miércoles, 12 de agosto de 2015

ARCHIVO PERSONAL DE EDUARDO PEDRO GARCÍA RODRÍGUEZ-CXXII


2006 agosto 14.

EN TORNO A LA VESTIMENTA DE NUESTROS ANCESTROS

Es lamentable que, el desconocimiento a que se ha sometido a la población canaria sobre la vestimenta de nuestros antepasados, por parte de los poderes políticos imperantes y sobre todo por el clero católico, induzca a algunos canarios guiados de la mejor voluntad, pero aceptado por ignorancia, imposiciones más o menos solapadas de los estamentos dominantes, el que nuestros antepasados vestían con azaleas, es decir, con pieles de ovejas o cabras apenas tratadas y que para más escarnio son píeles de ovejas Merinas, Las cuales fueren introducidas en nuestro país después de la invasión y conquista castellana.

Da pena ver como en determinados actos religiosos participan algunas personas disfrazadas y que creen de buena fe que van "vestidos como nuestros antepasados Guanches.”

Vamos por partes: Las ovejas que tenían nuestros antepasados, eran la africana, una oveja relativamente pequeña y de pelo corto y liso similar al de las cabras, esta raza autóctona hoy en día está siendo recuperada gracias a los desvelos de un matrimonio cubano afincado el Sur de Tenerife, aunque éstos, fe dan el nombre de oveja "Pelibuey".

La oveja Merina, como hemos dicho fue introducida por los conquistadores precisamente porque precisaban, de su lana no. sólo para la obtención, de materia prima para sus "tejidos, sino que además, era un producto altamente cotizado para la exportación, por consiguiente, si la oveja Merino fue introducida por los españoles después de la invasión y conquista, no era posible que los guanches vistiesen las pieles de las mismas. No deja de ser un insulto a nuestros antepasados, el creer y hacer creer que la capacidad, intelectual de éstos era tan limitada que se dedicaban a danzar en honor de una imagen cubiertos con zaleas de ovejas Merina con todo su pelo y ¡en plena canícula!

Dejemos que sean los historiadores más próximos a las postrimerías de la conquista, quienes nos describan la vestimenta de nuestros ancestros, historiadores que por lo visto y solo, no son conocidos por quienes dicen defender nuestra cultura "popular y mucho menos por los que "enseñan y educan" a nuestros hijos y nietos. Para éstos, y para los que sienten verdadera inquietud por las cosas del pasado de Canarias, incluimos al final de este modesto trabajo una lista de títulos que consideramos de interés para un mejor conocimiento de la historia de Canarías.

«Su traje era (porque no tenían género alguno de lino, ni de algodón) un vestido hechó de pieles de cordero o de ovejas gamuzadas, a manera de un camisón sin pliegues, ni collar, ni mangas, cosido con correas del mismo cuero, con mucha sutileza y primor tanto, que no hay pellejero que tan bien adobe los cueros, ni que tan sutil costura haga, que casi no se divisa, y esto sin tener agujas ni leznas sino con espinas de pescado o púas de palmas o de otros árboles. Este vestido era abrochado por delante o por el lado, para poder sacar los brazos, con correas de los mismos. Este género de vestidura era común llamaron tamarco y era común a hombres y mujeres: salvo que las mujeres, por honestidad, traían debajo del tamarco una como saya de cuero gamuzado que les cubría los píes, de que tenían mucho cuidado, porque era cosa deshonesta a las mujeres descubrir pechos y píes. Este sólo era su traje de grandes y menores, y éste les servía de cobertura para la vida y de mortaja para la muerte. » (Fray Alonso de Espinosa.)

«El vestido de los canarios eran unos toneletes hechos de juncos majados muy juntos al cuerpo y tejidos que llegaban a la rodilla; y ceñíanlo por la cintura, y después se echaban encina anos pellejos cosidos muy primamente, que llamaban tamarco, en verano el pelo afuera, y en invierno adentro, muy galanos y pulidos; Y en las cabezas, tocados de pellejos de cabritos, que desollaban enteros, y las ganas caían por las orejas, amarrados al pescuezo; y algunos trían unos corno sombreros con plumas en ellos; y los tamarcos y toneletes y los demás vestidos eran pintados de diversas colores de tintas, que sacaban de flores y erijas. Y del misino hábito usaban las mujeres de pellejos como relajos altos del suelo.

Criaban cabello y cojíanlo atrás como trenzados con juncos majados. Hacia las costaras de las tamarcos y caeros con tanto primor y delicadeza, que no hubiera persona q«e su vista no engañara, para afirmar que se hicieron con agujas muy delgadas y hilo preciado portugués, y los repulgas de muy pulidas labraderas. Traían calzados unos pedazos de cuero de cabras, atados con correas del mismo cuero erado.» (Fr J. de Abreu Galindo}

«Las pieles adobaban a modo de gamuzas de que hacían su vestido. El primero y más pálido una túnica con medias mangas cerradas hasta la sangradera y por bajo de la cintura, era en hombres y mujeres principales. En las mujeres ponían encima como enaguas de faldellón otro atado a la cintura y después otra ropa que las cubría todas como casacón o sobretodo. En los hombres eran tres, el primero del modo que dijimos a modo de justa cor[... roto] la rodilla el último pides más gruesas y largo hasta los pies. (Antonio Cedeño)

Tenían calzado a modo de sandalias y inedias de borceguíes. Los plebeyos andaban descalzos de píe y pierna y trasquilados barba y cabello y Tenían calzado a modo de sandalias y medias de borceguíes. Los plebeyos andaban descalzos de píe y pierna y trasquilados barba y cabello y con un zamarrón de pieles sin costura por los hombros, los brazos de íbera y algunas veces con media manguilla y en lo interior tenían por la cintura cubiertas sus partes. Los nobles tenían cabellos largos, mayormente en lo alto de la cabeza le dejaban bien crecidos, y alrededor lo quitaban. La barba era larga y el bigote sobre la boca era quito. (Marín de Cubas) (E.P.G.R.)

TAGOROR  DE  LA  HERMANDAD  GUANCHE.   WEÑESMER  6° ACHANO
 N TALLIT TA YNAY TAGWANCET.

(Archivo personal de Eduardo Pedro García Rodríguez)

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