domingo, 28 de septiembre de 2014

Despacho de un navío para Indias (s. XVIII):


1718.

Su mecánica era un tanto complicada, al menos en los años iniciales del siglo XVIII y antes del establecimiento del comercio libre con América. El dueño del navío o incluso su maestre, debían cumplir un plan de requisitos minuciosos. Si deseaban partir de la rada principal de Tenerife, residencia del Juez Superintendente de Indias en Canarias, de éste debían solicitar la cantidad de toneladas, dentro de las 600 asignadas a esta isla. Edictos y pregones durante nueve días, por si alguien se sentía con más derechos a realizar o poner impedimento al viaje en cuestión. Sólo cuando se superaban ambos trámites, visita oficial a la nave vacía para su arqueo y comprobar las condiciones marineras del barco, depósito de una fianza y persona garante de los 14.000 ducados de la misma, además de responsabilizarse de una serie de obligaciones (cargar únicamente frutos de las islas y pasajeros que obligatoriamente pasaban a Indias, entre otras). Un escribano debería vigilar la carga que, en tierra, era fiscalizada por el Guardamayor y en el barco, otro funcionario revisaba. A medio cargar, segunda visita para confirmar que las mercancías seguían siendo las legales. Superada dicha inspección, continuaba la carga y cuando se concluía, el maestre, con el escribano delante, recibía las partidas de registro, que, en nueva comprobación, debían coincidir con las que había hecho en tierra el Guardamayor y en el barco, su delegado. Pago de Reales Derechos, comprobar, listas en mano, los bastimentos, pertrechos, tripulantes, familias que emigraban y... tercera y última visita ineludible: revisión de bodega, carga, estanqueidad, pasar lista a la gente de mar, así como juramento del contramaestre y el despensero de que los efectos y alimentos que ya estaban a bordo y en buenas condiciones. Entrega al maestre de las instrucciones y el registro de las mercancías. Desembarcados los funcionarios, el barco debía hacerse inmediatamente a la vela. Claro está que tanto celo jamás evitó el contrabando: rumbo al sur, el navío podía muy bien acrecentar su carga con géneros prohibidos, que diligentes lanchas acercaban a los lados de la embarcación, en cualquiera de las playas ocultas y muy lejanas de la rada santacrucera, artimaña que fue repetidamente denunciada por la Casa de la Contratación de Sevilla.
En 1718 se consolida la Intendencia General quitando atribuciones al Juez Superintendente. En 1778 se implanta el Reglamento de Libre Comercio y entran nueve puertos peninsulares en el comercio con Indias.
Visitas de navío por la Inqisición (s.XVI):
A mediados del siglo XVI, ante la amenaza protestante, la Corona española establece un sistema de visitas de navíos para impedir la entrada de libros e imágenes contrarias a la religión católica y de todo aquello, en definitiva, que pudiese ir en su contra. En los primeros, el sistema no tenía ninguna reglamentación y dependía casi por entero de la cpacidad del comisario; a partir de 1579, mediante el acuerdo entre la Inquisición y el Consejo Real, se establece una reglamentación precisa. Por él, se concedía al Santo Oficio la prerrogativa de ser la primera institución que visitase los navíos que llegaban a puerto en busca de objetos prohibidos. Debido a la información que contienen las actas de visitas, éstas se constituyen en un instrumento interesante para averiguar datos sobre los contactos, sobre todo comerciales, con diversas zonas y países de Europa; sobre los conflictos jurisdiccionales entre las diferentes autoridades para realizar las visitas; y para conocer información sobre los protestantes y su llegada y estancia en el archipiélago. [...] La primera visita de la que tenemos constancia se realiza en 1564 en Santa Cruz de Tenerife, desde esa fecha hasta 1599 se realizan un total de 70 visitas, un número poco significativo si tenemos en cuenta las que se realizan en los siglos XVII y XVIII. Durante esas tres décadas, no se puede decir que exista una evolución en las visitas si nos referimos a la regularidad en las mismas; precisamente es la irregularidad lo que podría caracterizar este período inicial, ya que frente a algunos años con varias visitas nos encontramos con períodos vacíos, sin información. [...] Jaime Contreras señala que los navíos que van a ser especialmente visitados serán los ingleses y holandeses aunque afectará a todos aquellos que comercien con el exterior. En Canarias esta situación será algo diferente. Los navíos ingleses apenas constituyen el 10% del total de los visitados; y de los holandeses sólo existen dos visitas, al igual que de navíos procedentes de Flandes. Por el contrario, los navíos procedentes de Francia representan más de la mitad.
Interrogatorio a un tripulante francés
[...] Preguntado la tierra y puerto de donde partio si es de catholicos y si en ella se dize publicamente missa sermon y los demas officios divinos dixo que es tierra de catolicos y en ella se dize missa publicamente y los demas officios divinos y ay obispos y canonigos todos muy catolicos. Peguntado si sabe o a oydodes que alguna persona aya dicho o hecho alguna cosa que sea o paresca ser contra nuestra santa fee catholica y ley evangelica o contra lo que enseña manda y predica la santa yglesia catholica romana. dixo que no sabe ni oydodes lo que se le pregunta ni tal a oydodes de personas en samalo porque grazias a dios todos son muy catholicos cristianos Preguntado si sabe que alguno aya dicho mal de dios santa maria o de algun santo o contra el papa o el estado eclesiástico en comun dixo que no sabe ni a oydodes nada de lo que se le pregunta Preguntado si sabe que alguna persona aya comido carne en viernes o en otro dia prohibido por la iglesia dixo que no lo sabe ni lo a oydodes Preguntado si los que vienen en el navio son catolicos cristianos y si resan y se encomiendan a dios que resan y a que oras dixo que todos los que vienen en el dicho navio son catholicos cristianos y como tales este testigo les ha visto por las mañanas resan las oras canonicas que son maytines y visperas y las demas oras y a las tardes resan la salve regina y el abe maristela y o gloriosa domina y magnifica Preguntado que ymagines y libros traen en el dho navio dixo que los libros que vienen en dicho navio son oras en que resan y este testigo trae un libro se dice memorial de la bida cristiana y esta es la verdad por el juramento que hizo declaro ser de hedad de cinquenta años..." (Alexis D.Brito González)
Ningún hombre que no sea español puede pasar a las Indias sin licencia del rey, y todos los españoles que pasan se tienen de registrar en la casa de la Contratación de Sevilla, con toda la ropa y mercaderías que llevan, so pena de perderlas, y también se han de manifestar a la vuelta en la misma casa, bajo dicha pena, aunque con tiempo forzoso desembarquen en otro cualquier puerto de España, que así lo manda la ley. (López de Gómara, 1552)

El capitán Araña:

José María Sbarbi, el célebre paremiólogo gaditano, la define así: «Dícese por los que exhortan a otros a hacer aquello mismo de que ellos huyen, como lo atestigua el refrán "El patrón Araña embarca, y él se queda en tierra". Algunos dicen "Parecerse al capitán Araña", y tal vez vayan más fundados, pues, según testimonio de personas fidedignas, cuando a principios del último tercio del siglo pasado se enviaba a las Américas gente de nuestro país, con el fin de combatir a los insurrectos de aquel suelo, existía en una de las ciudades de nuestro litoral un capitán de buque llamado Arana "nombre que el vulgo hubo de transformar luego festivamente en Araña", del cual se cuenta que después de reclutar individuos con el precitado objeto, nunca más volvió a emprender viaje alguno allende los mares» (Sbarbi, Refranero español, 1874). José María Iribarren en su obra El porqué de los dichos se inclina a suponer que este capitán fuese portugués y que se apellidase Aranha, cuya pronunciación es «araña». José Gella e Iturriaga, en su Refranero del Mar, incluye los siguientes dichos: «Ellos eran tres, Araña, Pincho y Cortés», añadiendo que «se refiere a tres marineros gaditanos que debieron de ser famosos por su afán de trabajar poco y de morearse, término éste usual en marina para expresar la habilidad en eludir las faenas de a bordo». Este dicho gaditano incorpora la idea del capitán Araña como patrón que embarcaba gente y quedaba atrás y le añade estos otros dos personajes. Así, el poeta Manuel del Palacio, el mayor satírico del siglo pasado, publicó una parodia de la Canción del Pirata de Espronceda, dirigida contra el general Narváez cuando éste era Regente de España. [...] (Luján)
Estrofa del comienzo:
Con diez cañones por banda
viento en popa a toda vela
no corta el mar, sino vuela
un «steamer» irlandés.
Bajel pirata que llaman
por su bravura «El Regente»
y que ha embarcado a más gente
que Araña, Pincho y Cortés.
[...]
(Manuel del Palacio, en: Mgar.net)

No hay comentarios:

Publicar un comentario