1967 enero 1.
Fallece
en Puerto de la Cruz
don Juan Reyes Bartlet, músico, compositor, director, poeta.
Fruto del matrimonio de don Juan Reyes Armas y de doña Dolores Bartlet
nace en Puerto de la Cruz ,
en el año 1889, Juan Reyes Bartlet.
A los siete años se traslada a Icod de los Vinos, donde su padre había
sido llamado para hacerse cargo de la dirección de la Banda Municipal.
Allí realizará los estudios primarios simultaneándolos con los de solfeo, piano
y flauta; se mostró igualmente interesado por la pintura, el francés (su abuelo
materno, Ignace Bartlet, era de este origen), y por intensas lecturas, que le
llevan a descubrir a Galdós y Víctor Hugo. Entre estas inclinaciones las
literario-musicales influirán decisivamente.
Marcha a Madrid para perfeccionar sus estudios de música cuando contaba
17 años, y allí se relaciona con personalidades relevantes de la música y la
literatura (Tomás Bretón, Ruperto Chapí, Manuel de Falla, Pedro Muñoz Seca,
León Felipe, Pérez Galdós, Tomás Morales, etc.)
Comparte sus estudios musicales con la aparición de sus primera obras
como compositor: Maldito amor (vals para piano), Serenata (romanza para
contralto, 1912), El amor en cuarta plana (zarzuela en un acto con libro de
José Alarcón Ortuño, integrada por siete números musicales, 1910)...
Su actividad no se ciñe a lo estrictamente musical: poesía, cuentos,
crónicas políticas, etc., que firma con los seudónimos de "Fray
Agapito", " Ángel Blanco", y sobretodo "Ramiro de
Añaza", que mantendría el resto de su vida, conforman la obra artística de
este músico, poeta y escritor portuense.
De entre su abundante producción musical, además dejas obras ya reseñadas, cabe destacar
En Puerto de la Cruz
fue director de la
Banda Municipal y fundador de la Escuela Municipal
de Música, al frente de la cual realizó una meritoria labor. Quedará ciego
desde el año 1948, aunque, pese a esta gravísima circunstancia, esto no es
impedimento para seguir desarrollando una vida activa. Fallece en Puerto de la Cruz el 1º de enero de 1967.
Sirvan estos breves apuntes biográficos acerca de la densa actividad
artística desarrollada por don Juan Reyes Bartlet como sencillo homenaje de la Asociación Cultural
y de la Coral
que lleva el nombre de uno de los personajes más destacados de la vida cultural
portuense.
Después de tanto trajinar con la genealogía de la Banda de Música de la Villa de La Orotava , me retentiva
aquellas mañanas soleada, en la que un hombre entrañable con gafas
oscura se reunía con mi abuelo maestro Bruno Abreu Rodríguez, en casa de mis
padres. Me llamaba la atención la audiencia de la persona allí presente,
la cual estaba acompañada de una joven que avezaba de guiadora, el
hombre parecía ser invidente pero con unos dotes humanos despampanantes. Mi
cortesía aniñada de no interrumpir las conversaciones tertulianas de los
amigos de mi abuelo, esbozo por acontecer mi saludo de rigor,
y alejarme a mi habitación de la puericia (tenía diez años).
Las curiosidades de niño por saber quién era la persona que estaba
reunida con mi abuelo, se me ocurre inquirir a la tía Consuelo (mi
segunda madre), -que vivía con nosotros-, por la analogía de
ese hombre. Su repuesta fue el término más abordable que le podía dar a un niño
juguetón, -ese Caballero es el padre de Sigfredo, jefe de las
oficinas de la ONCE
de La Orotava-. En
ese instante no supe que se trataba de un gran compositor,
polígrafo, comediógrafo y poeta, ni que se llamaba Don Juan Reyes
Bartlet, -solo que era el padre de Sigfredo (fallecido) -.
Inexcusablemente el fallecimiento de Paco(Agosto de 1994), me hace recordar la
figura de Reyes Bartlet, porque tres jóvenes portuenses seducido de tres
muchachas villeras, hacían su presencia en la Villa en la postrimería de la década de los
cincuenta, ellos eran Paco(fallecido), Sigfredo(con su moto) y
Delfín(mi cuñado, fallecido), a los tres los llegué a ver
subiendo por la villera calle el Calvario acendrado a la moto de
Sigfredo. Delfín y Sigfredo se quedaron en la Villa pero Paco buscó nuevo
amor en Icod de Los Vinos a donde fue destinado como funcionario de un
banco. Aquella repuesta honorable de mi tía Consuelo, -el
padre de Sigfredo -, coincidente a la expectativa del saber
íntegramente por la esencia profesional de aquella figura que visitaba a
mi abuelo, llegué a indagar al sencillo individuo, indudablemente la
artística prenda esclarecedora concerniente del ilustre forastero. La
inherencia del autor de "María Adela" -una opereta trabajada a través
de la querencia embrionaria de las Canarias-, debe tener su calle y su
busto en bronce en la ciudad que le vio
nacer el Puerto de la
Cruz. Don Juan debe ser consagrado en su añorada ciudad. Es
una pena que tantas composiciones de este autor tinerfeño
permanezcan olvidadas en los archivos familiares. Su recuperación sería
importante para la música isleña. Sería un enaltecimiento que copias de
todo ese legado sea ofrecido a las bandas de música o adecuadamente a otros
conjuntos de homogénea idiosincrasia. No cabe duda que de conveniencia
considerable las composiciones de Reyes Bartlet sean oída e interpretada
por los hoy numerosos jóvenes estudiantes del Conservatorio Superior de Música
de Tenerife que integran distintos conjuntos musicales de la provincia.
Importante comisionado de las operetas de Reyes Bartlet, podrían
escenificarse en el Teatro Guimerá de la Capital Tinerfeña, como
acontecimiento del sesenta aniversario de la fundación de la Orquesta Sinfónica
de Tenerife, - próximamente a rendir homenaje a compositores tinerfeños-, por
acaecimiento los amigos de la zarzuela tendrían una honesta presea
original de autores de la tierra, además de presentar obras excelsas de la
calidad nacional. Indudablemente la zarzuela estrenada en
Madrid lugar donde el accesible compositor portuense hizo amistad con Don
Manuel de Falla y con el inmortal musicólogo Don Tomás Bretón,
titulada "El amor en cuarta plana" muy alabada por
la prensa especializada de la capital de la nación, así como el
soneto sinfónico "Patria Canarias", o el sainete andaluz
"!Qué guapa está usted, Rosarillo!", y sobre todo su obra ápice
ilativa a su creación musical "María Adela", deberían
estar en manos de los habituados preceptores de la Orquesta Sinfónica
de Tenerife, -dos de sus componentes son nietos del poeta - compositor-.
Fue este hombre esencialmente romántico. Consagró su vida al
cultivo de la música, con el énfasis propio de una
irrefrenable inquietud. Reyes Bartlet debería estar en una calle portuense,
frente a la mar que le vio nacer, frente al expresivo puerto comercial que lo
fue en antaño y así lo hace patente mi amigo Melecio. Reyes Bartlet
merece más, mucho más que acarrear su propio patronímico en un
conjunto melodioso, porque él, solo él, soportó la adolescencia errabunda, cuyo
inestimable sustentáculo de viveza fue la estilográfica y el piano, para
adiestrar la composición tan peculiar que muchos merecemos entreoír.
El amigo y convecino de la
Villa de La
Orotava desde la infancia Casiano García Bartlet, me comunica
a través del Facebook: “…Su abuelo Ignace
Bartlet, hijo del Barón de Saint Tropez, logró sobrevivir a la Revolución Francesa
por encontrarse cursando estudios en Alcalá de Henares. Más tarde viajó a
Tenerife, donde se estableció y montó una panadería en el Realejo Bajo…”
Fruto del matrimonio de don Juan Reyes Armas y de doña Dolores Bartlet
nace en Puerto de la Cruz ,
en el año 1889, Juan Reyes Bartlet.
A los siete años se traslada a Icod de los Vinos, donde su padre había
sido llamado para hacerse cargo de la dirección de la Banda Municipal.
Allí realizará los estudios primarios simultaneándolos con los de solfeo,
piano y flauta; se mostró igualmente interesado por la pintura, el francés (su
abuelo materno, Ignace Bartlet, era de este origen), y por intensas lecturas, que
le llevan a descubrir a Galdós y Víctor Hugo. Entre estas inclinaciones las
literario-musicales influirán decisivamente.
Marcha a Madrid para perfeccionar sus estudios de música cuando contaba
17 años, y allí se relaciona con personalidades relevantes de la música y la
literatura (Tomás Bretón, Ruperto Chapí, Manuel de Falla, Pedro Muñoz Seca,
León Felipe, Pérez Galdós, Tomás Morales, etc.)
Comparte sus estudios musicales con la aparición de sus primera obras
como compositor: Maldito amor (vals para piano), Serenata (romanza para
contralto, 1912), El amor en cuarta plana (zarzuela en un acto con libro de
José Alarcón Ortuño, integrada por siete números musicales, 1910)...
Su actividad no se ciñe a lo estrictamente musical: poesía, cuentos,
crónicas políticas, etc., que firma con los seudónimos de "Fray
Agapito", " Ángel Blanco", y sobretodo "Ramiro de
Añaza", que mantendría el resto de su vida, conforman la obra artística de
este músico, poeta y escritor portuense.
De entre su abundante producción musical, además dejas obras ya reseñadas, cabe destacar
En Puerto de la Cruz
fue director de la
Banda Municipal y fundador de la Escuela Municipal
de Música, al frente de la cual realizó una meritoria labor. Quedará ciego
desde el año 1948, aunque, pese a esta gravísima circunstancia, esto no es
impedimento para seguir desarrollando una vida activa. Fallece en Puerto de la Cruz el 1º de enero de 1967.
Sirvan estos breves apuntes biográficos acerca de la densa actividad
artística desarrollada por don Juan Reyes Bartlet como sencillo homenaje de la Asociación Cultural
y de la Coral
que lleva el nombre de uno de los personajes más destacados de la vida cultural
portuense. (Bruno Juan Álvarez Abreu)
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