domingo, 4 de agosto de 2013

VARIOS TESTEMENTOS DE FRANCISCA PEREZ, VIUDA DE ANTON ALBERTOS




En los protocolos de Sancho de Urtarte recopilados y publicados por Miguel A. Gómez Gómez, recoge el Testamento de Maria Perez, viuda de Antón Albertos, con dos modificaciones posteriores. María Perez, guancha hija de los guanches Pedro González y M aria Hernández.
Casó en  1544 con Antón Albertos, de este matrimonio nacieron los siguientes hijos: Juan Albertos, quien casó con María de Mesa, hija de Rodrigo de Mesa v María de Herrera, vecinos de Buenavista (Chinech), Francisco, Anastasia, María, Luisa quien casó en 1571 con el portugués Francisco Gonálvez, moradores en Icod.
Este Antón Albertos era hijo de Juan Albertos Giraldini, mercader florentino, Antón murió en agosto de 1554 de una lanzada que le propinó el guanche Alonso González.
(Ver anexo)
123. 1574, septiembre, 21, martes - Candelaria.  Fol. 3 11 r°
Francisca Pérez", natural, viuda de Antón Albertos"1, moradora en el pueblo de Ntra. Sra. de Candelaria, por estar enferma ordena su testamento. Manda que su cuerpo sea sepultado en la casa y monasterio de Ntra. Sra. de Candelaria, en la sepultura donde están enterrados Francisco y Anastasia, hijos legítimos de su marido y de ella. El día de su enterramiento, en dicho monasterio y por los frailes de él le digan una misa cantada de cuerpo presente, con dos misas rezadas ofrendadas de un barril de vino de diez azumbres , una fanega de trigo y un carnero, las nueve misas rezadas de los nueve, una misa cantada de cabo de nueve días y otra misa cantada de cabo de año, todo en un día, ofrendado de dos barriles de vino, cada uno de siete azumbres, dos fanegas de trigo y dos carneros, después de su fallecimiento, en la iglesia de San Blas todos los domingos y fiestas de guardar de una año, en el entretanto que se dijere la misa mayor del día, ardan dos cirios sobre la sepultura donde está enterrado su marido, Antón Albertos, con ofrenda de un pan y medio cuartillo de vino y celebrado el oficio se diga un responso cantado sobre la sepultura del dicho su marido, por su alma y la de la testamentaria, y por ello se de la limosna acostumbrada.
En la iglesia de San Blas, por el beneficiado que de ella es o fuere se le digan dos treintenarios abiertos por el alma del dicho su marido y la suya y celebrado el oficio se diga un responso sobre la sepultura de su mando, por su alma y la de la testamentaria. Manda a la Cruzada y a la Redención de Cautivos, medio real.
Declara que puede haber 30 años que se casó con Antón Albertos, su mando, y cuando se casó con él llevó a su poder por sus bienes dótales los vestidos de su persona. No se acuerda lo que trajo su marido al matrimonio, pero si sabe que fue mucha cantidad. Durante el matrimonio multiplicaron ciertas colmenas y otros bienes que al presente tiene, 30 fanegadas de tierra de pan, sembra­das, lindantes por abajo con tierras de Juan Batista y por arriba con los herederos de Pedro de Alarcón.
Declara que ella y sus hijos tienen unas tierras en Cbicayca y que son ocho fanegadas de tierra, y cierto tiempo se las tuvo ocupadas y detenidas Arguenta de Franquis. Manda que el tiempo que las detuvo se le cobre la renta de ellas. Asimismo dice que ella y sus hijos tienen un tributo alquitar redimible de unas tierras sobre Pedro Delgado y sus bienes, que se pagan al presente conforme a la nueva pragmática, que se otorgó ante Juan Núñez Jáimez, escribano público en 13 de marzo de 1550, que primero pasó ante Bartolomé Joven, escribano público de la isla, en cuyo oficio sucedió Juan Núñez Jáimez, y de lo corrido del dicho tributo están pagados, ella y sus hijos, excepto dos años que se cumplen por este mes de septiembre.
Declara que las deudas que han hecho durante el matrimonio se paguen de los bienes multiplicados pertenecientes a su parte. Dice que le tiene amor y voluntad a Blas, su siervo, de color negro, en el cual tiene la mitad y Martín Rodríguez, su marido, la otra mitad, por manera que a ella le pertenece tres partes del dicho esclavo, el cual ahorra y liberta de todo cautiverio, lo cual consiga después que ella fallezca. Manda que si hay alguna deuda hecha durante su matrimonio de ella con Martín, que monte más que los bienes multiplicados entre ellos, manda que se paguen de sus bienes. Nombra albaceas a Martín Rodríguez, su marido, y a Melchor Hernández, su hermano. Manda a Pascual, su sobrino, por el servicio que ha hecho a Martín Rodríguez y a ella, una chaqueta de paño que cueste cuatro doblas. Establece por herederos a Sebastián García y a Gaspara Hernández, sus hijos y de Juan Hernández, su marido, los cuales hereden por partes iguales por cuanto que los bienes que les pertenecieron de su padre los ha recibido Gaspara Hernández con Francisco Hernández, su marido y de Sebastián García tiene su parte Antonio Hernández, vecino, como su curador adbona. Anula y revoca todos los testamentos, codicilos y poderes que anteriormente haya dado. Otorgada en el pueblo de Ntra. Sra. de Candelaria, en las casas de la morada de la otorgante.- Tgos. Salvador González, Juan Rodríguez, Gaspar Afonso, Bartolomé González, Hernán Pérez, esc. de comisión y Antonio Hernández, vecs. y estantes. Firma: por no saber la otorgante, Hernán Pérez.
Derechos ciento once mrs., ocupación, dos reales, camino, cinco reales.
123. 1574, septiembre, 21, martes - Candelaria.  Fol. 311 r°
Francisca Pérez", natural, viuda de Antón Albertos, moradora en el pueblo de Ntra. Sra. de Candelaria, por estar enferma ordena su testamento. Manda que su cuerpo sea sepultado en la casa y monasterio de Ntra. Sra. de Candelaria, en la sepultura donde están enterrados Francisco y Anastasia, hijos legítimos de su marido y de ella. El día de su enterramiento, en dicho monasterio y por los frailes de él le digan una misa cantada de cuerpo presente, con dos misas rezadas ofrendadas de un barril de vino de diez azumbres , una fanega de trigo y un carnero, las nueve misas rezadas de los nueve, una misa cantada de cabo de nueve días y otra misa cantada de cabo de año, todo en un día, ofrendado de dos barriles de vino, cada uno de siete azumbres, dos fanegas de trigo y dos carneros, después de su fallecimiento, en la iglesia de San Blas todos los domingos y fiestas de guardar de una año, en el entretanto que se dijere la misa mayor del día, ardan dos cirios sobre la sepultura donde está enterrado su marido, Antón Albertos, con ofrenda de un pan y medio cuartillo de vino y celebrado el oficio se diga un responso cantado sobre la sepultura del dicho su marido, por su alma y la de la testamentaria, y por ello se de la limosna acostumbrada.
En la iglesia de San Blas, por el beneficiado que de ella es o fuere se le digan dos treintenanos abiertos por el alma del dicho su marido y la suya y celebrado el oficio se diga un responso sobre la sepultura de su marido, por su alma y la de la testamentaria. Manda a la Cruzada y a la Redención de Cautivos, medio real.
Declara que puede haber 30 años que se casó con Antón Albertos, su marido, y cuando se casó con él llevó a su poder por sus bienes dótales los vestidos de su persona. No se acuerda lo que trajo su mando al matrimonio, pero si sabe que fue mucha cantidad. Durante el matrimonio multiplicaron ciertas colmenas y otros bienes que al presente tiene, 30 fanegadas de tierra de pan, sembra­das, lindantes por abajo con tierras de Juan Batista y por arriba con los herederos de Pedro de Alarcón.
Declara que ella y sus hijos tienen unas tierras en Chicayca y que son ocho fanegadas de tierra, y cierto tiempo se las tuvo ocupadas y detenidas Arguenta de Franquis. Manda que el tiempo que las detuvo se le cobre la renta de ellas. Asimismo dice que ella y sus hijos tienen un tributo alquilar redimible de unas tierras sobre Pedro Delgado y sus bienes, que se pagan al presente conforme a la nueva pragmática, que se otorgó ante Juan Núñez Jáimez, escribano público en 13 de marzo de 1550, que primero pasó ante Bartolomé Joven, escribano público de la isla, en cuyo oficio sucedió Juan Núñez Jáimez, y de lo corrido del dicho tributo están pagados, ella y sus hijos, excepto dos años que se cumplen por este mes de septiembre.
Declara que ella mercó de Juan Batista, su cuñado, 10 fanegas de tierra en Chicayca, que mercó siendo viuda y la carta de venta pasó ante Gaspar Martín, escribano de Icod de los Vinos. Declara que siendo casada con Antón Albertos le vendieron a su marido, Marcos de los Olivos y Olmda Rodríguez, su mujer, un pedazo de tierra en Los Melonares, en el término de Arafo, en que puede haber 15 fanegadas de tierra, según parece por escritura de venta que acerca de ello se otorgó, en 30 de octubre de 1553, ante Gaspar Justiniano, escribano público.
Declara que tiene unas casas terreras de teja con sus corrales en Candelaria, que multiplicaron en vida de su marido, lindante con casas de los herederos de Gaspar Justiniano. Declara que ella mercó de Bartolomé Joven, jurado, una suerte de tierras en el lugar de Candelaria a donde dicen Araya, y la carta de venta pasó ante Gaspar Justiniano, escribano público que fue de esta isla, difunto. Dice que ella y sus hijos tienen ciertos bienes que son claros y manifiestos y por esto no los declara.
Después de fallecer su marido ella casó a Luisa Albertos, su hija y de su mando, con Francisco González, portugués, que vive en Icod de los Vinos, y le prometió de los bienes de su marido y suyos, 250 doblas en dote y casamiento y ella le dio 250 doblas en un tributo que de principal son 400 doblas que recibió Alonso Martín, zapatero, vecino de la ciudad de San Cristóbal de La Laguna, sobre unas casas en la ciudad, que pasó el dicho tributo ante Gaspar Justiniano, el cual es redimible, y el dicho tributo de principal se vendió a Fabián Viña, regidor, por manera que el dicho Francisco González está obligado a devolverle a ella 150 doblas con lo corrido, porque ella no dijo que se entregasen más que las 250 doblas, como parece por el poder que de ello le otorgó ante Juan de Gordejuela.
Además de lo susodicho dio al dicho su yerno en el casamiento a un negro llamado Juan, de edad de veinte y seis años, lo cual le dio hace cuatro años, apreciado en LOO doblas. Declara que ella dio en la dicha dote a su yerno, un cahíz y medio de tierra de medida de cordel sita en Araya, en las tierras que ella mercó de Bartolomé Joven. Dice que debe a María de Sinores, viuda, vecina de la ciudad, 27 reales, se le pague. Es su voluntad que por cuanto que ella tiene unas tierras en Araya que compró a Bartolomé Joven, que pasó la escritura ante Gaspar Justiniano, lindante con un barranco hondo y tierras que ella dio a Francisco González, su yerno, quiere que en lo me|or parado de las dichas tierras que no tienen censo m tributo, hasta la cantidad de un cahíz de tierra de medida de cordel, el vicario, frailes y convento del monasterio de Ntra. Sra. de Candelaria, hayan en cada año por siempre jamás, después de su fallecimiento, 6 fanegas de trigo bueno, enjuto, medido con buena medida, puesto en la dicha casa y monasterio en cada año por el día de San Juan de jumo, con tanto que le digan 4 misas cantadas de la advocación de Ntra. Sra. de agosto, su día o su octava y celebrado el oficio se diga un responso sobre su sepultura.
Para que lo susodicho haya cumplido efecto quiere que en la sacristía se ponga por memoria en una tablilla para que haya conmemoración de ello y deja por patrón de lo susodicho a Juan Albertos, su hijo, y después sus herederos, los cuales gocen de la dichas tierras con el dicho gravamen, con tanto que tengan preferencia los varones a las hembras, y para seguridad de ello hipoteca las dichas tierras a los dichos vicario, frailes y convento, y quiere que ni el Sumo Pontífice, ni su delegado, ni otro juez eclesiástico ni secular no se entrometa a que no se digan las dichas misas y si ellos mandaren que no se celebren en tal caso da la cláusula por ninguna. Nombra por sus albaceas a Juan Albertos, su hijo, y a Francisco González, su yerno, a los cuales da poder. Establece por herederos a Juan Albertos y a Luisa Albertos, mujer de Francisco González, y a María Albertos, sus hijos y de su marido, por iguales partes, con tanto que si Francisco González y su mujer quisieren heredar sus bienes traigan a partición los bienes que han llevado y si es necesario mejora en el tercio de sus bienes en cuanto al dicho patronazgo al dicho Juan Albertos, su hijo. Hecho en el pueblo de N: Sra. de Candelaria, estando en las casas de la morada de la otorgante.- Tgos. Juan Martín, Juan Rodríguez, Antonio Díaz, Alonso Rodríguez, Miguel Hernández y Juan Alonso, vecs. y estantes. Firma: por no saber, Juan Martín.
Derechos y ocupación, tres reales.
124- 1574, septiembre, 22, miércoles - Candelaria.    Fol. 3 15
Francisca Pérez, natural, viuda, mujer que fue de Antón Albertos, difunto, moradora en el pueblo de Ntra. Sra. de Candelaria, dice que ayer 21 de septiembre, otorgó su testamento ante el presente escribano y quiere revocar, declarar y añadir algunas cosas.
Dice que el día de su entierro ella mandó que se celebrasen una misa cantada y dos rezadas en la casa y monasterio de Ntra. Sra. de Candelaria de cuerpo presente ofrendado de un barril de vino que tuviere diez azumbres de vino y una fanega de trigo y un
carnero. Ahora quiere y manda que sea ofrendado de un barril de vino, que el barril ella lo tiene en su casa que cabrá 5 azumbres de vino, y aquello quiere que se le ofrende y una fanega de trigo, y el demás vino y carnero que dice en la cláusula del testamento la revoca en cuanto a esto y en lo demás de las misas quiere que se cumpla según que en la cláusula se contiene.
Declara que en el testamento ella mandó que al cabo de nueve días y cabo de año fuese ofrendado de dos barriles de vino, dos fanegas de trigo y dos carneros, la cual cláusula en cuanto a esta ofrenda la revoca y en lo demás manda que se cumpla y ahora es su voluntad que los dichos dos oficios sea ofrendados de un barril de vino que tenga cinco azumbres y medio y una fanega de trigo y no más.
Declara que mandó en su testamento que en la casa y monasterio de Ntra. Sra. de Candelaria le digan perpetuamente cuatro misas cantadas de la advocación de la Stma. Asunción, su día o su octava, y por ello se les diese seis fanegas de trigo al vicario, frailes y convento de la dicha casa, pagadas el día de San Juan de junio de cada año, y lo que lo hubiesen de un cahíz de tierra que para ello señaló e hipotecó y nombró por patrón a su hijo Juan Albertos y ahora es su voluntad de revocar y revoca la cláusula y la da por ninguna.
Declara y manda que por cuanto ella tiene bienes de 200 fanegas de tierra de medida de cordel, que hubo y compró de Bartolomé Joven, jurado, que la carta de venta pasó ante Gaspar Justmiano, escribano público que fue de la isla, y las dichas tierras están en este término de Ntra. Sra. de Candelaria, donde dicen Araya, lindante con el barranco hondo y con tierras que ella dio a Francisco González, su yerno, que es un cahíz y medio de tierra de medida de cordel, y asimismo lindan las dichas tierras con tierras de los herederos de Francisco Gómez, sobre las cuales no hay censo ni tributo y quiere que de las dichas tierras haya Juan Albertos, su hijo, un cahíz de tierra de medida de cordel, donde él lo quiera en lo mejor parado de ella, con tanto que de lo que ellas rentaren en cada año haga decir las misas que le pareciere, en las cuales dichas tierras le mejora en la tercia parte de sus bienes, y esto por todos los días de su vida, y después de que él sea fallecido lo haya Luisa Albertos, su hija, mujer de Francisco González, y después su hijo mayor y así dende en adelante, por manera que los varones sean preferidos a las hembras.
Manda para el aumento de la cera que alumbra el Stmo. Sacramento, que está en el iglesia de San Blas, y para el mayordomo de la cofradía para que lo compre de cera, dos doblas.- Hecha en el pueblo de Ntra. Sra. de Candelaria. Tgos. Francisco de Zambrana, Pedro Alonso, Juan Alonso, Juan Verde, Pablos Pérez, alguacil y Alonso Rodríguez, natural, vecs. y estantes. Firma: por no saber, Francisco de Zambrana.
Derechos y ocupación dos reales.

ANEXO.
ANTÓN ALBERTOS
Era hijo de Juan Albertos Giraldin, de un primer matrimonio que nos es desconocido o hijo natural. Lo cierto es que acompaña a su padre en numerosos negocios siendo apoderado por él en diversas ocasiones. Casó en 1544 con la guanche Francisca Pérez, hija de Pedro González y María Hernández, a juzgar por la dote que aportan su situación económica era desahogada. Su padre le cede la administración de numerosos terrenos en Candelaria y en el Melonar, incluso una data que recibió en Agache. Francisca aportó unas tierras que tenía en Chacaica. Fue alcalde de Candelaria y murió a finales de Julio de 1554 de una lanzada propinada por el guanche Antonio González (hijo de Alonso González y Catalina Gaspar) fue enterrado en San Blas. Alonso Glez., como resultado de la acción huye a La Gomera donde es apresado y algunos años después, los hijos de Antón Albertos, ante los escribanos Sancho de Urtarte y Juan de Alzóla, lo perdonan públicamente para que pueda volver a Tenerife. A la muerte de Antón sus hijos eran menores y su mujer Francisca Pérez pidió la curaduría el 9 de octobre de 1554 ante el escribano Gaspar Justiniano, saliendo como fiador Antón Hernández. Al mismo tiempo, hizo inventario de los bienes que quedaron de Antón Albertos, ante el mismo escribano, fol, 1311 r°-13I2 v°, algunos de los cuales eran:
Una casa de piedra y teja, con su colgadizo en Candelaria, ocho fanegas de tierra en el Melozar, 30 fanegas que dispoutava con Leonor Viña en Güímar, 8 marranas, 5 vacas, 4 becerros, 2 asnos mansos, 2 burras salvajes y 2 borricos, una yunta de un buey y un novillo de 2 años, 200 colmenas en el Mocanal y numerosas deudas pendiente de cobro. Tuvieron por hijos a Luisa Albertos, que casó en 1571, con Francisco González, en Icod, lugar donde reside cierto tiempo para sentarse definitivamente con su madre en el valle de Güímar. Juan Albertos, que casó con María de Mesa, Francisco y Anastasia que murieron sin sucesión hacia 1554 por último, María Albertos que también fallece sin sucesión poco antes de su madre, en 1579.
Del matrimonio de Juan Albertos y María de Mesa tuvieron por hijos a Melchor (1610) y a Isabel (1612).
Luisa Albertos y Francisco González, tuvieron por hijos a Luís González, Francisco Albertos, Juan Albertos, Miguel González, Antón Albertos y María Albertos. En 1610 ante Alonso de Fonseca, fol 978, Luisa hace testamento, su esposo Francisco ya había fallecido. Ante el mismo escribano, en 1609, fol. 693, Miguel González, hijo de Luisa y Francisco, hace dote para casarse con Juana González, hija de Juan Rguez. y María de Urtarte.

Fuente:
Miguel A. Gómez Gómez
El Valle de Güimar en el siglo XVI
Protocolos de Sancho de Urtarte
Edición: Ayuntamiento de Güimar-Cabildo de Tenerife
ISBN.: 84-923966-5-2.
Año 2000.

No hay comentarios:

Publicar un comentario