Relativas al origen de los canarios.
“Al oeste del río Tritón, lindan con los auseos unos libios que se dedican ya a labrar la tierra y que suelen tener casas: su nombre es maxies”.
Herodoto. Siglo V a.C.
“Gannaria Promontorium: es un saliente costero que está próximo a la desembocadura del río Dra”.
Ptolomeo.
“En el año 42 dela era occidental actual, Seutonius Paulinus, jefe romano, dirigió una expedición contra los habitantes de la región de Canar o Ganar, tierra que se extendía desde las faldas del atlas hasta los territorios situados entre los ríos de Dra y Senegal, en la zona atlántica del noroeste africano”.
Viera y Clavijo.
“[…] nombrando casi siempre los montes claros que son en África, los de Atlante de donde parece tenían su origen, y muchos ríos y arboledas de aquellos sitios de donde se verifica tenían el alma por inmortal”.
Marín y Cubas.
“En las faldas del monte Atlas, en África, hay unos pueblos que llaman los naturales de aquella región canarios; y podría ser que el primero que descubrió esta isla fuese de aquellos pueblos, y a contemplación de su tierra la llamase Canaria”.
Abreu Galindo.
“Mas el día de hoy común mente las llaman las Canarias; no porque todas tengan este nombre, pues lo tienen particular, con que unas de otras se distinguen y llaman, sino porque entre todas las de Canaria es la más principal y cabeza de obispado, donde reside el oficio de la Santa Inquisición y el Audiencia Real; y, como de la más calificada, toman las demás el nombre, llamándolas Canarias”.
Abreu Galindo.
“Después Fuerteventura y Lanzarote que llamaban Junonis y Pluytula y algunos Mahorata, se poblaron de aquella gente desterrada de África por distar menos leguas de su costa; llamáronlos después los Mahoratas y agora por memoria Mahoreros.
Eran valientes, fuertes, belicosos, diestros, y en las costumbres, lengua y talles, muy semejantes a los africanos.
Mas no tuvieron rastro de su secta, porque esta población fue muchos siglos antes de las torpezas de Mahoma”.
Viana.
“También dixeron estos prisioneros que aquel Capitán Guanche difunto no era el Rey, sino el valiente que ganó la victoria de Centejo. Dábanle a el cuerpo muerto grandes lanzadas algunos soldados que en ella estubieron, diciendo: “a moro muerto gran lançada”. Quitada la caueza, mandó el general Lugo que, fuesse de Rey o capitán, se pusiese en una gruesa lanza i marchando delante de el exército subieron a la Laguna en busca de el enemigo que estaba atrincherado en Tacoronte.
Morales Padrón.
“Ni puedo dispensarme de lamentar cuán sensible es que en tantísima bobería como nuestros compatriotas pudientes han gastado y gastan su dinero, no se hubiese animado alguno a viajar por el África inmediata, o costear a quien pudiese hacerlo, para observar el lenguaje y usos de los pueblos de las montañas de Marruecos y de Suz, que a pesar de hallarse ya muy mezclados con los árabes, mucho pudiera ilustrar nuestra historia y curiosidad”.
Álvarez Rixo.
“La tercera conquistada fue la Gomera: obtuvo ese nombre desde que los africanos deste nombre por último la ocuparon”.
Marín y Cubas.
“Destas opiniones puede seguir el lector la que le pareciere y más le cuadrare; que la mía es que ellos son africanos y de allá traen su descendencia, así por la vecindad de las tierras, como por lo mucho que frisan en costumbres y lengua, tanto que el contar es el mismo de unos que de otros. Allégase a esto también que los manjares son los mismos, como es el gofio, leche, manteca…etc. Sean los que se quisieren, desde que hay gentes en estas islas hay memoria de más de mil y quinientos y tantos años”.
Siglo XVI. Espinosa.
“Dejadas alteraciones y opiniones que acerca de la venida de los naturales de estas islas hay, de donde hayan venido, la más verdadera es que los primero que a estas islas de Canaria vinieron fueron de África, de la provincia llamada Mauritania, de quien estas islas son comarcanas, al tiempo de la gentilidad, después del nacimiento de nuestro señor Jesucristo. Y que esto sea verdad, que hayan venido de África los primeros pobladores de estas islas, lo da a entender la proximidad que hay de la tierra firme de África con estas islas; pues entre ella y la primera isla, que es Fuerteventura, solamente hay diez y ocho leguas, poco menos”.
Abreu Galindo.
“Las islas Canarias, que son siete, están sometidas al rey de España. Esta es la mayor, excepto una, excepto una que se llama Gran Canaria…Los nativos de esta isla se llamaban guanches. El relato que los españoles hacen de ellos es que sus antepasados los encontraron casi en estado natural, sin leyes ni religión, e incapaces de dar ningún informe sobre su origen. Algunos han conjeturado que fueron emigrantes de Cartago. Los españoles los llaman moros, pero desconozco la razón por la que les dan este nombre. Estos moros, los descendientes de los guanches, son en su mayoría campesinos y criados. Son mucho más morenos que los españoles, tienen vivos ojos negros, largos cabellos también negros y unos extraordinarios y finos dientes”.
Siglo XVIII. Kinderley.
“Y también se dirán por este respecto, porque los moros se dijeron por la Mauritania, región de donde los naturales de estas islas tengo dicho haber venido; lo cual no se dijo Mauritania porque en ella viviesen los secuaces de Mahoma, sino porque la gente que en ella vive es toda morena, y “mauro” quiere decir obscuro o negro; y porque esta gente es de color moreno, se llaman mauros, que quiere decir morenos; y de mauros, corrompido el vocablo, se llaman moros, como a los de Andalucía, andaluces, y de Castilla, castellanos”.
Abreu Galindo.
“Y la parte de África de donde habemos afirmar haber venido los de estas islas, era fuera del dominio de Pago, y así no se dirán paganos. Cuanto más que, o se digan moros, o paganos, no por eso se dirá que descienden de los secuaces de Mahoma; porque aunque es verdad que los que vinieron a estas islas, vinieron después que Nuestro Señor nació, según se colige de Plinio, que escribió en el tiempo de Tiberio César, después del nacimiento, donde da a entender no haber a la sazón en estas islas gente ni edificios, más de una casilla de piedra seca, síguese que después vinieron, pero fue antes del año de quinientos ochenta y ocho del Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, que entonces se levantó aquel falso profeta Mahoma, en tiempo del emperador Heraclio y de Bonifacio quinto, sumo pontífice romano, Honorio su sucesor, según fray Alonso Venero en su Enquiridión de los tiempos. Y se puede bien creer que si de aquel tiempo acá, que se levantó Mahoma, se poblaron estas islas de africanos, siguieron los canarios los ritos y secta de Mahoma; de manera que no hay que dudar, sino ser muy cierto y averiguado, que los pobladores de estas islas de Canaria vinieron de esta parte de África”.
Abreu Galindo.
“Hoy ya no habrá nadie que ponga en duda que la población canaria tiene su origen en África del noroeste. Tanto las relaciones geográficas como las lingüísticas y etnológicas indican esta dirección, y la investigación paleo-antropológica más reciente (Balout, 1955; Briggs, 1995; Boule-Vallois-Verneau, 1934; Vallois, 1951) también han relacionado a los cromañones canarios con África del norte”.
Schwidetzky.
“Y así cortadas las lenguas hombres y mujeres e hijos, los metieron en navíos con algún proveimiento y pasándolos a estas islas los dejaron con algunas cabras y ovejas para sustentación, y así quedaron estos gentiles africanos en estas siete islas que se hallaron pobladas”.
Abreu Galindo.
Relativas a la lengua de los canarios.
“También puede ser que sin traer estos canarios las lenguas cortadas, el discurso del tiempo que todo lo muda cortó y mudó el primer lenguaje que ellos al principio hablaban en diferentes y diversos que ahora tienen, a causa de separarse unos de otros en distintas islas y en varios lugares de cada una de ellas, y así los lenguajes variaron por el gran número de años que corrompió la primera lengua antigua que todos traían juntamente.
Esto parece ser así por la razón que dio Andrés Martins, hombre noble y honrado, hijo de Antón Martins, de la casta de los Monizes de esta islas de San Miguel, morador que fue del lugar de Rabo de Peixe, término de la Villa de Ribeira Grande de esta misma isla; el cual pasando a la isla de Tenerife, una de las siete Islas Canarias, y habiendo residido en ella muchos años, tuvo gran amistad con un hombre honrado canario, natural de Gran Canaria, que se llamaba Antón Delgado, y extrañábase de que no tuviesen memoria los naturales de aquellas islas de dónde procedían; y preguntándole si tenían de esto alguna noticia, le respondió Antón Delgado, sonriéndose, que dónde podían proceder sino de esta Berbería, que estaba allí tan cerca. Y le replicó Andrés Martins que no podía así ser, porque si fuesen de allí tendrían la ley y secta de los moros y la misma lengua. A lo que respondió Antón Delgado: -Parece que en el tiempo cuando los habitantes de Canarias de la tierra de África vinieron a parar aquí, todavía no había la secta de Mahoma, que ahora siguen los moros; porque yo entiendo tres lenguas, a saber, la de Canaria, la de Tenerife y la de la Gomera, y todas se parecen mucho a la lengua de los moros. Y aun decía Antón Delgado que bien podía esto ser así, pues los canarios tienen todas las maneras de los moros en sus costumbres, así sus molinillos de mano, y usan gofio como moros y parece que aunque cambiaron el lenguaje que traían, no cambiaron algunas costumbres de su tierra, que habían visto con sus ojos y practicaban entre ellos allá. Y aunque los canarios tengan variedad, sus lenguajes casi todos tiran al de los moros”.
Gaspar Frutuoso.
“También me da entender hayan venido de África, ver los muchos vocablos en que se encuentran los naturales de estas islas con las tres naciones que había en aquellas partes africanas, que son berberiscos, azanegues y alárabes”.
Abreu Galindo.
“La lengua de los guanches viejos, que aun hasta hoy tienen su población junto a Candelaria, es muy parecida a la de los moros de Berbería”.
Mediados del siglo XVII. Sir Edmond Scory.
“El gran Agando sujeta/esta circular región/ de el clima, signo y planeta/dan operación infecta/según su constellación. /Los naturales ysleños/tienen biuienda terrestre/ entre gomeros, herreños, assaz guanches y palmeños/con su loquela siluestre”.
Principios del siglo XVI. Vasco Días Tanco.
“El idioma no sólo tenía una notoria analogía en todas las islas, sino con la lengua que se hablaba en las montañas de Marruecos, de Suz y otras partes de Berbería meridional hasta Senegal”.
Viera y Clavijo.
“Il loro antico linguaggio, che tuttavia subsiste in Candelaria, e in Guimar, fomiglia molto a quello de´Mori di Barbaria”.
Mediadios del siglo XVIII. Salmon.
“Aunque hablaban poco, era con un tonillo apresurado, pronunciando en la garganta a lo africano. Por lo tanto la J, o X áspera, no se les ha supuesto, sino puéstose para imitar la aspereza de aquel lenguaje”.
Viera y Clavijo.
“Si se examinan los fragmentos que hemos reunido del lenguaje de las antiguas poblaciones canarias y se les compara con lo que se conoce hasta aquí de los varios dialectos bereberes, es fácil de notar que el mismo genio ha presidido la formación de ambos idiomas. En efecto por una y otra parte una pronunciación dura y muy gutural y una fraseología muy cortada”.
Sabino Berthelot
“En Cabo de Aguer están unas huertas que llaman las huertas de Telde, no muchas leguas distante de la ciudad de Tegaste…Esta ciudad de Tegaste está a tres leguas del mar y cercana a Fuerteventura junto al monte Atlas, en las faldas dél, por donde descienden muchos ríos y arroyos. Hay unos pueblos que llaman de este nombre de Telde, de manera que en los nombres propios parece conformar, y en muchos vocablos apelativos, los de estas islas con los africanos”.
Abreu Galindo.
“También me da a entender que hayan venido de África ver los muchos vocablos en que se encuentran los naturales destas islas con las tres naciones que había en aquellas partes africanas, que son berberiscos, y azanegues, y alárabes. Porque Telde y Gomera, y Orotava en Tenerife, son nombres que se hallan en el reino de Fez y Benamarín”.
Abreu Galindo.
“Y, pues, por los vocablos con que se llamaron los destas islas parece que los que a ellas vivieron fueron del Cabo de Aguer para abajo a estas islas”.
Abreu Galindo.
“[…] y en muchos vocablos apelativos a los de estas islas con los africanos, y de ellos se puede colegir qué nación haya venido a cada isla conforme a la consonancia de los vocablos. Atenta a la cual, parece que a Lanzarote, Fuerteventura y Canaria arribó la nación de los árabes, entre los africanos estimada es más: porque en estas tres islas llaman los naturales a la leche, aho; al puerco, ylfe; a la cebada, tomossen, y ese mismo nombre tienen los alarbes y berberiscos, de donde parece que los naturales de estas islas vinieron de África”.
Wölfel.
Nota adjunta del amasikólogo Ahmed Sabir: “agu, ylf y tomzen son voces del amazig, y más precisamente del tacelhit”.
“Los naturales guanches viejos dicen que tienen noticia de inmemorables tiempo, que vinieron a esta isla sesenta personas, mas no saben de donde, y se juntaron y hicieron su habitación junto a Icod; que es un lugar de esta isla, y el lugar de su morada llamaban en su lengua Alzanxiquian abcanahac xerac, que quiere decir: Lugar del ayuntamiento del hijo del grande”.
Espinosa.
2.-Relativas al poblamiento de Canarias.
“[...] desde el tiempo de Plinio (23-79 d.C.), del cual se colige no haber en estas islas habitación de gente y se llamaba Canaria; y se colige que no se dijo Canaria por los naturales que comían como canes, pues no estaba la isla poblada”.
Abreu Galindo.
“No había en ella (Canaria) ni en las demás animal alguno al tiempo de su escritura”.
Abreu Galindo
Nota: aquí Abreu Galindo se refiere a un texto de Plinio.
“Plinio no estuvo en Canarias y se limitó en sus referencias relativas a las islas del océano atlántico a hacinar las informaciones sin poder discriminar bien los datos y sin armonizarlos previamente por desconocimiento personal de la geografía de la zona”.
Álvarez Delgado.
3.-Relativas a la religión de los canarios.
“[…] llamaban a los Majos que eran los espíritus de sus antepasados que andaban por los mares i uenían allí a darles auiso quando los llamaban”.
Morales Padrón.
4.-Relativas a la etnografía de los antiguos canarios.
5.-Relativas a la conquista de Canarias.
“Por las consideraciones hechas, las pruebas apuntadas y los individuos que surgen de las páginas anteriores, cabe deducir que Tenerife no fue conquistada por la fuerza de las armas en el sentido de que los españoles dominaron a los indígenas en los campos de batalla; sino que debilitado el país con las guerras entre menceyatos y la guerra social entre nobles y siervos a presencia de las armas españolas, concluyeron por sometérseles aunque negociando un tratado de paz quedando equiparados vencedores y vencidos”.
Bethencourt Alfonso.
“En las condiciones de vida de los guanches las epidemias de modorra necesariamente tenían poco poder difusivo, siendo su radio de acción muy limitado. Hoy que se conoce el germen de la enfermedad y los medios más adecuados de su propagación, cuando se considera que los guanches de Tenerife no contaban con una sola población, ni el más modesto caserío, sino que las familias moraban aisladas unas de otras separándolas 3 o 4 kilómetros, en chozas ventiladas, y que no conocían los estercoleros, ni los alcantarillados, ni pozos negros, ni letrinas, ni lavaderos públicos, ni otros elementos o factores que pudieran dar lugar a la intoxicación del subsuelo o contribuir a la creación y multiplicación de poderosos focos infecciosos, hay que convenir que tales epidemias tenían que ser muy poco expansivas.
Ni siquiera se puede alegar como foco de origen los cadáveres de Acentejo, porque es bien sabido que fueron quemados por orden del rey Bencomo”.
Bethencourt Alfonso.
6.-Relativas a la colonización y pervivencia guanche.
“Hizo notar a la reina que yo no era santanderino, sino canario, y agregó dirigiéndose a Doña Victoria: en Canarias hay tantos ingleses como españoles…es un paraíso…tenemos que ir juntos”.
Benito Pérez Galdós. Palabras del monarca español Alfonso XIII.
“Si por otra parte se avaloran los contingentes españoles que concurrieron a la conquista, lo que retornaron a sus casas no bien asegurada ésta, así como los pobladores que se avecindaron, se llega a la conclusión obligada de que los guanches y españoles se mezclaron en la proporción 10:1, o lo que es lo mismo, que el fondo de población de Tenerife al nacer la civilización, lo constituyó un 90% de sangre indígena, que al cruzarse con la castellana, la absorbió por el número”.
Bethencourt Alfonso.
“Fue acordado e consultado en este Cabildo que porque los pastores guanches son ladrones y roban toda la ysla y destruyen los ganados, de que se quexa todo el pueblo, y hasta aquí non se a podido remediar de pastores castellanos por falta de non los aver”
Escribanías del Cabildo de Tenerife. Siglo XVI.
“Los que quedaron de ellos y las mujeres cambiaron después su disposición, tanto que los hombres son ahora tan esforzados, valientes y ligeros, que ceden a los de las demás islas; y las mujeres de fieras, bravas y guerreras se tornaron mansas ovejas, afables y conversadoras; son muy hermosas, blancas y discretas, cortesas y bien educadas, algunas están casadas con portugueses, otras con castellanos, aunque los mestizos son pocos. Son de cuerpo gentil y en proporción, graciosas en el hablar, cantar y danzar según su costumbre…
Todos son criadores de cabras y ovejas, comen gofio de trigo y cebada amasado con aceite, miel y leche. En tostadores que hacen de barro, muy lisos y limpios, tuestan sobre brasas el trigo y cebada y tienen también molinos pequeños de mano en que muelen…Son tan valientes y ligeros, que admira: luchan, saltan, tiran una piedra a manera de barra, tanto que ninguna otra nación puede ganarles. Arrójanse con lanza, llevada a lo largo del cuerpo del hombre, terciada de manera que ponen un tercio primero en la tierra o piedra donde dan con una contera de acero que trae la lanza, de un palmo de larga con su cubo, sin que puedan desviarse de donde da, y aunque sea tres lanzas de alto se tiran de abajo y vienen a ponerse en el suelo con tanta facilidad, que parecen aves. No son celosos, no guardan sino mujer, hijas y hermanas. No tienen por amigo a quien no quiere comer y beber con ellos; cuando van a la ciudad van tan bien trajeados y limpios como los más pulidos castellanos. Ellas son tan galantes y visten con tanto costo, que parecen tener grandes rentas, y lo sostienen todo con los quesos que hacen.
Siglo XVI. Gaspar Frutuoso.
“[…] que después de sosegada la isla los más de los soldados se volvieron a Castilla a sus casas”
Abreu Galindo.
“La evangelización de los moros ha sido siempre un problema difícil, casi siempre de resultados negativos. Únicamente en Canarias esta tarea ha dado frutos positivos en tal cuantía que en la práctica no existe diferencia entre los cristianos de origen español, guanche o moro. La cristianización canaria los asimiló en religión, en lengua y cultura”.
Herrera.
He visto en diferentes manuscritos antiguos que todos los reyes guanches tuvieron datas, y no sólo ellos sino también muchos de sus hijos y otros guanches; es más, he visto precisadas varias, pero no me he tomado el trabajo de copiarlas…Por otra parte, tengo las citaciones de un sin número de documentos públicos otorgados por los indígenas de Tenerife; y como hicieron multitud de testamentos, cartas dotales, compra-ventas, etc., no es muy difícil a los poseedores de índices explicativos de los libros parroquiales y de las escribanías, averiguar la filiación de multitud de guanches. El archivo de tales índices que poseía el Licenciado Casas es muy rico y lo mismo el del finado Afonso Avecilla, que donó a la iglesia de la Concepción de esta capital”.
Rosendo García Ramos. Genealogista.
“Las grandes familias de estas islas se sentirían altamente ofendidas si alguien les dijera que son descendientes de los moros, o incluso de los antiguos habitantes de estas islas; sin embargo, imagino que no sería cosa difícil probar que la mayor parte de sus amables costumbres les han sido transmitidas por aquellas gentes, y que no han heredado del lado gótico sino la barbarie. No obstante, la gente bien educada, y todos los españoles, se sienten orgullosos de descender de los godos”.
Siglo XVII. George Glass.
“Las islas Canarias, que son siete, están sometidas al rey de España. Esta es la mayor, excepto una, excepto una que se llama Gran Canaria…Los nativos de esta isla se llamaban guanches. El relato que los españoles hacen de ellos es que sus antepasados los encontraron casi en estado natural, sin leyes ni religión, e incapaces de dar ningún informe sobre su origen. Algunos han conjeturado que fueron emigrantes de Cartago. Los españoles los llaman moros, pero desconozco la razón por la que les dan este nombre. Estos moros, los descendientes de los guanches, son en su mayoría campesinos y criados. Son mucho más morenos que los españoles, tienen vivos ojos negros, largos cabellos también negros y unos extraordinarios y finos dientes”.
Siglo XVIII. Kinderley.
“[…] se vanaglorian de ser descendientes de una raza pura (la de los godos) no quieren vincularse con ellos (los moros), pues los consideran bastardos”.
Siglo XVIII. Ledru.
“El tres de septiembre, de hace aproximadamente doce años, emprendió una excursión desde Güimar (ciudad poblada en su mayor parte por los descendientes de los primitivos guanchios) en compañía de algunos nativos, a ver sus cuevas y los cuerpos allí enterrados. Es éste un favor que en raras ocasiones o casi nunca permiten (puesto que sienten gran veneración por los cuerpos de sus antepasados, y asimismo por no molestar a los muertos); pero él había realizado varias curas gratuitas entre ellos (porque son generalmente muy pobres, aunque el más pobre se estima demasiado como para casarse con el mejor de los españoles), lo que había ganado el favor de ellos, ya que de otro modo es del todo imposible para un extranjero el visitar estas cuevas o los cuerpos”.
Siglo XVII. Sprat.
“El lenguaje que tienen los habitantes de El Hierro es español, porque el suyo natural ya lo han perdido, como todas las islas”.
Abreu Galindo.
“Los castellanos siempre controvirtieron el nombre de las cosas i despreciaron sus vocablos”.
Gómez Escudero.
“Los guanches viejos no quieren hablar nada de sus antiguas costumbres para que no los tengan por menos”.
Abreu Galindo.
“Al cotejar los principales rasgos tipológicos de la población actual vinculados al esqueleto con los de la prehistórica, es de considerable interés por cuánto se ha afirmado repetidas veces de manera tendenciosa la desaparición, poco menos que completa, de la población aborigen. Por lo demás esta persistencia de los elementos de la antigua población nada tiene particular, si se considera el acusado aislamiento de los núcleos rurales que determinan la existencia en ellos de un elevado grado de endogamia, y había sido ya mencionada en los trabajos más antiguos de Verneau (1887), Fischer (1931) y Wölfel (1931) para todo el archipiélago, y en la más reciente de Schwidetzky en 1957 para la isla de Tenerife.
Una nota común a ambas poblaciones, prehistórica y actual, es la acusada hetereogeneidad en cuanto a su textura racial se refiere, ya advertida desde los primeros tiempos de la conquista y que aparece reflejada así mismo en anteriores trabajos sobre la antropología insular. Entre los diversos elementos que la constituyen merece citarse, en primer lugar, el tipo cromañoide presente en todas las islas, aunque con importantes diferencias en lo que se refiere a su frecuencia numérica.
Por tanto, después de las observaciones de la mayor parte de los autores que han investigado en las islas, ha podido establecerse la persistencia hasta nuestros días de los elementos que constituían el complejo racial de las poblaciones prehistóricas aborígenes. Y esto no de forma esporádica, sino todo lo contrario, formando auténticos núcleos de población”.
Fusté de Ara.
“Este retorno (de esclavos canarios desde España) más o menos consentido llegó a alarmar a los propios conquistadores, que elevaron sus quejas a los soberanos de Castilla, ante el infundado temor de un levantamiento general”.
Rumeu de Armas. Principios del siglo XVI.
“E luego Alonso de las Hijas e Fernando de Trugillo e Mateo Viñas e Batysta Ascaño y el Bachiller Pero Fernándes dixeron que denuncian e denunciavan al señor Adelantado que ay muchos guanches alçados en esta ysla e que roban los ganados y facen otros daños; que piden se faga lo que sea justicia procediendo contra ellos”. Muchos esclavos guanches que se huen andan alçados cinco o seis años entre los libres, porque como todos son de una nación y biven en los campos e sierras acógense y encúbrense unos a otros, y esto házenlo tan sagazmente, de más de ser la tierra aparejada para ello, segund los barrancos de malezas e cuevas y asperujas que no se puede saver sino por presenciones. Especialmente por que es jente que aunque unos a otros se quieran mal encúbrense tanto e guárdense lo secreto que antes morirán que descubrirse y tienlo esto por honra y este estilo tenían antes que la dicha isla se ganase y todavía les ha quedado, pues saberlo dellos por tormento es inposible aunque los hagan pedaços por que jamás por tormento declaran verdad y por ser de esta condición e manera es gente muy dañosa…muchos esclavos guanches e negros e moriscos de los vezinos e moradores de la dicha isla se an huido e ausentado e huyen de cada día e se han andado e andan por las sierras e montañas un año e dos e cuatro e cinco e más tiempo…”
Escribanías del Cabildo.
“Las Hijas y Valdés dijeron que hacían saber al sr. Ad. y sr. Ldo. como en esta isla eran venidos y estaban muchos guanches así de los que fueron desterrados por delitos que hicieron, como otros que se vinieron echados de otras partes por malhechores, los cuales no tienen haciendas y los trajeron y no trabajan, sino andan por los campos de hato en hato comiendo de los ganados, robándolos de los vecinos y aconsejando a los esclavos que se alcen y encubriéndolos; y como sean naturales y destruyen la isla y tienen por partido de decir que la tierra y ganados eran de sus agüelos y que por aquello lo habían de comer.
Escribanías del Cabildo.
Ordenaron que ningún guanche pueda tener ni tenga agora sea horro o cativo, ningunas armas ni género dellas ofensivas ni defensivas, chicas ni grandes ni puñal ni espada ni lansa, ni dardo, ni otra manera alguna de armas, ni cuchillos grandes, ni bordón herrado con punta ni otra ninguna arma de palo ni de hierro, salvo un cuchillo para poder deshollar reses e servirse en casa, que tenga de anchulla un xeme y no más, ni tengan ni traigan pelotas de hierro ni de metal alguno ni de piedra; e que todas las armas susodichas que ahora tienen las traigan ante la justicia dentro de diez días que esta ordenanza sea apregonada…(ni) a escondidas sobre tierra ni debaxo de tierra…
Ordenanzas del Cabildo.
“Al pago están obligados todos los vecinos por estar como están todos los caminos tapados y las montañas llenas de muchos alzados y ladrones, que si no se remediaba se perdería la isla y todos han acudido con el repartimiento del dinero que les cupo pagar, y no menos debe acudir el dicho Jorge Grimón”.
Carta de repartos del Cabildo.
Carta de repartos del Cabildo.
“Estaba informado de que en esta isla hay muchos hombres de pelea guanches...que facen daño a los ganados e haciendas de los vecinos, andando como andan de contino en el campo habitando fuera de poblado, lo que está informado que cometen...e los alguaciles no los pueden prender...por andar armados de lanza e de las espadas y otras armas”.
Acuerdos del Cabildo de 1514.
Acuerdos del Cabildo de 1514.
“Otrosí suplicamos a V.M. haya remedio en los continuos hortos, e robos de ganados, e colmenas, e otras cosas del campo que se facen en esta isla, porque como la tierra es demasiadamente fragosa, los naturales de ella, e de otras islas comarcanas son muy ligeros, e usados de andar por los riscos, e asperezas, e peñas, por donde los castellanos les es imposible andar; y ellos se hacen señores de todos los ganados, y los comen e matan de ellos los que quieren, más que los dueños. Los vecinos no los pueden sufrir, y en ninguna manera la justicia los puede prender. Así, los dueños de los ganados de esta isla, querrían que hubiese en ello justicia, e hermandad, conforme a la hermandad vieja de Toledo e Ciudad Real”.
Carta del Cabildo a los Reyes de España.
"Más aunque el proceso evolutivo fue lento y laborioso, no en vano pasaban los años sin producir sus naturales consecuencias en esta vecindad de la civilización y barbarie. Poco a poco estrechados los babilones por el progreso se fueron dulcificando y abandonando las soledades para retirarse a la vida más sedentaria de los auchones, mientras los habitantes de éstos, llamados guanches, iban a la par despojándose de su herencia del pasado para penetrar en las filas de los vecinos -guanches inmersos en la cultura castellana-".
Carta del Cabildo a los Reyes de España.
"Más aunque el proceso evolutivo fue lento y laborioso, no en vano pasaban los años sin producir sus naturales consecuencias en esta vecindad de la civilización y barbarie. Poco a poco estrechados los babilones por el progreso se fueron dulcificando y abandonando las soledades para retirarse a la vida más sedentaria de los auchones, mientras los habitantes de éstos, llamados guanches, iban a la par despojándose de su herencia del pasado para penetrar en las filas de los vecinos -guanches inmersos en la cultura castellana-".
En los Archivos del Cabildo de la Laguna, existe una nota de un regidor que se lamenta de que en un año “se habían cometido 25 asesinatos quedando impunes por desconocerse los autores”, cargando la culpa sobre los chasneros. En el año 1666 el obispo D. Bartolomé Ximénez se vio en la necesidad de decretar en la iglesia de Garachico “sobre la obligación de los guanches de venir a misa a la parroquia cada 10 días”, decretos que eran continuamente publicados a raíz de la Conquista. Hasta la tradición oral habla de los chasneros considerándolos igual de temibles que los cochinos salvajes, surgiendo así un refrán popular: “A chasnero y cochino, no te atravieses en su camino”.
"En el polo opuesto de los vecinos figuraba el grupo de los alzados, el grupo de los irreductibles, que jamás se sometieron a la soberanía de España; más conocidos después de la muerte de Alonso Fernández de Lugo por babilones, a causa de una intransigente clase sacerdotal que los exaltaba y tenía fanatizados. De ellos procede el mote o remoquete de babilones que nos dan en las islas a los tinerfeños.
Moraban en las espesuras de los montes, en los riscos, breñales y laderas del macizo de la sierra central, en los barrancos y territorios no invadidos por la civilización, ofreciendo la traza a los que se pasan la vida en guerra abierta. Altos, secos de cuerpo, recelosos, ágiles, de mirada dura, feroz, risquemos, ladrones, de inconcebible velocidad en la carrera, vengativos, valerosos y de violenta acometividad, una cincuentena de años después de sojuzgada la isla, aunque habían perdido su ferocidad primitiva, aún eran temibles y de cuidado. Conservaban íntegras sus costumbres legendarias, el idioma, supersticiones y cuanto conocieron de sus mayores. Hablaban a distancia por medio del silbo articulado como los actuales gomeros y no aceptaron del progreso más que la lanza, el cuchillo y demás armas de combate".
Juan de Bethencourt Afonso.
"En el polo opuesto de los vecinos figuraba el grupo de los alzados, el grupo de los irreductibles, que jamás se sometieron a la soberanía de España; más conocidos después de la muerte de Alonso Fernández de Lugo por babilones, a causa de una intransigente clase sacerdotal que los exaltaba y tenía fanatizados. De ellos procede el mote o remoquete de babilones que nos dan en las islas a los tinerfeños.
Moraban en las espesuras de los montes, en los riscos, breñales y laderas del macizo de la sierra central, en los barrancos y territorios no invadidos por la civilización, ofreciendo la traza a los que se pasan la vida en guerra abierta. Altos, secos de cuerpo, recelosos, ágiles, de mirada dura, feroz, risquemos, ladrones, de inconcebible velocidad en la carrera, vengativos, valerosos y de violenta acometividad, una cincuentena de años después de sojuzgada la isla, aunque habían perdido su ferocidad primitiva, aún eran temibles y de cuidado. Conservaban íntegras sus costumbres legendarias, el idioma, supersticiones y cuanto conocieron de sus mayores. Hablaban a distancia por medio del silbo articulado como los actuales gomeros y no aceptaron del progreso más que la lanza, el cuchillo y demás armas de combate".
Juan de Bethencourt Afonso.
“¡Recorred los osarios de todos los cementerios de la isla y encontraréis en la razón de dicha que los cráneos ofrecen los mismos caracteres que los cráneos guanches coleccionados en los Museos y los que aun encierran cuevas funerarias”. Esta prueba es terminante. Ni las falsificaciones genealógicas, ni la suplantación de documentos, ni las ocultaciones, ni las vanidades, ni el desenfado de los cronistas, pueden destruir la verdad histórica escrita en nuestros propios huesos!”.
Juan de Bethencourt Alfonso.
“Se platicó sobre razón que se debía pregonar que los guanches de esta isla e gomeros tuviesen sus habitaciones e viviendas en los poblados, por manera que fuesen bien acostumbrados e adoctrinados en la fe, por que oyesen misa y las oras y especial las qreaturas que sepan como han de bevir y sean puestos en camino de ser buenos cristianos, e todos se confiesen. Sobre lo qual y remediar otros inconvenientes, que por bevir fuera de poblado nacen e acaescen, que devían hordenar e proveer e hordenaron e mandaron que para esto mejor se hacer que se pregone públicamente que todos los guanches e gomeros, ombres e mugeres, casados e por casar, ebcebtados los orros que libres están de hoy fasta el día de año nuevo parezcan ante el escribano del Cabildo e se registren por sus nombres porque vista las copia se dé tal forma e manera en lo susodicho que sea Dios servido y el Cabildo haga lo que deve haser mirando el bien e pro e utilidad que deste negocio se sigue e como mejor convenga hacerse para su bivienda e habitación de los dhos. guanches e gomeros, e por los inconvenientes que hasta hoy ha abido e ay cesen. So pena quel que toviere de qué pagar pague en pena de dos mil mrs…”
Escribanías del Cabildo. Siglo XVI.
“Continuaron en la rebelión los patriotas intransigentes con la nueva civilización, los exaltados, los más numerosos del pueblo ignorante y la mayoría del clero con los babilones a la cabeza. Organizaron sus fuerzas, apoyándose en los puntos más riscosos e inaccesibles de la isla, que aún llevan el nombre de “la fortaleza” en distintas localidades; se apoderaron de muchos de los depósitos comunales y de rebaños de la república, lanzándose a la lucha después de coronar a algunos nobles, entre otros, Ichasagua, en el menceyato de Adeje”.
Juan de Bethencourt Alfonso.
“Los caracteres físicos y fisiológicos de los guanches pueden estudiarse en la actual población rural mejor que en los cronistas, que poco dicen del asunto, pues la supervivencia de la raza es indudable; salvo lo que han perdido de sus excelsas cualidades orgánicas por las costumbres menos varoniles, la sífilis, el alcohol, tabaco y otros males importados por la civilización.
El clamoroso vocerío de aquellos que pregonan al aniquilamiento de los indígenas por los españoles, después del invento de la crucifixión guanche por el arcediano Viera y Clavijo, tanto tiene de insensatez entre nuestros literatos como de mala voluntad de los extranjeros que odian el genio de nuestra raza.
¿Qué fundamento tuvo tan extemporánea noticia? Nadie lo sabe, porque el autor no lo dice. Y es lo extraño que cuanto escribió con relación a los indígenas y a las conquistas fue de segunda mano teniendo a la vista los cronistas, que si algo expresan es lo contrario.
Para que se comprenda la gran desproporción que siempre hubo en la nueva sociedad formada por indígenas y europeos, basta decir que medio siglo después de conquistadas las cuatro islas menores, según Azurara, existían los siguientes hombres de los segundos: 60 en Lanzarote, 80 en Fuerteventura, 12 en El Hierro; no computando ninguno a la Gomera porque probablemente no los habría, pues en rigor no estaba conquistada.
En 1455, ya en tiempos de Diego de Herrera, visitó las mismas islas Cadamosto, que declara “se componían en su mayor parte de indígenas”; y esto debió saberlo Viera y Clavijo puesto que cita al viajero. Y tanto en las islas de señorío como en las realengas, se conoce por los cronistas que se celebraron tratados de paz con los conquistadores, que los naturales nobles recibieron repartimientos y todos se equipararon a la europea al extremo de contribuir cada isla reducida a la conquista de las otras.
Salvo los muertos en los combates que fueron menos de lo que presumen los ponderativos, entre guerreros, mujeres, viejos, muchachos y niños acogidos a los convenios, puede asegurarse sin pecar de exagerado, que constituyeron las nueve décimas partes de la nueva población con relación a los españoles; y como de este asunto hemos de ocuparnos con mayor amplitud al tratar de la conquista de Tenerife, lo tomamos por ahora de ejemplo y aplazamos para entonces las razones que apoyamos en nuestros asertos.
Al celebrarse la paz de Taoro o de los Realejos y hablando en cifras redondas, existían en Tenerife 20.000 guanches de todas edades y sexos aunque predominando las mujeres y los niños, de los cuales unos 5.000 continuaron rebelados en medio de los montes sin querer darse a partido, y los otros 15.000 se mezclaron con un millar entre conquistadores y pobladores formando los núcleos de veinte y tantas de las poblaciones actuales. Cuanto a mujeres europeas, como aconteció en las demás islas, eran contadas.
De los 1.000 entre conquistadores y pobladores que se avecindaron durante los primeros lustros, salvo unos cuantos extranjeros que por su escaso número nada significan, unas pocas decenas eran portugueses, como 200 indígenas isleños en su mayoría de Canaria y el resto de españoles, que siendo casi en la totalidad solteros se casaron con las guanchas. Aparte de que esto era natural, se sabe por tradición, por lo que arrojan los archivos y sobre todo por el testimonio nada sospechoso de un comisionado inquisidor de aquella época que hizo un padrón secreto de todas las islas, y sacó a la luz el erudito Sr. Millares.
Siguiendo con el ejemplo de los 1.000 conquistadores y pobladores casados con otras tantas guanchas, pues los pocos que ya lo estaban para el caso es lo mismo porque se amancebaron, resultó:
1º. Hijos mestizos de primera sangre.
2º. Simplificando el ejemplo para la más fácil comprensión, mestizos de segunda sangre (que es el primer grado de retorno), que comprende a los vástagos del cruzamiento de los mestizos anteriores con guanchas, que eran las que abundaban.
3º. Mestizos de tercera sangre (segundo grado de retorno) o sea los nacidos de los de segunda sangre casados con guanchas de pura raza, y así sucesivamente hasta que en el quinto o sexto cruzamiento de retorno, como la población no era alimentada con elementos de fuera sino de la tierra, desapareció por lo general todo vestigio de mesticismo (mestizaje) y reapareció el tipo de la raza de la madre oséase del guanche con todos sus caracteres.
Tenemos una prueba decisiva de que las cosas debieron acontecer así, en la igualdad de los caracteres osteométricos que ofrecen los osarios de las iglesias y cementerios de los pueblos y los recogidos en los antiguos panteones guanches.
Claro es que hay otras clases de mestizos, así como fenómenos de atavismo, pero hablando en términos generales y excluyendo determinadas localidades y hasta familias, el fondo de la población retornó al tipo guanche. Invitamos a descubrir un sólo cráneo braquicéfalo, en las islas de señorío donde estuvieron algunos franceses y dejaron sucesión.
De los elementos étnicos importados después de la conquista al fondo de la población rural, sólo merece tenerse en cuenta el berberisco y el negro.
Cuanto al contingente berberisco tuvo importancia en las islas de Lanzarote y Fuerteventura, como lo acreditan varios documentos. Del último tercio del siglo XVII hemos leído en distintas parroquias de ambas islas, en los libros de visitas pastorales, diversos decretos prohibiendo ciertas costumbres, “vestir de alquiceles, tocar chirimías, y hablar en algarabía”. Mas como el elemento berberisco no es extraño a nuestra raza, únicamente hay que considerarlo como una moderna inyección de sangre homogénea.
Respecto a la raza negra, a buen seguro que a la generación de nuestro tiempo en los capas se le escapara un contrabando, no en los sitios donde hubo negradas para la explotación de ingenios, como Adeje, Santa Lucía de Tirajana...etc., sino entre los diseminados para el servicio doméstico. Medio siglo atrás, fuera de las faenas agrícolas y ejercicios de lucha, juego del palo, carreras, tiro de barra, etc. casi no se conocía otra ciencia que la genealógica. Cada individuo era un archivo: sabían y señalaban los que venían de nobles guanches, de guanches labriegos y pastores honrados aunque pobres y de guanches de viles oficios: y cuanto a los que tenían casta (negro), conocían por toda la provincia hasta las filiaciones más recónditas, no escapando ni los emancipados de los últimos vestigios, como el matiz amarillento de las escleróticas o el mismo matiz y la lúnula de las uñas, etc., ni necesitaban acudir a señales en tan asombroso registro”.
El clamoroso vocerío de aquellos que pregonan al aniquilamiento de los indígenas por los españoles, después del invento de la crucifixión guanche por el arcediano Viera y Clavijo, tanto tiene de insensatez entre nuestros literatos como de mala voluntad de los extranjeros que odian el genio de nuestra raza.
¿Qué fundamento tuvo tan extemporánea noticia? Nadie lo sabe, porque el autor no lo dice. Y es lo extraño que cuanto escribió con relación a los indígenas y a las conquistas fue de segunda mano teniendo a la vista los cronistas, que si algo expresan es lo contrario.
Para que se comprenda la gran desproporción que siempre hubo en la nueva sociedad formada por indígenas y europeos, basta decir que medio siglo después de conquistadas las cuatro islas menores, según Azurara, existían los siguientes hombres de los segundos: 60 en Lanzarote, 80 en Fuerteventura, 12 en El Hierro; no computando ninguno a la Gomera porque probablemente no los habría, pues en rigor no estaba conquistada.
En 1455, ya en tiempos de Diego de Herrera, visitó las mismas islas Cadamosto, que declara “se componían en su mayor parte de indígenas”; y esto debió saberlo Viera y Clavijo puesto que cita al viajero. Y tanto en las islas de señorío como en las realengas, se conoce por los cronistas que se celebraron tratados de paz con los conquistadores, que los naturales nobles recibieron repartimientos y todos se equipararon a la europea al extremo de contribuir cada isla reducida a la conquista de las otras.
Salvo los muertos en los combates que fueron menos de lo que presumen los ponderativos, entre guerreros, mujeres, viejos, muchachos y niños acogidos a los convenios, puede asegurarse sin pecar de exagerado, que constituyeron las nueve décimas partes de la nueva población con relación a los españoles; y como de este asunto hemos de ocuparnos con mayor amplitud al tratar de la conquista de Tenerife, lo tomamos por ahora de ejemplo y aplazamos para entonces las razones que apoyamos en nuestros asertos.
Al celebrarse la paz de Taoro o de los Realejos y hablando en cifras redondas, existían en Tenerife 20.000 guanches de todas edades y sexos aunque predominando las mujeres y los niños, de los cuales unos 5.000 continuaron rebelados en medio de los montes sin querer darse a partido, y los otros 15.000 se mezclaron con un millar entre conquistadores y pobladores formando los núcleos de veinte y tantas de las poblaciones actuales. Cuanto a mujeres europeas, como aconteció en las demás islas, eran contadas.
De los 1.000 entre conquistadores y pobladores que se avecindaron durante los primeros lustros, salvo unos cuantos extranjeros que por su escaso número nada significan, unas pocas decenas eran portugueses, como 200 indígenas isleños en su mayoría de Canaria y el resto de españoles, que siendo casi en la totalidad solteros se casaron con las guanchas. Aparte de que esto era natural, se sabe por tradición, por lo que arrojan los archivos y sobre todo por el testimonio nada sospechoso de un comisionado inquisidor de aquella época que hizo un padrón secreto de todas las islas, y sacó a la luz el erudito Sr. Millares.
Siguiendo con el ejemplo de los 1.000 conquistadores y pobladores casados con otras tantas guanchas, pues los pocos que ya lo estaban para el caso es lo mismo porque se amancebaron, resultó:
1º. Hijos mestizos de primera sangre.
2º. Simplificando el ejemplo para la más fácil comprensión, mestizos de segunda sangre (que es el primer grado de retorno), que comprende a los vástagos del cruzamiento de los mestizos anteriores con guanchas, que eran las que abundaban.
3º. Mestizos de tercera sangre (segundo grado de retorno) o sea los nacidos de los de segunda sangre casados con guanchas de pura raza, y así sucesivamente hasta que en el quinto o sexto cruzamiento de retorno, como la población no era alimentada con elementos de fuera sino de la tierra, desapareció por lo general todo vestigio de mesticismo (mestizaje) y reapareció el tipo de la raza de la madre oséase del guanche con todos sus caracteres.
Tenemos una prueba decisiva de que las cosas debieron acontecer así, en la igualdad de los caracteres osteométricos que ofrecen los osarios de las iglesias y cementerios de los pueblos y los recogidos en los antiguos panteones guanches.
Claro es que hay otras clases de mestizos, así como fenómenos de atavismo, pero hablando en términos generales y excluyendo determinadas localidades y hasta familias, el fondo de la población retornó al tipo guanche. Invitamos a descubrir un sólo cráneo braquicéfalo, en las islas de señorío donde estuvieron algunos franceses y dejaron sucesión.
De los elementos étnicos importados después de la conquista al fondo de la población rural, sólo merece tenerse en cuenta el berberisco y el negro.
Cuanto al contingente berberisco tuvo importancia en las islas de Lanzarote y Fuerteventura, como lo acreditan varios documentos. Del último tercio del siglo XVII hemos leído en distintas parroquias de ambas islas, en los libros de visitas pastorales, diversos decretos prohibiendo ciertas costumbres, “vestir de alquiceles, tocar chirimías, y hablar en algarabía”. Mas como el elemento berberisco no es extraño a nuestra raza, únicamente hay que considerarlo como una moderna inyección de sangre homogénea.
Respecto a la raza negra, a buen seguro que a la generación de nuestro tiempo en los capas se le escapara un contrabando, no en los sitios donde hubo negradas para la explotación de ingenios, como Adeje, Santa Lucía de Tirajana...etc., sino entre los diseminados para el servicio doméstico. Medio siglo atrás, fuera de las faenas agrícolas y ejercicios de lucha, juego del palo, carreras, tiro de barra, etc. casi no se conocía otra ciencia que la genealógica. Cada individuo era un archivo: sabían y señalaban los que venían de nobles guanches, de guanches labriegos y pastores honrados aunque pobres y de guanches de viles oficios: y cuanto a los que tenían casta (negro), conocían por toda la provincia hasta las filiaciones más recónditas, no escapando ni los emancipados de los últimos vestigios, como el matiz amarillento de las escleróticas o el mismo matiz y la lúnula de las uñas, etc., ni necesitaban acudir a señales en tan asombroso registro”.
Juan de Bethencourt Afonso.
"Un resultado interesante que nos atrevemos a elevar a conclusión definitiva es la persistencia en el seno de la actual población de Canarias de los elementos que integraban la población insular con anterioridad a la conquista.
Este paralelismo que se advierte de inmediato a cotejar los principales rasgos tipológicos de la población actual vinculados al esqueleto con los de la "prehistórica", es de considerable interés por cuanto se ha afirmado repetidas veces de manera tendenciosa la desaparición, poco menos que completa, de la población aborigen.
Por lo demás, esta persistencia de los elementos de la antigua población nada tiene de particular, si se considera el acusado aislamiento de los núcleos rurales que determina la existencia en ellos de un alto grado de endogamia, y había ya sido mencionada en los trabajos más antiguos de Verneau (1887), Fischer y Wölfel (1931) para todo el Archipiélago, y en el más reciente de Schwidetzky (1957) para la isla de Tenerife...la presencia en Canarias de elementos bereberes concuerda con numerosos datos y observaciones referentes a la lengua de los antiguos habitantes y la arqueología.
No obstante, los calificativos de bereber o berbérido pueden inducir a error, ya que si los bereberes constituyen una UNIDAD bien desde el punto de vista CULTURAL, no ocurre lo propio en lo que se refiere a la tipología RACIAL, por cuanto el pueblo bereber está constituido por un complejo integrado por DIFERENTES elementos raciales...
Estos son, en definitiva, los principales elementos que integraron la población canaria aborigen y también los que PREDOMINAN EN EL ACTUAL COMPLEJO RACIAL INSULAR, con indudables diferencias en cuanto a su participación relativa en las distintas islas y constituyendo, en conjunto, un cuadro muy semejante al de las POBLACIONES NORTEAFRICANAS con las que sin ningún género de dudas, estuvo en relación la "primitiva" población del Archipiélago".
Este paralelismo que se advierte de inmediato a cotejar los principales rasgos tipológicos de la población actual vinculados al esqueleto con los de la "prehistórica", es de considerable interés por cuanto se ha afirmado repetidas veces de manera tendenciosa la desaparición, poco menos que completa, de la población aborigen.
Por lo demás, esta persistencia de los elementos de la antigua población nada tiene de particular, si se considera el acusado aislamiento de los núcleos rurales que determina la existencia en ellos de un alto grado de endogamia, y había ya sido mencionada en los trabajos más antiguos de Verneau (1887), Fischer y Wölfel (1931) para todo el Archipiélago, y en el más reciente de Schwidetzky (1957) para la isla de Tenerife...la presencia en Canarias de elementos bereberes concuerda con numerosos datos y observaciones referentes a la lengua de los antiguos habitantes y la arqueología.
No obstante, los calificativos de bereber o berbérido pueden inducir a error, ya que si los bereberes constituyen una UNIDAD bien desde el punto de vista CULTURAL, no ocurre lo propio en lo que se refiere a la tipología RACIAL, por cuanto el pueblo bereber está constituido por un complejo integrado por DIFERENTES elementos raciales...
Estos son, en definitiva, los principales elementos que integraron la población canaria aborigen y también los que PREDOMINAN EN EL ACTUAL COMPLEJO RACIAL INSULAR, con indudables diferencias en cuanto a su participación relativa en las distintas islas y constituyendo, en conjunto, un cuadro muy semejante al de las POBLACIONES NORTEAFRICANAS con las que sin ningún género de dudas, estuvo en relación la "primitiva" población del Archipiélago".
Fusté de Ara.
“Porque son tan cortos y encogidos los guanches viejos que, si las saben, no las quieren decir, pensando que divulgarlas es menoscabo de su nación”.
Espinosa.
6.-Apartado de folklore.
“Era la gente de esta isla (El Hierro) muy triste, de mediana estatura. Cantaban a manera de endechas tristes en el tono y cortas. Bailaban en rueda y en folía, yendo los unos contra los otros para delante y tornando para atrás, asidos de las manos, dando grandes saltos para arriba, juntos y parejos, que parecen pegados unos con otros y muchos; y en estos bailes eran sus cantares, los cuales, ni los bailes, hasta hoy no han dejado”.
Abreu Galindo. Principios del siglo XVI.
“El día que celebraban la boda, que consistía en la voluntad de dos que querían casarse, la llevaba a su casa a la mujer i hacían grandes comidas y juegos: El vaile era muy pulido i de gran quenta; hacían un general torneo con unos palillos o varillas pintados de colorado con sangre de drago”.
“En el vaile usaban de varas pintadas de colorado de goma de dragos a usanza arabiga (entiéndase amazigh) como en tierra de Madrid y en África el baile de los cuchillos”.
Marín y Cubas.
“Eran grandemente idólatras u devotos en cada término de los referidos... y en ciertos dias diputados de la luna venían a el todos los vezinos de la comarca a bailar y cantar endechas y corridos, y a luchar...”
Marín y Cubas.
“En las casas de juegos iban los Reies de Canaria i asistían a los vailes que los hacían con varas pintadas de drago y zapateados i cabriolas, que eran diestrísimos. Cantaban canciones sentidas y lastimeras, y repetían una cosa muchas ueses a modo de estribillo, i esto usaban mejor los gomeros porque oiendo cantar solían enternecerse y llorar si la cosa era trájica o lastimera. Después de los vailes, onde hacían zonzonetes con piedrezuelas i tiestos de varro...”
Gómez Escudero.
“Resuena el tono acorde de la música, los instrumentos son tres calabazas secas y algunas piedrecicas dentro, con que tocaban dulce son canario, un tamborín de drago muy pequeño, una flauta de rubia y hueca caña, y cuatro gaytas de los verdes tallos y ñudosos cañutos de cebada, y con la boca un estremado músico hazía un ronco son algo entonado; más suplían la falta de guitarras, de las vihuelas...
Comiénçase ante el Rey bayles solemnes, no la descomulgada çaravanda, chacona, gatatumba, o los meneos de varias descompuestas ceremonias; antes con el recato y cortesía que puede permitirse sin agravios de simple honestidad y llano término, hazían saltos, vueltas y mudanzas”.
Comiénçase ante el Rey bayles solemnes, no la descomulgada çaravanda, chacona, gatatumba, o los meneos de varias descompuestas ceremonias; antes con el recato y cortesía que puede permitirse sin agravios de simple honestidad y llano término, hazían saltos, vueltas y mudanzas”.
Viana.
“Se introdujo la moda de hacer canciones del tono y del ritmo de las endechas de Canarias totalmente distintas de las italianas y las castellanas de versos de seis y siete sílabas”.
Las endechas canarias tienen una métrica formada por versos trístrofos de decasílabos monorrimos en asonante, con un contenido doliente. Nada que ver con los versos de la literatura clásica española que eran versos hexasílabos (endechas castellanas), heptasílabos (endechas italianas) y endecha real (heptasílabos y un endecasílabo). Todos ellos se realizan en cuartetas, al contrario que la endecha canaria que es trístrofa.
Las endechas compuestas por trístrofos y dodecasílabos sólo se documentan en África: particularmente en Canarias y en Argelia (por Hanoteau en 1851), entre los Amahakes o Tuaregs del Ahaggar.
Las endechas canarias tienen una métrica formada por versos trístrofos de decasílabos monorrimos en asonante, con un contenido doliente. Nada que ver con los versos de la literatura clásica española que eran versos hexasílabos (endechas castellanas), heptasílabos (endechas italianas) y endecha real (heptasílabos y un endecasílabo). Todos ellos se realizan en cuartetas, al contrario que la endecha canaria que es trístrofa.
Las endechas compuestas por trístrofos y dodecasílabos sólo se documentan en África: particularmente en Canarias y en Argelia (por Hanoteau en 1851), entre los Amahakes o Tuaregs del Ahaggar.
“La gente natural de las Islas Canarias, no teniendo otra sciencia de música más de la que la naturaleza les enseñava, inventaron cierto género de cantar tan apacible que en Castilla lo usan como una de las mejores sonadas que en ella han sido recibidas, y llámanla por este nombre endechas de Canaria, y juntamente con ser la sonada graciosa, y suave la letra destas endechas, sin tener artificio trae consigo una gracia y un peso de gran admiración, y aunque algunos en Castilla han provado a contrahacer aquéllas, no ygualan en ninguna manera a las que son propias y nativas de las islas.”
Juan Mal Lara. “Filosofía vulgar” (Sevilla 1568).
"Hemos hablado de las comidas cual si fuese el acuscus de los moros del Rif:en los bayles y demas diversiones del pueblo vajo y aun en el vestir son como los africanos si esceptuamos el jaique ,moro, tambien usan el tamboril y la flauta como aquellos,al son de estos baylan acompañados de chácaras(una especia de castañuela pero no tan grandes que parecen la concha de un galápago) y por lo general reunidos en pandillas suelen cantar"con tambor" coplas o pasajes entonadas por uno solo y repetidas las dos ultimas sílabas por el resto de la comitiva" .
Juan de Castro 1856.
Son las folías-el relicario (10 sílabas)
El relicario-del pueblo canario (10 sílabas)
Son las folías-folías son (10 sílabas)
(3 estrofas)
Este estribillo tiene una métrica idéntica a las endechas canarias recogidas en los siglos XVI y XVII:
Aunque me veys en tierra agena (10 sílabas)
Allá en Canaria tengo una prenda (10 sílabas)
No la olvidaré hasta que muera. (10 sílabas)
(3 estrofas)
Álvarez Delgado.
7.-Relativas al caciquismo en Canarias.
8.-Relativas a la emigración desde Canarias.
“Los españoles, mientras la Isla fue de España, no nos consideraron como sus iguales; si acaso, como españoles de tercera clase, utilizables en determinados momentos. Nos miraron desde las alturas de su vanidad y de su equivocado patriotismo. Nunca vieron en nosotros a sus hermanos de nacionalidad y sí a gentes nacidas en unas islas pertenecientes a España.
Allá por los años del 78 al 79, venían contratados a Cuba, cientos y cientos de canarios, que abandonaban la Patria a impulsos de la miseria y el hambre, trayendo unos a sus familiares, y dejándolas otros en espera de recursos. A la cabeza de los contratantes, al frente de los infames que sustituyeron a los negros esclavos con los canarios contratados, figuraba el siniestro Conde de Ibáñez, prominente español, Excelentísimo Señor, Presidente del Círculo de Hacendados; en suma, todo un caballero feudal en las postrimerías del siglo XIX, ante el que se inclinaba la Justicia con sus esbirros de todas clases y cataduras, haciendo inútil y peligrosa la queja y la protesta contra todas sus desvergüenzas y rapacidades. Se trató a los canarios como africanos y no como españoles; se les trató como a siervos, como a parias; se les explotó miserablemente; se les vejó, se les castigó, se les robó el exiguo producto de un penoso y duro trabajo en los ingenios; no hubo siquiera respeto para la honra de sus mujeres y sus hijas; a la llegada a puerto de los núcleos de inmigrantes contratados se desarrollaron escenas y se cometieron fechorías que no quiero recordar, aún habiendo necesidad de que las sepan esos canarios españolísimos...
Cuando en 1906 se creó la actual Asociación Canaria, ello se vio con disgusto, con mal contenido desagradado por no pocos figurones de la Colonia española, que estaban complacidos viéndonos a la cola, sin representación regional y obligados a ir a las Quintas de sus Centros, Centros en los que teníamos deberes y no derechos. Cuando comenzaron a formarse delegaciones en los pueblos del interior, la cólera de muchos españoles se exteriorizó, dificultando y obstruccionando nuestra labor [...] Allí, en aquella zona que a los canarios debía su prosperidad y su riqueza, un grupo importante de españoles, comerciantes, empleó toda clase de medios para impedir que se formase una Delegación de la Asociación Canaria. Y allí, en Camajuaní, fue donde otro grupo dignísimo, compuesto de canarios, patriotas, teniendo al frente al cívico y resuelto Tomasón, supo castigar la audacia entorpecedora y la pretensión absurda y ridícula: se boicotearon los comercios de los infatuados españoles, ningún canario iba a sus tiendas, ningún hijo suyo llegaba a los mostradores; la venta diaria disminuía y disminuía... Al fin, los españoles capitularon, declarándose vencidos. Y aunque hipócritamente, acabaron por aceptarnos, y hasta nos dieron unos puestecitos en la Directiva de La Colonia”.
Juan Pino Díaz. Carta al director de El Guanche. La Habana, 28 de Octubre de 1924.
9.-Relativas al enaltecimiento del ser canario.
“Hoy presenciamos el lento suicidio de un pueblo, que engañado mil veces por gárrulos sofistas, empobrecido, mermado y desolado, emplea en destrozarse las pocas fuerzas que le restan, y corriendo tras vanos trampantojos de una falsa y postiza cultura, en vez de cultivar su propio espíritu, que es el único que redime y ennoblece a las razas y a las gentes, hace espantosa liquidación de su pasado...”
“La fuerza del atavismo me arrastra. Quisiera verme libre de este ambiente social. Solo, cuidando cabras como un guanche, respirando los aires de Guajara: ¡estoy harto de mentiras y miserias!”.
“Donde no se conserve piadosamente la herencia de lo pasado, pobre o rica, grande o pequeña, no esperemos que brote un pensamiento original ni una idea dominadora. Un pueblo nuevo puede improvisarlo todo menos la cultura intelectual. Un pueblo viejo no puede extinguir la parte más noble de su vida, y caer en una segunda infancia muy próxima a la imbecilidad senil[...]”
Bethencourt Alfonso.
“Entre febrero y marzo pienso volver a ese gran París, donde entre otras ventajas y dulzuras tienen uno la de descansar de ser español”.
Benito Pérez Galdós.
“Mi querido D. Fernando: ya sabes que Weyler relevó a mi hermano de la Capitanía General de Canarias. El motivo no ha sido otro que dar gusto a los militares que allá se han empeñado en tratarnos como a raza inferior.
Lo que hay es que en nuestra provincia, que antes de la pérdida de las colonias era la última en la jerarquía administrativa y territorial, ahora ha venido a ser la primera. Pero nuestros hombres de Estado, que por lo visto carecen del don de hacerse cargo, no lo han comprendido así todavía, y Canarias, en el pensamiento de estos señores, continúa aún en las antípodas. Que allá se manda lo peor de cada casa bien a la vista está, que nos tienen por...cubanos o cosa así, también está demostrado por la conducta despectiva y arrogante del elemento militar”.
Carta de Don Benito Pérez Galdós a Don Fernando León y Castillo. 19 de Enero de 1902.
“Todos los días llegan a este puerto canarios lamentando las crueles medidas tomadas por el gobierno español; y los cuales trasplantan bienes que dan con ellos pruebas inequívocas que por ele peso del yugo tienen que abandonar su nativo suelo”.
Cayetano Rodríguez M. La Guaira, 29 de Enero de 1898.
“Ni es raro que el hijo de Canarias, mal gobernado por el español, ame y procure en las colonias de España la independencia que por razón de cercanía, variedad de orígenes, y falta de fin bastante, no intenta en sus propias islas. Míseras viven, sin el regalo y alegría con que pudieran, las poéticas Canarias; y no cría bajo español aquella volcánica naturaleza más que campesinos que no tienen donde emplear su fuerza y honradez, y un melancólico señorío, que prefiere las mansas costumbres de su terruño a la mendicidad y zozobras de la ingrata corte. ¿Qué ha de hacer, cuando ve el mundo libre, un isleño que padece de l dolor de hombre, que no tiene en su tierra nativa donde alzar la cabeza, ni donde tender los brazos?”. Los isleños en Cuba, de José Martí.
“Cuando Cuba era colonia de España, y Canarias estaba considerada parte de la metrópoli, nunca se les ocurrió a los cubanos incluir a los canarios entre sus dominadores.
El canario fue por excelencia el más humilde de los inmigrantes. Él no marchó a cuba en plan de opresor o explotador. Vino a trabajar y a luchar a nuestro lado, ayudó a forjar el país con su laboriosidad proverbial, sufrió con nosotros, combatió, creó una gran familia, y se dignificó también al fin, junto a todo el pueblo, en la patria libre y revolucionaria de hoy”.
Carta prólogo de Fidel Castro.
“Españoles y canarios, contad con la muerte, aun siendo indiferentes, si no obráis activamente en obsequio de la libertad de América. Americanos, contad con la vida, aún cuando seáis culpables”.
Simón Bolívar.
Desconocemos al autor o autores de esta recopilación, no obstante, gracias por tan esplendido trabajo en favor de nuestra Historia.
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