UNA HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS
PERIODO COLONIAL 1501-1600
DECADA 151-1550
CAPITULO VIII-I
Eduardo
Pedro García Rodríguez
1541 Octubre 26.
En una reunión celebrada en Las
Palmas (Gran Canaria) el 26 de Octubre
de 1541, bajo la presidencia del Gobernador D. Agustín de Zurbarán, se propuso amurallar la ciudad y
teniendo en cuenta la situación del Castillo de las Isletas, construir una
fortaleza donde después se instaló la Torre de Santa Ana. El
emplazamiento lo eligió en 1554 D. Rodrigo Manrique de Acuña, estimando su
costo en 25.000 ducados. El gobernador D. Pedro Rodríguez Herrera comenzó los
cimientos de esta obra, así como algunas trincheras en sus caletas, debiendo la
obra en gran parte al Gobernador D. Martín de Benavides que había llegado a Las
Palmas el 7 de Julio de 1579, levantando sobre un arrecife, este torreón de
figura mixtilínea sobre un diámetro de veintinueve varas con un alto de diez
varas, en la orilla del mar y cerrando la avenida del puerto de La Luz , colocando en su explanada
siete cañones a barbeta. Tenía un almacén de pólvora, cuerdas y balas, y un
dormitorio todo hecho de mampostería ordinaria, habiendo sido utilizada contra
los ingleses en 1595 y contra los holandeses en 1599, los cuales colocaron un
barril de pólvora en el aposento del alcayde y lo volaron.
Su planta mixtilínea, estaba
compuesto de una parte en semicírculo hacia la ciudad, de cuyos extremos se
sacaron al mar dos líneas que formaban un ángulo de 77° acabándola
circularmente.
En 1599, cuando la invasión de
los holandeses, era Castellano de esta Torre Alonso Venegas Calderón, hijo del
Regidor y Depositario general de la Inquisición Alonso
Venegas y de su esposa Catalina Calderón, nieto paterno de Cristóbal Venegas y
Antonia Fontana y materno de Francisco Calderón y Beatriz Álvarez de León. Este
Castellano mandó que le tapiasen la puerta de la Torre , y por una escala le
diesen lo necesario para su defensa, y ya fatigado al ver que le faltaban las
municiones y nada conseguían con estar allí encerrados, dio cuenta al
Comandante de armas y éste le mandó salir y desalojar el Castillo, esta
resistencia duró dos días, defendiéndola valerosamente y probablemente hubiese
durado más, a no ser por la entrega del Castillo de la Luz que hizo su Alcaide Antón
Joven.
Esta Torre entraba en el mar un
buen tiro de piedra, aunque a marea vacía quedaba en seco. Se penetraba en él
por el mismo muro, y la puerta tenía un tabladillo que al quitarlo hacía no se
pudiese llegar hasta él.
Se reedificó esta fortaleza en
1601 por el Gobernador de Canarias Gerónimo de Valderrama y Tovar, Oficial de
experiencia e inteligencia en Arquitectura Militar, pero sin más capacidad que
para la pólvora precisa, repuesto de los utensilios para las piezas y un hueco
con tarima para unos seis hombres.
Según Fr. José de Sosa, «...tiene muy buena plataforma en quien
ruedan 5 cañones de bronce y otros de fierro y podían jugar 6 mas, dada su
capacidad, guardándole soldados del Presidio en perpetua centinela, por estar
en sus almacenes las municiones del Rey Nuestro Señor y de la Ciudad , siendo en donde
están más bien acondicionadas. Esta Torre es donde comunmente aprisionan los
militares de la isla por orden de su sonas de cuenta á quienes los Presidentes
y Capitanes á guerra mandan á prender según las causas y delitos...»
En el año 1779 fue reparada esta
Torre por el Cabildo de la isla, y en 1785 tenía un cañón de bronce calibre
36,6 de hierro de a 24, y estaba guarnecido por un cabo y tres soldados de
Infantería.
Hermosilla tratando de esta Torre
dice así: «...y debajo en dos bóvedas
capacidad para la precisa Pólvora, repuesto de los utencilios para las Piezas,
y un hueco con Tarima para hasta unos seis hombres, en esta disposición, que no
indica su fábrica la mayor escrupulosidad en su Construcción, delgado su muro,
y que está quarteada por toda la parte que baña el mar se estaba reparando su
rodillera y explanada, sentando las lozas para ella sobre el terraplén, y de
solar seis pulgadas de grueso, sin más cal que en las juntas, repellando toda
la exterioridad de la Torre
con que se conseguía lavarle la
Cara y cubrir los indicios que para desconfiar y hacer juicio
nos presentaba, por lo cual mandé suspender el todo, á fin de no perder
caudales en seguir su remedio, atento que estos podrían reservarse para atender
á otras obras más urgentes y sólidas necesarias de reparo, por lo que sin
graduar hasta que punto podrá servir solo puedo asegurar es punto importante y
necesario no descuidarle y en la reedificación de él adaptarle la figura de un
Baluarte, pero esto es costoso y no tiene lugar en la prontitud del día á menos
de un crecido dispendio...»
No se conoce la relación de los
Castellanos de esta Torre, que los nombraba el Cabildo el 1 de Enero de cada
año y eran con- firmados por el Comandante general. En el archivo de Acialcázar
hemos encontrado los siguientes nombres:
159 5 Hernando de Lezcano
Castillo
1599 Capitán Alonso de Venegas
Calderón
1630 Capitán D. Alonso de Pinelo
1640 Capitán D. Diego Ortiz Ponce
1644 Capitán D. Pedro de Espino
Castellano
1673 D. José de la Rocha , Regidor
1681 Capitán D. Juan Bautista
Salvago
1758 Capitán D. Jacinto Agustín
Falcón y Ramos
1760 Capitán D. Francisco Antonio
Bravo de Laguna
Por R.O. de 4 de Junio de 1880,
se aceptó la permuta de esta Torre, por los terrenos denominados de Guanarteme
de unos 12.000
metros cuadrados de superficie, para construir en ellos
una Batería, ya que esta Torre se había ordenado desartillar por R.O.
de 25 de julio de 1878. Fue
valorada el 7 de Julio de 1880 en:
Por 737,62 m2 de solar a
10,00 pesetas 7.376,20
pts
Por mampostería que se detalla 4.414,99 pts
Por cuatro puertas 20,00 pts
Por dos ventanas 7,00 pts
Por una compuerta 2,00 pts
Por una barandilla 3,00 pts
Total 11.823,19 pts
Y el 8 de Julio se entregó al Ayuntamiento
mediante acta, con destino a la
Junta de Comercio. Esta permuta fue anulada por R.O. de 4 de
Julio de 1890 (D.O. nº 150), pero en este intervalo de diez años la Junta de Comercio procedió a
su derribo y al volver a
poder del Ejército, solo pudo
recuperar el solar y parte de los cimientos. En los planos que se acompañan se
ve su emplazamiento, así como la obra que actualmente está ejecutada en su
solar. Por R.O. de 7 de Abril de 1892 se aprobó la construcción de una Batería
de Salvas y Saludos sobre los cimientos de la antigua Torre de Santa Ana,
ejecutándose la obra en 1893, continuando con este cometido hasta que por R.O.
de 2 de Septiembre de 1903 se dispuso su traslado a la antigua de San Fernando,
quedando desde entonces desartillada la de Santa Ana.
Al llevarse a cabo el proyecto de
1893, no se ocupó todo el solar de la primitiva Torre de Santa Ana, sino que se
dejó un sector del mismo en la parte Sur que ocupaba una gran parte del muelle
para no impedir el tráfico de éste, y en vez de construir en el referido sector
el alojamiento de los plantones y almacén de juegos de armas y repuestos, se
propuso la permuta de este solar que ocupaba el muelle por otro anexo propiedad
del Ministerio de Obras Públicas, lo que se verificó el 25 de julio de 1894. En
1906 el Ministerio de Obras Públicas solicitó se le devolviesen esos terrenos
pues decía los había cedido provisionalmente, y se le negaron ya que la entrega
había sido a cambio de la superficie de la Torre ocupada por el muelle. Por último el Capitán
General de Canarias el 19 de Noviembre de 1912, traslada un R.O. de Fomento
dando conocimiento de otra de la
Presidencia del Consejo de Ministros, con un acuerdo de la Junta de las Obras de los
Puertos de la Luz
y de las Palmas, informada por el Jefe de Obras Públicas de Canarias,
solicitando pasasen a poder de la expresada Junta la plataforma y caseta anexa
de la antigua batería de Santa Ana, e informa en contra de esta petición. Fue
denegada.
Posteriormente solicitó este
solar la Delegación
en Las Palmas de la Cruz
Roja Española, para establecer en él un Dispensario y fue
denegada como las anteriores, por ser aquellos locales muy necesarios para el
servicio del Ejército que los utiliza como parque de la Comandancia de
Ingenieros, vivienda del Peón de Confianza, oficinas de Pagaduría y de
Delineación.
Se entraba a esta Torre por una
escalera con 5 escalones de cantería y se pasaba aun local de 4,80 por 4,60
mts, donde existía un camastro para Cuerpo de Guardia. A la derecha de éste
existía otro local de 6,00 mts por 4,40 mts, con cuatro metros de altura como
el anterior Almacén. Del primero local partía una escalera de 7 escalones de
cantería, que terminaba en una meseta y daba acceso a un pequeño local de 3,00
mts por 1,90 mts, y continuando la escalera con 19 escalones más de cantería,
se subía a la explanada o plataforma de 24,60 mts por 25,60 mts, con una
circunferencia de 80 mts, en la cual existía un depósito para agua, un retrete
y un tragaluz con reja y compuerta de madera. (En: José María Pinto y de la Rosa. 1996)
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