La lucha anticolonial comienza en las cumbres de nuestras islas, tras la mal llamada conquista…
"En el polo opuesto de los vecinos figuraba el grupo de los alzados, el grupo de los irreductibles, que jamás se sometieron a la soberanía de España; más conocidos después de la muerte de Alonso Fernández de Lugo por babilones, a causa de una intransigente clase sacerdotal que los exaltaba y tenía fanatizados. De ellos procede el mote o remoquete de babilones que nos dan en las islas a los tinerfeños.
Moraban en las espesuras de los montes, en los riscos, breñales y laderas del macizo de la sierra central, en los barrancos y territorios no invadidos por la civilización, ofreciendo la traza a los que se pasan la vida en guerra abierta. Altos, secos de cuerpo, recelosos, ágiles, de mirada dura, feroz, risquemos, ladrones, de inconcebible velocidad en la carrera, vengativos, valerosos y de violenta acometividad, una cincuentena de años después de sojuzgada la isla, aunque habían perdido su ferocidad primitiva, aún eran temibles y de cuidado. Conservaban íntegras sus costumbres legendarias, el idioma, supersticiones y cuanto conocieron de sus mayores. Hablaban a distancia por medio del silbo articulado como los actuales gomeros y no aceptaron del progreso más que la lanza, el cuchillo y demás armas de combate".
Juan de Bethencourt Afonso.
Moraban en las espesuras de los montes, en los riscos, breñales y laderas del macizo de la sierra central, en los barrancos y territorios no invadidos por la civilización, ofreciendo la traza a los que se pasan la vida en guerra abierta. Altos, secos de cuerpo, recelosos, ágiles, de mirada dura, feroz, risquemos, ladrones, de inconcebible velocidad en la carrera, vengativos, valerosos y de violenta acometividad, una cincuentena de años después de sojuzgada la isla, aunque habían perdido su ferocidad primitiva, aún eran temibles y de cuidado. Conservaban íntegras sus costumbres legendarias, el idioma, supersticiones y cuanto conocieron de sus mayores. Hablaban a distancia por medio del silbo articulado como los actuales gomeros y no aceptaron del progreso más que la lanza, el cuchillo y demás armas de combate".
Juan de Bethencourt Afonso.
“Fue acordado e consultado en este Cabildo que porque los pastores guanches son ladrones y roban toda la ysla y destruyen los ganados, de que se quexa todo el pueblo, y hasta aquí non se a podido remediar de pastores castellanos por falta de non los aver”
Escribanías del Cabildo colonial de Tenerife. Siglo XVI.
Jamás aceptamos sus ciudades ni formas de vida, sólo sus armas para derrotarles…
“Estaba informado de que en esta isla hay muchos hombres de pelea guanches...que facen daño a los ganados e haciendas de los vecinos, andando como andan de contino en el campo habitando fuera de poblado, lo que está informado que cometen...e los alguaciles no los pueden prender...por andar armados de lanza e de las espadas y otras armas”.
Acuerdos del Cabildo colonial de 1514.
A nuestro lado lucharon hermanos confinados desde otras islas, esclavos negros e imazighen traídos de nuestro continente y esclavos canarios retornados de España, Portugal y las Azores…
“Este retorno (de esclavos canarios desde España) más o menos consentido llegó a alarmar a los propios conquistadores, que elevaron sus quejas a los soberanos de Castilla, ante el infundado temor de un levantamiento general”.
Rumeu de Armas. Principios del siglo XVI.
“E luego Alonso de las Hijas e Fernando de Trugillo e Mateo Viñas e Batysta Ascaño y el Bachiller Pero Fernándes dixeron que denuncian e denunciavan al señor Adelantado que ay muchos guanches alçados en esta ysla e que roban los ganados y facen otros daños; que piden se faga lo que sea justicia procediendo contra ellos”. Muchos esclavos guanches que se huen andan alçados cinco o seis años entre los libres, porque como todos son de una nación y biven en los campos e sierras acógense y encúbrense unos a otros, y esto házenlo tan sagazmente, de más de ser la tierra aparejada para ello, segund los barrancos de malezas e cuevas y asperujas que no se puede saver sino por presenciones. Especialmente por que es jente que aunque unos a otros se quieran mal encúbrense tanto e guárdense lo secreto que antes morirán que descubrirse y tienlo esto por honra y este estilo tenían antes que la dicha isla se ganase y todavía les ha quedado, pues saberlo dellos por tormento es inposible aunque los hagan pedaços por que jamás por tormento declaran verdad y por ser de esta condición e manera es gente muy dañosa…muchos esclavos guanches e negros e moriscos de los vezinos e moradores de la dicha isla se an huido e ausentado e huyen de cada día e se han andado e andan por las sierras e montañas un año e dos e cuatro e cinco e más tiempo…”
Escribanías del Cabildo colonial.
“Las Hijas y Valdés dijeron que hacían saber al sr. Ad. y sr. Ldo. como en esta isla eran venidos y estaban muchos guanches así de los que fueron desterrados por delitos que hicieron, como otros que se vinieron echados de otras partes por malhechores, los cuales no tienen haciendas y los trajeron y no trabajan, sino andan por los campos de hato en hato comiendo de los ganados, robándolos de los vecinos y aconsejando a los esclavos que se alcen y encubriéndolos; y como sean naturales y destruyen la isla y tienen por partido de decir que la tierra y ganados eran de sus agüelos y que por aquello lo habían de comer.
Escribanías del Cabildo colonial.
“Otrosí suplicamos a V.M. haya remedio en los continuos hortos, e robos de ganados, e colmenas, e otras cosas del campo que se facen en esta isla, porque como la tierra es demasiadamente fragosa, los naturales de ella, e de otras islas comarcanas son muy ligeros, e usados de andar por los riscos, e asperezas, e peñas, por donde los castellanos les es imposible andar; y ellos se hacen señores de todos los ganados, y los comen e matan de ellos los que quieren, más que los dueños. Los vecinos no los pueden sufrir, y en ninguna manera la justicia los puede prender. Así, los dueños de los ganados de esta isla, querrían que hubiese en ello justicia, e hermandad, conforme a la hermandad vieja de Toledo e Ciudad Real”.
Carta del Cabildo colonial a los Reyes de España.
Pese a las duras leyes, sanciones y castigos del aparato colonialista español…
“Ordenaron que ningún guanche pueda tener ni tenga agora sea horro o cativo, ningunas armas ni género dellas ofensivas ni defensivas, chicas ni grandes ni puñal ni espada ni lansa, ni dardo, ni otra manera alguna de armas, ni cuchillos grandes, ni bordón herrado con punta ni otra ninguna arma de palo ni de hierro, salvo un cuchillo para poder deshollar reses e servirse en casa, que tenga de anchulla un xeme y no más, ni tengan ni traigan pelotas de hierro ni de metal alguno ni de piedra; e que todas las armas susodichas que ahora tienen las traigan ante la justicia dentro de diez días que esta ordenanza sea apregonada…(ni) a escondidas sobre tierra ni debaxo de tierra…”.
Ordenanzas del Cabildo colonial.
“Al pago están obligados todos los vecinos por estar como están todos los caminos tapados y las montañas llenas de muchos alzados y ladrones, que si no se remediaba se perdería la isla y todos han acudido con el repartimiento del dinero que les cupo pagar, y no menos debe acudir el dicho Jorge Grimón”.
Carta de repartos del Cabildo colonial.
“Se platicó sobre razón que se debía pregonar que los guanches de esta isla e gomeros tuviesen sus habitaciones e viviendas en los poblados, por manera que fuesen bien acostumbrados e adoctrinados en la fe, por que oyesen misa y las oras y especial las qreaturas que sepan como han de bevir y sean puestos en camino de ser buenos cristianos, e todos se confiesen. Sobre lo qual y remediar otros inconvenientes, que por bevir fuera de poblado nacen e acaescen, que devían hordenar e proveer e hordenaron e mandaron que para esto mejor se hacer que se pregone públicamente que todos los guanches e gomeros, ombres e mugeres, casados e por casar, ebcebtados los orros que libres están de hoy fasta el día de año nuevo parezcan ante el escribano del Cabildo e se registren por sus nombres porque vista las copia se dé tal forma e manera en lo susodicho que sea Dios servido y el Cabildo haga lo que deve haser mirando el bien e pro e utilidad que deste negocio se sigue e como mejor convenga hacerse para su bivienda e habitación de los dhos. guanches e gomeros, e por los inconvenientes que hasta hoy ha abido e ay cesen. So pena quel que toviere de qué pagar pague en pena de dos mil mrs…”
Escribanías del Cabildo colonial. Siglo XVI.
En las cumbres y campos de todas nuestras islas siempre retumbó el grito...¡¡SEGUIMOS ALZADOS!!
“Continuaron en la rebelión los patriotas intransigentes con la nueva civilización, los exaltados, los más numerosos del pueblo ignorante y la mayoría del clero con los babilones a la cabeza. Organizaron sus fuerzas, apoyándose en los puntos más riscosos e inaccesibles de la isla, que aún llevan el nombre de “la fortaleza” en distintas localidades; se apoderaron de muchos de los depósitos comunales y de rebaños de la república, lanzándose a la lucha después de coronar a algunos nobles, entre otros, Ichasagua, en el menceyato de Adeje”.
Juan de Bethencourt Alfonso.
"Más aunque el proceso evolutivo fue lento y laborioso, no en vano pasaban los años sin producir sus naturales consecuencias en esta vecindad de la civilización y barbarie. Poco a poco estrechados los babilones por el progreso se fueron dulcificando y abandonando las soledades para retirarse a la vida más sedentaria de los auchones, mientras los habitantes de éstos, llamados guanches, iban a la par despojándose de su herencia del pasado para penetrar en las filas de los vecinos -guanches inmersos en la cultura castellana-".
Juan de Bethencourt Alfonso
Descocemos al autor o autores de esta recopilación, a el o ellos muchas gracias.
Archipiélago Canario 14 de febrero de 2012.
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