miércoles, 21 de enero de 2015

EL MENCEYATO DE TEGUESTE




APUNTES PARA SU HISTORIA

CAPITULO IX-III


Eduardo Pedro García Rodríguez

Fiesta de los corazones en Tejina 
Las fiestas son una manifestación de la cultura de un pueblo, en el caso de la de los corazones en Tejina vemos el substrato cultural de pueblo guanche, en sus ofrendas a la Divinidades ancestrales que han pervivido ciertamente con algunas modificaciones inevitables debido a  la presión de modas y modos impuestos por una cultura foránea pero dominante.
Como señala H. Agüéis: “cuando una cultura dominante niega los valores de una cultura dominada en esta última se opera un movimiento de repliegue sobre sí misma... Mientras que en una situación normal, el mismo grupo no experimenta ninguna necesidad de proclamar su identidad cultural (que no tiene necesidad de ser proclamada para existir y manifestarse a los ojos de los observadores) en el marco de combate creado por la negación de los valores del otro, el otro reivindica lo que se desecha de su identidad cultural.”
Creemos que esta fiesta de los corazones en Tejina tiene sus paralelos en otras que se vienen celebrando desde los primeros tiempos de la invasión y conquista bajo el paraguas de determinadas deidades de una confesión religiosa dominante.
Podemos citar a titulo de ejemplo las de La Rama en la isla Tamarant (Gran Canaria).
Hoy parece aceptado que La Rama es la pervivencia de un rito que practicaban los antiguos canarios para pedir lluvia en épocas de sequía. El rito consistía en hacer ofrendas en las partes altas de la isla donde se encontraban ciertos lugares sagrados, para después cortar ramas de árboles y dirigirse al mar. Una vez en él, con las ramas se golpeaba el agua simulando la lluvia y se rogaba para que los dioses se compadeciesen y les enviase la lluvia para sus campos.
 Siguiendo con esta interpretación, después de la conquista de la isla, los castellanos reconvirtieron este rito pagano en un rito cristiano, incorporándose a las celebraciones anuales realizadas en la fiesta de Las Nieves. Hoy día se relaciona La Rama actual con una fiesta de petición de lluvia; el “agua, agüita, La Rama está sequita”, parece ser algo que tendría mucho sentido de ser cierta esta forma de interpretar La Rama, pero la realidad es otra bien distinta.
Ya sabemos que el fenómeno festivo de la Rama se ha circunscrito a estos espacios grancanarios nombrados. Desde Guía hasta La Aldea. Bien es verdad que tenemos también Rama en Mogán y Arguineguín, así como en algún otro pueblo de la isla.
Igualmente, tendremos que adentrarnos en las que se celebran en los barrios de Las Tabladas, Tasarte, Tasartico y El Hoyo  qué historia tienen, por qué surgen en el contexto aldeano y qué las diferencia de la principal.

Por ejemplo, para las aldeanas y los aldeanos las Fiestas del Charco son, como en otros muchos pueblos pero aquí de una forma especial, el fin y comienzo de un nuevo año, de un nuevo ciclo.
Así mismo los corazones de Tejina guardan cierta similitud con la fiesta de los hachitos de Icod de los Vinos, permítanos el lector una breve digresión sobre el particular:
“La romería del poleo, al ritmo de la Orquesta del Poleo con su tradicional tajaraste, marca el compás de la danza en la búsqueda de las ramas de la hierba nombrada para dar inicio a la fiesta en honor de la Virgen de El Amparo, Alcaldesa Honoraria y Perpetua de Icod de los Vinos.
Icod de los Vinos en Chinech (Tenerife) es uno de los municipios con mayores y mejores conservadas tradiciones culturales y etnográficas de nuestras Islas. Son muchos esos elementos patrimoniales que dan arraigo a un pueblo que presume de su cultura ancestral, consciente de su valor antropológico de cohesión social: el diablo y la diabla del barrio de Las Angustias que danzan en las calles del entorno del Drago Milenario, los guanches de La Candelaria, en la zona de El Paredón que cada 15 de agosto representan la aparición de la Virgen a los  isleños,  las varas de cintas en el barrio de La Mancha en honor a San Isidro Labrador, conforman el rito popular de la ofrenda a la santa del barrio de las medianías icodenses.
Los Hachitos: preparativos y el hecho festivo. En la actualidad los hachitos son una especie de estandartes o candelabros de distintas medidas (1, 2 ó 3 metros de altura), según sea el cargador. Igualmente los padres los confeccionan de menor medida para que sus hijos mantengan viva la llama de la tradición. Se hacen de madera y en sus extremos se colocan unas cacharras con trapos o paños empapados en petróleo para hacer las antorchas y mantener el fuego. Los hachitos pueden tener diferentes formas (corazón, pirámide, cruz, círculo…) y se suelen decorar con distintos motivos usando ramas, flores, cintas... La estructura es sujeta por una traviesa que facilita el que se cargue al hombro.
 En la oscuridad de la noche los hachitos son transportados, acompañados del ritmo y baile del tajaraste, como decíamos, conformando una romería multicolor. Según el estudioso Estanislao González González, el baile no falta en cualquier alto en el camino, interpretándose ahora sólo el corrido pero las letras del de a cuatro se mantienen vivas, incluso cuando encontrándose con el santo que sale a su encuentro, se entonan delante de éste con toda su carga antirreligiosa. Antiguamente, entre las danzas de acompañamiento se realizaba el conocido como baile de la lanza, ya desaparecido, y que se ejecutaba al son del baile del corrido.
Son muchos los pueblos que celebran la llegada mágica del solsticio de verano con distintas celebraciones a  la Sol, al Agua o al Fuego. Una noche iluminada por los luceros de los hachitos y las fogaleras de las fiestas icodenses que probablemente tiene sus orígenes en celebraciones antiguas canarias previas a la conquista de Tenerife por la Corona de Castilla. Es la fiesta de la Diosa  Magek guanche como un rito de mestizaje entre lo cristiano y lo guanche.
 Otra hipótesis de esta festividad es la relación de alguna de sus danzas ancestrales (Baile Corrido o Baile Sentado) con rituales de las maguadas (Baile del Gorgojo) en la noche de San Juan, o también referentes al efecto purificador del fuego.” (Key Muñoz, 2011).
Danza de las cintas
Así mismo, perduran entre los festejos en diversos pueblos de las islas una serie de danzas de origen guanches que, algunos autores se empeñan en hacerla oriundas de países allende de nuestros mares, veamos algunas de ellas conforme nos las describe don Juan Bethencourt Alfonso, a quien seguimos en este tema.
Danza cívico-religiosa que en ocasiones se bailaba ante el Mencey con motivo de alguna celebración especial y en las grandes solemnidades como el Beñesmer, y otros actos civiles, estaban principalmente destinadas a las ceremonias religiosas. Es esta circunstancia de formar parte de la liturgia guanche ha hecho posible qué perdure en los actuales cultos, como en las procesiones de la Diosa Chaxiraxi o Virgen de la Candelaria, del Socorro, de Abona, y en buen número de pueblos y barrios de nuestra geografía, así como el reverencial respeto que el pueblo profesa a los danzantes, indudablemente reminiscencia de la que sus antepasados tuvo al clero Kanku, sus primitivos coreógrafos.
Ahora, como en tiempos guanches, para la danza de las cintas se forman cuadrillas de 14 danzantes: 12 bailarines, 1 tamborilero, el cual toca el tamboril que lleva colgado del meñique izquierdo con un solo palillo y al mismo tiempo la flauta, y el conductor del palo, que viste igual que los danzantes y suele ser elegido el de mayor estatura. El palo es una pértiga de 5 metros de largo, que los guanches coronaban con hermosos ramos de hojas y flores silvestres, de cuya base partían doce cintas de distintos colores, de unos 5 metros de largo, una para cada danzante como en la actualidad. El principal cometido del conductor consiste en evitar que el palo de vueltas para que la danza no  se trabe.
Los danzantes se dividen en dos tandas de a seis cada una, cada tanda lleva una guía delantera y otra trasera, a las que siguen en las entradas y salidas los respectivos grupos al vestir y desnudar al palo. Al compás del tamboril y la flauta marchan bailando, dando dos pasos atrás y otros dos adelante, trazando círculos alrededor de la pértiga, en sentido inverso cada tanda, una sobre la derecha y otra sobre la izquierda, pasando alternativamente por dentro y por fuera cada vez que se cruzan. Cuando han vestido el palo o lo que es igual, cuando la pértiga aparece artísticamente cubierta por el entrelazado de las cintas, danzan en dirección opuesta para desnudar el palo, haciendo en cada tanda de guía delantera la que antes era trasera. Una vez que se concluye la danza, es decir de vestir y desnudar al palo sin que la danza se trabe la danza, los danzantes prorrumpen en regocijados ajijides, que son secundado por el público, si por el contrario, se produce alguna traba, el público los abuchea y les propina silvas monumentales a pesar del respeto de que gozan.
Según las tradiciones, la danza de las cintas tenía ciertas variantes. A decir de algunos, en ocasiones los bailadores hacían sonar las chácaras a la par que danzaban; otras, cada danzante vestía el color de su cinta, con lo que el entrelazado presentaba agradables combinaciones de agradables perspectivas; hasta finales del siglo XIX, existía una modalidad que consistía en cada danzante era acompañado por una niña que cogida de una banda, muy adornadas y bailando con donaire.

Los Corazones en Tejina

Centrándonos en la fiesta de los corazones en Tejina Declarada Bien de Interés Cultural de Ámbito Local en el BOC. de 23 de Noviembre de 2000, dejemos que sea su mayor y mejor valedor, la Asociación Corazones de Tejina, quien guíe nuestra narración:
Los primeros datos encontrados haciendo referencia a la fiesta de Tejina se hallan en el Diario de Juan Primo de la Guerra (1800-1807). Con posterioridad, en el DGEHE  de Madoz (1849), en el apartado comercio, se recoge la “estracción de los frutos sobrantes a la c. de La Laguna; celebrándose el día del Santo Patrón de este pueblo una feria cuyo esclusivo tráfico consiste en la venta de los frutos sobrantes del país y con especialidad vino”. Sin embargo, existen evidencias indirectas sobre la celebración de la festividad de San Bartolomé mediante actos religiosos y populares. En este sentido, destacamos la existencia de Hermandades Religiosas. Las más antiguas son: la Hermandad del Santísimo Sacramento, fundada en 1702, siendo el párroco de Tejina D. Manuel Coronado, la Hermandad de San José, fundada en 1887 y la Archicofradía del Corazón de María, en 1852 ; éstas pudieron ser las encargadas de organizar la onomástica del Patrón, ayudados por el Ayuntamiento o la Alhóndiga (desde 1819 hasta 1841 se recoge en el Libro de Fábrica   el pago de “dos pesos y cuatro reales por el alquiler de la sala para vender el día de la festividad de San Bartolomé”).
La influencia que la organización eclesiástica tenía en la celebración de cualquier acto puede comprobarse en diversos documentos. Así,  en 1781 el Obispo de Canarias Joaquín de Herrera, envía una carta exhortando a los fieles de la parroquia de Tejina a pagar puntualmente sus diezmos para culto a Dios y mantenimiento de sus ministros, y alimentar a los pobres, maldiciendo a quien no lo haga. El cura párroco era el encargado de proporcionar al Ayuntamiento la lista de mozos en edad adecuada para el reclutamiento  y también llegó a ser maestro del pueblo. La desamortización de Mendizábal, a partir de 1830, transforma los antiguos mandatos que obligaban a pagar diezmos y primicias a la Iglesia en ofrendas o actos que llegan a ritualizarse coincidiendo con las fiestas celebradas en honor a los Santos Patronos de los pueblos y ciudades. A partir de ese momento, la responsabilidad de la organización de festejos recae en los Ayuntamientos o, en su defecto, en comisiones voluntarias que pueden renovarse anualmente, como es el caso de Tejina.
A partir de finales del siglo XIX  se encuentran citas en publicaciones periódicas que aluden a la fiesta de San Bartolomé en Tejina. Así, la primera que hemos hallado es en el mes de agosto de 1890 cuando El Reformista  publica una nota de prensa sobre la festividad de San Bartolomé, “durante los días 23 al 24 de  Agosto”, aludiendo a la verbena como número importante de la fiesta de Tejina. Debía ser bastante popular y esperada en aquella época ya que son varias  las referencias encontradas a lo largo de la última década del siglo pasado. En uno de ellos  se publica lo siguiente: “Según nos notician de Tejina, la fiesta que anualmente celebra aquella localidad a su santo patrono San Bartolomé se verificará este año con más ostentación que los anteriores pues los vecinos de aquel pago no desperdician medio alguno para hacer sobresalir su festividad por cima de las que se celebran en los pueblos comarcanos”.
La fiesta duraba dos días; en ocasiones sólo  uno, y a veces tres. A finales del siglo XIX y comienzos del XX, no se tenía en cuenta el día de la semana para la celebración, pudiéndose plantear la hipótesis de que la fecha de los actos festivos fuese propuesta por la Comisión de Fiestas. Según las notas de prensa de la época   los números más importantes eran completamente diferentes a los actuales. La mayor parte de ellos se ha perdido, ni siquiera conservándose en la memoria de las personas mayores.
La procesión del Santo “por los lugares acostumbrados”, se celebraba normalmente la víspera y/o el día principal de la fiesta: “La noche del 23 saldrá procesionalmente la imagen del Santo Apóstol escoltado por la tradicional librea con su capitán al frente, banda de música y la primitiva danza”.
En las citas consultadas se hace mención a un acto denominado pandorga, una Cabalgata con gigantes, cabezudos, tambores y luminarias, relacionándola habitualmente con la librea y la danza o, en ocasiones acompañando al Santo (“Habrá librea, comedia, pandorga para la que se han encargado gigantes y otros artefactos”).
Citando a Juan Primo de la Guerra, en su Diario I (1800-1807), el jueves 23 de agosto del año 1800 "fuimos por la noche a Tejina, en donde, en celebración de la víspera de San Bartolomé, patrono de aquel lugar, se hicieron los regocijos que ordinariamente se acostumbran en los campos circunvecinos. Esto es, la librea, que se forma de los mozos del lugar, adornados con cintas y otras vestiduras, un capitán de entre ellos mismos que se distingue por más lucimiento y que marcha delante. El tambor, a cuyo son se hace la marcha y algunos mogigangos de papelón que figuran toros o caballos y preceden esta comparsa iluminada con varios hachos. La de este año en Tejina tuvo la ventaja de que estando allí a la sazón un destacamento del regimiento de Ultonia (nombre de uno de los regimientos que vinieron a reforzar la defensa de la isla durante el ataque de Nelson a Tenerife), los soldados se incorporaron en la marcha llevando sus fusiles y sirvió en esta función el tambor de la tropa. Es también constitutivo de estas fiestas el navío. Fórmase éste con algunos ligeros maderos sobre una carreta tirada por bueyes. Llevaba dentro algunas muchachas que cantaban en obsequio de San Bartolomé. Al frente de la iglesia estaba puesto el tablado que debía servir para las representaciones; pero éstas no tienen otro mérito que el buen deseo, la unión y el empeño con que todos se interesan y coadyuvan a la celebración de su santo patrono". Este cronista de la época (III Vizconde del Buen Paso) vivía largas temporadas en Valle de Guerra y acudía con regularidad a los festejos, recogiendo anécdotas curiosas sobre ellos. En 1802 escribió: “Ayer se hizo en Tejina la fiesta de San Bartolomé. La víspera hubo palos y uno de los heridos fue el alcalde de este lugar, Francisco García, quien tomó parte en la pendencia por ir a contener a los que peleaban”. En la misma fuente consultada se recoge el 24 de agosto de 1807: “He estado anoche en Tegina donde se celebraron las vísperas de San Bartolomé, patrono de aquel lugar, y con este motivo hubo concurrencia, una tienda y ventorrillos y diversión. La de entremeses (comedia) fue indecente: los que salieron a representar, en lugar de hacer sus papeles, se descompusieron en las palabras. Del patio empezaron a tirarles piedras y se bajaron del tabladillo a toda prisa. La librea estuvo regular, y el capitán bien vestido y el fuego bueno: dos árboles con muchos voladores, ruedas y otros artificios”. Estos números no fueron reseñados en los programas de las Fiestas publicados en prensa a partir de 1910, posiblemente por su desaparición como acto en la Fiesta. Como ejemplo se puede tomar el caso de Valle de Guerra, en donde desapareció la  Librea por un corto espacio de  tiempo, para recuperarse como tradición en los últimos años…
La lucha canaria estaba presente en la mayoría de los festejos populares de las Islas. En Tejina se incluía en el programa de actos en honor a San Bartolomé, aunque no muy regularmente. Una prueba de la calidad y destreza de los luchadores tejineros es que solían ser invitados a importantes luchadas en otros pueblos. Destaca, en este sentido, el desafío entre Brito y Juan Alejo que ocurrió en el año 1903, durante las fiestas del Cristo de La Laguna
Entre las características de los actos programados se pueden destacar la diversidad, popularidad y originalidad de los mismos.
Eran habituales las “corridas de sortijas” a caballo, en bicicleta y en automóvil, a las que eran invitados jóvenes jinetes y ciclistas de otras localidades. La costumbre era que las señoritas de la localidad y alrededores regalaran para la ocasión bonitas cintas pintadas o bordadas.
También se organizaban por iniciativa popular comedias al aire libre, las cuales perduraron hasta bien entrado el siglo XX, aunque ya no exclusivamente coincidente con las fiestas patronales, realizándose en el Teatro Cine Unión, en el Complejo Parroquial, o en cualquier salón apropiado.
La cucaña constituía uno de los juegos más divertidos: se plantaba un poste cilíndrico en la plaza que era embadurnado con grasa y en la base superior se colocaba un premio, que solía ser una moneda. La persona que llegaba arriba, principalmente muchachos, se quedaba con la moneda.
Las carreras de sacos podían clasificarse como juegos o “regocijos populares”.
Una atracción de moda en la época, que despertaba la admiración de cuantos concurrían a las fiestas populares de cualquier pueblo o ciudad, era la elevación de globos aerostáticos o “indirigibles”. En Tejina se constatan varias oportunidades en las que se incluye en el programa este espectáculo.
Otros actos muy concurridos eran las verbenas, que en varias ocasiones se realizaban “con iluminación a la veneciana” (farolillos y gas acetileno), y los bailes, organizados en la plaza, “casas particulares” o salones “adornados al efecto”. Se consideraban, además, números con raigambre las parrandas, siempre presentes en las fiestas populares.
Como es fácil suponer, el lugar donde se desarrollaban todos estos actos era la Plaza de la Iglesia. En el año 1834 (documento1) era prácticamente un ensanchamiento de la carretera que venía desde Tegueste, manteniéndose con el suelo de tierra hasta que en 1955 comenzaron las obras de remozamiento, que finalizaron en el mes de julio de 1957. De cualquier modo con la llegada de la Fiesta se realizaban mejoras y se engalanaba e iluminaba para la ocasión. Ello se deduce de los actos programados para horas nocturnas.
En 1904 igualmente se publica lo siguiente en referencia a la fiesta de San Bartolomé de Tejina: “El 24 habrá función religiosa y procesión. La plaza estará engalanada con arcos llenos de los acostumbrados panes en forma de corazón, y no faltarán los bailes de la tierra”.  Esta cita corresponde con la primera referencia cronológica alusiva a la fabricación en Tejina de alguna manifestación relacionada con los Corazones. La colocación de arcos en las plazas de los pueblos fue una costumbre generalizada durante las celebraciones festeras, que ha perdurado hasta nuestros días.  Sin embargo, sí resulta significativo que la fiesta de Tejina contara con espacio en los periódicos desde  el año 1890, sin que hasta 1910 se hiciera mención a los Corazones, tal como son entendidos hoy.
Las ofrendas con flores, frutos y ramas son comunes en las fiestas patronales de los pueblos, no sólo de Tenerife y su provincia, sino en toda la geografía de nuestra región.
Como ejemplos considérense la fiesta de la Rama en Agaete, el Arco en el Sauzal, el Ramo en algunos pueblos de La Gomera (Taguluche, Arure, Agulo, Valle Hermoso), la romería del Socorro y la fiesta de San Pedro en Güímar, etc. El sentido de todos ellos es el ofrecimiento al Patrón o Patrona de los beneficios obtenidos en la cosecha del año.
Sin embargo, ninguna de estas manifestaciones populares, íntimamente relacionadas con el sentimiento religioso, resulta tan peculiar, expresiva y espectacular como los Corazones de Tejina. · (Aso. Corazones de Tejina)
Expediente de declamación de Bien de Interés Cultural (BIC) para los corazones de Tejina
Año 1997. Solicitud  de incoación ante el Excmo. Cabildo Insular de Tenerife (ECIT) por la AAVV Las Tres Calles de Tejina.
Año 1999. Solicitud por la AAVV Las Tres Calles de Tejina ante el ECIT para que se retome la incoación del citado expediente.
13-3-2000. Declaración de cesión de los derechos derivados de la resolución del expediente de la AAVV Las Tres Calles a la Asociación Corazones de Tejina.
19-5-2000. Solicitud al Excmo. Ayuntamiento de La Laguna (ALL) sobre acuerdo o pronunciamiento del Pleno sobre la Fiesta de San Bartolomé de Tejina.
21-11-2000. Solicitud de certificación por el ECIT de la fecha de inicio del expediente.
21-11-2000. Solicitud de personación en el expediente por la Asociación Corazones de Tejina.
10-1-2001. Publicación en el Boletín Oficial de Canarias (BOC) de la incoación del expediente
9-2-2001. Envío al ECIT  de reportaje fotográfico sobre los Corazones, así como 1.184 firmas de apoyo recogidas, para incluir en el expediente.
23-7-2001. El ECIT abre plazo de exposición pública  y de presentación de documentos sobre el expediente.
20-8-2001. Presentación del libro “Fiesta de San Bartolomé de Tejina” para incluir en el expediente.
12-3-2002. Consulta telefónica solicitando información sobre el estado del expediente.
13-6-2002. Notificación del ECIT de la remisión del expediente a la Direc. Gral de Patrimonio del GAC para su aprobación definitiva y posterior publicación en el  BOC.
El día 25 de noviembre de 2005 en el Castillo del Camino Largo (La Laguna).
La Asociación Corazones de Tejina recibió la comunicación oficial  del Secretario del CIT-NE Tenerife informando de la resolución de la Junta Directiva de ese organismo por la que se acuerda por unanimidad

Conceder a los Corazones de Tejina el Reconocimiento como Distinguidos del Centro de Iniciativas y Turismo del Nordeste de Tenerife del año 2005, y la entrega de la Insignia de Oro, por su labor en la promoción y difusión turística de la localidad de Tejina. (Aso. Corazones de Tejina).

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