miércoles, 15 de octubre de 2014

La gripe de 1920 en Canarias





"El fin del hombre no es el bien presente, ni el mundo acaba
con él; y que todos estos males del progreso el mismo progreso
los cura con más o menos tiempo".


El estado de precariedad económica en la que se encontraba la mayor parte de la población de las islas Canarias el reflejo de una vida que jugaba entre la supervivencia y la escasez, el sustento que procedía principalmente de la tierra y a la ganadería. y las dificultades agrícolas que eran innumerables, la escasez de regadío y la baja producción, en muchos casos ligada a la ocupación de tierras marginales de baja calidad; campo descapitalizado; dificultades de mercado; en suma un frágil equilibrio, muy dependiente de la naturaleza y con escasa operatividad para hacer frente a las consecuencias negativas que se producían. Todo ello sumado al equilibrio que se rompía con frecuencia por las plagas de langosta y la sequía. Además no de estos ciclos de ausencia de lluvias, 1917-1919, coincide con el bloqueo económico que motivó el aislamiento padecido en las islas por la contienda de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y con la gran epidemia de gripe de 1918-1920, tuvo una nefasta incidencia en los dos primeros meses de este último año, conocido popularmente por el año de la gripe.
Desde Vigo un vapor lleno de emigrante que se dirigía a América trajo a Canarias la pandemia que más muertos ha causado en la historia de la humanidad. La mal llamada gripe española provocó en todo el mundo.

Fue Gran Canaria, precisamente, la isla más afectada, con diferencia: se calcula que perecieron 533 personas entre 1918 y 1920. La gripe española también llegó a Tenerife, pero sus daños fueron menores.

Muchas personas murieron por falta de atención sanitaria, como consecuencia de la nefasta actuación de las autoridades sanitarias. la incompetencia de las autoridades sanitarias, se verifican en el caso del Infanta Isabel que tiene atracar en el Muelle de La Luz, en plena ciudad, extendiéndose la pandemia de inmediato. En el recuerdo y en la historia quedan aquellos miles de victimas de la gripe española, las cabezas de los responsables de este desastre nunca rodaron, ni la de aquellos que se enriquecían en los muelles que sobornaron a las autoridades para continuar sin realizar un control mínimo.
Maria Gómez Díaz
Octubre de 2014.


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