viernes, 30 de mayo de 2014

TOMAS MORALES PEREZ






1994 octubre 1.

El último de los Pérez Díaz

Una de las familias más relevantes de La Palma, por la trascendencia de la labor de sus miembros, fue la de los Pérez Díaz, originarios de la Villa de Mazo. La saga la inician dos hermanos, Alonso y Blas Pérez Sánchez, caciquillos y ex alcaldes de aquel pueblo a finales del siglo XIX, que casaron con sendas hermanas: Luisa y Catalina Díaz Guerra. Del primer matrimonio son descendientes, en primera generación, los hermanos Alonso, Pedro y Norberto Pérez Díaz, juristas de prestigio e importantes políticos republicanos los dos primeros (Pedro, letrado del Consejo de Estado, yerno de Salmerón y principal adalid de la Ley de Cabildos de 1912), y sacerdote de vasta obra y magisterio (en La Victoria de Acentejo y El Paso) el último. Del segundo, en primera generación, Juan y Maximiliano Pérez Díaz, ilustres médico y farmacéutico y, en segunda (hijo de Juan), Blas Pérez González, catedrático de Derecho civil y Ministro de la Gobernación (1942-1957) y (hijo de Josefa Pérez Díaz y Antonio Morales Arzal), Tomás Morales Pérez, jesuita, objeto de esta entrada y –ciertamente- personaje casi desconocido para la isla.

La razón de este sorprendente desconocimiento habrá que buscarla acaso en su nacimiento, lejos de La Palma. Sus padres (ambos palmeros) habían emigrado a Venezuela, por lo que el padre Morales nacería allí, concretamente en la ciudad de Macuto el 30 de octubre de 1908, poco antes de que se instalaran sus progenitores definitivamente en Madrid. Durante su vida se trasladaría, no obstante, algunos veranos a La Palma. Tomás Morales estudiaría Derecho en la Universidad Central, estudios que culminaría con premio extraordinario, y preparaba su doctorado en Bolonia cuando, con 23 años, sintió la llamada de San Ignacio a su vocación, ordenándose sacerdote el 13 de mayo de 1942.
El padre Morales Pérez destacaría por una incansable y frenética labor apostólica, que lo llevaría a crear el Hogar del Empleado (para trabajadores de empresas), y a fundar dos institutos seculares, que serán su obra principal, hoy extendidos por todo el mundo: los Cruzados y Cruzadas de Santa María (con sus Milicias juveniles). Estos institutos de la Iglesia buscan la santificación de sus miembros en al vida ordinaria, sin separarse de ella, y guardan cierta semejanza en su carisma con el Opus Dei.
Tomás Morales S.J. fallecería en Alcalá de Henares el 1 de octubre de 1994. Su modelo de conducta tiene abierta causa de canonización desde el 24 de junio de 2000, proceso que, desde el 18 de marzo de 2007, ya se desarrolla en Roma.
Sin duda, el padre Tomás Morales Pérez S.J. puede considerarse el último de los ilustres miembros de esa insigne familia palmera que fueron los Pérez Díaz y que, pese a que no naciera en La Palma, merecería que se conociera y se reconociera su obra, y el alcance de la misma, en una isla que fue la de sus padres y la de toda su ínclita ascendencia.
Una biografía reciente (la 2ª edición) que puede consultarse es la de Javier del Hoyo Calleja, titulada Profeta de nuestro tiempo: (Tomás Morales S.J. (1908-1994).
J.J. Rodríguez-Lewis )



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