viernes, 23 de mayo de 2014

LEYENDAS URBANAS DE LAS ISLAS CANARIAS




Tamarant (Gran Canaria)
 Éstas son dos anécdotas que sucedieron en una famosa casa situada en el barrio Teldense. Esta casa lleva mucho tiempo abandonada por eso ha sido  un lugar de reunión para las brujas, sesiones de ouija, pero sobre todo para rituales satánicos. Es por esto que actualmente el ayuntamiento ha cerrado todas sus puertas y ventanas. Generación tras generación se ha oído hablar de escalofriantes historias contadas por personas que han entrado en la casa.
Dos de ellas son las siguientes:
  • Un grupo de chicas del colegio de las monjas, una tarde decidieron entrar a la casa para descubrir si era verdad las historias que se contaban sobre ella, todo iba bien, hasta que subieron al segundo piso. Mientras caminaban por un pasillo una de las chicas vio una especie de bola luminosa, que se dirigió hacia ellas y la cual impactó contra una de las ventanas, provocando que se proyectaran contra ellas los cristales y no hacia el exterior.
Seguidamente las chicas salieron despavoridas de la casa sin darse prácticamente cuenta de que estaban sangrando a causa de los cortes producidos por los cristales que se les proyectaron. 
  • Todo comenzó una calurosa tarde veraniega de domingo del año 1996, época en la cual tenía 16 años. Unos amigos y yo atraídos por las numerosas historias contadas, decidimos entrar en esta casa cuando aún no habían sido precintadas como se encuentran actualmente. Quedamos justamente en frente del muro de piedra que daba a la casa, el cual ya no existe, puesto que han levantado uno mucho mayor de cemento y barrotes de unos 5 ó 6 metros de alto; en aquella época solo medían unos 3 metros, pero nosotros entramos por el acceso principal de la casa.
Cuando comenzamos a subir las escaleras que daban al jardín, se nos pasó por la mente el desistir de nuestra aventura, puesto que mi amigo Javier nos dijo que había visto cómo se movía una de las cortinas de las ventanas del piso superior, y afirmaba que creyó ver a una persona. Aunque miramos hacia las ventanas mi otro amigo, Alejandro, y yo, no logramos ver nada. Por eso continuamos avanzando hacia la puerta verde y deteriorada de la casa, la cual estaba cerrada con un candado.
Dimos una vuelta por sus alrededores y dimos con una ventana que estaba entreabierta, y que daba justamente a la cocina de la casa. El primero en entrar fui yo, después lo hizo Alejandro y por último Javier. Mientras íbamos atravesando la cocina podíamos ver numerosos utensilios de cocina por el suelo, tales como platos rotos, cubiertos etc; tras la puerta de la cocina se encontraba el comedor que conectaba directamente con el hall de la casa en el cual se situaban las escaleras de madera de acceso al piso superior, la iluminación era prácticamente diáfana, aún así quería continuar y subir al piso superior.
He de decir que me dio mucho miedo el subir al segundo piso de la casa, sobre todo por las escaleras de madera, las cuales parecían que se iban a caer, y que al pisarlas rechinaban. Al llegar al piso superior ya mi miedo se intensificó mucho, más aún, pude ver en la pared del pasillo unas marcas de sangre realizadas con manos ; no sé si la sangre era humana o animal, aunque creo que más bien sería por lo segundo, puesto que nos encontramos una serie de plumas y esqueletos de gallinas y palomas.
Al ver esto un escalofrío no recorrió el cuerpo y Javier dijo de marcharnos, pero aún no me podía marchar tenía curiosidad por ver una habitación situada a la derecha, y en cuyo umbral de la puerta se encontraban los cuerpos de estos animales. Poco a poco me acerqué a mirar de refilón y pude ver que era un baño, pero un baño cuya bañera estaba sucia de polvo y de lo que parecía ser sangre seca, al mirar a un lado, pude ver el lavamanos en el cual habían una serie de velas ya utilizadas y consumidas del todo, al levantar la vista pude ver el espejo picado y estropeado por el paso del tiempo, pero eso no tenía importancia, lo que me impactó fue el ver en el espejo el número 666 realizado con lo que parecía ser sangre , la cual tenía la misma característica de la encontrada en la bañera.
Fue entonces cuando Javier salió corriendo y Alejandro comenzó a gritarme que nos teníamos que marchar. Habían comenzado a oírse unos ruidos de cadenas que se arrastraban por el suelo de madera y que provenían de la esquina que se encontraba al final del pasillo. Fue entonces cuando los dos comenzamos a correr, bajando precipitados por la escalera de madera en dirección la cocina. Tras salir de la casa aún seguíamos corriendo hasta lograr salir del jardín y llegar a la calle. Javier estaba ya en la calle y mirando al piso superior de la casa, al verlo, nosotros desviamos la vista también hacia el piso superior y pudimos ver aún aterrorizados cómo se movían las cortinas de la casa, aquello era imposible, no era normal, todas las ventanas estaban cerradas.
Desde ese día, siempre que paso delante de la casa, puedo sentir el escalofrío y la horripilante sensación de que cierta presencia hostil me observa a mí paso. (cefer, 2013)
Erbania (Fuerteventura)
Pocos saben que en la costa de Fuerteventura, un barco observa a los majoreros mientras se oxida con el devenir de los años. Se trata del American Star.
En su día fue el trasatlántico más lujoso e importante del mundo. Comenzó a zurcar los mares allá por el año 1939, hace siete décadas. Fue bautizado por la Primera Dama estadounidense Eleanor Roosevelt, esposa del entonces Presidente Franklin Roosevelt.
Su primer nombre fue S.S. America. Fue militarizado y rebautizado durante la Segunda Guerra Mundial como U.S.S. Westpoint. Posteriormente se le llamó S.S. Australis, S.S. Italis, S.S. Noga y S.S. Alferdoss, cada dueño quería darle su nombre. Fue en 1993 cuando la compañía Chaophraya lo adquirió y lo llamó American Star. Quién iba a decir que tras 54 años, sólo navegaría un año más para plantarse definitivamente en aguas o tierras canarias, según como se mire.
El 15 de enero de 1994, un fuerte temporal hizo que el barco perdiera el control. La tripulación luchó durante dos días para que no encallara, pero el 17 de enero tuvieron que abandonar la embarcación en helicóptero. Un día después, el barco atracó para siempre en la Playa de Garcey, en el municipio de Pájara.
Mientras los dueños y las compañías de seguro se peleaban, el casco del barco se partió por la mitad, su popa se hundió en el mar y los saqueadores se hicieron con prácticamente todo lo que había en su interior. Algunos incluso murieron en el intento. Finalmente el histórico trasatlántico fue declarado siniestro total y abandonado a su suerte.
Hoy día, después de doce años, el gigantesco derrelicto sigue siendo un foco de atracción para turistas y curiosos, que se acercan después de atravesar largos caminos polvorientos. Desgraciadamente, el barco se ha cobrado la vida de varias personas que intentaban explorar sus entrañas, lo que ha provocado que algunos lugareños se refieran a él como “el barco fantasma”.
Hoy día, después de doce años, el gigantesco derrelicto sigue siendo un foco de atracción para turistas y curiosos, que se acercan después de atravesar largos caminos polvorientos. Desgraciadamente, el barco se ha cobrado la vida de varias personas que intentaban explorar sus entrañas, lo que ha provocado que algunos lugareños se refieran a él como “el barco fantasma”. Hoy día, después de doce años, el gigantesco derrelicto sigue siendo un foco de atracción para turistas y curiosos, que se acercan después de atravesar largos caminos polvorientos. Desgraciadamente, el barco se ha cobrado la vida de varias personas que intentaban explorar sus entrañas, lo que ha provocado que algunos lugareños se refieran a él como “el barco fantasma”. (cefer, 2013)
Titireygatra (Lanzarote)
En las zonas alejadas de ciudades, siempre han sido mayores las creencias urbanas, véase como ejemplo el mal de ojo o los rituales de cualquier curandero de pueblo. Normalmente en las ciudades, hay más información, la cual nos aclara todo posible acontecimiento extraño, y se hace más difícil creer en brujas, fantasmas y cualquier leyenda urbana.
Hay un pueblo en la zona norte de Lanzarote, en el que a sus habitantes se les debería hacer aún más difícil no creer en brujas, y este es Haría. A lo largo de los años, el pueblo ha ido creciendo, pero siempre que nos situamos en una posisción desde la cual se vea el pueblo desde arriba, podemos notar cómo el contorno del pueblo forma la figura de una bruja. Esta figura, no es que se asemeje a una bruja, sino que es 100% exacta al contorno clásico de una bruja.
Desde luego, los habitantes del norte no creen en brujas ni mucho menos, pero sí le aporta algo de magia al pueblo, famoso por sus 10000 palmeras, sus paisajes y porque su entorno no se encuentra devastado por la mano del hombre. Un hecho que para los más escépticos puede ser fruto de la casualidad, pero que seguro tiene un punto mágico para que cada noche Haría tenga a su brujita particular.
Como punto final, si te gusta la naturaleza, Haría es tu lugar, es un pueblo donde el turismo es genuinamente rural y uno de los pocos lugares de Lanzarote que podría hacerte vivir una noche mágica fuera de lo común. (cefer, 2013)
Esero (El Hierro)
San Borondón es una de las leyendas más arraigadas en el pueblo canario y particularmente en el herreño. Una leyenda que habla de una isla que aparece y desaparece.

San Borondón es la forma canaria de Saint Brendan o Saint Brandan de Clonfert (480-576 d.C.), un monje irlandés protagonista de una de las leyendas más famosas de la cultura celta: el viaje de San Brendano o Brandano a la Tierra Prometida de los Bienaventurados, las islas de la Felicidad y la Fortuna.
Saint Brendan partió a surcar el Atlántico junto con otros 14 monjes en una frágil embarcación. Parece que Brendan y compañía se toparon, un buen día, con una isla en la que decidieron desembarcar. Ésta, según narra la historia, estaba llena de árboles y otros tipos de vegetación.
Los monjes, a su llegada, decidieron celebrar misa tras tomar tierra y parece ser que fue en ese preciso instante cuando el suelo empezó a temblar. La isla, que parecía tener vida propia, comenzó a moverse. La leyenda relata que, en lugar de un islote, Brendan y compañía se encontraban encima del lomo de una gigantesca criatura marina.
A partir del siglo XV, a lo largo del cual las Islas Canarias son conquistadas, comienzan a oírse los relatos de una octava isla, que a veces se divisaba al oeste de La Palma, El Hierro y La Gomera. Cuando los navegantes intentaban aproximarse a ella, y se encontraban cerca de sus costas, la isla era envuelta por la bruma y desaparecía completamente.
Evidentemente, la isla fue rápidamente identificada con la mítica isla-ballena de San Brendan, cuyo nombre se convirtió, en Canarias, en “San Borondón”.
Los historiadores la mencionan desde el siglo XVI. Existen numerosos testigos a lo largo de la historia que aseguran haberla visto.
El historiador Abreu Galindo fue un paso más allá y se aventuró a dar sus coordenadas: diez grados y diez minutos de longitud y veintinueve grados y treinta minutos de latitud. Es decir, al noroeste de la isla de El Hierro. (cefer, 2013)
 Ghumara (La Gomera)
Las Brujas de laguna grande
La historia transcurre en La Gomera, una pequeña isla, abrupta y montañosa, y con profundos bosques… una isla que emana misterio, y que guarda un secreto a voces.
Hace muchos años atrás, en la isla no existían aún las carreteras ni ningún tipo de comunicación entre los pueblos, y las gentes vivían del campo y de la pesca. Cada semana un pescador llevaba los mejores pescados al campo para cambiarlos por las mejores carnes, o viceversa. Sin embargo, no era sencillo, pues los pueblos quedaban distanciados entre si, y para hacer el trueque había que atravesar el bosque. La gente siempre había temido el bosque, por la siniestra niebla que lo envolvía, que se deslizaba silbando entre los árboles, por su inquietante profundidad, por los sonidos que allí se escuchaban. Más de una vez la gente tenía que pasar de noche por aquellos parajes para llegar temprano por la mañana a su destino, y esto les inquietaba.
Se cuenta que una noche un campesino, montado a lomos de su burro, atravesaba el bosque. Estaba todo oscuro, hacía mucho frío y las ramas de los árboles golpeaban constantemente contra el hombre. De pronto el burro comenzó a rebuznar y a correr inquieto, y acabó por tirar al suelo a su amo. El campesino, asustado, corrió por el bosque sin parar, tratando de encontrar al animal, hasta que vio un resplandor entre los árboles, y oyó unas voces, como cánticos, a lo lejos….
Se acercó hasta que la luz era cada vez más fuerte y podía escuchar perfectamente voces de mujeres que cantaban, reían y hablaban de manera extraña. Escondido entre las ramas pudo contemplar como en un gran claro del bosque numerosas mujeres mayores, vestidas con túnicas negras y pintadas de manera extraña, corrían alrededor de una gran fogata, levantando y bajando las manos, gritando, cantando extraños ritos satánicos. Eran brujas en un aquelarre. De pronto oyó un rebuznar y vio como una de ellas decapitaba a su burro… La mujer clavó la cabeza del animal en un palo y danzó alrededor del fuego con ella, pasando el palo a las demás, mientras la sangre se deslizaba por el palo, y era absorbida por las hambrientas bocas de las brujas. Finalmente la lanzaron a las llamas y al instante el fuego desapareció absorbido por la tierra. Las brujas se sentaron en doce piedras, dispuestas en círculo alrededor de una piedra central, la de la bruja mayor. El campesino estaba hipnotizado observando el ritual cuando una mano se posó en su espalda. Se giró y vio como una de las bruja le echaba el aliento a la cara. El lo inspiró y sintió como una extraña niebla se metía en su interior, mientras la bruja le decía: “Todo aquel que conoce nuestro secreto, ha de morir”. Asustado echó a correr bosque abajo, y no paró hasta llegar al pueblo.
Una vez allí, cayó al suelo desplomado por el esfuerzo. Los vecinos acudieron a socorrerle, y lo metieron en la cama, mientras el hombre no dejaba de hablar de lo que había visto. Pasadas unas horas el campesino murió.
A partir de entonces las gentes intentaban evitar pasar por el bosque, y cuando tenían que hacerlo siempre llevaban una hoja de laurel para evitar que se aparecieran las brujas.
El bosque de la leyenda aún existe, y el claro donde antiguamente danzaban las brujas, llamado la “Laguna Grande”, también. En el se pueden ver las 13 piedras y una curiosa coincidencia: todo el suelo del bosque está lleno de hierba, excepto el círculo de piedras donde se dice que bailaban las brujas. (cefer, 2012)
 Benahuaare (La Palma)
Pedro el Joven del Bar
Daniel, es un joven natural de Tenerife que se encuentra en La Palma por motivos laborales. El 29 de Junio de 2002, día de la festividad de San Pedro, se encuentra almorzando en un conocido restaurante de Santa Cruz De La Palma. Mientras da buena cuenta de los platos servidos por un joven camarero se percata de que un chaval, de unos treinta años aproximadamente y que va ataviado con un traje “pasado de moda” para su edad, lo observa fijamente desde hace varios minutos. La insistencia de su mirada es tal, que Daniel llega a encontrarse realmente incómodo hasta el punto de levantarse de su asiento e increparle educadamente su actitud. Ante tal hecho el extraño personaje le pide disculpas y a continuación le proporciona información muy íntima sobre él, detalles y nombres de su familia que sólo los miembros de ésta podían conocer. Daniel se queda perplejo ante lo absurdo de la situación y lo único que se le ocurre es preguntarle su nombre, ante lo que él responde que Pedro y que si desea saber más sobre su persona que acuda a una dirección muy cercana a un terrero de Lucha Canaria situado en San Pedro. Tras esto el enigmático muchacho sube a un coche y desaparece.
Daniel llama a su madre para contarle todo lo sucedido apenas unos minutos. La madre le aconseja que visite la dirección dada por el joven, ya que, podría tratarse de algún familiar puesto que, según su madre, hacía tiempo que habían perdido el contacto con algunos primos nacidos en la isla bonita. Daniel no pierde el tiempo y al día siguiente se traslada a la dirección descrita. Se encuentra con una pequeña casa de aspecto humilde y llama a la puerta en varias ocasiones, no obteniendo respuesta en ninguna de ellas. Cuando se disponía a volver sobre sus pasos un anciano le abre el pórtico y le pregunta que desea. El joven tinerfeño pregunta por Pedro, ante lo cuál el anciano responde que él es Pedro. Daniel le explica que debe haber un error que la persona que busca es mucho más joven y lo describe físicamente. El viejo, visiblemente afectado, le comenta que la persona que busca es su hijo y que había fallecido hacía varios años en un trágico accidente. Daniel sin dar explicación alguna, se despide del anciano y huye confuso con lo sucedido. ( tanartagr, 2012)
 Tamarant (Gran Canaria)
 La Presa de Las Niñas
A dos horas más o menos de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria se encuentra la Presa de las Niñas. Aun no tengo ni idea de porqué se llama así, pero creo que es por ella. Por Kasandra.
Se llama así desde que mis antepasados más lejanos tienen memoria.
Todo empezó aquella noche de lluvia en Valsequillo. Mis primos y yo nos quedamos solos en la gran casa que teníamos. Era invierno y estábamos un poco resfriados, así que hicimos chocolate, apagamos las luces y empezamos a contar historias de miedo. Mi prima Iballa es la que sabe contar historias de miedo ya que es una chica de pueblo y oye bastantes historias urbanas. Yo, como soy chica de pueblo me limito a asustarme y no dormir una noche pensando en esas historias. Como he escrito, todo empezó esa noche, cuando ella se iluminó con la vieja linterna de mi tío Ruyman.
Esta historia la sé yo por mi padre. En esta historia también esta tu madre – me dijo sonriente – es la historia de Kasandra. Alguna vez nos hemos preguntado porque se llama así la presa de las niñas, pues yo tengo la respuesta a esto.
“Hace muchos años había una vieja cabaña donde vivía un señor borracho y su hija Kasandra de catorce años. Siempre le pegaba y la maltrataba, tanto físicamente como psicológicamente. Bien, pues eso se acabó cuando llegó un chico de las afueras y la enamoró. El padre descubrió lo que pasaba, y una noche de lluvia como esta, mató al chico y a su hija. A el lo ahorcó aprovechando que lo había dejado inconsciente con una cadena y a ella la violó en la propia presa mientras la ahogaba. Se dice que muchas noches de verano se escuchan la risa de los dos chiquillos. Y las noches cercanas a esta fecha de la que la estoy contando se escuchan las cadenas con las que el viejo borracho mató al joven.”
-         ¿Y Kasandra? ? pregunté yo.
-        
- Kasandra… ? susurró ? se dicen que las personas que se han ahogado en la presa han sido ahogadas por ella misma, para que le hagan compañía en el otro mundo.
Mi primo, el más pequeño me abrazó llorando. Le grité a mi prima que se callase, mi primo siempre ha sido más asustadizo que yo, así que lo llevé a su cama. Cuando fui a ver a mi prima estaba mirando la lluvia en la ventana. Mañana te voy a demostrar que tengo razón….
Al día siguiente el cielo amaneció despejado y fuimos en guagua a la presa. Había un árbol con hojas secas alejado de los otros árboles. Nos acercamos y era verdad. En el árbol estaba tachado Kasandra & Yeray.
Me quedé helada, no podría ser verdad. Ahora, como mi prima creo en lo inexpiable.
(tamaragr, 2012)
 Chinech (Tenerife)
Barranco de Badajoz
Actualmente, si visitamos el barranco podemos encontrar un inmenso paraje de vegetación y unas viejas minas abandonadas incluso con la maquinaria aún montada.
Las leyendas del barranco son varias,  la más conocida habla sobre los seres o entes blancos, enigmáticas figuras de apariencia y forma humana que desprenden un intenso color blanco y han sido vistas cerca de este lugar, varias personas son las que han visto ya, estos seres. Pero no hemos de olvidar, que la leyenda mas comentada es la de “La niña de las peras”.
La primera de ellas:
“LA MINA”
Cerca del año 1912, dos mineros trabajaban en una de las galerías de agua del barranco más próximo a Izaña, cuando la pared de la galería en la que estaban trabajando se les derrumbó, dando paso a un pasaje bastante extenso, donde pudieron observar a tres seres completamente blancos que comenzaron a acercarse a ellos.
No hace falta decir que las carreras de los mineros debieron ser también bastante extensas.
La segunda de estas historias del Barranco de Badajoz es:
“LA NIÑA DE LAS PERAS”
Nos remontamos a los primeros años de 1900. Se cuenta que los padres de una niña enviaron a su hija al barranco en busca de fruta pero ésta desapareció y no volvió a su casa. La zona fue rastreada completamente por vecinos y amigos de los padres, los cuáles desesperados buscaban a su hija sin encontrarla por ningún lado. Finalmente, desanimados, la dieron por desaparecida.
Varios años más tarde, la niña regresó a su casa, asombrosamente con el mismo aspecto que tenía al marcharse aquel día a buscar fruta, como si los años no hubieran transcurrido para ella. La niña contó a sus atónitos padres que había llegado al barranco buscando la fruta que sus padres le habían encargado y se quedó dormida al pie de un peral. Allí fue despertada por un ser muy alto vestido de blanco.

Contó la niña que este ser no le inspiró ningún miedo, y accedió a seguirle cuando se lo pidió. La niña acompañó al ser blanco hasta el interior de una cueva en la que habían unas escaleras por las que descendieron hasta llegar a una especie de jardín en el que habían más seres como él.
Finalmente el ser la acompañó de nuevo a la entrada de la cueva y se despidió de ella, que recogió las peras y fue camino a su casa. Ella pensaba que sólo habían pasado unas horas, sin embargo habían pasado más de 20 años.
Actualmente se escuchan muchas historias de gente que ha pasado noches en el barranco o ha entrado a la gruta que existe en el barranco y ha escuchado la voz de la niña en forma de murmullos.
En tercer lugar tenemos la leyenda conocida como:
 ”LOS SERES ALADOS”
La noche del 1 de julio de 1991 un grupo de personas se adentraron en el barranco curioseando por haber oído sobre sus misterios. Se cuenta que ascendiendo por el barranco, llegaron a un punto donde escucharon una especie de aleteo bastante cerca, poco más arriba de sus cabezas. Casi en un acto reflejo, uno de ellos que tenía la cámara en la mano, aunque no veía nada empezó a disparar la cámara. Aunque se quedaron asustados y no vieron nada, no dieron mayor importancia al suceso, al menos hasta que revelaron la foto y vieron, de forma bastante borrosa a una especie de persona alada.
Finalmente, la última de las historias:
LA ISLA DE CRISTAL”
A mediados de los 90 hubo una avalancha de avistamientos de OVNIS en el Barranco de Badajoz. Se cuenta que desde la parte interior del barranco y mirando hacia el mar podía verse una isla que parecía de cristal y que no encajaba con ninguna de las otras islas Canarias.
De esta isla despegaba verticalmente una luz en forma de nave y cuando la luz había alcanzado cierta altura se precipitaba a gran velocidad hacia el barranco y acababa estrellándose contra una de las paredes de este, desintegrándose y desapareciendo. (tamarag, 2012)


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