Para poder entender la necesidad de las cabañuelas en Canarias, debemos situarnos en una sociedad campesina y marinera en la que el tiempo atmosférico juega un papel fundamental en el ciclo agrícola y en el faenar náutico. Conocer el tiempo que iba a reinar, en un plazo más o menos largo, permitía saber cuál era el momento apropiado para la siembra o, por ejemplo, de arribar las embarcaciones en los pequeños muelles.
Podemos definir las cabañuelas como indicios o señas que se producen en la atmósfera, en momentos muy puntuales del año, y que nos permiten predecir el tiempo atmosférico que reinará a corto y a largo plazo. No existe una base científica que las sustente; sin embargo, han sido una herramienta fundamental, como ya veremos, para los campesinos y marineros de Canarias, personas que pasaban mucho tiempo mirando el cielo; de su discurrir dependía su trabajo y, por tanto, su sustento.
Fue en el Paleolítico, unos 35.000 años A.C.,
cuando el hombre comenzó a pensar.
No hay que olvidar que en aquellos tiempos el
hombre era nómada y la única referencia del tiempo que tenía para cazar y
pescar, era la Luna.
El hombre vivía en cuevas y en ellas se han encontrado huesos y astas, que tenían incisiones que marcan los meses lunares, la Luna era su cronómetro. (Marcas de caza de Marshack).
En las cuevas de Altamira y Lascaux, se han encontrado representaciones de bóvedas, con estrellas, soles y lunas.
En otros restos arqueológicos, como la Venus de Laussel, se ha visto que estas marcas de ciclos lunares, iban en relación al ciclo femenino y al culto a la fertilidad, pues de ella dependía la continuación de la especie Vamos viendo que todo son símbolos lunares. Otro ejemplo es en el Génesis (2,21), en donde nos cuenta la fabricación de la mujer a partir del hombre. Esto no es ni mas ni menos que interrelacionar el Sol con el Hombre y la Luna con la Mujer. Dios durmió al hombre y de su costilla hizo a la mujer, o sea, el sol se acuesta (se pone) y nace la mujer (nace la costilla, que es la luna en lo que se llama la neomenia o luna nueva, pues es el tercer día de la luna nueva y el primero que se ve ).
Las Cabañuelas son universales, solo hay que tener en cuenta las características de la región en la que se observa.
Los Mayas, las llamaban “Chac-Chac”. Los Babilónicos descifraban sus pronósticos en la Fiesta de las Suertes,(en el que el día 16, era muy importante y se llamaba “caban”).
Los Judíos, lo hacían en la fiesta de los Tabernáculos, que eran cuarenta; por los cuarenta años que estuvieron vagando por el desierto buscando la Tierra Prometida. Y se llaman cabañuelas porque utilizaban unas cabañas para observar y resguardarse en el desierto.
En la India, hacen sus pronósticos, en mitad del invierno, según las nubes preñadas (son cielos cargados de nubes en forma de bolsas). Y que dan agua a los seis meses y medio lunares (195 días). Y si aparecen en luna creciente, dan el agua en menguante. Y si aparecen de noche, dan agua de día. Y si aparecen por el oeste, dan agua por el este. Y viceversa. Siempre al contrario.
Publicado
por María Gómez Díaz, Junio de 2015.
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