuentro para debatir la defensa de la patria.
En la cima se encontraban los guerreros y
valientes, que luchaban con su vida, para no someterse a los bárbaros
invasores. Luchar por la libertad, por la patria, contra las vejaciones, el
expolio y la esclavitud.
1483 Abril 29. Los últimos canarios que resisten a las tropas de la Corona de Castilla se
rinden en la fortaleza natural de Ansite ante la imposibilidad de seguir
luchando por la independencia de Tamaránt (Gran Canaria). Ante la rendición en
masa de los pocos guerreros que aún mantenían la lucha, Bentejuí, último
guanarteme de la Isla ,
y el faycán de Telde, se suicidan arrojándose al vacío desde las alturas de
Ansite. Otros muchos optaron por el suicidio antes de caer vivos en manos de
las tropas mercenarias castellanas. Con este triste pero heroico capítulo
culminó la ocupación y conquista de la
Isla de Tamaránt (Gran Canaria) tras cinco años de guerra
continúa desigual y heroica defensa por parte de los canarios.
Los invasores
castellanos dan por hecho, la ocupación
de la isla de Tamaránt aunque esta no fue efectiva hasta que la Princesa Arminda
(conocida por los invasores como Almendrabella)
fue entregada de manera previamente pactada con los invasores en un
pre-acuerdo, tal como recoge el historiador don Tomás Marín de Cubas:“[...]
Bajaron del peñón de Ansite todos los nobles canarios de cabello largo y rubio,
sin armas, acompañados de Guadartheme, rendidos ante Pedro de Vera, dando la
obediencia al Rey de Castilla en su nombre y de la Señora , única heredera de
toda la tierra, hija única de matrimonio, del legítimo y verdadero señor
Guanache Semidán, tío del Guadartheme y otros Gaires y Faisajes, que ellos
daban su palabra de llevarla á entregar al Real de Las Palmas en cogiendo sus
panes, que sería después de San Juan. Mucho insistió Pedro de Vera que viniese
luego, más llevóse en rehenes consigo ciento sesenta canarios de los más
esforzados y que asistiese con Guadartheme y se fuesen a vivir a Gáldar.”
(Marín de Cubas, [1.694] 1.993:165)
1476 Abril 29.
Martes a las diez de la mañana diose fin aquí á la invasión y conquista por
parte de los españoles de la isla Tamaránt.
Bajaron del peñón de Ansite todos los nobles
canarios de cabello largo y rubio, sin armas, acompañados de Guadartheme, rendidos ante Pedro de Vera,
dando la obediencia al Rey de Castilla en su nombre y de la
Señora , única
heredera de toda la tierra, hija única de matrimonio, del legítimo y
verdadero señor Guanache Semidán tío de Guadartheme y de otros Gaires y
Faisajes, que ellos daban su palabra de llevarla á entregar al Real de Las
Palmas en cogiendo sus panes, que sería después de San Juan. Mucho instó Pedro
de Vera que viniese luego, mas llevóse en rehenes consigo ciento sesenta
canarios de los más esforzados y que asistiesen con Guadartheme y se fuesen á
vivir á Gáldar.
1483. En el verano
hubo un levantamiento parcial de los guanches, quienes ajusticiaron a algunos
frailes, los que arrojaron por el risco del Lentiscal; probablemente a los dos
dominicos que acompañaban a Pedro de Vera: Fray Pedro de las Cañas y Fray Juan
de Lebrija, encubridores de los desmanes del capitán invasor.
1485. Desde que las
islas se conquistaron, la esclavitud fue una de las instituciones que más se
arraigaron en las costumbres, adquiriendo esclavos ya por medio de presas en el
vecino Continente, ya por compras a los buques negreros que iban con ese objeto
a Guinea, o por repartos al rendirse cada una de las islas. Estas adquisiciones
se trasmitían luego por los medios que reconoce el derecho y se enumeraban en
los testamentos, en- tre el ganado que formaba parte de la herencia.
El obispo don
Juan de Frías legaba en 1485
a la fábrica de su Catedral tres esclavos que tenía,
cuyos nombres consigna en su donación, “E así mesmo el dicho Sr. Obispo dijo,
que por cuanto tenía siervos e esclavos e esclavas entre los cuales tenía tres…
e otro que compró al provisor Diego Sánchez, que los daba… a la fabrica de la
dicha Iglesia Catedral de Canaria”.
Año 1487: Las
continuas tropelías, exacciones y vida licenciosa llevada por el joven y
pervertido criollo Fernán Peraza, que las quejas llegaron al trono de Castilla,
mandado a llamar a la Corte
por la Reina Isabel
y, oídos los cargos que pesaban sobre el libertino por la venta como esclavos a
doscientos de sus súbditos gomeros, con la connivencia de unos patrones de Naos
de San Lucar de Barrameda, la
Reina , como era habitual en ella arrimó la braza para su
sardina, y castigó al disoluto Fernán Peraza a casarse con la envenenadora y
ninfomana Beatriz de Bobadilla, quien era dama del afecto del Rey Fernando.
”Matando así dos pájaros de un tiro”.
1487 Enero 20. En Real Cédula expedida en Salamanca, decían los reyes de la metrópoli: «Por cuanto Nos mandamos conquistar la isla de Gran Canaria, que los infieles enemigos de nuestra santa fe católica tenían ocupada, e después que la hubimos para Nuestro Señorío por la gracia de Dios, por nuestro mandado la dicha isla fue poblada de gentes de nuestros Reinos e la encorporamos e habernos por encorporada con nuestro patrimonio e Corona Real. E por cuanto por los vecinos e moradores de la dicha isla nos fue suplicado e pedido por merced que le diésemos nuestra carta, en que les asegurásemos e le prometiésemos, que agora ni en tiempo alguno ni por alguna manera la dicha isla no será enajenada ni apartada de nuestra Corona Real; Nos, por hacer bien e merced a los dichos vecinos e moradores e pobladores de la dicha isla, e porque de aquí en adelante mejor se puede e sea más noblecida, por la presente seguramos e prometemos e damos nuestra fee e palabra Real, como Reyes e Señores, por Nos e por los Reyes nuestros subcesores, que después de Nos vernán, que agora ni en tiempo alguno no enajenaremos ni enajenarán, ni apartaremos ni apartarán la dicha isla, ni cibdades, ni villas, ni lugares de ella ni de parte della con término de Señorío poblado o despoblado excepto la por Nos mandado dar al Obispo que es o fuere de la dicha isla e si lo ficiéramos Nos o cualquiera de Nos o los Reyes que después de Nos fueren queremos sea de ningún valor ni efectoe que para siempre jamás se guarde esta merced»
1488. Tras
la rebelión de los Gomeros de 1488 Pedro Aguachiche fue expulsado junto a
doscientos gomeros más a la isla Tamaránt (Gran Canaria). El invasor y genocida
al servicio de Castilla Pedro de Vera Mandó apresar a todos, y ordenó ahorcar a
los hombres, y vender a las mujeres y los niños como esclavos. Aguachiche fue
subido en la horca, y por el peso que ya soportaba ésta por los otros que se
encontraban allí, calló al suelo. Pedro de Vera ordenó entonces que lo ahogaran
al día siguiente, y así lo tiraron con las manos y los pies atados. Cuenta la
crónica de Marín de Cubas que, antes de la llegada del barco a puerto, ya se
encontraba allí Aguachiche sano y salvo. Pedro de Vera ordenó que fuera ahogado
de nuevo al día siguiente, y nuevamente Aguachiche consiguió liberarse,
alegando nuevamente de manera astuta que se había librado gracias a la "intervención"
de Santa Catalina. A partir de aquí Aguachiche pasó al servicio de Alonso
Fernández de Lugo, y participó en la conquista de La Palma y Tenerife.
1488 Julio 23. Recluta en Galicia de algunos “Ilustres” soldados para la
conquista y “civilización” de las islas
de Benahuare (La Palma ) y Chinet (Tenerife):
<<Doña Ysabel,
Por La Graçia De
Dios Reyna De Castilla E De Leon, De Aragon...,Sepades Que Después Que Yo Mandé
Conquistar La Isla De
La Gran Canaria ,
E Por La Graçia De
Señor Se Ganó E Los Infieles Dellas Se Convirtieron A Nuestra Santa Fee
Catolica, Yo, Entendiendo Ser Cumplidero E Serviçio De Dios E Mio E En
Acreçentamiento De Nuestra Santa Fee Católica, He Mandado Conquistar Las Islas
De Tenerife E La Palma ,
Que Están En Poder De Los Infieles, E Para Ello E Enviado Mis Gentes E
Capitanes Que Están En La
Dicha Conquista ; E Porque Las Dichas Yslas Non Se Pueden Ansy
Enteramente Acabar De Ganar E Reducir Los Infieles Dellas A Nuestra Santa Fee
Sin Que Pueda Ir E Vaya Más Gente Para La Dicha Conquista ; E
Acatando Cuanto Nuestro Señor Diós Sería Servido Que Los Dichos Infieles Sean
Convertidos A La Dicha
Nuestra Santa Fee O Sean Lançados De Las Dichas Islas;....E
Por Cuanto Yo Soy Informada Que En El Eryno De Galicia Ay Alguna Personas Que
Han Fecho E Cometido Algunos Delictos De Diversas Calidades E Salteamiento De
Iglesias E Monasterios E Otros Excesos Que Se Ha Fecho, Por Lo Cual Han Caydo E
Incurrido En Diveras Penas Çeviles E Creminales...Por La Presente De Mi Propio
Mutuo E Çierta Ciencia E Poderío Real Absoluto,...Podades Acordar E Acordades
Co Ellos, E Cada Uno De Ellos, Que Vayan A Servir Por Sus Personas A Las Dichas
Yslas, E Con Cuanta Hayan De Yr, E A Su Costa, Al Dicho Serviçio A La Dicha Conquista De
Las Dichas Islas, Por El Tiempo E Tiempos Que A Vos Bien Visto Fuere, Con Tanto
Que Non Puedan Ser Menos De Seys Meses, Contados Desde El Dia Que Se
Presentaren Ante Pedro De Vera, Mi Gobernador E Capitán De Las Dichas Yslas, E
Ante Michel De Moxica, Mi Receptor En Ellas, Fasta Ser Conplido Dicho Tiempo; E
Prometer E Segurar En Mi Nonbre Que Las Tales Personas Que Asy Sirvieren En Las
Dichas Islas(Borrón) Staren El Dicho Tiempo, A Su Costa Como Dicho Es, ...Sean
E Serán Por Mi Perdonados De Todos E Cualesquier Crímenes E Excesos E Delictos E
Robos E Fuerças E Muertes De Ome E Salteamientos De Caminos E Quebrantamientos
De Iglesias E Monasterios E Otros Cualesquier Delictos,... Dada En La Çibdad De
Murcia, A XXIII Dias De Jullio, Año Mill E Quatroçientos E Ochenta E Ocho
Años.- Yo El Rey E Yo La
Reyna.= >>
1490. Decidida por
Maldonado y Saavedra la empresa de la invasión de Chinech (Tenerife) y madurado
el proyecto, se acordó convocar las tropas reclutadas en Canaria y
Fuerteventura y embarcarlas en el puerto de las Isletas, para caer con ellas por
sorpresa sobre las desiertas costas de Añazu (Santa Cruz).
Así se
verificó en la primavera de aquel año y, como la travesía era de pocas horas,
se hallaron los buques fondeados en aquella rada antes que los guanches
pudieran advertir su presencia. Sin embargo, aquella soledad no se prolongó
largo tiempo, pues los guanches estaban siempre alerta sabiendo, tal vez, que
la isla vecina había pasado ya el poder de sus enemigos. El mencey de Anaga,
rey de aquel distrito, al ver los buques reunió al momento un buen número de
guerreros, gente dispuesta y ágil, y apostándose con ellos en la cuesta esperó
en una buena posición el ataque de los invasores. El inexperto e impaciente
Maldonado, después de desembarcar sin dificultad sus tropas, compuestas de 150
soldados entre castellanos y canarios, sin esperar a Saavedra que con las
milicias de Fuerteventura se hallaba todavía a bordo, se alejó de la playa y
principió a trepar la cuesta de Ufru (Ofra), llena entonces de matorrales y
difíciles pasos, esperando con esta precipitación llegar al llano antes que
pudieran oponerse los guanches; pero éstos, saliendo de su emboscada en el
sitio más peligroso y 1anzando sus piedras y dardos en medio de sus
acostumbrados gritos, detuvieron la marcha del gobernador, quien, a pesar de la
sorpresa, pudo sostener el choque y esperar a Saavedra que oportunamente vino a
socorrerlo.
Con este
auxilio, y aunque en sitio tan desventajoso, pudo prolongarse la lucha y dar
lu-
gar a que los
jefes acordasen una prudente retirada que se verificó en buen orden y con
lentitud, llevándose sus heridos y embarcándose todos sin dilación, no siendo
hostilizados por los guanches, satisfechos con haber obtenido aquella fácil
victoria, la cual sería conocida como la batalla de Ufru (Ofra).
Los invasores,
dejando cien hombres muertos en la cuesta y un número considerable de heridos,
regresaron a Canaria avergonzados de su derrota y dispuestos a no repetir tan
inútiles y costosas aventuras.
1490 Febrero 20. Ecija
(f. 144). Sobrecarta a Diego López de Raro, gobernador del Reino de Galicia, y
a las justicias, especialmente las de dicho reino, para que guarden a Alonso
Rodríguez, vecino de Santiago, el perdón concedido por la Reina , en carta a don
Fernando de Acuña, gobernador que fue de dicho reino, a favor de los homicidas
del Reino de Galicia que sirvieron a su costa seis meses en la conquista de
Gran Canaria, de lo que tiene carta de servicio de Pedro de Vera, gobernador de
dicha isla. El Rey y la
Reina. Parra. Johannes. Alonso. Antonius. (E. Aznar; 1981)
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