martes, 24 de marzo de 2015

EFEMÉRIDES DE LA NACIÓN CANARIA





UNA HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS


PERIODO COLONIAL 1501-1600

DECADA 1501-1510

CAPITULO III-X


Eduardo Pedro García Rodríguez

1505. Es nombrado Gobernador de esta parte de la colonia Bartolomé Benítez. Sobrino de Alonso de Lugo. Establece el futuro Adelantado sisas sobre los comestibles para conducir aguas de Tahodio á la Laguna mediante permiso del personero Juan de Armas.

A su ahijada  Elvira Hernández  hija del ex mencey de Abona y hermana del infante Pedro Bueno da tierras en el mismo Abona. Por repartos mal hechos del botín de guerra corre el disgusto entre los principales invasores conquistadores y nobleza indígena así como también por las expediciones a la captura de esclavos al continente lo que motiva quejas que elevadas á los Reyes dieron lugar á una Real Cédula de la Reina Doña Juana “la loca” en que se puso coto á los manejos del Adelantado.

1505. A principios de ese  año salía de España Lope de Sosa, nombrado sucesor de Escudero como gobernador colonial de Tamaránt (Gran Canaria) con encargo especial de vigilar la contratación de Berbería, de la Torre de Santa Cruz y de la Mar Pequeña, factorías que continuaba mirando el gobierno de la metrópoli con singular predilección.

Pero mientras esto sucedía, es digno de notarse que, teniendo Gran Canaria su gobernador especial y ejerciendo un dominio absoluto sobre Tenerife y La Palma el Adelantado Alonso de Lugo, resolviera el rey enviar a las tres islas realengas un nuevo juez pesquisidor encargado exclusivamente de poner remedio a los envejecidos abusos y arbitrariedades de que seguían quejándose los colonos y le informara con criterio imparcial del estado económico, social y político de aquellas nacientes poblaciones coloniales.

1505.  Se nombró por parte de la metrópoli un inquisidor para canarias, el licenciado Bartolomé López Tribaldos, que tendría su sede en Winiwuada (Las Palmas) y dependería del Tribunal de Sevilla. Situación ésta que continuaría hasta 1567, año en que se creó en la colonia canmaria un tribunal autónomo. En esta primera época la actividad y rigor del inquisidor no fueron grandes.

El segundo inquisidor será el bachiller Martín Ximénez, chantre de la Catedral de cana-
rias y también provisor espiscopal, quien llegó a las islas en 1524. A diferencia de los tiempos anteriores, su actuación fue muy enérgica y arremetió contra amancebados, hechiceras y falsos conversos, prendiendo y castigando a muchos. Contra él se levantó un poderoso frente de oposición, formado por el gobernador, varios regidores y canónigos, mercaderes y, en general, por el numeroso y bien situado grupo de los conversos. Fue un serio intento por lograr la supresión de la Inquisición, o al menos la destitución de Ximénez y la vuelta a la situación anterior. Pero el inquisidor se impuso.

1505.
Se establecen en el lugar de Garachico en la isla Chinech (Tenerife) los colonos Pedro de Ponte y Ana de Vergara, dando así lugar al posterior establecimiento de población europea en el lugar.

Primero se llamó Aldea de San Pedro de Daute, conociéndosele con el nombre de Playa de San Pedro o del Genovés, y no tardó en desarrollarse debido a la bondad y comodidad de su puerto. Su nombre actual parece que procede de la palabra guanche gara que significa islote, a la que los españoles agregaron el término de chico. Está situado en la costa Norte de la isla hacia el Oeste, en el fondo de una rada bastante extensa y sobre una escarpada roca redonda y llena de grietas. Frente a la población y cerca de la costa se levanta un peñasco acantilado que deja entre él y la isla principal un canal navegable que se denomina Roques, y al Este hay una pequeña ensenada donde no es fácil desembarcar. Antes de la erupción de 1706 (montaña Bermeja) el puerto era muy concurrido por buques de América y Europa, pero aquella cegó parte de él, así como incendió la aldea de Morales y parte de Garachico, causando considerables daños.

Garachico se dividía con Santa Cruz de Tenerife el comercio exterior de la isla, pues por el primero se exportaban los productos naturales de la isla desde los Realejos hacia noroeste y por el segundo tenían salida los de la Orotava hacia el nordeste; sin embargo, mientras Santa Cruz era un modesto lugar de 200 casas habitadas por pescadores y mareantes, Garachico era una ciudad opulenta con más de 400 edificios poblada por ricos mercaderes.

1505. Los reyes castellanos instituyeron un tribunal supremo de apelaciones unas veces con el nombre de Audiencia y otras con el de Chancillería, y que en 1505 se trasladó a Granada. Las audiencias de Galicia, y las de las colonia de Santo Domingo y Canarias, que fueron apareciendo sucesivamente, tenían competencias más limitadas que las chancillerías y en los asuntos de mayor cuantía debían inhibirse en beneficio de estas últimas. La Audiencia de la colonia canaria tendría como tribunal superior a la Chancillería de Granada, y desde 1566 a la Real Audiencia de los Grados de Sevilla, excepto en los pleitos de hidalguía.

1505. En este año el joven Guillen, conde de La Gomera, cumplió 14 años de edad, hijo del ajusticiado Hernán Peraza, y la ninfomona  Beatriz de Bobadilla la cual al casarse por segunda vez con el Adelantado Alonso de Lugo, tenía dos hijos de su primer marido, llamados Guillén e Inés, quienes después de la muerte de su madre en la corte castellana – según recogen algunos historiadores envenenada por orden de Isabel la Católica-, solicitaron y obtuvieron por tutor a su padrastro  Alonso. Guillén, habiendo cumplido sus 14 años se emancipó de aquella tutela y entró en la libre posesión de sus estados, tomando el título de conde de La Gomera, mientras su hermana  Inés casaba con  Pedro de Lugo, hijo segundo del Adelantado y heredero de todos los honores y mayorazgos de su casa, por muerte de su hermano  Fernando.

“N o podía don Guillén con su título, rango y pretensiones nobiliarias permanecer mucho tiempo oscurecido en aquella pequeña isla apartada de todo trato social, habitada por gente ruda y de limitado horizonte, y así por ello a nadie pareció extraño que hiciera un viaje a Gran Canaria, a donde le llamaban arreglos y litigios con su tutor, cobranza de rentas y cuestiones sobre diezmos de orchilla con el Cabildo y su obispo.

Esperábale en Las Palmas una aventura singular, propia de su juventud, audacia y herencia genética, pues de “casta le viene al galgo”. Vivía en aquella ciudad una doncella hermosa y deuda suya, llamada doña Beatriz Fernández de Saavedra, cuya historia secreta se contaba de este modo.

Entre las personas principales que siguieron a doña Inés Peraza en su primer viaje a Lanzarote se distinguía su primo, Luís González Martel de Tapia, a quien nombró gobernador de la isla del Hierro. Casóse allí con una bellísima bimbache y de esta unión nació Rutina de Tapia, tan bella como su madre. Andando el tiempo esta joven casó a su vez con Diego de Cabrera, gobernador de Lanzarote, y por segunda vez en Canaria con
el portugués Manuel de la Noroña, hermano de Simón González de la Cámara, gobernador de La Madera. Tratando de volver al Hierro y esperar allí órdenes de su último marido, salió de Las Palmas con dirección al puerto de las Isletas, donde debía embarcarse, acompañada de una vistosa comitiva.

Rondaba por entonces estos mares un hidalgo lusitano, llamado Gonzalo Fernández de Saavedra, que con dos carabelas armadas en corso asaltaba las embarcaciones, robando y saqueando cuanto al paso encontraba y llevando el terror hasta los mismos pueblos litoralas de las Islas. Este corsario, que se apreciaba de galante y guapo, al tener noticia del viaje de Rufina quiso aprovechar la ocasión y, desembarcando en la playa del puer-
to, atacó de improviso la comitiva, dispersóla y apoderándose de la hermosa herreña se encerró con ella en la ermita de Santa Catalina y por fuerza húbola.

El fruto de esta sacrílega violación fue doña Beatriz de Saavedra, educada por su madre en Las Palmas y a la cual el conde amó, persiguió y dio palabra de casamiento, obteniendo de ella favores de esposo. Nacieron de este clandestino enlace tres hijos llamados don Fernando, doña Ana y doña Catalina que llevaron los apellidos
de Sanniento, Peraza y Ayala.

Siguiendo las inclinaciones de su voluble carácter y de sus desordenados apetitos, o tal vez impulsado por crecientes ambiciones, determinó abandonar a su desgraciada víctima y, pretextando negocios urgentes, se alejó de Canaria y pasó a España, casándose en Jerez de la Frontera con su prima doña María de Castilla, hija del corre-gidor de aquella ciudad don Pedro Xuárez de Castilla, que le llevaba en dote dos millones trescientos mil maravedíes.

Sucedía esto cuando Lope de Sosa era trasladado al Darién, dejando vacante el gobierno de Gran Canaria, y, ya fuese porque el conde lo deseara o porque el don Pedro creyese mejorar su posición, solicitó y obtuvo en 1517 el nombramiento de gobernador de aquella isla a donde se trasladó con su familia acompañado de su yerno.

Entretanto, la desgraciada doña Beatriz, enterada de aquel verdadero casamiento y perdida toda esperanza de protección y cariño, se retiró a la isla de La Palma y se consagró ala educación de sus hijos y a llorar sus perdidas esperanzas.

El nuevo gobernador llegó en el momento en que varios corsarios franceses infestaban aquellos mares, interrumpiendo las comunicaciones entre las islas y apoderándose de todos los buques que llevaban bandera española.

Cuéntase que, en 1522, apareció en la rada de Las Palmas el francés Juan Florint con siete naos armadas en guerra, y sin ponerse el astuto marino al alcance del fuerte de las Isletas, único que había en aquel litoral, estuvo algunos días cruzando sobre aquella altura, hasta que vio acercarse una escuadrilla que llegaba de Cádiz con familias y mercaderes y de cuya llegada tenía sin duda aviso, y sin vacilar le dio caza y la apresó a la vista de la misma ciudad. El gobernador, entonces, armó inmediatamente 5 naos que estaban en el puerto y, proveyéndolas de armas y gentes y dándoles por capitanes a los dos hermanos Arriete y Juan Perdomo de Béthencourt, las envió en persecución de los franceses, que ya entraban con su presa en la rada de Gando. Trabóse allí un encarnizado combate, viéndose al fin obligados los corsarios a abandonar la escuadrilla española, retirándose con sus naves al sur de la isla para reparar tranquilamente sus averías. Desde estas costas hizo rumbo a las Azores, con tan buena fortuna que apresó dos navíos donde Hernán Cortés enviaba al Emperador la recámara de Moctezuma, con muchas barras de oro y plata y gran copia de piedras preciosas.”(Agustín Millares Torres; 1977, t. III: 79-81

1505.
En la localidad de Acoden (Icoden?) Chinech (Tenerife) se estableció desde 1505 el primer ingenio azucarero por el invasor conquistador Alonso Fernández de Lugo, que se reservó también las aguas y veinte fanegadas de tierras. Empleaba tanto trabajadores libres como esclavos. En 1506 ya contaba con unos 40 vecinos, lo quiere decir una población sobre las 200 personas. Pero sus condiciones naturales no eran especialmente para el cultivo azucarero, sino para el viñedo, en el que ganaría en preponderancia sobre Garachico. Es por ello pueblo dependiente de aquel en la órbita mercantil, aunque desde la caleta de San Marcos habrá un cierto comercio y se desarrollaría una primaria construcción naval con astilleros gracias a las ricas maderas de sus bosques por entonces vírgenes. Mientras que la caña de azúcar hasta mediados del siglo XVI fue el cultivo hegemónico, Garachico será la capital demográfica y económica de la comarca de Daute. No obstante, a medida que avanza la centuria Icod sigue creciendo en población y prosperidad. En 1585 contaba ya con 350 vecinos, lo que da un total aproximado de 1750 habitantes, frente a los 520 (2600 h.) que albergaba Garachico. En torno a esa época Fray Alonso de Espinosa diría de él que era un pueblo de mucha vecindad y hombres honrados y ricos, está edificado en la falda del Teide con buenos edificios y hay en él mucha madera. El portugués Gaspar Fructuoso lo definiría como villa de doscientos vecinos, casi todos portugueses, rico de vinos, labores y crianzas. Hácese mucho vidrio que va para otras islas y algunas veces para las Indias de Castilla para hacer estilas aguardientes para las minas por ser vidrio muy duro. Dejo testimoniado la riqueza de sus campos, pues entre Icod y Garachico había 2 leguas de viñas y cañas de azúcar.Es a partir de las últimas décadas del siglo XVI y especialmente en la primera mitad del siguiente donde crece y se expansiona considerablemente Icod con el auge vinícola. Sus tierras eran óptimas para el cultivo de la vid, especialmente de vidueño, que proporcionaba un vino blanco de relativa graduación que encontraba un amplio mercado en las colonias portuguesas y británicas de América. En menor medida del malvasía, un vino de alta graduación con diferentes variedades (dulce, blanco y seco) que encontraba demanda en Europa, especialmente en Gran Bretaña. No es casual por ello que sea el siglo XVII la centuria de su consolidación, donde se construirían sus edificios e iglesias más suntuosos a tenor de la riqueza y prosperidad de sus caldos, y en el que su elite nobiliaria iniciaría un proceso de vinculación de sus propiedades para evitar su disgregación y para consolidarse como tales a través de los mayorazgos, por los que el primogénito heredaba en usufructo el gruesos de la herencia. El crecimiento demográfico nos puede ayudar a entender la evolución social y económica de Icode en una centuria de crecimiento. En 1676 ya contaba con una población de 3006 habitantes, lo que lo convertía en la tercera localidad de la isla, superada ya sólo levemente por Garachico, que contaba con 3025, La Orotava (5782) y La Laguna (6683). Nuñez de la Peña diría en 1678 que "puedes ser villa, por ser tan grande, con gente en su jurisdicción de todos frutos, de vinos de malvasía, trigo, centeno y otras semillas, lábrase mucha seda". Dice que cuenta con la buena parroquia con dos beneficiados y buenos capellanes, y que sus vecinos son amantes de la música, que "todo los de este lugar son más a ella que otros, y los más tienen buenas voces". También constata que se conocían entre sí por sus apodos más que por sus apellidos. Por esa fechas ya albergaba dos comunidades regulares, los franciscanos y agustinos, y un monasterio de monjas bernardas. Destaca la devoción que gozaba San Felipe Neri y su ermita, "de mucha devoción en toda la isla" y la existencia de dos escribanías, el mismo número que Garachico, lo que es indicativo de su expansión e intensa actividad mercantil.En 1591 sus milicias quedaron desmembradas de la dependencia y sujeción de Garachico, una pugna que será constante en la lucha por la hegemonía de Daute entre ambos municipios. En 1687 logró alcanzar la independencia también en la órbita inquisitorial con la consecución de una Comisaría de la Inquisición propia. Contaba con un hospital para pobres desde 1555 que en 1697 fue ampliado con la constitución de un patronato al Canónigo de la Catedral de Las Palmas Francisco Leonardo de la Guerra. Desde 1585 contaba Icod con un convento agustino bajo la adveración de San Sebastián. Se estableció en una antigua ermita de ese nombre. Su patronato fue más tardío y recaería en 1655 en el más ricos e influyentes colono de la localidad, Blas de Alzola y Torres. (Manuel Hernández González)
1505.
Cuando el topónimo “Taoro” se empezaba a confundir con el de Orotava,  Lope Fernández y su mujer, Elena Vázquez, vendieron a Gonzalo Muñoz, que compró en calidad de factor administrador del duque de Medina Sidonia,  ingenio con herido,  madera, pertrechos, lo gastado en la obra por  Bartolomé Benítez, y lo que quedaba por hacer.
 Lope incluyó en el lote lo que le concedió Fernández de Lugo, en el repartimiento,  destacando ingenio con herido. a la “cabecera” del  Río Grande del Taoro; las 38 fanegas puestas de cañas y regadas, con 10 de secano, útiles para viña, que compró al catalán Jaime Joven, pedazo de “sequero” de 12 fanegas, “arriba de las tierras de riego”, apto para  majuelo; 26 fanegas regadas, junto al cañaveral del Teniente Hernando Trujillo,  propietario del primer herido, además de renta de 500 arrobas de azúcar, que Alonso Pérez Navarrete, sucesor de Juan Luego, había de pagar, el todo por precio global de  1.600 ducados, “de buen oro y justo peso”.
 Propietario Bartolomé Benítez de dos heridos en “la Orotava”, copropietario de una parte de la tierra, acordó hacer  ingenios, a medias con el duque, comprometiéndose a moler todas las cañas, “viejas y nuevas”, que produjesen las tierras de ambos. El costo de armar el molino y la zafra, lo pagarían por mitad, como se partirían los beneficios, descontados del “monte mayor” gastos y diezmos, a pagar al rey o al señor, según costumbre en lugar que templario, yendo a partes iguales en  azúcar, espumas y mieles.
 La construcción del segundo ingenio, “arriba del herido de Bartolomé Benítez”, se iniciaría de inmediato, sin que “alce la mano” hasta tenerlo "corriente y moliente".
Tasado por  expertos neutrales, el Duque pagaría la mitad, y la parte que le tocase en  las  "demasías", imprevistos inevitables en toda construcción.
 Las maquilas del nuevo ingenio, se partirían igualmente por mitad, usando en común “cobres” y herramientas,  en tanto no estuviese terminado el ingenio nuevo. Terminado, el antiguo quedaría a Benítez, no teniendo parte el  duque. Entre los  testigo del compromiso aparece Pedro de Lugo, quizá el hijo del conquistador, sucesor en los cargos.
 Inquieto por las iniciativas de Gonzalo Muñoz, el duque apoderó a Jácome Dinarte, vecino de Sanlúcar, para que le supervisase, metiéndole en cintura. Partió provisto de instrucciones, fechadas a 6 de febrero de 1506. Por no satisfacerle la adquisición, o encontrar comprador, que ofreció el precio adecuado, vendió los derechos del duque a ingenios, tierras y cañaverales, de “primera hoja y de cola”, que estuviesen en el Valle de la Orotava y otros “partidos”, en 1.700 arrobas de azúcar, puestas en el ingenio de la Orotava,  “que hoy en día está hecho, a su propia costa y micción”. El pago se haría en tres plazos: 300 arrobas a fin de junio, 700 arrobas a fin de agosto y  800 arrobas a fin de mayo de 1507. (Luisa Álvarez de Toledo)
 1505.
763-5.-Pedro Gomes. Pide 4 f. de r. y deja en blanco el lugar. El Adelantado enmienda la cifra en 3 y pone Valle de Salazar. 1505.

1505 Enero 1.
60-22.-Doña Inés de Berrera mi fija. Toda el agua q. se ha descubierto e parescido ...entre el río de y code e entre la hazienda q. tiene Cristóbal de Ponte ginovés con todas las tas. q. pudiéredes aprovechar en el dho. término. Digo con condición q. seáis obligada de hacer un ingenio para moler las cañas q. oviere para moler y para ello vos do término de quatro años desde oy. 8-1-1505. (Datas de Tenerife, libros I al IV)

dho. término de Berjos yendo por el valle arriba de Berjos a la mano derecha. 14-1-1505. (Datas de Tenerife, libros I AL IV)

1505 Enero 2.

428.-En jueves, dos días del mes de enero del mill y quinientos y cinco años, fueron ayuntados en Cabildo en la yglesia de Santa María de la Concebición, el señor teniente Alonso de Belmonte y los regidores Lope Fernandes, Fernando de Trugillo y Mateo Viña y Fernando de Lerena y Pero Mexía.

429.- E luego todos 1os dichos señores platycaron sobre que a sus noticias a venido que sus Altezas an puesto o quieren poner en esta ysla los derechos que se pagan en Grand Canaría o como quiera que sea, para que sobre ello supliquen a sus Altezas que porque esta ysla aún no está poblada y aviendo en ella derechos sería echar a perder la isla y despoblarla, lo qual sería desservicio de sus Altezas, acordose lo sygulente:

430.-E luego los dichos señores platycaron en que dixeron que muchos vecinos vernían a esta ysla ase avezindar y por defecto que no saben sy tyenen franqueza dexan de venir de cuya cabsa esta tierra está despoblada:

431.-Y que para esto dixeron que será bien enbiar a sus Altezas a suplicar que diesen carta de franqueza, pues que aquella se da a las tierras nuevamente se ganan, porque esto es conplidero a su servicio y bien y población de la tierra; acordóse de haz ello saber a sus Altezas y enbiar persona con poder para que lo negocíe.


1505 Enero 2.

432.- Fol. 39 v. En jueves, dos días del mes de enero de Mdv años, se pregonó en qua- tro pregones esta hordenança de los gomeros para que todos saliesen de la ysla como en la dicha hordenança se contyene; pregonóse públicamente en esta plaça desta villa y en otros tres lugares departydores por Francisco pregonero, de bervo a verbo, como en la dicha hordenancça se contyene, en alta boz. Testigos, francisco Serrano, Gonçalo Rodríguez, Matín Martínes, AlfonsoVaez, Pero López de Villera y otros muchos vecinos e moradores, estantes y abitantes en la dicha ysla.=Antón de Vallejo, escrivano público.

433.-En domingo, doze días del dicho mes del dicho año de quinientos y cinco años, se pregonó la hordenança de los pesos y medidas, en alta boz, por Francisco, pregonero público, en saliendo que salieron de bísperas e de oyr el sermón de  señor Sant Lazaro; a que fueron testigos Fernando de Truglllo, fernando de Lerena, Lope Fernandes, regidores e otros muchos.=Antón de Vallejo, escrivano público.


No hay comentarios:

Publicar un comentario