domingo, 21 de julio de 2013

CAPITULO XIII-XV




FEMÉRIDES DE  LA NACIÓN CANARIA


UNA HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS

ÉPOCA COLONIAL: SIGLO XVII


DECADA 1581-1590


CAPITULO XIII-XV



Guayre Adarguma Anez’ Ram n Yghasen

1588. El ingeniero cremonés al servicio de la corona española Leonardo Torriani, enviado a la colonia para inspeccionar las defensas  dibuja el litoral de Añazu (Santa Cruz), mostrándonos que en la playa sólo queda lo que parece ser la ruina del atraque de un muelle aunque se seguía utilizando como tal. El golpe definitivo y desesperanzador lo da el temporal de 1600 que arrasó con todo lo que quedaba. Ya en los primeros años del s XVII se encarga la construcción de un nuevo muelle en otro lugar. Esta vez se designó la peña que cerraba la Caleta, excavando unos escalones en la misma roca para facilitar el acceso de personas y mercancías. El muelle se había trasladado desde la playa a la Caleta. Con grandes dificultades este muelle prestó servicio durante todo el s XVII en medio de un litoral ingrato y de una fábrica que no ofrecía muchas garantías.
Los trasvases de mercancías y pasajeros continuaban realizándose con gran dificultad.

1588. El Ingeniero cremonés Leonardo Torriani es estante en  Eguerew (La Laguna) en la isla Chinet (Tenerife) encargado por la corona de la metrópoli de la inspección y construcción de las defensas en la colonia de Canarias. Nos trasmitió una descripción de la isla Chinet y de sua habitantes pre- coloniales, los guanches. Veamos como nos describe el Ingeniero: “Esta es la mayor de las Afortunadas y la más soberbia, que, situada en medio de las demás, descubre en su alrededor 1500 millas de mar que forman su horizonte. Es con mucho la más rica de todas en azúcar y en vinos excelentes que se transporta a diferentes partes del mundo, según se ha dicho en el capítulo de Canaria. Tiene mucho comercio, porque está más poblada que Canaria, y dos veces más que La Palma. La mayor parte de la gente son portugueses los cuales, como superan a las demás naciones de España en la industria de la agricultura, han conseguido que esta isla fuese la de mayor feracidad y riqueza.

Por la banda del Norte está llena de bellísimas villas cada una de 300 a 600 casas. Tiene terrenos muy fértiles, bosques espesísimos y altísimos, que es cosa de maravilla para la construcción de los navíos y de los edificios. En efecto dejando de un lado lo que dice Plinio, tiene árboles de tanto grosor y altura, que con las tablas que se sacaron de un solo pino se cubrió "una iglesia de 80 pies de largo y de 48 de ancho; y con otro pino parecido se cubrió otra iglesia, larga de 110 pies ancha de 35. En la parte del sur está quemada y devastada por infinitos volcanes antiguos, y es poco fértil, porque allí no hay tanta abundancia de agua, ni terrenos para cultivo.
,
La isla es triangular y tiene 174 millas de circuito. Al  tiempo de Juba y de Plinio se llamaba Nivariat por las nieves con que está cargado casi todo el año el monté altísimo que tiene, llamado el pico de Teide, segunda Etna-occidental. Más de 500 años antes de la venida del Salvador se llamó Pintuaria; y después, Tolomeo le dijo Aprositus (según opinion mía), por considerarla inaccesible, en razón de aquella altísima montaña. Los lsleños, anteriormente a la conquista; le decían Chinechi, y 1os palmeros, Terierife, que en su lengua significa tanto como “monte de nieve;” como el candor ha dado su nombre al Cáucaso.

Esta isla se halla ilustrada por la devotísima imagen de Nuestra Señora de la Candelaria, que apareció en ella, noventa años  antes que fuese de cristianos, y por la predicación y el martirio de dos santos monjes escoceses, Maclovio y Blandano, de los cuales se hablará más adelante. Está a 45 millas, de distancia de Canaria, a 14 de La Gomera ya 52 de La Palma.”

Se cree que antiguamente los africanos Azanegh, poblaron esta isla y la dividieron en nueve reinos de los cuales cada uno tenía un rey, a quien ellos Mencey

El uno era Detzenuhia, rey de Taoro, es decir de La Orotava, y el más poderoso, porque tenía 6000 hombres de guerra. El otro era Acaimo, rey de Güímar; el tercero, Aguassona, rey de Abona; el cuarto, Atbitocazpe, rey de Adexe; y otros, cuyos nombres se desconocen.

A estos reyes seguía en su trono el hermano, y después empezaba la descendencia, con el primogénito. Su elección estaba hecha por los más nobles y los parientes, los cuales hacían jurar al rey el pacto sobre un hueso de algún rey, su predecesor y pariente, que había dejado santa memoria y gran reputación; y después juraban ellos también, sobre el mismo hueso, y lo besaban y lo ponían encima de la cabeza, exactamente como el rey lo había hecho antes, y después sobre el hombro, diciendo: -Agogné i acoran i gnatzhagna chacognamet, que significa: -«Por el hueso de aquél por quien te hiciste grande» y con estas ceremonias y otras más hacían a los reyes.

Estos ponían mucho cuidado al casarse, si faltaban mujeres de igual sangre y grandeza, les era permitido tomar por mujer a sus hermanas. En invierno vivían cerca del mar, y en verano en la montaña. Cuando caminaban, les llevaban adelante una vara delgada, llamada anzpa, bien labrada, que era la insignia real; y , si encontraban a alguno de sus vasallos, éste les limpiaba los pies y los besaba con grandísima humildad.

Entre estos isleños había tres clases de gentes es decir, villanos, nobles y nobilísimos, que eran los que descendían de la sangre real. Los villanos se llamaban achicaxana; los nobles, cichiciquitza; y los más nobles, achimencey entre los cuales hubo hombres de grandísima fuerza y destreza, y gigantes altos de catorce pies. Vestían como los canarios y se adornaban (sobre todo las mujeres) con conchas del mar y con otros ornamentos que hallaban en la playa del mar.

Confesaban al verdadero Dios con este nombre, Achguayaxerax y Ochoron Achaman, es decir, «sustentador del cielo y de la tierra».
También lo llamaban Achuhuran Achahucanac, es decir, “el grande, el sublime”; ya Nuestra Señora, Chaxiraxi, y también la llamaban Armaxes Ouaiaxiraxi, que significa “la Madre de aquél que sustenta el mundo”. Dicen también que a Dios lo llamaban Arguaicha jan ataman, que significa “Dios del cielo”, porque al cielo namaban ataman;s y que celebraban algunos días de fiesta. Contaban e1 tiempo de la luna con nombres diferentes; y el mes de Agosto se llamaba Begnesmet. Tenían bautismo con agua, que administraba una mujer venerable, la cual, por esta razón, contraía parentesco con todos. Decían que había un infierno en el Pico de Teida (porque Eheida quiere decir “nfierno”, y el de., monio se dice guaiota);  y que dios había hecho al primer hombre ya la primera mujer de la tierra.

Todas estas cosas religiosas las tuvieron de dos santos escoceses, Maclovio y Blandano, de la orden de San Benito. Este Blandano era padre de tres mil monjes, los cuales., según el obispo Cabilonense, y según Maurolicio en su Calendario, ilustraron ambos juntos estas islas Afortunadas con la predicación evangélica, durante siete años; y en particular a ésta de Tenerife, según mi parecer, por la religión que en ella permaneció; esto fue en tiempo de Justinián; primer emperador, que fue después del nacimiento del Salvador 525 años y dicen que aquí el beato Maclovio resuscitó a un gigante, el cual, bautizado por él, le relató las penas de los paganos y de los judíos, y poco después volvió a morir. Antes de estos tiempos se cree que entre estos isleños no hubo ninguna religión, y que tenían relación indiferentemente con cualquier mujer, con excepción de la madre; y que no tenían justicia, ni gobierno, sino que todos eran ladrones y totalmente gentiles. 

Hubo entre ellos oficiales, mecánicos, y muchas cosas necesarias para la vida, como entre nosotros, con excepción del trigo  y de los bueyes. Fuera de la casa, no podían hablar con ninguna mujer, bajo pena de vida. Cuando querían casarse, Se les concedía la mujer que, ellos pedían, pero sin dote; y después, cuando el marido quedaba cansado de ella, la podía enviar a casa de su padre, y se quedaba con los hijos; éstos, por efecto del divorcio del padre y de la madre, se consideraban bastardos. Dicen que se podían casar con cualquier pariente, excepto con la madre y con las hermanas. Estas y muchas otras cosas se han conservado en la memoria de la gente, que por no tener interés para los lectores, dejo que otros las escriban.” (Leonardo Torriani; 1959:177-80)

1588.
En Tedote, Benahuare (Santa Cruz de la Palma) se inaugura la fuente conjunto renacentista, excepcional, encontramos dentro de la Plaza de España, la famosa fuente terminada en 1588, siendo Gobernador Hierónimo de Salazar, costando 200 ducados.
Está adosada a una pared desde donde salen cuatro chorros de agua enmarcados en un arco rebajado. Existe un pequeño arquitrabe y luego un friso corrido con la leyenda de su construcción. El coronamiento es un frontón triangular cerrado, rematado en sus vértices por un pequeño pedestal. El tímpano aparece blanqueado, con elementos heráldicos, dos escudos: el de la izquierda, las armas de la isla con la efigie del Arcángel San Miguel y a la derecha las de Jerónimo de Salazar.
 1588. El Ingeniero cremonés al servicio de Carlos II, de la metrópoli en su visita a la isla de La Gomera nos dejó el siguiente relato en torno a los primitivos gomeros: “Los antiguos gomeros fueron hombres grandes, forzudos, ágiles, guerreros, poco cuidadosos en sus trajes, e idólatras. Tuvieron gigantes, y de tanta fuerza, que se sabe que uno de ellos, señor de la cuarta parte de la isla, llamado Gralhequia, habiendo salido un día a pescar, junto con otros, encima de un peñasco algo alejado de la tierra, halló que, al regresar, les cortaba el paso un gran pez carnívoro. Entonces él se tiró a nado y se abrazó estrechamente con él, nadando ora debajo, ora sobre el agua, hasta tanto que sus compañeros pasaron a salvo, y después lo soltó, sin haber recibido ningún daño.

Estos fueron tan ágiles en tirar las piedras con la mano, y los dardos sin punta de hierro, es decir con la punta quemada, que me parece que vencieron con mucho a los mallorquines. En sus ejercicios, desde el principio acostumbraban a los hijos pequeños a hurtar el cuerpo aciertas batas de tierra, y los adiestraban a que las evitasen con las manos, ó con el cuerpo. Después; cuando habían crecido en edad y en habilidad, les tiraban piedras y últimamente, cuando ya estaban amaestrados, les lanzaban los dardos
exactamente como si hubiese peleado de verdad.

Su traje era cubrirse las partes más deshonestas del cuerpo, y vendarse la cabeza con una faja pintada con un color encarnado, que sacaban de las raíces de un árbol llamado tainaste, del cual también se saca el colorete para las mujeres. También se cubrían algunas veces con un tamarco, como en Canaria O en Tenerife, hecho con tres pieles.

Adoraban al demonio en figura de hombre velludo, a quien llamaban Hirguan. Eran sumamente amigos de la soledad, como refiere Petrarca en el libro De Vita solitaria, y, por consiguiente, eran muy melancólicos. Cantaban versos de lamentación, de ocho, nueve y diez sílabas, y con tanta tristeza, que lloraban ellos mismos, como se ve que todavía lo hacen hoy día los que descienden de los últimos habitantes. Su tono lamentoso ha sido empleado por excelentes músicos en sus composiciones, sobre todo por el divino Fabricio Dentici, y por los españoles en la poesía, en duos y tercetos, imitando a los antiguos, de que nosotros hemos notado uno más abajo. Su nombre es endechas; es decir, lamentos mujeriles. Es verdad que también se cantaban en las demás islas, con motivo de la muerte de alguna persona principal, o de algún triste suceso; pero las de esta isla eran más hermosas y más dolorosas. De ellas hemos traducido como sigue, en nuestra lengua, dos tercetos españoles que se cantan:

Se gli delfini moren d' amore,
ahi tassa, che faremo noi,
che piil di toro habbiam dolce ii core?,

Últimamente cuando esta isla fue conquistada, estaba dividida en  cuatro partes, que se llamaban así: una Mulagua, la segunda Agona, la tercera Ipalam, la cuarta Orone. Cada de estas tenía a su señor; el de la primera se llamaba Aberbequeie; el de la segunda, Aguaboreque; el de la tercera, Auhagal; y el de la cuarta, Unihepe.

Entre estos isleños hubo hombres valientes y de grandísimas fuerzas, como Igalgan, Aguabanahizan, Agualeche, Hauche, Arnuhaici, Aguacoromos; y, por haber fallecido en
la guerra, sus nombres quedaron entre sus descendientes, como de personas dignas de ser imitadas y celebradas.

También tuvieron hombres fatídicos, que predecían lo que había de ocurrir; y entre éstos se menciona a uno llamado Eiunche, que les daba a entender que en el cielo hab1a un Dios llamado Orahan, quien había hecho todas las cosas; y también decía que, después de su muerte, vendrían a la isla hombres nuevos, quienes les dirían a quién debían de adorar; y decía que el hombre velludo a quien adoraban, no era el verdadero Dios de los gomeros, sino su enemigo.

1588.
Castillo de San Hemeregildo en la isla  Titoreygatra (Lanzarote)

“Guanapay en la isla de Lanzarote. Después de ser arruinada y quemada su fábrica bárbara por Morato Arráez año de mil quinientos ochenta y seis, Gonzalo Argote de Molina en el año 1588 que vino á aquella isla por estar casado con la hija del Marqués, fabricó a su costa el dho Castillo, y puso en él onze piezas de artillería de bronce de diferentes pesos y teniendo gastado 28 dz. en la fábrica llegaron á aquella isla el General Dn Luis de la Cueva y Benavides, y el Obispo Dn Fernando Xuarez de Figueroa, llebando consigo á Leonardo Turriano, Ingo de S.M. con cuyo parecer y del Marqués de
Lanzarote, y que se aprobó esta fábrica y se mandó continuar dejando para ello en aquella isla al dhoLeonardo Turriano con 20 ducados que el dho Marqués dió de sus rentas é por su mandado se gastaron en ella: y habiendo enviado la madera necesaria para cubrir la plaza de Armas que costó 500 ducados, llegó á aquella Ysla jaban Arraes: con Armada del Xarife en el año de 93 y hallándola en el puerto del Arrecife, la quemó. Y lo qe es necesario hacer en el dho Castillo para que esté en perfección, es cubrir la plaza de armas de madera y lajas, y que las dos garitas que se fabricaron sobre madera,
se fabriquen de piedra y barro, abriendo los cimientos al pié de la muralla del dho Castillo, lebantando dos plataformas desde el suelo que reciban en si las dhas dos garitas, para todo lo qual ofrecieron los vecinos 500 fangs. de trigo y dineros de que se hizo repartimiento entre ellos, y sobre otras 200 fangs. de trigo que el Marqués tiene ofrecidas. Yansimesmo falta por encalbargar [1o] la Artillería que teniendo aderezadas ruedas y cajas el dho Argote de Molina en esta de Canaria para quatro piezas grandes de bronce, se las tomó el Capitán Melchor Morales, Governador de ella el año de I592 para
sus Castillos y se las ha buelto asta °Y: Y para el sustento del dho Castillo y paga de los Artilleros y salario del Alcayde. Pólbora y municiones, atento la imposibilidad del Marqués, será menester cada año 400 ducados, para los quales se ha de pedir licencia á S.M. para que se impongan sobre la entrada de los vinos en aquella isla, en cada pipa un ducado, y sobre las otras mercaderías que el Consejo de la dha Isla pareciere que será menor daño de los Vezinos con intersección y aprobación de los Sres. Presidente y Oydores de la Real Audiencia de estas Yslas por estar á cargo suyo, como tengo dicho la superintendencia de la guerra. -Es copia de un papel antiguo que parece ser de la misma letra que otras ojas sueltas que tengo, en que se refieren distintas invasiones, y algunos modos de fortificar las Islas, que parece obra de algun Ingeniero antiguo, y el original de que he copiado lo antecedente y la figura que seguirá parece destacada de algun libro ms.” (En: José María Pinto y de la Rosa. 1996)

1588. La villa de San Sebastián, que está en esta isla de  La Gomera, fue llamada así por del día 21 de enero (1) én que fondeó en ella Letancurt. Está situada entre dos a1turas. Al lado de un río, cerca de uma playa, larga de 900 pasos; en forma de semicirculo. Éstá con dos extremos montuosos que  tiene,  forma un puerto tranquilo y cómodo
en que, además de diferentes navíos que van a las Indias y Cabo Verde ,también hacen escala las armadas de España y se proveen con mantenimientos y con agua buena, para su  navegación. Tiene 200 casas, dos iglesias, una de Clero seglar, otra de frailes de san Francisco, y una torre que sirve de cárcel.  A la base de esta torre, en la parte hacia fuera, cuatro piezas  de artillería, para defensa del puerto  pero están tan mal situadas que ofenden a los navíos amigo mas que a los enemigos.

Por ser este puerto  frecuentado y de tanta utilidad (porque es el mejor de todos cuantos hay en las islas) conviene que se fortifique una punta de Nuestra Señora de Buen Paso, que es la que está a la entrada del puerto. Ésta sólo tiene necesidad de ser igualada, y de un parapeto en su alrededor. Y, como el enemigo puede desembarcar un poco más arriba, y puede ocupar el lugar alto que la domina, conviene que también éste lugar quede fortificado, como lo demuestra el dibujo; porque, además del provecho y de la seguridad que ofrece para la fuerza de abajo, también sirve de retirada para la gente de la villa, dado que, caso de ser poderoso el enemigo, es imposible defenderla.

A algunos les ha parecido que sobre la montaña, al lado de la villa, donde está señalada una E, se debería fabricar una fortaleza igual que la anterior; lo cual a mí no me parece bien, porque quedaría demasiado lejos para poder defender la villa y el puerto y los pasos que los enemigos pueda tomar en tales ocasiones. Otros pensaban que, con ceñir  la villa con una muralla delgada, era para ella bastante defensa, pero no tenían en cuenta  as alturas que están detrás. De modo que, siendo necesario buscar allí alguna defensa, mejor era y será ponerla encima del puerto, en  efecto, el enemigo no está familiarizado con todos los desembarcaderos ni con todos los pasos difíciles de la tierra, de modo que viene directamente al puerto. Con esta defensa también se asegurará la villa. Y, cuando otra cosa ocurriese  decir, si los enemigos vinieran por otra parte, desde el interior, la gente de la villa, como se dijo más arriba, se podría retirar a esta fortificación de arriba.
También está claro que, mientras los enemigos no fuesen dueños del puerto, no se atreverían a abandonar los navíos, los cuales, aun en tiempo de mar tranquilo, son empujados por las corrientes en dirección del Hierro; y no pueden volver; sin grandes esfuerzos si, el viento  les es favorable. (Leonardo Tooriani; 1959: 117-19)
(1) La fecha dada por Torriani para el asentamiento europeo o fundación de la villa de Ipalam o San Sebastián no figura en ninguna otra fuente, no es probable que dicho asentamiento se remonte a la época del pirata Jean de Bethencourt.

1588.
Leonardo Turriano, Ingeniero cremonés al servicio del rey,  propuso darle mayor amplitud a su plaza de armas de la fortaleza de Santa Cruz, haciendo avanzar la edificación a lo largo de la lengua de tierra que separaba la caleta de la playa de Santa Cruz, con objeto de que al descubrir mejor desde sus muros ambos puntos, ofreciese una eficaz garantía de seguridad a los navíos que en él se amparaban. Por parte de tierra aconsejaba se construyese un ancho foso que inundado por el agua del mar incomunicase el castillo con el poblado; también proponía variaciones en las habitaciones destinadas al Castellano, almacenes, cisternas, etc.; esta obra se ve perfectamente en el plano de Sta Cruz de 1590 levantado por este ilustre Ingeniero. (José María Pinto de la Rosa, 1996)

1588.
Propuso el Ingeniero de S.M. el cremonés Leonardo Turriano la construcción de un pequeño fuerte en el Puerto de la Cruz –salida natural al mar de la Villa de la Orotava- en la isla de Tenerife, para defender aquella caleta emplazando en él 4 culebrinas y calculaba su costo en 22.000 reales.

1588 Mayo 8. Moría en Titoreygatra (Lanzarote) a los 70 años de edad doña Ines  de las Cuevas y Ponte. Y el 22 de Noviembre se volvía casar el Marques en un viaje a Madrid (Castilla) con doña Mariana Enríquez Manrique de La Vega, hija de don Diego de Tebes y Brito, gentil hombre de la casa del Rey, y de doña Isabel Manrique de la Vega quien llevo diez mil ducados de dote. Gonzalo Argote aprovechando la ausencia de su suegro intento apoderarse del Gobierno Civil y Militar colonial  de Erbania (Fuerteventura), consiguiéndolo gracias a don Luís de la Cueva y Benavides, Capitán General de las fuerzas castellanas de ocupación en la colonia de Canarias, quien puso a disposición de Gonzalo Argote el Gobierno de las armas aludiendo a una posible invasión enemigas (la verdad era que tenia un gran odio por los Señores de Fuerteventura).Gonzalo Argote soltó a los presos de las cárceles, abolió los Regidores que componían el Ayuntamiento, nombrando en su lugar a 24 Sevillanos. Impuso tributos y ejecuto notables vejaciones a quienes osaron resistírsele. Los señores de Erbania (Fuerteventura) hicieron llegar estos relatos al pie del Trono y el rey español Felipe II mando a don Luís de la Cueva dejase de ayudar a Gonzalo Argote y le obligara a abandonar la isla de Erbania (Fuerteventura) para que los colonos de esta viviera pacíficamente.

1588 Mayo 8.

Fallece la criolla Inés de Ponte, de la  casa de los señores de Adeje en Chinech (Tenerife), cuya señora murió, sin dejar sucesión. Viviendo aún Inés de Ponte, el marqués Agustín de Herrera tuvo relaciones extra maritales con Bernardina de Cabrera y León, mujer criolla atrevida y hermosa casada en Titoreygatra (Lanzarote) con un comerciante genovés llamado Teodoro Espelta, que la amaba apasionadamente. A vivóse el amor del
marqués con la obstinada oposición del padre de la joven, que se creía deshonrado con las liviandades de su hija, intentando en cierta ocasión dar muerte al adúltero amante y vengar así su ultrajado honor; pero la verdadera víctima de esta vergonzosa intriga fue el. pobre negociante, que, ignorando la conducta de su esposa, continuaba amándola y satisfaciendo siempre sus menores caprichos.

Una noche, viniendo el engañado esposo después de un largo viaje al pago de Testeyna, donde tenía su residencia, se le antojó a doña Bernardina unos dulces de la Madera que había quedado en Teguise, y deseando complacerla tomó inmediatamente un caballo y salió a aquella hora para traerle el apetecido regalo. ¿Qué sucedió entonces?

Nadie lo supo. Sólo se vio que al día siguiente se encontraba muerto el genovés detrás de una tapia de su propia casa, con el vestido azul que llevaba al salir, cuello y botas blancas, pero sin ninguna herida visible en su cuerpo.

Recogido el cadáver y practicadas las diligencias oportunas, nada pudo averiguarse, quedando desde entonces la viuda más obsequiada y asistida del marqués, sin que este tuviese ya necesidad de ocultar a nadie su pasión. El pueblo, sin embargo, le señaló como instigador del crimen y autor premeditado de aquel alevoso asesinato.

A los tres meses del trágico suceso, doña Bernardina dio a luz a una niña que legalmente debía ser considerada como hija de Espelta, pero que el marqués no dudó en llamarla doña Juana de Herrera, teniéndola por hija suya con menos precio de la moral, de las leyes y de la conciencia pública de los colonizadores. La manceba, manchada aun con la sangre de su marido, no vaciló en trasladarse al palacio de su amante y ejercer allí una influencia avasalladora en todos los negocios de la isla, aunque existiera la legítima esposa doña Inés.

En 1568 nació de estos adúlteros amores otra niña que recibió el nombre de doña Constanza, siendo ambas declaradas hijas del marqués a pesar de su conocido origen. Como don Agustín no dudaba de la paternidad de su segunda hija, siempre la manifestaba una marcada predilección sobre la primera.

Esta niña fue la que luego casó con el célebre Argote de Molina, colono tan ilustre por su nacimiento y escritos como desgraciado por sus numerosos infortunios, sus litigios y su muerte. (Agustín Millares Torres, t. III:187)

1588 Julio 8.
Con motivo del aviso que dio al Cabildo de Tenerife, el Gobernador de Mazagán, de que Arráez estaba aprestándose para invadir estas islas con 20 galeras, se acordó hacer una plataforma inmediata a la Cruz de Piedra (La Laguna), «por la parte de abajo... una a mano izquierda donde se puedan jugar 3 piezas de campo y a la mano derecha otra de la misma capacidad, y por ambas partes corran unos parapetos para que lleguen de una parte a la otra de los barrancos...» (Libro 3°, oficio 2°, folio 427).
Imagen: Autor: J. A. Baeyens
Julio de 2013.

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