martes, 27 de mayo de 2014

EFEMERIDES CANARIAS





UNA HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS

ÉPOCA COLONIAL: DECADA 1911-1920



CAPITULO-XXXI




                                Eduardo Pedro García Rodríguez

1916 febrero 24.
Aún se recuerdan un dicho popular y leyenda que fue pasando generación tras generación entre asombro, temor, triste realidad y mala fortuna en La Palma. Corría la voz, por todos los rincones de Santa Cruz de La Palma, cuando un miembro de la familia Benítez o Perdigón se iba a embarcar o se les veía que con una maleta se dirigía al puerto palmero a coger el correíllo. La contraseña era: ¡Se embarca un Benítez...! ¡Hoy, yo no voy en barco! El temor y el miedo por la mala fortuna de estas familias provocaban que los vecinos tomaran precauciones, y razones no les faltaban.
El vapor trasatlántico Príncipe de Asturias, el mayor y más lujoso de los mercantes de esos tiempos, fue construido en los astilleros Rusell y Cª de Glasgow. Estaba dotado de dos maquinarias y doble hélice, desplazando 16.500 toneladas. Fue botado a la mar en el mes de junio de 1914. No habiendo cumplido dos años de su viaje inaugural zarpó del puerto de Barcelona, el 14 de febrero de 1916, rumbo a América, haciendo escala en Gran Canaria.
El 24 de febrero partió del Puerto de la Luz este magnífico trasatlántico propiedad de la naviera Pinillos. En esta escala canaria recogió a los vecinos de Santa Cruz de La Palma: María del Pino Rodríguez Torres (Vda. de Benítez)1; María del Carmen y Ezequiel Benítez Rodríguez2 (hijos de la primera); Higinio Carmona Pérez3 y Néstor Arozena y Arozena. Todos ellos parientes o vecinos relacionados con la familia Benítez que emigraba a la Argentina.
Comenzaba el Carnaval brasileño cuando, entre los puertos de Río y Santos, el barco se hundió al chocar con unas rocas del cabo Punta Do Boi, de la isla Sao Sebastiano, que carecía de faro. Las razones de tal fatal desenlace apuntan a que el Príncipe de Asturias navegaba demasiado cercano a la costa: había recogido pasajeros en Río de Janeiro con destino a Santos. La noche, la niebla y la falta de señalizaciones marítimas se encargaron del resto. Por otro lado, otras fuentes apuntan a que la razón se debió fundamentalmente, según algunos miembros supervivientes de la tripulación, a la embriaguez del capitán José Lotina y otros oficiales que celebraban el Carnaval.

El Príncipe de Asturias, con su quilla destrozada, se hundió rápidamente sin tiempo para que todo el pasaje pudiera abandonar el buque, y entre ellos los palmeros. De un total de unas 450 personas, más los supuestos y clásicos polizones de estos años, se salvaron 243, de los que 157 eran pasajeros y 86 tripulantes. Entre estos últimos no figuraban el capitán ni el primer oficial, que se suicidaron con un disparo de sus revólveres al comprobar la catástrofe de la que se sintieron responsables.

La noticia se convirtió en duelo y en consternación en La Palma. Se confirmaba la fatalidad cuando Antonio Cabrera de las Casas, consignatario de la naviera, recibe un telegrama remitido desde Cádiz, a las 14:20 horas del 8 de marzo, que decía: Agradezco sentido pésame. Entre los salvados no figura ningún pasajero embarcado en Las Palmas.

El suceso conmovió a la Isla. Cinco palmeros habían muerto en los mares del Brasil. En las parroquias de El Salvador de Santa Cruz de La Palma y Nuestra Señora de Los Remedios de Los Llanos de Aridane, donde vivían familiares y amigos de la familia Benítez, se celebraron el 22 de marzo de 1916 funerales y misas por las víctimas del vapor Príncipe de Asturias. La descripción del hecho, la relación de las víctimas y sus desconsolados deudos figuran en un recordatorio In Memoriam que dice que habían perecido víctimas del naufragio del vapor “Príncipe de Asturias”, en la madrugada del día 5 de los corrientes, frente a Santos, en las costas de Brasil.
La noticia y los relatos corrieron por pueblos, pagos, lugares, cumbres, valles y barrancos. En La Palma Isabel Perdigón, joven y guapa mujer, lloraba la trágica pérdida de su esposo Ezequiel Benítez Rodríguez. Isabel, con 19 años, y Ezequiel, con 21, habían contraído matrimonio en la iglesia de El Salvador de Santa Cruz de La Palma el 24 de enero de 1916, cuarenta días antes del fatal naufragio del Príncipe de Asturias. Ante la crueldad de los hechos las lágrimas manaban de sus bellos ojos y cuentan que de manera obsesiva decía: mi mayor felicidad sería morir ahogada en el mar y de la misma forma en que falleció mi esposo.
Su deseo de sumo y trágico amor se vio cumplido. Tres años después, desde Santa Cruz de La Palma embarcó Isabel en el célebre Valbanera, destino a Cuba, donde le esperaba su hermano Juan Perdigón. La acompañaba su cuñada Francisca Benítez Rodríguez con tres hijos: Juan, de seis años; Carmen, de dos; y María del Pino, de uno. Estos últimos iban a encontrarse con Diego Martín Pérez, esposo de la primera y padre de los menores.

El puerto palmero se llenó de alegría con la bella estampa marinera del Valbanera. Se agitaron pañuelos despidiendo a los 106 pasajeros emigrantes, que subieron a bordo en el último puerto europeo, de un total de 1.230. Cuentan que al salir de Santa Cruz de La Palma el Valbanera, al mando del capitán Ramón Martín Cordero, perdió un ancla. Para los viejos marinos fue un mal presagio.
Recordaba Pilar Perdigón Benítez que por esos años se habían repartido las piezas de una antigua vajilla familiar. Una de las piezas mayores les había correspondido a los emigrantes que ya estaban embarcados en el Valbanera, cuando se percataron que la habían dejado en la casa, a poco metros del muelle. Desde la ribera de atraque corrieron a buscarla, y cuando el barco ya estaba soltando amarras y se despejaba lentamente del muelle, la arrojaron por los aires hacia la nave. La mala fortuna hizo que cayera al agua. El mar de la bahía palmera atrapó la bella sopera de cerámica fina, y nunca llegó a su destino. Más tarde sería visto como otro mal presagio.
Y el presagio se convirtió en un fortísimo ciclón tropical que azotó la costa norte de Cuba, entre los días 9 y 10 de septiembre de 1919. La familia Benítez y Perdigón, lamentablemente, no bajaron en Santiago de Cuba y decidieron continuar hasta La Habana con 488 pasajeros más. Eugenio Carballo contaba que en el último momento una mujer de la familia se decidió y bajó del Valbanera en Santiago, mientras los otros parientes siguieron hacia La Habana. La mala suerte también le esperaba a esta. Su esposo, ya residente en Cuba, fue a buscarla a Santiago y no se encontraron. Este regresó a La Habana y, cuando se enteró del naufragio del Valbanera, el disgusto le llevó a la muerte, cuando en realidad su esposa estaba viva.
Y fue aquí, en las costas del poniente del Atlántico, el mismo océano que tres años antes había sido la tumba de otros miembros de la familia Benítez, donde la fatalidad quiso que encontraran la muerte estos otros miembros de la misma familia.

El periódico tinerfeño El Imparcial, el 20 de septiembre de 1919, publicaba en su primera página un corto dramático: Noticias de Cádiz acogen el rumor de haberse ido a pique en su travesía de Puerto Rico a La Habana el vapor “Valbanera”, de la compañía de Pinillos, el que hace poco zarpó de esas isla para la de Cuba. Ha sido extraordinario la impresión que estos rumores han producido. La fatal noticia llegó a La Palma. De nuevo el dolor dejó huella en la familia palmera.
En 1992, cuando contaba 80 años de edad, Pilar Perdigón Benítez escribió a su nieto Álvaro Fernández Martín los recuerdos del hundimiento del Valbanera, diciendo:

Hoy cuando leía -Proyecto Valbanera- sentí gran emoción, volvió a revivir en mí, aquella tragedia que ocurrió cuando yo apenas tenía 8 años y que ahora remotamente los recuerdos me vienen en bandadas. Sí, recuerdo aquellos días, de los rumores de si era, o no, verdad del hundimiento del Valbanera. Entonces los medios de comunicación, no eran tan rápidos como los actuales. Por este motivo la familia Benítez Rodríguez, tuvo unos días terribles de incertidumbre, pero siempre con la esperanza de que hubieran saltado por Santiago de Cuba. Pero no fue así.
Por fin llegó la trágica noticia de la verdad del naufragio. Todavía tengo en mi mente la desesperación de la familia, sus llantos, lamentaciones, toda aquella barahúnda me daba pánico, ahora pienso que sin duda sería porque era muy niña, pero sin embargo se me viene a la imaginación un presagio que mi prima Carmencita auguró unos días antes del viaje. A media noche se despertó llorando desesperadamente y gritando. "¡Mamá, mamá, no quiero irme para Cuba, que estaba soñando que el barco se hundía y me estaba ahogando, ahogando...!". La madre trataba de consolarla, pero la niña insistía: “¡Que no me voy, que tengo miedo!”. Esto lo presencié yo porque dormía a su lado y me despertó su amargo llanto.
¡Qué cosas tiene la vida!


Nota manuscrita de Pilar Perdigón


Así termina su vivencia y relato Pilar Perdigón Benítez.
En un aparte Pilar Perdigón hace constar los nombres de los familiares directos fallecidos en los dos naufragios: Otra catástrofe ocurrida en “El Príncipe de Asturias” en marzo de 1916. Viajaban para Argentina, mi abuela María del Pino Rodríguez Torres, viuda de Benítez, con sus dos hijos María del Carmen y Ezequiel Benítez Rodríguez. Perecieron víctimas del naufragio del vapor “Príncipe de Asturias” en la madrugada del 5 de marzo de 1916, frente a Santos en las costas de Brasil; y en otra nota recoge: Los que perecieron víctimas del naufragio del vapor “Valbanera” en septiembre de 1919. Mi tía Francisca Benítez Rodríguez4 de Martín y sus tres pequeños hijos, Juan, Carmencita y Pinito (mis primos) y mi hermana Isabel Perdigón Álvarez –viuda de Ezequiel Benítez Rodríguez.
El cruel deseo de mayor felicidad de Isabel Perdigón se cumplió encontrando la misma tumba que su amado esposo. La loza azul del océano Atlántico tapó para siempre los cuerpos sin vida de Ezequiel e Isabel y de otros familiares que esperaban encontrar fortuna en América, Argentina y Cuba. Leyendas y realidad de la mar tenebrosa que recuerdan, aún con lamento y dolor, las nuevas generaciones de la familia palmera de los Benítez-Perdigón. Y el fatal destino de la mar creó la leyenda.
("La leyenda de la familia Benítez y el naufragio del "Príncipe de Asturias" y "Valbanera", María Victoria Hernández, Diario de Avisos, 11 de febrero de 2001, p. 30).



___________________


1. María del Pino Rodríguez Torres era natural de Las Palmas, casada con Agustín Benítez Hernández de la misma naturaleza, escribano de actuaciones del Juzgado de primera instancia en Santa María de Guía y Santa Cruz de La Palma. Se establecieron en Guía (Gran Canaria), en 1875 tenían domicilio en la calle Los Herreras y en 1889 en el callejón de León. En este municipio nacieron, que sepamos, sus hijos Agustín José Gonzalo (1875-1948), quien fuera Secretario Municipal de Los Llanos de Aridane; y José Agustín Felipe Neri (1889-1956), reconocido periodista en la prensa de La Palma y de Cuba, donde emigró en 1909.
Este último se casó con Esther Heyman, natural de Nueva York. En el padrón de habitantes de Los Llanos de Aridane del año 1920 figura empadronado como huésped, junto a su esposa, en la casa Nº 38 de la calle Pedro Poggio (hoy Calle Real) junto a su hermano Agustín José, la esposa de este último, Josefa Lorenzo Martín, y los hijos de estos: Josefa, Agustín José y María de los Dolores.
 Ambos hermanos figuran en el recordatorio In memoriam del naufragio del Príncipe de Asturias.
2. Ezequiel Benítez Rodríguez era natural y vecino de Santa Cruz de La Palma. El periódico tinerfeño Gaceta de Tenerife, el 14 de marzo de 1916, en su página 1, publicaba lo siguiente: Nota de La Palma. Gran sentimiento ha causado en esta isla el naufragio del trasatlántico “Príncipe de Asturias” donde hacían viaje para América apreciables personas de esta localidad. Entre ellas iba con su familia el apreciable joven D. Ezequiel Benítez presidente que fue de la “Juventud católica”.

3. El destino determinó que Higinio Carmona Pérez fuera testigo, el 24 de enero de 1916, de la boda canóniga de Ezequiel Benítez Rodríguez e Isabel Perdigón Álvarez, en calidad de Secretario Suplente del Juzgado Municipal de Distrito de Santa Cruz de La Palma, y diera fe de ello en la inscripción del Registro Civil. Cuarenta días después encontró la muerte, junto a Ezequiel Benítez, en el naufragio del Príncipe de Asturias.


4. Isabel Perdigón figura en el recordatorio In memoriam del naufragio del Príncipe de Asturias. Era vecina de Santa Cruz de La Palma y natural del Puerto de la Cruz, hija de Miguel Perdigón Méndez y Trinidad Álvarez Carrillo. Perdigón Méndez fue concejal de Santa Cruz de La Palma. Contrajo matrimonio tres veces. Los dos últimos con dos hermanas Benítez Rodríguez y, por tanto, hermanas de su yerno Ezequiel Benítez Rodríguez, náufrago del Príncipe de Asturias.
5. Francisca Benítez Rodríguez figura en el recordatorio In memoriam del naufragio del Príncipe de Asturias.


Anexo
En la magnífica hemeroteca Archivo Prensa Digital Jable, de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, se pueden consultar las siguientes reseñas periodísticas sobre el naufragio del vapor Príncipe de Asturias. Por ser más conocidas la del Valbanera no las recogemos en este trabajo.
-         El tinerfeño La Opinión, el 14 de marzo de 1916, publica, con el titular "De La Palma" referencias a que la Junta Directiva de la Sociedad la “Gran Peña” había suspendido durante ocho días toda clases de festejos en señal de duelo por las víctimas del naufragio del Príncipe de Asturias, entre los que se encuentran distinguidas y apreciables personas de Santa Cruz de La Palma. También sobre la “Misa de Réquiem”, en sufragio de las almas de los náufragos en el templo de El Salvador.
- Diario de Tenerife, el 18 de marzo de 1916, pág. 2, recoge:
-         La prensa de Santa Cruz de La Palma publica sentidos artículos necrológicos por las víctimas de la catástrofe del vapor español Príncipe de Asturias.

-Entre los pasajeros se aquella isla que sucumbieron en el trágico viaje figuraba D. Néstor Arozena y Arozena, D. Higinio Carmona Pérez, D. Ezequiel Benítez Rodríguez, su hermana Carmen y su señora madre, a cuyas familias enviamos nuestro sentido pésame
.
- El grancanario Diario de las Palmas, el 15 de marzo de 1916, pág. 1, publica los siguientes titulares desarrollados:
-         El naufragio del “Príncipe de Asturias: Salvamento de pasajeros y tripulantes. Londres 6; Primera Lista de supervivientes.- Suicidio del capitán. Río de Janeiro 6.-; Cerca de quinientas víctimas.- Horribles detalles. Río de Janeiro 6.-; La plana mayor del buque náufragos.- Algunos salvados y desaparecidos. Cádiz 7.-; Hablando con el Sr. Pinillos. –Lo que costó el buque.- Sus características- Pésame del alcalde de Cádiz. Cádiz 7.-; Lista de tripulantes y pasajeros salvados. Cádiz 7.-; Un telegrama del Rey. Sin nuevos detalles. Cádiz 8.- El pasaje de primera del “Príncipe de Asturias”. Cádiz 8.-; Restos del naufragio.- Manifestaciones de pésame Cádiz.8.
-         El tinerfeño Gaceta de Tenerife, el 16 de marzo de 1916, pag. 1: El naufragio del “Príncipe de Asturias”.
-         El grancanario Diario de Las Palmas, el 31 de marzo de 1916, pág. 1: La catástrofe del “Príncipe de Asturias". Una suscripción.
-         El tinerfeño El Progreso, el 5 de abril de 1916, pág 1: Los supervivientes de un naufragio.

- El tinerfeño Gaceta de Tenerife, del 10 de abril de 1916, pág. 2: Los náufragos del “Príncipe de Asturias". El acto de ayer en la parroquia de San Francisco.
(María Victoria Hernández Pérez).

1916 febrero 23.

EL VAPOR WESTBURN

El Westburn conocido también como El Carbonero fue un vapor de casco metálico con dos cubiertas, dos mástiles, popa elíptica, de 34 habitáculos y con un tonelaje bajo cubierta de 3026 tm. Construido por Short Brothers de Pallion Astilleros en Sunderland, fue botado el 31 de agosto de 1893 y bautizado con el nombre de Westburn en la casa de los Westolls en Tunstall. Su nombre proviene de la unión de West (por las primeras letras de la palabra Westolls) y de Burn (por el comienzo del nombre de soltera de la señora Westolls).

Para que no fuera apresado, los alemanes hundieron el Westburn con todo el cargamento de carbón frente a la playa de Las Gaviotas desembarcando la tripulación alemana por la Playa de Las Teresitas.

Tras algunos años de navegación, el 28 de diciembre de 1916 zarpó de la ciudad más importante de Gales, Cardiff, con un cargamento de carbón mineral de 4000 tm, pero se vio forzado a entrar en Liverpool debido a una avería producida por un temporal el 4 de enero de 1916, permaneciendo en el astillero por reparaciones hasta el día 21 de enero del mismo año. Zarpó con tiempo agradable y despejado y todo fue bien hasta las 5 de la tarde del día 8 de febrero de 1916, fecha en la que este vapor avistó un extraño buque acercándose cuando se encontraba a 610 millas al NNE de Pernambuco (Recife, Brasil).
Al día siguiente el jefe de oficiales, Mr. George Wilkinson, volvió a divisar desde el puente el mismo buque de la tarde anterior, que no era otro que el crucero alemán camuflado SMS Moewe, el cual se aproximaba maniobrando hacia el Westburn situándose a 7 millas y a 4 grados a estribor. Una hora más tarde casi había oscurecido y el buque alemán comenzó a realizar señales luminosas de Morse, preguntando por el nombre del barco. Inmediatamente desde el puente el capitán del Westburn, Mr. A.T. Cambell, con su oficial respondió a dichas señales, identificándose como el jefe de un buque danés.

Una vez identificado, el buque fue autorizado por los alemanes a proseguir su travesía, pero -cuál fue su sorpresa- al cabo de unas horas, exactamente a las ocho menos cuarto, el buque alemán disparó unas salvas de aviso, obligándolos a detenerse. El capitán Campbell paró máquinas de inmediato y del crucero alemán partió una lancha hacia el barco. Subió a bordo del carbonero un oficial alemán que, después de hacer las preguntas habituales, obligó a la tripulación y oficiales del Westburn a arriar los botes y dirigirse al buque alemán. Sin embargo, el Westburn no fue hundido una vez desalojado ya que el comandante alemán tenía otra idea.

Al día siguiente se abarloó el Westburn al Moewe y se trasladó a todos los prisioneros ingleses, en total unos doscientos, que transportaba el buque alemán procedentes de los barcos que había capturado y hundido. Una vez transportados los prisioneros y con tripulación alemana pusieron rumbo al puerto de Santa Cruz de Tenerife, llegando el 22 de febrero de 1916. Al día siguiente todos los prisioneros fueron conducidos ante el cónsul británico. Ese mismo día se sacó el Westburn del puerto de Santa Cruz de Tenerife, bajo bandera alemana pero, al ser divisado un buque británico en las proximidades (el HMS Sutlej), para evitar que fuera apresado el Westburn los alemanes lo hundieron con todo el cargamento de carbón a una milla de la costa próxima a San Andrés el 23 de febrero de 1916, desembarcando la tripulación alemana por la Playa de Las Teresitas.
En los años 1942 y 1948 buzos profesionales rescataron el carbón, que sirvió para alimentar las calderas de una máquina de vapor que trabajaba en las canteras próximas a San Andrés.

A una milla frente a la Playa de las Gaviotas (Long 28º30,494´N Lat. 16º 0,294´W) y a unos treinta metros de profundidad descansa para siempre el Westburn. El único recuerdo que nos queda de esta historia son sus restos sumergidos y la campana de la iglesia del antiguo pueblo de pescadores de San  Andrés. (Tomado de: archive.is/8v8C‎).
1916 febrero 24.
Tenerife:Costa de Anaga:RoqueDesembarco de prisioneros del corsario alemán Moeve
En la tarde de anteayer llegó a Tenerife el vapor inglés Westburn enarbolando el pabellón de guerra alemán. Este venía tripulado por varios marinos del corsario alemán Moeve y conducía a unos doscientos prisioneros procedentes de las tripulaciones de los vapores Corbridge, Author, Trader, Ariadne, Flamenco, Horace, Clan Mac-Tanish, Appan, Edinburg, Luxembourg y Drsmonthy, capturados y hundidos por el corsario. el Westburn fue apresado por el Moeve hace unos 20 días cerca de las costas de Brasil, a la altura de Pernambuco [...]. Luego el Westburn emprendió un peligroso y accidentado viaje a través del océano, esquivando el encuentro de los buques aliados hasta llegar a Tenerife. Los prisioneros ingleses fueron desembarcados en la mañana de ayer, embarcando luego en el vapor Athenic para Londres, y los de otras nacionalidades han quedado en Santa Cruz. Ayer a las tres de la tarde el Westburn, que se hallaba fondeado en la bahía, levó anclas, hizo rumbo a las playas de San Andrés y fue a estrellarse en las rocas inmediatas a punta Antequera. La tripulación alemana logró salvarse y ha ingresado en la cárcel por orden de la Comandancia de Marina. (Prensa de 1916)
1916 marzo 5.
Se hundía frente a las costas de Brasil el trasatlántico Príncipe de Asturias, el más grande, moderno y lujoso de la compañía española Pinillos, con 600 personas a bordo. El brutal choque contra los arrecifes hizo que el enorme buque desapareciera en el océano en menos de cinco minutos. Sólo hubo 147 supervivientes. 

La tragedia conmocionó a la sociedad de la época. Sin embargo, el manto del olvido pronto cayó sobre todos los que perdieron su vida en el fondo del mar y sobre sus desgraciadas familias.

En esa época la metrópoli presumía de que nada tenia que envidiar en flota de tranlatlanticos a otras grandes potencias, otra cosa era el tamaño de los barcos, que estaban adaptados a las infraustuturas de Sudamérica, donde barcos como el Titanic, no tendrían calado suficiente para el atraque países como Brasil, Argentina, Uruguay ninguno tenia puertos preparados para recibir semejantes monstruos, por eso las navieras españolas adaptaron los barcos a las características del continente sudamericano, pero no por eso el lujo y la tecnología estaban a la última, pero sigamos con el barco "Principe de Asturias"en España en esa época había dos grandes navieras, La Transatlántica y Pinillos, entre las dos había cierta rivalidad, en el año 1912 la naviera Pinillos se adelanta a la Transatlántica botando el mayor mercante jamas abanderado en España, el trasatlántico Infanta Isabel, el barco tenían un desplazamiento de 16500 toneladas, una eslora de 150 metros, la velocidad  de 18 nudos y transportaba 1900 pasajeros, dos años después se bota el gemelo, un esplendido barco, el Principe de Asturias,estos vapores fueron construidos en Inglaterra por los astilleros de Kingston,de los señores Russell Co. de Port Glasgow. Los dos barcos fueron construidos bajo la supervisión técnica de la compañía, tanto la maquinaria como el casco, son de tipo de cubierta de abrigo ligera y poseen la mas alta clasificación del Lloyd´s, 10A-I Shelter Deck., en su construcción se tuvo mucho cuidado con la seguridad del pasaje. El casco esta divido en varios compartimientos estancos y también el casco es de doble fondo en toda su extensión, todo subdividido en tanques de lastre de agua que pueden llenarse o vaciarse independientemente, ajustando asi la estabilidad del barco en cualquier condición de servicio, el Príncipe de Asturias tenia una eslora de 447 pies (150 metros),una manga de 58 pies y tres pulgadas y un puntal sobre la quilla de 93 pies hasta la cubierta de abrigo ligera. El tonelaje bruto es de 10000 toneladas y el desplazamiento de 16500 toneladas. Los motores de propulsión son dos maquinas alternativas gemelas de cuádruplo expansión que desarrollan una potencia de 8000 caballos, estan equilibradas  segun el reconocido sistema de Yarrow Schlick and Tweedy para eliminar la vibración, el barco puede trasportar cómodamente a 150 pasajeros de primera clase,150 de segunda 120 de tercera y 1500 emigrantes.el comedor es espectacular, esta adornado con paneles de roble japonés, los marcos son de nogal, en el centro del comedor hay una cupula preciosa elíptica con infinidad de cristales decorados, mediante esta disposición se aumenta la magnificencia del comedor, en estos momentos del relato, es cuando me acuerdo de la similitud con otra tragedia marítima, el Titanic, salvando las distancias,los dos son barcos gemelos y los naufragios, uno en la primera salida y el otro al año de su botadura, los dos barcos de gran lujo, pero sigamos con el Principe de Asturias,sobre el comedor esta el salón de música y antecámara, el techo es de Tynescastle, con unos dibujos delicados, la tapicería es de rosa y oro, los mamparos tienen paneles de tapicería de seda, con zócalos y muebles de caoba, aqui hay un piano magnífico diseñado especialmente para este barco, en cubierta hay un salón de escritura con biblioteca de uso exclusivo del pasaje, el estilo es de Luis XVI. En la popa esta el salón de los fumadores de primera clase, tiene paneles de nogal y los sofás son de cuero de tafilete.

La cubierta de botes y la del puente es espaciosa con paseos llenos de sillas y bancos,en la proa de cubierta hay unas artisticas cristaleras que abrigan a los viajeros de los vientos generados por la velocidad del buque. 

La cocina principal esta situada en la cubierta superior, para que los olores de la misma no puedan entrar en los camarotes,las cocinas disponen de los aparatos mas modernos de la época, etc.


El Principe de Asturias traducido a metros estos eran sus datos:
Eslora 150 metros
Manga 18,7 metros
Puntal 10 metros
Registro bruto 10.137 toneladas
Potencia 8000-11000 H.P.
Velocidad 18 nudos
Pasajeros de 1º 150
Pasajeros de 2ºy 3º-120/120
Emigrantes 1800



Si nos damos cuenta, a esta altura vemos la similitud con el Titanic, mas de la mitad del buque esta destinado a las clases altas, unas 400 personas el resto,1800 personas la otra mitad, mirado desde la perspectiva actual, un despropósito, pero sigamos, el Principe de Asturias entró en servicio el 16 de agosto de 1914. El mando se le confió a un viejo veterano de la naviera Pinillos:Don Jose Lotina Abrisqueta este capitan 15 años atrás encontrándose al mando del vapor Pilar,un viejo carbonero con cámara para llevar a algún viajero,se le corrió la carga en la costa Cantábrica,a pesar del fuerte temporal que estaba padeciendo,consiguió varar el barco en una playa,salvando a pasaje y tripulación así como la carga del buque.

El ultimo viaje del Principe de Asturias comenzó el 17 de febrero de 1916,aproximadamente un año y medio de su botadura,el barco estaba atracado en la Barceloneta en los muelles donde la naviera Pinillos tenia su tinglado,durante dias el barco se cargó con toneladas de lingotes de hierro,plomo,estaño y cobre,mas una carga muy especial, 20 estatuas de bronce con mas de 800 kilos cada una,embaladas en cajas de madera,estas estatuas iban destinadas a Buenos Aires para conmemorar el centenario de la independencia donadas por la colonia española. En el barco fueron embarcando multitud de pasajeros,los de primera y segunda clase eran de la burguesia catalana y vasca,salvo escepciones,también como era habitual viajaban gente del espectaculo,compañia de variedades,cómicos y particularmente un pianista catalán Juan Jose Sola Pujol,muy famoso en Sudamérica, se fue completando el pasaje,el barco zarpa de Barcelona en la tarde del 17 de febrero de 1916,despedido por multitud de familiares y curiosos,a bordo en la salida de Barcelona llevaba, 201 pasajeros, más 193 tripulantes.
En la foto,el capitán y los oficiales del buque.

El Principe de Asturias hace escala en Valencia el dia 18,donde embarcan mas pasajeros,luego el día 21 en Cádiz y mas tarde el dia 23 en las Palmas,donde completa el pasaje,de este puerto se pone rumbo a Brasil,en concreto a la ciudad de Santos,es su primera escala en continente americano,a dios gracias,que el barco tiene muy poco pasaje,en total entre pasajeros y tripulación eran 588 personas mas 5000 toneladas de carga, ¿se imaginan con casi 2000 pasajeros que podía llevar?

El dia 4 de marzo,el capitan Lotina,tenía previsto a ultima hora del dia llegar a Santos,pero el mar así como el tiempo empeoró sensiblemente,era nuboso con marejada del suroeste con lo cual la velocidad del buque bajó sensiblemente,el cielo estaba totalmente cubierto por lo cual los oficiales no podían usar el sextante,por lo tanto el buque navega por estima durante todo el dia,al atardecer comienzan a caer intensos chubascos,no se ve casi nada,el buque sigue navegando rumbo S70W,el 4 de marzo de 1916 a las 24 horas,entra de guardia en el puente de mando Antonio Salazar,primer oficial para relevar al tercer oficial,que había estado de guardia desde las 8 de la tarde,el mar empeora sensiblemente pasando de marejada a fuerte marejada,en el horizonte se observan multitud de rayos producidos por una tormenta,el 5 de marzo de 1916 a las horas la tormenta que Antonio Salazar había estado observando la tenían encima.

El cielo era un infierno de rayos,la visibilidad nula,el 5 de marzo de 1916,a las 03 de la madrugada,el oficial Antonio Salazar comunica por medio del tubo acústico al capitán que la visibilidad es totalmente nula y el mar imposible,en segundos aparece el capitán Lotina,que estaba despierto y preocupado ntra en el puente de mando y extiende la carta de navegación,está intranquilo,lleva sin corregir la posición del buque tres dias,navegando por estima,con fortisimas corrientes que tiraban hacia tierra,la zona es muy peligrosa,continuamente la aguja del compás se desviaba,la aproximación a la costa brasileña era muy peligrosa,estaban llegando a las proximidades de la isla de San Sebastian con su muy peligrosa Punta do Boy,ante la falta de visibilidad el capitán Lotina ordena hacer sonar la sirena del buque,la zona es muy transitada.
El 5 de marzo de 1916 a las 04,15 de la madrugada la tensión es fortísima,el capitán y los dos oficiales miran desde el puente con preucupación la luz del faro de Punta do Boy,de improviso,!un destello! a proa,Lotina se pone pálido,un segundo destello confirma la tragedia,el faro esta justo a proa del buque a menos de una milla del mismo,se dirigen directos contra los arrecifes a una velocidad de 10 nudos,el capitán Lotina se abalanza sobre la palanca y pone "atras toda"mientras grita la orden "todo a babor",el cuarto oficial se abalanza sobre los interruptores que cierran los compartimentos estancos del buque,ya era tarde,a las 04,15 de la madrugada el Principe de Asturias embarranca en los arrecifes submergidos de Punta Pirabura que están a milla y media de Punta do Boy,el impacto es tremendo con una masa de 16500 toneladas como tenáa el buque y a 10 nudos el barco salta literalmente fuera del agua,al caer se abre una brecha de popa a proa,el efecto es terrorífico,las calderas se sueltan en la sala de máquinas aplastando a los fogoneros que no pudieron parar las máquinas,el agua entra a borbotones,en el puente el capitán Lotina ordena que se envie un SOS y arrien los botes,las últimas palabras del capitan Lotina son hacia sus pasajeros, !todo esta perdido!Dios mio,segundos despues una enorme ola se estrella contra el puente de mando y lo hunde junto con el capitán,las calderas revientan,segun dicen los supervivientes el agua hervia,en los camarotes del pasaje la situación es terrible el barco se hallaba hundido de proa,en cubierta hay escenas lamentables,como un camarero Alejandro Lopez es atacado a cuchilladas por un pasajero que quería quitarle su chaleco salvavidas, un hombre rescata a su mujer y sus tres hijos y consigue llevarlos a cubierta, una enorme ola se los lleva,el hombre consigue cojer a un cuerpecillo y comprueba que no es su hijo, su mujer y sus tres hijos desaparecieron, un horror.

El 5 de marzo de 1916 a las 04,20 horas de la madrugada, han trascurrido cinco minutos desde la colisión del barco, el Principe de Asturias esta hundido de proa con la popa fuera del agua, los naufragos aturdidos miran las hélices del barco iluminadas por los rayos de la tormenta, al medio dia del 5 de marzo el capitán del carguero frances Vega mira desde el puente un montón de cadáveres así como multitud de fardos y enseres y restos de muebles e inmediatamente se da cuenta que tubo que haber un gran naufragio.
El total de muertos fue de 445 personas, hay quien eleva a 1000 por que muchos no tenían documentación.

 De los 588 pasajeros y tripulantes que viajaban, solo se salvaron 143 personas,esto a nivel oficial,pues algunos periodistas de la época dicen que en el barco viajaban de forma clandestina cientos de personas huyendo de la guerra mundial, algún periodista atrevido habla de mas de 1000 personas, nunca se sabrá.

En 1992 una sociedad brasileña diseñó un plan para recuperar las estatuas del famoso monumento argentino,la idea era donar las mismas para completar el mismo en Argentina en el quinto centenario,solo se recuperó una y en trozos,actualmente esta expuesta en el Museo Naval de Río de Janeiro.


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