TOMADO DEL
LIBRO INEDITO:
EL MENCEYATO DE
TEGUESTE: APUNTES PARA SU HISTORIA
CAPITULO I
(PARA ESTA SEPARATA)
Eduardo Pedro García Rodríguez
Tejina
Tejineros/as
Es un Achimenceyato del
Menceyuato de Tegueste y actual
pueblo costero del nordeste de la isla Chinech
(Tenerife) perteneciente al municipio de La Laguna. En el año 2010
contaba con más de 7.000 vecinos.
El origen del topónimo no esta
suficientemente dilucidado, por lo que se viene prestando a diversas
interpretaciones, unas recurriendo a las tan socorridas leyendas cuando no se
dispones de fuentes documentales que justifiquen el origen del nombre, otros
emiten afirmaciones sin mencionar las bases documentales escritas u orales en
que sostener sus asertos, así la cuestión vamos a reproducir algunos de estos planteamientos
y que el lector asuma aquel que crea más fiable.
En una lista, no exhaustiva, de
antropónimos mazigios de Tunicia, Tasaâdit Yacine, directora del Cahier
d'Études Berbères “Awal”, recoge el de 'Tajina' (núm. 26 de esa publicación,
2002:87). En ese nombre la /j/ suena como en el nombre catalán Jordi, y así
debió pronunciarse la /j/ de “Tejina” a principios del siglo XVI en castellano,
tras la Conquista.
(Cf. Rafael Lapesa, _Historia de la lengua española_1981:371.)
Por otra parte, determinado lugar
en la llanura del río Sebú (Marruecos) es denominado “Tidjina” (J. Célérier, in
“Hesperis” 1922:220). En este topónimo el dígrafo /dj/ se pronuncia como
en el nombre inglés John.
Y en tuareg, el término “tajana”
(pl. “tijaniwín”) significa “pueblo (localidad”). En esta voz la /j/ se
pronuncia también como en Jordi. (Comunicación personal del investigador Manuel
Suárez Rosales).
El investigador Buenaventura Pérez Pérez recoge dos topónimos
referidos a Tejina en los siguientes
términos: Tejyne, Rf: BPP-1.229/C.
Dª Ten: Año 1504. Ofc. Tejina, en Guía de Isora.
Tenejía: (teg/lag) Rf: 1.232/C. Variante de Tehangía, este topónimo
lo sitúa entre tegueste y La Laguna, por lo que cabe la
posibilidad de que se refiera a la actual Tejina.
Algunos autores dejando volar su fantasía
afirman que el topónimo Tejina, proviene de una mujer guanche
que se enfrentó a la invasión portuguesa de la zona.
Historia de la Princesas Guamasa, leyenda moderna de autor anónimo donde
se hace mención a una supuesta Princesa Tejina:
”El antiguo
pago de Guamasa del lugar de Tacoronte debe su origen a una historia
de amor que se remonta al tiempo de los guanches. Guamasa y Tejina eran
hijas de Acaymo, éste descendiente de Rumén y nieto de Tinerfe el Grande.
Acaymo fue el último mencey de Tacoronte,
uno de los nueve reinos o menceyatos de la isla. La joven Guamasa se enamoró del gallardo Teguaro, surgiendo entre ambos un
idilio prohibido por la diferencia de linaje. Buscaban el encuentro a
escondidas y comprendiendo que su amor no sería aceptado se pusieron de acuerdo
para escaparse. Lo hicieron así y marcharon hacia los aledaños de la laguna de Aguere, donde construyeron su cabaña en
un paraje extraviado. Al enterarse Acaymo se enfureció y la pareja recurrió a Tejina, hermana de Guamasa, para que mediara ante el enojado mencey, quien no daba su
brazo a torcer. Sin embargo Acaymo acabó por aceptar la relación amorosa y
Teguaro se casó con Guamasa,
recibiendo ésta en dote una llanura junto a los predios del Rodeo. Al tiempo,
Teguaro faltó al respeto conyugal y protagonizó historias de amor con otras
mujeres, lo que motivó que Acaymo lo desterrara. Teguaro se fue a las montañas
y una noche perdió la vida al caer por un barranco, mientras que Guamasa murió de soledad y tristeza en
la llanura que lleva su nombre.”
“Con estas líneas pretendo aclarar la confusión que existe cuando nos referimos a estas dos reinas guanches (Tejina y Tegina) de Achinech.
Tejina: Hija de Guantacarchico y Calaia, esposa del mencey de Anaga, Beneharo; madre de las Princesas Guacimara y Kathaysa. Se suicidó, una vez perdido su esposo e hijas, desde La Atalaya tejinera, habiendo sido consumada la conquista de Achinech por los masacradotes españoles.
Tegina: Hija del Mencey Acaymo de Tacoronte y de Imoba Tauxo, esposa del
mencey de Tegueste: Madre del Príncipe Teguaco. Sobrevivió a la conquista, y
asesinado su esposo, permitió que la bautizasen con el nombre de Aldonza Tacoronte, casándola con un capitán
español, llamado Alonso Benítez.” (Betzenuya, 2010).
Continuando
con esta línea especulativa en torno al origen del topónimo Tejina, la autora María José Ruiz Guadalberto Hernández en su libro La Fiesta de San Bartolomé de Tejina, haciéndose
eco de un trabajo de Nicolás Pérez García, nos dice:
"Hace más de cinco siglos, el menceyato de Tacoronte que
gobernaba el rey Acaymo, debió presentar la imagen de un lugar de eterna
primavera, poblado por aborígenes sencillos, valientes y amantes de sus
derechos y libertades, sujetos a las
leyes de la naturaleza. (...) Acaymo de Tacoronte tenía una estrecha relación con el principado o señorío de Tegueste II, dominio limítrofe que estaba bajo
el feudo de Bencomo, al igual que las tierras de Punta del Hidalgo. El príncipe Tegueste fue uno de los dos hijos
de Aguahuco el bastardo, que tuvo la más pequeña herencia de Tinerfe el Grande.
El mayor de ellos, Tegueste, casó con la
princesa Tegina, hija del poderoso Acaymo de Tacoronte.
La dote de Tegina fueron dos valles vecinos, uno de los cuales lleva su
nombre y el otro el de su esposo. Zebensuí era el hermano menor, llamado "Hidalgo Pobre" (...) siendo sus posesiones
lo que hoy se conoce como Punta del Hidalgo. (...) Los reinos del norte
de la isla: Taoro, Tacoronte,
Anaga, Tegueste y Punta del
Hidalgo, fueron los que se confederaron
en una liga para hacer frente a los usurpadores extranjeros, venciendo a Lugo y sus soldados en la Matanza de Acentejo"
m. Esta cita confirma la existencia de pobladores en los valles de Tegueste
y Tejina y su capacidad organizativa
en el S. XV. (María José Ruiz Guadalberto Hernández,
2002).
En este texto el autor convierte al mencey de tegueste en “príncipe” es
decir en achimencey y además lo hace hijo de Aguahuco y además “bastardo”
concepto este que en la sociedad guanche carecía de las connotaciones
peyorativas que le daban los invasores cristianos al termino, en todo caso era
hijo de una esposa Cucaha, y no de la esposa principal, por otra parte, Aguahuco
es el nombre guanche del Achimenceyato
denominado por los invasores como Punta del Hidalgo Pobre. El concepto de
“dote” tal como lo entendían los invasores y colonos españoles no se usaba
entre nuestros ancestros, simplemente se repartían la influencia política entre
la familia del mencey del gobierno del
territorio estando al frente de los achimenceyatos
y auchones los parientes más
próximos del monarca.
En cuanto a la independencia del Menceyato de Tegueste de cualquier otro de la isla esta documentalmente
confirmada por un documento extendido por invasores europeos el 21 de junio de
1464 conocido como:
Acta del Bufadero
“Ansioso Diego de Herrera de dominar en Tenerife,
preparó una expedición de 500 hombres en tres navíos, desembarcando parte de su
gente por las playas del Bufadero, pero viendo que los guanches se disponían a rechazarlo, cambió de
táctica y envió un mensajero para celebrar un tratado de paz con aquellos, de
lo cual levantó acta el escribano publico Fernando do Párraga, cuyo documento,
fechado el 21 de junio do 1464, f3) le sirvió a Herrera para demostrar que los
nueve Menceyes le habían prestado obediencia y ejercía dominio en la isla. Dicho
instrumento público comienza así:
A todos cuantos esta carta viéredes, que Dios honre y
guarde de mal: Yo Fernando do Párraga escribano público, en la isla de
Fuerteventura en lugar de Alfonso de Cabrera escribano público en las islas de
Canaria por mi señor Diego de Herrera, señor de las dichas islas, con la
autoridad y decreto que el dicho señor me dio, vos doy fe y fago saber que en
presencia de mí el dicho escribano, e de los testigos que de yuso serán
escritos, en como un sábado, veinte y un días del mes de junio, año del
nacimiento do nuestro Salvador Jesucristo de mil e cuatrocientos e sesenta e
cuatro años, estando en la isla de Tenerife, una de las islas de Canaria, en un
puerto que se llama el Bufadero estando ende el dicho señor Diego de Ferrera
señor de las dichas islas, con ciertos navíos armados con mucha gente que traía
en los dichos navíos, vinieron ende parecieron ante el dicho señor el gran Rey
de Imnbach, de Taoro, el Rey de las Lanzadas, que se llama Rey de Güimar. El Rey de Anaga El Rey do Abona.
El Rey de Tacoronte. El Rey de Benicod. El Rey do Adeje. El Rey de Tegueste.
El Rey de Dante.
E todos los sobredichos nueve Reyes, juntamente
(hicieron reverencia y besaron las manos al sobredicho señor Diego de Ferrera
obedeciéndolo por señor; presentes los Trujomanes, que ende estaban, los cuales
eran Rey de armas que la lengua de la dicha isla de Tenerife...”
En otro pasaje de la citada acta, leemos: “E luego el
dicho señor Diego do Herrera dio ende sus navíos gente, e decendió, y subió por
la tierra arriba, bien cerca de dos leguas, con los dichos Reyes, hollando la
tierra con sus pies, en señal de posesión, y cortando ramas de árboles, que en
la dicha isla estaban, e los dichos Reyes metiéndolo en la dicha posesión
pacíficamente, non gelo conturbando, ni contrallando persona alguna; yendo con él por la dicha
tierra acompañándole, e faciéndole todo agasajo, e servicio que podían...”
Este documento, como ya hemos dicho, no tiene, a nuestro
juicio, más valor sino el querer demostrar Herrera que la isla de Tenerife
estaba sometida a sus armas. Lo único que parece cierto es que Herrera haría
algún convenio con un cabecilla del litoral para sacar madera, especialmente
pinos; que es posible levantara una torre donde dejó alguna guarnición, y que
pretendió catequizar a los habitantes de la costa, a cuyo efecto trajo la
imagen de la Virgen
de Candelaria. Muy poco duró ese dominio insignificante: los guanches
derruyeron la torre, y expulsaron a los intrusos con harta mengua para sus
armas.
Además, se advierte a primera vista que el acta
levantada por el escribano Párraga, está redactada a gusto y conveniencia de
Herrera, pues no aparece refrendada ni consentida por ninguno de los jefes guanches:
también es muy significativo que de los nueve jefes, uno tan sólo aparezca con
nombre propio, el Rey Imobac, de Taoro; al de Guimar se le designa con un
sobrenombre, y a los restantes por el distrito en que ejercían soberanía. Y es
evidente que si esos reyes se hubieran presentado ante Herrera, el escribano
Párraga habría consignado sus nombres.
Por último, conociendo el carácter altivo e
independiente de los guanches, es imposible aceptar que los nueve Menceyes de la Isla acudieran al solo requerimiento
de un extranjero para someterse a su voluntad, el cual apenas contaba con 400 o
500 hombres para hacerse respetar.
Por eso el criollo Viera y Clavijo se burla de esa
toma de posesión, cuando dice: que sólo se sacó de ella “una gran certificación
en pergamino”.
La familia de Acaymo Daniaga en los
documentos
Acaymo Daniaga. Cristianizado por el
rito católico como Fernando Tacoronte
casado con su prima María Hernández, o Fernández, viuda de Diego de Güimar, la que falleció en La Laguna, y otorgó testamento
ante Alonso Gutiérrez, en 1º de marzo de 1520, folio 499, dejó ordenado que se
le enterrase en la Parroquia
de la Concepción
de La Laguna,
de este matrimonio nacieron los hijos siguientes: Francisco Hernández Tacoronte,
que casó con la guanche Leonor Alonso,
avecindados en Acentejo,
testó ante Sebastián Pérez, registro de 1526 y 27, folio 304, dejó siete hijos,
Juan Hernández Tacoronte, casó con la también guanche Bárbola Pérez, en
1550, de quien tuvo a Sebastián García y Gaspara Hernández; en Los Realejos, en
el año 1540 firmó poder para representación a la corte española, falleció en
1561. Héctor Hernández, casado con María Jordán, se avecindaron en el Sauzal;
María Rodríguez y Hernández, quien casa con Andrés Díaz Fortuna guanche; Luís
Hernández Tacoronte, casado con la guanche Luisa de Vera, se
avecindaron en Adeje;
Fernando/Hernando (o Fernando) Tacoronte, (el segundo) casado
con María González, guanche; Antón Hernández Tacoronte, fijó su
residencia en Candelaria, Juana
Tacoronte, (entenada o hijastra de Fernando Tacoronte)
casada con Juan de la Barquilla. Díaz Dorta
recoge además: Inés
Hernández Tacoronte. (Chaurero n Eguerew).
Lo cierto es
que el topónimo Tejina figura en las
datas de repartimiento desde el año 1500
y, esta recogido como apellido de un noble
guanche cristianizado en los protocolos de Hernán Guerra, desde 30
de agosto de 1510, al fol. 330 r.: Pedro Guantejina,
natural, otorga testamento. Dispone que los clérigos de
esta isla, que se hallaren presentes, le digan sendas misas
y el cura de réquiem con sus nocturnos y letanías; le digan un
treintenario abierto y se les pague lo que es costumbre. Manda que
paguen las deudas conocidas por testigos y escrituras públicas. Que
den a Nuestra Señora de Candelaria 4 doblas y a Nuestra Señora
Santa Ana otras 4 doblas, a Nuestra Señora María de Gracia
1 dobla, al Señor Santo Espíritu otra dobla, al Señor San Francisco
2 doblas, a Nuestra Señora de Guadalupe otra dobla. Que den
a Bartolomé, su sobrino, criado de la mujer de Enrique de Morales,
60 castrados para ayuda de su rescate. Del ganado que tiene
en esta isla, deja la mitad a Bartolomé y la otra mitad a Inés
Fernández, su mujer. Nombra albaceas a Juan Perdomo y Guillen
Castellano. Nombra herederos universales a su mujer y a su
sobrino Bartolomé “que es mi primo, hijo de hermanos”; las casas
en donde mora serán para su mujer, pues no entran en la partija.
Manda que den a Alonso de Bonilla 1 dobla y 2 reales, a Bastían,
su criado, 3 doblas que le debe; a Don Diego, hijo del rey de
Anaga, 3 doblas menos 1 real; a
Sebastián de Anaga 1 dobla; i
Andrés Francés 68 cabrillas de un año por San Juan de junio venidero.
Le debe Pero Báez, peguero, 44 reales de queso que le vendió;
Gaspar Guanche 27 quesos, y más tiene que darle 25 quesos de la renta del
ganado de Andrés. Paguen a Alonso de Bonilla 4 reales. Manda que
den un asno a su mujer. Confesó deber a Fernán Martín de
Espinar 13 reales y 13 mrs., y a Don Diego, “labrador”, 10
reales, y se pague a Alonso de Abona 4 reales. Debe Gaspar 17 que-los
que ha de recibir la de Gaspar por su hermano. Ts.: García le
Alcubillo, Alonso Velázquez, Gonzalo, levador, Fernán Esteban Cárdeno
y Pedro de Aday de Güímar.—Fernán Esteban Cárdeno.
Al fol. 637 r., de fecha 23 de octubre de 1511: Pedro
Guantijama, guanche, reconoce deber a García de León 23 reales por
ropa que le compró; le pagará en dineros de contado, en Pascua
Florida de 1512. Ts.: Alonso de las Hijas y Fernán Esteban.—Fernán
Esteban.
En 27 de noviembre de 1511 al fol. 653 r. Pedro
Guantejina recibe poder de la hija del mencey Abona: Bartolomé
Enríquez, natural, marido de Constanza, hija del rey de
Abona, otorga poder general a Pedro Guantejina, v°. Ts.: Alonso de Espino,
Fernán Esteban, vs. y ests.—Fernán Esteban Cárdeno.
Vestigios arqueológicos guanches en Tejina
En Tejina, se sabe que antiguos poblados guanches han quedado debajo
de las actuales construcciones. El historiador y arqueólogo José Farrujia teme
que de mantenerse esta indiferencia por parte de la Administración,
ciertas facetas que definen la historia y la identidad de los pobladores
originarios de esta zona de Tenerife “se pierdan para siempre por su mala
conservación y no podamos comprobar si sus costumbres repetían los patrones que
hemos observado en el resto de la
Isla”.
Barranco de Milán, en Tejina
La importancia arqueológica, etnográfica, cultural y
natural en esta impresionante cuenca, que a pesar de los numerosos trabajo y
estudios arqueológicos realizados hasta la fecha, hay otras cuevas con restos
humanos, la pared menos explorada
esconde tesoros que no se puede ni cuantificar ni cualificar, todos los historiadores y expertos que han
accedido al barranco sostienen que es uno de los más ricos de la Isla desde el punto de vista
arqueológico, hace algún tiempo recogió una piedra molino y otras piezas,
aunque han desaparecido concheros, trozos de cerámica y, huesos humanos.
La presencia en el barranco
de numerosas cuevas aptas para ser utilizadas como lugares de habitación y la
cercana presencia de agua, muestran el valor del lugar, lo que lo convirtió en
una unidad de poblamiento muy importante en época de nuestros ancestros de la
isla de Tenerife. En el tramo que recorre este barranco por el actual municipio
de Tegueste, conocido como barranco
de Agua de Dios, pero que como queda dicho su nombre guanche es Barranco de Diyo, que se ha declarado Bien de
Interés Cultural con la categoría de Zona de Patrimonio Arqueológico (2006), se
han encontrado una treintena de cuevas, las
cuevas que existen en el barranco de Milán habitaron los primeros pobladores de
esta zona de la isla.
Tejina
cuenta en este barranco con un lugar
excepcional por su riqueza arqueológica, ya que hay inventariadas en el mismo
decenas de cuevas naturales utilizadas en su tiempo por los aborígenes, y en su
tramo intermedio ha sido declarado Bien de Interés Cultural.
Cueva sepulcral de La
Palmita en Tejina
La Palmita.
Situada en la localidad de Tejina.
Cueva sepulcral colectiva: hallazgo de cráneos.
Ajuar, pulidor de lava y cuerda vegetal. (Diego Cuscoy, L. 1968, pág. 236.)
Barranco de Milán, debajo de Tejina. Su inmediato de las Cuevas, no parece que fuese aprovechado
acaso por carecer de agua a diferencia del otro, continuación del de Tegueste, núcleo guanche conocido de
los conquistadores. El poblado se inicia con doce cuevas sepulcrales y
luego se pudieron identificar ocho más de habitación
De éstas una sola conservaba parte de su sustrato,
por descuido de los buscadores de “guano”; y en este caso el nivel humano,
siempre único, venía recubierto por otro estéril formado por los
desprendimientos del conglomerado del techo. Su potencia respectiva no es dato
indiferente. El grupo Milán., aunque profanada, ofreció un dato interesante. A
menudo en las cuevas sepulcrales se encuentran las cuentas de collar típicas de
Tenerife, concentradas en determinadas zonas del piso de las mismas. Esto puede
ser debido a la inclinación de dicho periodo,
pues es claro que esos discos o cilindros tienden a rodar en cuanto los
suelta la rotura de la hebra que los sostenía; otras veces pueden ir agrupados
el campesino al cribar la tierra para separar del guano las piedrecitas
inútiles. Pero cuando no se dan estas circunstancias el hecho es interesante.
En la cueva de que tratamos ahora hay una recámara o nicho separada por un
zócalo del resto; pues bien, todas las cuentas de collar y los fragmentos de
piel gamuzada de, envoltura de las momias, procedían de este nicho, aunque gran
parte del reato de la cueva estaba también destinado a .necrópolis. La
momificación y los collares de cuentas ¿estarían reservados a determinada
categoría de difuntos? (Juan Álvarez Delgado, 1947)
Poblado guanche del Barranco
de Milán en Tejina
El barranco de Milán tiene su nacimiento en los montes situados al N. de
Pedro Álvarez, atraviesa todo el fértil valle de Tegueste donde toma el nombre de barranco del Agua de Diyo (de
Dios) y después de
flanquear Tejina por el E. desemboca
en Caleta de Milán. Es su último tramo el que nos ocupa, se inicia al pie de
un muro de contención o embalse.
El poblado está constituido por todo un sistema de cuevas existentes
en su margen derecha. En la margen izquierda sólo se ha localizado una.
Las
cuevas de habitación son amplias y fáciles de alcanzar, en cuyo exterior se han recogido abundantes fragmentos
cerámicos y «tahonas». Debido a estos
hallazgos se han podido identificar 8 cuevas entre ellas Cueva Jurada. De todas ellas una ha dado la prueba
arqueológica deseada. Se halla
enclavada en el punto medio del sector que estamos estudiando y a unos 10 m. del lecho del barranco.
Su piso aparece claramente dividido en tres
estratos. La capa superior es arqueológicamente estéril, así como la
inferior; los vestigios se encuentran todos en la capa media. Estos han sido: fragmentos cerámicos abundantes, algunos decorados con incisiones y
acanaladas. Una media piedra de
molino, rota mientras se trabajaba en su preparación. Dos punzones de hueso.
Necrópolis. Sólo existen dos en el tramo del
barranco que describimos:
Una de
ellas se encuentra en la margen derecha, a unos 6
m ., sobre el cauce y
situada en las proximidades del salto intermedio, uno de los tres que existen en este sector. No tiene esta cueva más
interés que la simple referencia dentro del conjunto del poblado. En su
interior se encontró una capa de
polvo procedente de la destrucción de los restos óseos que contenía.
La segunda necrópolis está situada a la misma
altura que la anterior en un punto de la margen opuesta del mismo barranco.
Esta cueva ha sufrido múltiples profanaciones por lo que su interior
se halla muy removido. Por el número tan elevado de restos humanos que
cubre la superficie se estima que debió albergar gran cantidad de cadáveres. Otros hallazgos
de la misma corresponden a: cuentas de collar de diversos tipos, tres de piel de animal
agamuzada, un cordón de fibra vegetal, fragmentos cerámicos, «tahonas», restos
de punzones y un caracol de la especie «conus». (X). Yacimientos registrados posteriormente en este tramo:
En la margen derecha, a unos 60 m.
aproximadamente, del mar y a unos 40 m. del cauce del barranco, hemos
registrado una serie de cue vas de habitación que se suceden a cortas
distancias y en las que hemos hallado fragmentos cerámicos y huesos de
animal sin clasificar.
A la altura del 2.° salto del barranco, una cueva sepulcral que por sus
características creemos es la descrita anteriormente.
Yacimientos sin descripción
Bajamar. Naturaleza sepulcral.
Hallazgos:
cráneos.
Las Goteras. Cueva sepulcral:
Cueva de la Gotera,
entre Bajamar y Caleta de Milán. Varias cuevas de esta naturaleza en la desembocadura del Bco. de
Milán. Cueva de la Palmita, entre Tejina y la Costa. Cuevas sepulcrales:
restos humanos, punzones
de hueso, cuentas
de collar y un cordón
de fibra vegetal. Los Pilones. Tejina. Naturaleza sepulcral. Hallazgos: restos humanos.
La Palmita. Tejina. Naturaleza sepulcral. Hallazgos:
cráneos, ajuar sepulcral, fibra vegetal, pulidor de lava.
Barranco de Agua de Diyo (de Dios) Tramo de La
Fuente. Tejina.
Es éste el mismo barranco que hemos mencionado
al referirnos al poblado de Milán y que en su desembocadura recibe este último
nombre. A la altura de Tejina recibe el nombre de La Fuente. La zona que
hemos recorrido, el
cauce se halla cortado por un camino de herradura que lleva el mismo nombre del tramo citado. Todos los yacimientos que hemos
registrado se hallan en el lado izquierdo.
Comenzamos la descripción partiendo
de la presa allí enclavada en dirección al citado camino: Varias cuevas de habitación de las que recogimos
fragmentos. Cerámica y un asa
vertedero. En la parte alta estas cuevas: Cueva de enterramiento. Pasado
el citado camino: Una cueva sepulcral. Debió haber sido de importancia.
De ella obtuvimos
numerosos restos humanos y cerámicas. (Hay noticias de haberse sacado de ésta varios cráneos y un collar). (Carta Arqueológica de Tenerife).
numerosos restos humanos y cerámicas. (Hay noticias de haberse sacado de ésta varios cráneos y un collar). (Carta Arqueológica de Tenerife).
Barranco Milán otras referencias
1. Cueva sepulcral situada en la margen
izquierda de este barranco, en la localidad de Tejina.
La altura media es de unos 2,50 metros. Tiene
dos pequeñas bocas de acceso, orientadas una al W. y otra al S. La
primera con una anchura de 0,75 metros, y la segunda de 1,75; ésta
conserva el paredón de cierre.
Hacia el fondo del yacimiento hay una especie de
nicho natural cuyo frente presenta dos aberturas separadas por una columna de
conglomerado.
3. Cueva sepulcral colectiva: las inhumaciones
se elevaban a 21. Los restos humanos se extienden hacia el fondo, siendo el
número de enterramiento practicado en el nicho bastante numeroso. Dos
cadáveres, situados delante del nicho, estaban orientados de E. a W., y otros
dos, hacia el centro de la cueva, de N. a S. Todos los restos humanos aparecen
a partir de 0,80 metros y hasta 1,75 metros de profundidad
En el momento de descubrir el yacimiento, se
extrajeron del nicho una serie de momias, posteriormente destruidas. Ajuar: un
cordón de fibra vegetal, fragmentos cerámicas, tabonas, restos de punzones, un
caracol marino de la especie conus y 164 cuentas de collar. 63 tubulares,
no segmentadas; 32 anulares y 69 de tipos diversos y de pequeño tamaño.
Barranco
Milán (1, 46):
1. Situada en la margen derecha del barranco,
a unos 6 metros sobre el cauce, y bajo una alineación de prismas basálticos.
2. El yacimiento posee 40 metros cuadrados de
superficie
3. Hallazgo de abundantes restos humanos.
Los
Pilones
Situada en la localidad de Tejina. Hallazgo de restos
humanos.
(Diego Cuscoy, L.: 1968, pág. 236)
El establecimiento de colonos europeos en el
Achimenceyato de Tejina
Como
queda reflejado en las datas de repartimiento de las tierras usurpadas por los
invasores y colonos europeos, a pesar de que los beneficiados con grandes
extensiones de terrenos generalmente como en el resto de la isla no residían en
sus feudos, en Tejina se asentó una
importante colonia de castellanos y portugueses medianos propietarios,
generalmente artesanos que trabajaban las tierras directamente, así como un
importante grupo de medianeros, esclavos y asalariados.
Algunos
de los datados en Tejina están
recogidos genéricamente en los documentos como “tierras en Tegueste” como es el caso del colono Diego Vargas (data 1.425-9 de
fecha 20 de mayo de 1514), “otro
pedazo de ta, en que habrá 70 f. en la cabezada del valle de Juan Perdomo, en Tegina, lindero un llano de
laureles donde asierran y luego el
valle abajo, lindan con Arguayonja e tas. de Fernando de la Gomera, hijo de Guaberco.”, quien linda con Bartolomé Benítez, sobrino del
capitán invasor Alonso Fernández de Lugo.
Sólo en los repartos de tierras y aguas ya figuran en los
inicios del siglo XVI el citado Bartolomé Benítez, cuya esposa es la judeo
conversa Francisca Benítez de Las Cuevas, hija de Alonso de Belmonte. Este
Alonso, gobernador, inhabilitado por el Santo Oficio por su origen judío. Aparecen
también: Andrés Suárez Gallinato; Pedro Vergara; Fernando Llerena; Jerónimo de
Valdés; Pedro de Lugo, cuya esposa es la judeo conversa Elvira Díaz de San
Lúcar; Alonso de Las Hijas y Francisco Jiménez.
“Bartolomé Benítez
había vendido todas sus propiedades en Andalucía para venir a Tenerife, donde
su familia hoy forma parte de la mejor aristocracia criolla de Canarias
asociando su apellido al del conquistador Alonso de Lugo a través de su hija
Leonor, casada con Francisco de Lugo.
Es de destacar el relieve que fueron tomando en la sociedad
europea de la isla estas familias Benítez, Llerena, aunque con algunas
alteraciones en sus apellidos bien intencionadas, que han permanecido entre
nosotros y siguen en sus posiciones dentro del campo de la cultura o la
industria.
Otro caso de datado en Tejina
será el del escribano Juan Márquez, judeo converso, cuya genealogía estará en
la sangre de la familia Anchieta, concretamente en otro escribano, Juan de
Anchieta, sobrino del apóstol del Brasil, José de Anchieta, entre cuyos
ascendientes estarán los Llerena, a través de su madre Mencía.” (J. Manuel
Valladares).
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