jueves, 21 de mayo de 2015

ARCHIVO PERSONAL DE EDUARDO PEDRO GARCÍA RODRÍGUEZ-XXXIV


1991 diciembre 5.

Deterioran los grabados aborígenes de Los Baldíos

Rafael Oropesa denuncia dejación y falta de interés del responsable de dichas manifestaciones rupestres.

Los motivos antropomorfos que aparecen en las piedras deben ser expuestos en el Museo del Cabildo aparecidos en la zona de Los Baldíos han sido deteriorados en parte, al derribarse el muro de medianería en que habían sido localizados —hace ahora cinco años— para acometer una obra.

El 21 de junio de 1986, el profesor de EGB Rafael Oropesa Hernández, como dio a conocer en aquel momento a EL DÍA, esperaba a un familiar en el camino, cuando, de pronto, un mal olor le llevó indagar en antiguo muro fue entonces cuando descubrió en una de las piedras un grabado muy curioso.

En un primer momento, Rafael Oropesa pensó que se trataba de líneas hechas por el roce de la reja del arado, pero la investigación te llevó a encontrar un total de veinte' grabados de diferente temática, que te llenaron de alegría al pensar que estaba ante manifestaciones rupestres de los guanches.

Aunque este diario conoce la zona exacta en que se localizan los grabados, no la da a conocer porque comparte el temor del profesor Oropesa de un expolio que prive a la Historia de Canarias de unos elementos culturales de gran importancia para conocer mejor la vida de los primitivos pobladores de las Islas Canarias.

Similitud con La Palma

En el año 1986, los arqueólogos resaltaron que los grabados presentaban similitudes con estaciones grabatíformes de Tenerife, La Palma y La Gomera. Una hipótesis apunta que las piedras pudieron haber pertenecido a una pared aborigen que luego utilizó el campesino para separar los terrenos de cultivo.

Después de dejar constancia de la similitud con los del continente africano, los entendidos en Prehistoria Canaria consideran que los grabados se basan en motivos antropomorfos muy esquemáticos, con presencia de motivos en forma de espiral, zoomorfos y alfabetiformes.

El principal deseo que nos transmitió Rafael Oropesa al descubrir los grabados fue que las piedras fueran expuestas en el Museo Arqueológico para un mejor conocimiento del acontecer histórico de Canarias por parte de presentes y futuras generaciones.

Cuando el descubrimiento cumple su quinto" aniversario, Rafael Oropesa da a conocer los trámites que llevó a cabo y el poco caso que se le hizo, «lo cual —añade— ha motivado el deterioro de tan importantes hallazgos».

Al parecer, el profesor de EGB se puso en contacto con Antonio Tejera Gaspar, catedrático de Etnología y Prehistoria de la Universidad de La Laguna, quien emitió el siguiente informe: «Los grabados rupestres aparecidos son semejantes a los conocidos en el Valle de Arona o Adeje, y se confirma, de esa manera, su presencia en otros puntos de la Isla, con lo que esta manifestación poco conocida de la cultura guanche amplía nuestro conocimiento de cara a la comprensión las distintas manifestaciones».

Rafael Oropesa señala que, en aquel entonces, el director d Museo Arqueológico se mostró par tidario de colocar las piedras en Museo del Cabildo, lo cual nunca s realizó.

Al ensanchar la carretera de San Francisco de Paula tiraron parte  del antiguo muro, deteriorando las piedras en donde se hallaban los grabados y perdiéndose varias de ellas.

El profesor Oropesa resalta que se quedó muy sorprendido al acudir al responsable de grabados rupestres en Tenerife, «ya que éste me dijo que desconocía la existencia de grabados en Los Baldíos. No lo comprendo, ya que había dada a conocer el hecho al Museo y había sido objeto de una información periodistica.

Estar al día en la profesión

El descubridor de los grabados aborígenes admite "que el responsable de dichas manifestaciones rupestres desconociera lo ya apuntado, «pero lo que no concibo es que, como especialista en el tema y para estar al día, no tuviera noticia de lo dicho en dos publicaciones canarias que damos a conocer a continuación:

«Grabados rupestres de Canarias:» «Oropesa Hernández descubre un importante conjunto de grabados geométricos y antroporfos en el término municipal de El Rosario. Numerosos grabados con técnica incisa aparecen en piedras que forman parte de paredes que delimitan zonas de cultivo. Los motivos que predominan son las líneas incisas combinadas de diferente manera, cruciformes, combinaciones de triángulos y, en menor número, tos figurativos soliformes y antropomorfos. Estos grabados probablemente fueron extraídos de su posición originaria al despedregar y roturar el terreno».

«Juegos guanches inéditos»: «Rafael Oropesa nos ha mostrado un yacimiento en las inmediaciones de Agüere, en el que aparecen decenas de inscripciones, algunas representando nuevas variantes de tableros para el juego».

Rafael Oropesa estima que «la dejación y la falta de interés de los responsables de tos grabados rupestres han motivado la pérdida y deterioro de una parte importante del quehacer grabador del pueblo guanche». A pesar de todo, dicho profesor de EGB está convencido de que todavía se está a tiempo de acudir a Los Baldíos y rescatar las piedras para exponerlas en él Museo Arqueológico para conocimiento del pueblo y enriquecimiento de la cultura de tos aborígenes que habitaron Tenerife antes de la Conquista.»

El barco es representado con frecuencia

En los primeros grabados descubiertos hace ahora cinco años, aparecieron trazados en forma de cruz, líneas leales y entramado a base de formas rectangulares y romboides. Ahora, el profesor Rafael Oropesa nos destaca unos  interesantes grabados como el que representa un sol o un triángulo que bien podría ser la popular pintadera rigen. Rafael Oropesa destaca una piedra en la que las líneas semejan perfectamente un barco con las velas plegadas. El hecho no deja de ser curioso, ya que el grabado se localiza en una zona del municipio de El Rosario de donde se divisa al fondo el mar y, por consiguiente, constituía lugar idóneo para divisar los barcos que pasa por este sector de la costa tinerfeña. Debemos tener en cuenta que el lugar no está muy lejos de donde vivió el pirata Amaro Pargo, desde cuya casa, en Machado, vigilaba el movimiento maritimo. Al no serla zona importante yacimientos arqueológicos, cabe la hipótesis de que los grabados fueran realizados por los guanches en sus desplazamientos pastoriles hacia la costa en busca de pastos, plasmando en la roca lo que veían en la naturaleza símbolos sagrados.»

Domingo García Barbuzano en: El Día jueves 5 de diciembre de 1991.
(Archivo personal de Eduardo Pedro García Rodríguez)
Imagen: Grabado rupestre de la zona de Los Baldíos, localizado por Eduardo P. García Rodríguez.


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