domingo, 29 de septiembre de 2013

UNA NUEVA GUERRA DE LA METROPOLI CON INGLATERRA





En 1740 se produjo una nueva guerra de la metrópoli con Inglaterra, como consecuencia los corsarios ingleses infestaron de nuevo las aguas de las islas. Esta situación de merodeo por parte de los corsarios ingleses, perturbaba el tráfico entre las islas ocasionando con ello la falta de muchos productos de primera necesidad. Se organizó entonces no sólo la defensa pasiva, sino también la caza a los piratas, forma ésta de defensa que ya casi se había olvidado en las Islas. Como era habitual entre las potencias marítimas europeas, cuando entraban en conflictos bélicos expedían patentes de corso a favor de capitanes de su flota mercante e en ocasiones a navíos reales dedicándose éstos a hostigar al enemigo, apresando a los barcos mercantes y saqueando las poblaciones costeras y los puertos. El gobierno español concedió patente a algunos de los navíos mercantes mejor artillado. Uno de los capitanes patentados fue Antonio Miguel, patrón de la balandra Canaria San Telmo, éste apreso un bergantín inglés  que transportaba una carga de bacalao y una corbeta de la misma nacionalidad. Ambas embarcaciones fueron vendidas en Santa Cruz, el bergantín en 2.000 pesos y su carga de pescado en 9.000. Como toda acción produce reacción, los ingleses desplazaron a nuestras aguas un navío de 50 cañones con objeto resarcirse  de las pérdidas, después de cuatro días de acecho, logró apresar un barco  de Gran Canaria que, venía a Santa Cruz y que por fortuna venía en lastre. (Eduardo Pedro García Rodríguez)

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