domingo, 28 de septiembre de 2014

EMIGRACION A VENEZUELA

1954.

Oficialmente se dice que la época de mayor emigración a Venezuela fue la década de los años cincuenta, y en especial para el canario que tuvo motivaciones especiales, terminada la Guerra Civil  de los españoles (1936-39). Comenzó la Segunda Guerra Europea, y terminada ésta, el bloqueo impuesto a Franco por las naciones vencedoras. Consecuencia de la marginación, se vivieron años trágicos y de incertidumbre en el Archipiélago y la válvula de escape, como tantas veces en épocas anteriores fue ir más allá, a la promisora Venezuela. El descubrimiento del petróleo, los nuevos precios obtenidos a través de países Exportadores de Petróleo (OPEP) y el optimismo que se respiraba en el país con un futuro prometedor, llevó una ingente cantidad de canarios a la tierra de Bolívar, que apenas tenía un siglo de independencia y fue meta de ilusiones y lugar donde se rehabilitó el isleño en trabajo e incluso hasta en fortuna, que si bien no era cuantiosa, fue la base de un progreso muy perceptible en Canarias con las ayudas del flujo de divisas a los familiares. Este hecho se notó en un resurgir de la industria de la construcción y en la reparación y mejoras de las viejas instalaciones agrícolas y viviendas. La década de los 40 había sido de difícil y acuciante salida de Canarias, problemas para obtener pasaportes y visados, imposibilidad de contratos... se superaron con la emigración clandestina. Casi sin documentos, hacinados en velero de corta eslora, forjaron las odiseas más increíbles de la emigración canaria. Las estadísticas señalan que en el año 1954 llegaron a Venezuela 74.000 emigrantes oficialmente, pero esa cifra era rebasada por los canarios que no iban contratados, sino como transeúntes, turistas o como simples visitantes y se quedaban en el país junto a padres y familiares, nacionalizándose para tener derecho al establecimiento comercial e industrial. Se cifró en aquellos años en más de 150.000 los canarios dispersos en todo el país hermano. La mejoría de Canarias y de España en la década de los 70, estimuló el retorno de muchos residentes de años en Venezuela, que se mostraba como un país sin los avances de décadas anteriores. Un descalabro económico sufrido a principios de los años 80 motivado por la devaluación de la moneda, colmó la incertidumbre del país más próspero de América. [...]  (Juan S. Henríquez González, en: Mgar.net)


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