Las características de cada grupo
eran las siguientes:
BLANCOS ESPAÑOLES.- Formaban la burocracia colonial, es decir desempeñaban los cargos públicos y disfrutaban de un sueldo. No eran grandes propietarios y generalmente tenían grandes limitaciones.
BLANCOS CANARIOS O BLANCOS SUMISOS.- Eran los naturales. Vivían generalmente fuera del casco de las ciudades, en las “orillas” o alrededores. Ejercían los “oficios viles”, es decir, eran pastores o gangocheros (comerciantes).
BLANCOS CRIOLLOS.- Eran los hijos y demás descendientes de los blancos invasores españoles y de los primeros conquistadores, formaban la clase dirigente de la economía colonial y aspiraban a obtener el poder político. Ejercían cargos de poca importancia dentro de la burocracia colonial.
GUANCHES TRIBUTARIOS.- Eran los
que debían pagar tributos. También se les denominaba “guanches de policía” (es
decir, sometidos a las autoridades), pues formaban una clase social sometida a
la servidumbre.
GUANCHES NO TRIBUTARIOS.- Eran
los nobles o notables a lo que se les permito poseer algunas tierras. No
estaban obligados a pagar tributo. Generalmente pertenecían a comunidades que
habían aceptado pacíficamente de dominación española. Podían considerarse guanches
libres en cuanto no tenían la obligación de prestar servicio, aunque en
términos culturales y jurídicos pertenecían a una clase igualmente explotada.
GUANCHES ALZADOS.- Un importante
continente de la población guanche no se sometió a los invasores, ni al régimen
de esclavitud huían de los españoles, replegándose a las montañas donde
continuaron desarrollando su cultura lejos de los invasores.
NEGROS LIBRES Y MANUMISOS.-
Los negros libres: eran los que no estaban sujetos al régimen de esclavitud. Trabajaban como peones y como pequeños arrendatarios en haciendas y hatos e igualmente en obras de artesanía. Los manumisos: eran aquellos que, luego de haber sido esclavos, lograban su libertad, es decir, eran manumitidos.
NEGROS ESCLAVOS.- Eran los negros traídos del continente, que eran vendidos como esclavos a los dueños de haciendas, trapiches o a otros particulares. Pertenecían a un amo, tanto ellos como su fuerza de trabajo y descendencia.
Eduardo Pedro García Rodríguez
Febrero de 2014.
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