jueves, 2 de enero de 2014

CRIOLLOS CANARIOS CELEBRES



LA PEREGILA

 

Eduardo Pedro Gracia Rodríguez

Agustina González y Romero. Nacida en Las Palmas de Gran Canaria en 1820,  en el seno de una familia acomodada y pujos de hidalguía el 20 de agosto de 1820; hija del chicharrero Manuel González González y de Francisca Romero y Magdaleno, de alias "Frascorrita". Supongo que muchas damas y caballeros -contemporáneos que no fueran de su gusto- debieron descansar al conocer que aquel “flagelo de mentecatos y malcriadas” había dejado de ser, se la conoce con el sobrenombre de “La Perejila”, su pseudónimo. Fue integrante del notable grupo de poetas satíricos que escribió en esta ciudad de Las Palmas a fines del siglo XIX y en el primer tercio del XX.
“Agustina González y Romero por sobrenombre “La Perejila”, pertenece al grupo de poetas satíricos de fines del siglo XIX. Sus textos fueron recopilados por Néstor Álamo en un volumen titulado Poesía y publicados por primera vez en el año 1963. Es extraño que esta autora aparezca en las listas que confeccionan los académicos de la lengua cuando tratan la poesía del siglo XIX y más raro encontrar su nombre en los textos de literatura. Los claustros universitarios españoles de la época no estimaban demasiado las coplillas populares y menos aún si estas iban firmadas por una mujer que ponía en solfa las creencias y costumbres de las clases privilegiadas. “La Perejila” escribió sátiras y epigramas en los que no dejaba títere con cabeza. Sus sátiras son críticas a una sociedad que vive de cara a la galería, pero que dentro de sus casas o en el fondo de sus despachos y sacristías tienen una moral más que dudosa En sus versos encontramos personajes de la calle, acontecimientos sociales y toda clase de escándalos de la época que pasaban de mano en mano gracias a sus coplas. Son personajes reales la mayoría y todos ellos forman parte de su galería de retratos: conocidos ciudadanos, jueces deshonestos, clérigos que confiesan y perdonan a sus feligreses los mismos pecados que ellos cometen y ocultan, alguaciles y escribanos, maridos engañados, políticos corruptos, etc. Componía sobre la marcha las rimas más divertidas y feroces y las recitaba en el momento oportuno o las cantaba acompañada de la guitarra fuera donde fuera. Sus improvisaciones se hicieron tan famosas que esa misma fama empujaba a la gente a molestarla para buscarle la lengua y así oírselas decir o cantar. Ese conocimiento de las gentes que ella imita en el lenguaje y las críticas a personajes del poder público de la época, es lo que la hace ser tan cercana a las voces del pueblo.
Experta en el epigrama, cultiva este género por ser tan cercano a lo popular. Su lenguaje jocoso da siempre en el clavo. En los últimos años de su vida da rienda suelta a sus epigramas más duros y suculentos, compondrá sus poemas más corrosivos y se convertirá en una verdadera cruz para sus contemporáneos y para su familia que seguirá sufriendo las consecuencias de su lengua venenosa y certera. Con ella se produce la gran paradoja social: una mujer de familia acomodada y de apellidos reconocidos entre la burguesía isleña, pasea por la vieja ciudad con aires de gran dama mientras de su boca salen pestes y culebras. Admirada y odiada, su fama y su figura la convierten en un personaje público. Muere el 4 de diciembre de 1897 en el Asilo de Los Desamparados, a manos de la caridad pública. La mayoría de sus poemas y coplas se han perdido para siempre o han quedado confundidas en el anonimato del folclore popular.”   (Elsa López, 2011)
A los "monigotes" de San Agustín que le gritaban ¡Perejila!

¿Perejila?
En sus bocas mierda estila,
monigotes corrompidos,
groseros y malcriados.
¡Huélanme este culo mío 
que lo tengo bien cagado!

A otra que le gritó ¡Perejila!

¿Perejila?
En tu boca mierda estila,
hija de padre cabrón:
Ya se te cayó la flor,
pronto te vendrá la fruta,
que sí ahora eres tan puta
¿qué será cuando mayor?


A otro que le gritó ¡Perejila!

¿Es el cabrón de tu padre
quién te lo mandó decir?
-¿Es tu padre, el puñetero?

Dile que anda más cagado
que el palo de un gallinero,
y que perejil es hierba
que no se da en los chiqueros

-El cabroncillo arritranco,
como en China un mandarín
sopla alegre con el ano
la trompa y el cornetín.


A otra más ...

El perejil es muy bueno
Pues sirve hasta para sopa,
y tú, gran puta podrida,
has de ser del "Seis de Copas"*

*Celebre casa de lenocinio en Vegueta que tenía en la fachada seis huecos iguales.


Un "viento"

A Magdalena, la hermosa,
un viento se le escapó
y Serafín pregunto:
-¿Qué fue eso, Magdalena?
-¡Ay, Serafín!, no lo sé;
un aire fétido fue
de las regiones mierderas,
que como son tan ligeras
se me escapó para usté...


"¡Vaya, vaya! ¡Vaya, vaya!
El mundo se va a acabar
¿Dónde se han visto ocho perros
cuidando la Catedral?"


Su poesía satírica era agresiva y burlesca, aunque no toda su producción literaria pertenece a este género. Ocurrente y de vocabulario desvergonzado -al menos para su época-, fue un personaje popular en la Vegueta de aquellos tiempos, y sus improvisaciones se han incorporado a la cultura popular canaria, tal vez por eso mismo.
El 4 de diciembre de 1897. Murió arruinada y sola en el Asilo de los Desamparados donde repudiada por su familia vivió sus últimos días de la caridad pública, pero sin dejar de ejercitar su yo orgulloso y rotundo, ni rendir la noble testa más que ante Dios.

En su instante más postrero - dice Néstor Álamo- nuestra "Perejila" pudo permitirse con dignidad suprema  aquel tradicional -¡imponente!- volverse hacia la pared y lanzar al mundo que dejaba aquella despedida final:
- ¡A la mierda, abanico, que corre fresco!
No lo hizo, pero dejó estos ripios que recopilo como muestra de su vasto repertorio.
(Tomado del Blog: Gabrielando)





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