LAS PINTADERAS CANARIAS Y LAS PINTADERAS DE AMERICA
La tesis de Vernau respecto a las pintaderas canarias
fue seguida por el investigador canario Diego Ripoche en un artículo publicado
en 1902, y más más tarde el reconocido arqueólogo Alcina Franch, que es el
autor español que más ha estudiado este tema, indica que uno de los aspectos ha
considerar es la presencia de restos de pinturas o colorantes en estos
artefactos. Vernau dijo haber hallado una pintadera con residuos de un
colorante. En el Museo Canario se encuentra una pintadera, la cual tiene restos
de una sustancia de color rojo. Otro dato a tener en cuenta es el comprobar si
los grupos de aborígenes relacionados con las pintaderas se hacían pinturas
corporales. Según el cronista Juan de Bethencourt refiriéndose a los habitantes
de Gran Canaria: "La mayor parte de ellos llevan emblemas tallados en su
carne, de diversas maneras, cada uno a su gusto...". Otra referencia la
dejó Ca da Mosto en su relato sobre las islas Canarias, que data de 1481; según
el viajero genovés: "Los antiguos habitantes de Gran Canaria conservaban
la costumbre de pintarse el cuerpo con el jugo de hierbas de diversos colores,
verde, rojo y amarillo".
También Viera y Clavijo, siglos después, escribio que los antiguos
habitantes de Canarias "adornaban su piel con dibujos y las teñían de
diversos colores".
El autor canario del siglo XVII, Marín y Cubas, habla
de hipotéticos tatuajes entre los aborígenes: "lábranse los brazos con
ciertas pinturas a fuego", y además hace referencia a realización de
tatuajes a niños recién nacidos: "lábranle al niño los brazos y pecho con
pedernales sajando la carne, y tal vez el rostro". Le Canarien 1404-1408,
sobre los aborígenes de Gran Canaria: " Y la mayor parte de ellos llevan
emblemas tallados en su carne, de diversas maneras, cada uno a su gusto, y
llevan sus cabellos atados atrás, como si fuera una trenza".
Alcina Franch, que ha estudiado a fondo, principalmente las pintaderas
americanas y canarias, llega a las siguientes conclusiones: "La finalidad
primordial de las pintaderas, era la de servir como instrumentos para decorar
con pinturas la superficie de la piel humana, posiblemente con una idea
ceremonial o religiosa o como Distintivo de identificación de clan o tribu.
Pudo ser utilizada también la pintadera, aunque no hay pruebas firmes, para
estampar dibujos en los tejidos. Las pintaderas no fueron utilizadas para
estampar relieves en las cerámicas".
Alcina Franch, que ha estudiado a fondo, principalmente las pintaderas
americanas y canarias, llega a las siguientes conclusiones: "La finalidad
primordial de las pintaderas, era la de servir como instrumentos para decorar
con pinturas la superficie de la piel humana, posiblemente con una idea
ceremonial o religiosa o como Distintivo de identificación de clan o tribu.
Pudo ser utilizada también la pintadera, aunque no hay pruebas firmes, para
estampar dibujos en los tejidos. Las pintaderas no fueron utilizadas para
estampar relieves en las cerámicas".
Entre los Anáhuac de México -grupo aborigen que practicaba y practica
el lenguaje silbado igual a los gomeros canarios- a la llegada del europeo, las
operaciones comerciales reguladoras entre objeto y objeto se hacía por medio de
diversas transaciones monetarias: la del trueque de artículos; la del cambio
indirecto por medio de la moneda representada en almendras de cacao; y con
valor representativo y no material o sea del mísmo oficio que el billete de
banco, el "tencuachtli" -manta de labios- cuadro de manta del tamaño
de un pañuelo de mujer, impreso con las PINTADERAS o sellos de barro, madera y
metal, con equivalencias de cien y ochenta almendras de cacao. Estas pintaderas
eran utilizadas igualmente para grabar la cerámica y marcar tatuajes en la piel
humana; había incluso, con representaciones de dioses (Dolores Roldán, 1973).
En una cueva submarina de la zona de Macao en la República Dominicana,
fueron encontrados varios restos arqueológicos, entre ellos catorce sellos
tabulares o planos, predominando los dobles, con dibujos incisos diferentes en
ambas caras, algunos de las mencionadas pintaderas o sellos tienen un mango con
forma humana o de animal, varios de ellos tenían una bolita percutora la cual
lo convertía en sonajero. Estos sellos están hechos de barro cocido, con
diversas formas y tamaños. Los dibujos incisos tienen diseños muy variados:
líneas rectas radiales, paralelas, líneas en cruz con pequeños puntos
centrados, círculos concéntricos y grecas. Uno de dichos sellos conformaba el mango
con una figura femenina al momento de dar a luz, parece que hace diez años se
había encontrado en el mísmo lugar otra pieza muy parecida. Esto demuestra que
el uso de los sellos o pintaderas en la región antillana y el norte de
Suramérica, aparte de un uso práctico, tuviera también algún tipo de uso
ceremonial o ritual. Igualmente en el mísmo lugar se encontraron vasijas de
cerámica con apliques de rostros humanos y antropomorfos, similares a las
encontradas en la región de la cuenca del río Orinoco, que por sus
características, los investigadores les atribuyen a los grupos araguacos, que
de esta zona salieron para poblar las Antillas.
Lo que si está claro que los sellos o pintaderas se han
ubicado, principalmente en las regiones aledañas al mar Mediterráneo y el
oceáno Atlántico, incluyendo el área caribeña. Como vimos anteriormente,
reconocidos investigadores ven una gran relación entre las pintaderas canarias
y americanas. Por su parte el reconocido arqueólogo Alcina Franch, plantea una
difusión de la pintadera partiendo del Mediterráneo, via atlántica hasta el
norte de Suramérica, con escala en Canarias y contactos con la costa africana,
sobre el primer milenio antes de Cristo; curiosamente esa es la fecha en la que
se datan a los constructores de montículos en el área de Venezuela y otras
partes de Suramérica, pueblos éstos precursores de la Cultura Araguaco
y donde en cuyos restos se han encontrado infinidad de sellos o pintaderas con
formas y diseños similares a los canarios. Igualmente hay que hacer hincapié en
que los pueblos mediterráneos conocían las pintaderas circulares, con forma de
rodete, igual que en al área americana. Curiosamente en el archipiélago canario
no se conocen los sellos de estas características, esto pudiera deberse a que
tanto en el área del Mediterráneo, como en América, este tipo de pintadera se
usara para estampar tejidos, como en Canarias no se conocían los tejidos de
algodón o lino u otras telas, dificilmente pudieran sacarle aplicación a la
pintadera con forma de rodete.
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