LA PEREGILA
Eduardo Pedro Gracia Rodríguez
Agustina González y Romero. Nacida
en Las Palmas de Gran Canaria en 1820, en el seno de una familia acomodada y pujos de hidalguía
el 20 de agosto de 1820; hija del chicharrero Manuel González González y de
Francisca Romero y Magdaleno, de alias "Frascorrita". Supongo que
muchas damas y caballeros -contemporáneos que no fueran de su gusto- debieron
descansar al conocer que aquel “flagelo de mentecatos y malcriadas” había
dejado de ser, se la conoce con el sobrenombre de “La Perejila”, su pseudónimo.
Fue integrante del notable grupo de poetas satíricos que escribió en esta
ciudad de Las Palmas a fines del siglo XIX y en el primer tercio del XX.
“Agustina González y Romero por sobrenombre “La Perejila”, pertenece al
grupo de poetas satíricos de fines del siglo XIX. Sus textos fueron recopilados
por Néstor Álamo en un volumen titulado Poesía y publicados por primera vez en
el año 1963. Es extraño que esta autora aparezca en las listas que confeccionan
los académicos de la lengua cuando tratan la poesía del siglo XIX y más raro
encontrar su nombre en los textos de literatura. Los claustros universitarios
españoles de la época no estimaban demasiado las coplillas populares y menos
aún si estas iban firmadas por una mujer que ponía en solfa las creencias y
costumbres de las clases privilegiadas. “La Perejila” escribió sátiras y epigramas en los que
no dejaba títere con cabeza. Sus sátiras son críticas a una sociedad que vive
de cara a la galería, pero que dentro de sus casas o en el fondo de sus
despachos y sacristías tienen una moral más que dudosa En sus versos
encontramos personajes de la calle, acontecimientos sociales y toda clase de
escándalos de la época que pasaban de mano en mano gracias a sus coplas. Son
personajes reales la mayoría y todos ellos forman parte de su galería de
retratos: conocidos ciudadanos, jueces deshonestos, clérigos que confiesan y
perdonan a sus feligreses los mismos pecados que ellos cometen y ocultan,
alguaciles y escribanos, maridos engañados, políticos corruptos, etc. Componía
sobre la marcha las rimas más divertidas y feroces y las recitaba en el momento
oportuno o las cantaba acompañada de la guitarra fuera donde fuera. Sus
improvisaciones se hicieron tan famosas que esa misma fama empujaba a la gente
a molestarla para buscarle la lengua y así oírselas decir o cantar. Ese
conocimiento de las gentes que ella imita en el lenguaje y las críticas a
personajes del poder público de la época, es lo que la hace ser tan cercana a
las voces del pueblo.
Experta en el epigrama, cultiva este género por
ser tan cercano a lo popular. Su lenguaje jocoso da siempre en el clavo. En los
últimos años de su vida da rienda suelta a sus epigramas más duros y
suculentos, compondrá sus poemas más corrosivos y se convertirá en una
verdadera cruz para sus contemporáneos y para su familia que seguirá sufriendo
las consecuencias de su lengua venenosa y certera. Con ella se produce la gran
paradoja social: una mujer de familia acomodada y de apellidos reconocidos
entre la burguesía isleña, pasea por la vieja ciudad con aires de gran dama
mientras de su boca salen pestes y culebras. Admirada y odiada, su fama y su
figura la convierten en un personaje público. Muere el 4 de diciembre de 1897
en el Asilo de Los Desamparados, a manos de la caridad pública. La mayoría de
sus poemas y coplas se han perdido para siempre o han quedado confundidas en el
anonimato del folclore popular.” (Elsa López, 2011)
A los
"monigotes" de San Agustín que le gritaban ¡Perejila!
¿Perejila?
En
sus bocas mierda estila,
monigotes
corrompidos,
groseros
y malcriados.
¡Huélanme
este culo mío
que
lo tengo bien cagado!
A
otra que le gritó ¡Perejila!
¿Perejila?
En
tu boca mierda estila,
hija
de padre cabrón:
Ya
se te cayó la flor,
pronto
te vendrá la fruta,
que
sí ahora eres tan puta
¿qué
será cuando mayor?
A
otro que le gritó ¡Perejila!
¿Es
el cabrón de tu padre
quién
te lo mandó decir?
-¿Es
tu padre, el puñetero?
Dile
que anda más cagado
que
el palo de un gallinero,
y
que perejil es hierba
que
no se da en los chiqueros
-El
cabroncillo arritranco,
como
en China un mandarín
sopla
alegre con el ano
la
trompa y el cornetín.
A
otra más ...
El
perejil es muy bueno
Pues
sirve hasta para sopa,
y
tú, gran puta podrida,
has
de ser del "Seis de Copas"*
*Celebre
casa de lenocinio en Vegueta que tenía en la fachada seis huecos iguales.
Un
"viento"
A
Magdalena, la hermosa,
un
viento se le escapó
y
Serafín pregunto:
-¿Qué
fue eso, Magdalena?
-¡Ay,
Serafín!, no lo sé;
un
aire fétido fue
de
las regiones mierderas,
que
como son tan ligeras
se
me escapó para usté...
"¡Vaya, vaya! ¡Vaya, vaya!
El mundo se va a acabar
¿Dónde se han visto ocho perros
cuidando la Catedral?"
El mundo se va a acabar
¿Dónde se han visto ocho perros
cuidando la Catedral?"
Su poesía satírica era agresiva y burlesca,
aunque no toda su producción literaria pertenece a este género. Ocurrente y de
vocabulario desvergonzado -al menos para su época-, fue un personaje popular en
la Vegueta de
aquellos tiempos, y sus improvisaciones se han incorporado a la cultura popular
canaria, tal vez por eso mismo.
El 4
de diciembre de 1897. Murió arruinada y sola en el Asilo de los Desamparados
donde repudiada por su familia vivió sus últimos días de la caridad pública,
pero sin dejar de ejercitar su yo orgulloso y rotundo, ni rendir la noble testa
más que ante Dios.
En
su instante más postrero - dice Néstor Álamo- nuestra "Perejila" pudo
permitirse con dignidad suprema aquel
tradicional -¡imponente!- volverse hacia la pared y lanzar al mundo que dejaba
aquella despedida final:
- ¡A
la mierda, abanico, que corre fresco!
No
lo hizo, pero dejó estos ripios que recopilo como muestra de su vasto
repertorio.
(Tomado del Blog: Gabrielando)
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