"Quienes tratan de
interpretar símbolos en sí mismos miran la fuente de luz y dicen:"no veo
nada". Pero la fuente de luz está ahí no para que se la mire a ella, sino
para que se mire y vea lo que ella ilumina. E igual pasa con el simbolismo"
(Dan Sperber).
“Sigue vivo en muchas partes del mundo, en concreto, entre las tribus bereberes del noroeste de África, ver el sol nuevo -Año Nuevo- desde las montañas o Cairns. Yennayer / ennayer (Año Nuevo bereber) significa la renovación o el despertar de la naturaleza después de su sueño. J. Servier utiliza el evocador nombre de la puerta del año, aunque el término se utiliza normalmente sólo en el singular para indicar el periodo del solsticio de invierno. Los equinoccios también lo celebraban los bereberes con fiestas y oraciones dirigidas a los numerosos dioses de la naturaleza”
“Sigue vivo en muchas partes del mundo, en concreto, entre las tribus bereberes del noroeste de África, ver el sol nuevo -Año Nuevo- desde las montañas o Cairns. Yennayer / ennayer (Año Nuevo bereber) significa la renovación o el despertar de la naturaleza después de su sueño. J. Servier utiliza el evocador nombre de la puerta del año, aunque el término se utiliza normalmente sólo en el singular para indicar el periodo del solsticio de invierno. Los equinoccios también lo celebraban los bereberes con fiestas y oraciones dirigidas a los numerosos dioses de la naturaleza”
El tiempo es una de nuestras mayores obsesiones, rige nuestro mundo y nuestras vidas. Una de las formas de ordenar o medirlo es a partir de la observación de fenómenos astronómicos, buscando regularidades en su manifestación, es decir, procesos cíclicos que nuestros ancestros advirtieron para establecer sus calendarios. Estos representan una manera evolucionada de observación celeste, que hace posible hacer corresponder los periodos de los astros con los de la sociedad y así organizar toda actividad civil y religiosa. Las sociedades antiguas encontraban una conexión estrecha entre lo que sucedía en el cielo y lo que acontecía en la tierra, y por ello el desarrollo de la religión y de las mitologías antiguas está íntimamente ligado a los fenómenos astronómicos.
Maria
Gómez Díaz.
Octubre
de 2014.
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