miércoles, 16 de julio de 2014

RITOS DE VIDA Y NACIMIENTO







En La Palma, antes del nacimiento, de sorpresa y sin previo aviso, se le
suele preguntar a la embarazada: “¿Qué tienes en la mano?”. La respuesta, inconscientemente, se gesticula por parte de la embarazada, mirando la mano.
De la forma de mostrarla, el interrogante aclara: “Si giras la mano, palma
arriba, es niña, si es al contrario, varón”.


Otra previsión del sexo de la criatura en gestación depende del rostro de
la madre: “tiene cara de reina –cara limpia sin manchas– se dice que es
hembra, al contrario –manchada de oscuro– será varón”. En este sentido, los rostros manchados, llamados pañosos, tenían un tratamiento específico, con cataplasmas de los primeros orines del recién nacido.

El predecir el sexo del no nacido continúa. Si la embarazada presenta la
pierna derecha hinchada será hembra y si es la izquierda, varón. Asimismo, durante la matazón del cochino también se aprovecha para predecir el sexo. Para ello se hace un corte en el riñón del cochino y se pone a cocinar en una caldero, junto con la carne destinada a los chicharrones. Si después de estar cocinados se observa que el riñón se abre, nacerá una niña, si no se abre, nacerá un varón.


Llegado el momento del parto se decía que la futura madre “adolecía”;
eran los primeros síntomas del parto. Las mujeres más próximas a la casa
se acercaban para “ayudar” con “presentes” como caldos y chocolate. En
el momento que se iniciaba el parto se encendía el fuego. Se comenzaban a cocinar los ricos y sustanciosos caldos de gallina negra, rica en “injundia”(enjundia) y se quemaba “incienso de iglesia” en la habitación del parto. Con el fin de acelerar “los dolores del parto” y por ende, el nacimiento, se le daba a beber un “agua” de hortelana.
La colocación de la mujer en el momento de parir en las casas, antes de
los centros sanitarios, era “atravesada en la cama” ”, al contrario de como se duerme. Los muslos los apoyaban sobre la barra de la cama. Los pies sobre.salían y colgaban fuera de la cama. Normalmente en La Laguna todas las camas de matrimonio tenían pies y cabezal. De esta manera, se facilitaba el trabajo a las que “recibían niños”.
trabajo a las que “recibían niños”. Otra posición para el momento del parto era utilizar dos sillas: la parturienta se sentaba en ellas, una nalga sobre cada silla, abría los pies y comenzaba a “dar empujones pegando”. En otros casos, “una persona más alta colgaba a la parturienta, sujetándola por debajo de los brazos o en una puerta abierta” para acelerar el momento de nacimiento.
Publicado por: Maria Gómez Díaz
Julio de 2014.

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