José Barrios García
XIII
COLOQUIO DE HISTORIA CANARIO - AMERICANA
VIII
CONGRESO INTERNACIONAL DE HISTORIA DE AMÉRICA (AEA)
Ediciones
del Cabildo de Gran Canaria. Las Palmas de Gran Canaria, 2000
Introducción
Las
cifras de población de las Islas Canarias en los siglos inmediatamente
anteriores a la conquista castellana siguen siendo un tema enormemente debatido
por los estudiosos, cuyas estimaciones globales oscilan entre unas pocas
decenas de millar y las primeras centenas de millar.
La
gran mayoría de las estimaciones modernas basan sus análisis en la combinación
selectiva de ciertas informaciones proporcionadas por las fuentes
etnohistóricas, pasadas por el tamiz de las valoraciones personales —casi
diríamos que ‘intuitivas’— de sus autores. Sin faltar trabajos más audaces, al
introducir técnicas de “carrying capacity”.
Paradójicamente,
lo que todos estos autores tienen en común es la negación implícita oexplícita
de un aspecto económico básico de las antiguas sociedades isleñas, ampliamente
respaldado tanto por esas mismas fuentes etnohistóricas como por el análisis
más somero de su sistema económico: la existencia de censos demográficos
regulares entre las poblaciones mazigias de Gran Canaria en los siglos XIV-XV.
Nuestro trabajo presenta las
evidencias que sustentan nuestra hipótesis, abriendo víasnovedosas en la
investigación.
Gran Canaria en los siglos XIV-XV
Se
estima que la población de Gran Canaria en el período que nos ocupa era de unas
40,000-60,000 personas, denominados genéricamente canarios, que sostenían una
economía notablemente desarrollada basada en la agricultura de secano y regadío
(cebada, trigo), y en menor medida en la ganadería (cabras, ovejas, cerdos), la
recolección terrestre (raíces, frutas) y la recolección marina (peces,
moluscos).
La
cultura es básicamente oral, trasmitiéndose mediante cantares y recitados las
tradiciones culturales e históricas de la tribu. Arqueológicamente está
documentada la existencia de un cierto número de inscripciones alfabéticas
líbico-bereberes en diversos puntos de la Isla, así como una gran diversidad de
grabados en piedra, de tipología variada y significado impreciso. Las fuentes
escritas dan también una débil noticia de la existencia de pinturas que
servirían para anotar algún tipo de historia, así como de anotaciones de
cómputos calendáricos sobre madera y piedra (Barrios 1997).
Al
parecer, a principios del siglo XIV la
Isla se encontraba dividida en diversos cantones que se
repartían el poder político de la misma. En la segunda mitad de ese siglo,
Andamana y su marido Gumidafe, consiguieron unificar el poder de la Isla , fijando en la vega de
Gáldar la capitalidad política de la Isla. Este gobierno unificado se mantuvo hasta
principios del siglo XV, momento en que el linaje único de Gáldar, se escindió
en dos linajes complementarios que se reparten la Isla en dos ‘reinos’ o
guanartematos con capitalidad en Gáldar y Telde. Al parecer, cada uno de estos
guanartematos se encontraba dividido, a su vez, en seis demarcaciones o
cantones, cada uno de ellos al mando de un guaire o jefe cantonal. Debemos
suponer que estos cantones se subdividirían en linajes locales, cuya
representación ostentarían los jefes de familia.
La
población se encontraba fuertemente estratificada. La posición más alta la
ocupaba la nobleza, formada por el linaje real y linajes estrechamente
emparentados. En un escalón inferior se encontrarían los hidalgos, linajes
libres de la Isla sin parentesco directo con el linaje real. En un nivel
radicalmente inferior se encontrarían los trasquilados, es decir, aquellos
linajes sujetos al dominio de los anteriores, conformando un grupo de
sirvientes, caracterizado exteriormente por llevar los cabellos cortos o
trasquilados.
Según
sabemos por las fuentes escritas, los canarios estaban obligados a entregar una
parte de sus cosechas a determinadas personas que estaban encargadas de
almacenarlas y preservarlas por delegación del poder central.
Algunas precisan que esta parte era el 10 por
ciento de sus cosechas.
Estos
excedentes almacenados tenían tres destinos primordiales. Una parte se
destinaba a renovar las reservas de semilla de la Isla, asegurando la
estabilidad a largo plazo de la principal fuente de recursos alimenticios. Otra
parte se dedicaba a renovar las reservas de alimentos necesarias para prevenir
una catástrofe alimenticia en la siguiente siembra, incluyendo el socorro
puntual de grupos necesitados. Por último, una parte se dedicaba al sustento de
las personas encargadas del mantenimiento de las reservas y, quizás, de otros
colectivos indeterminados.
Aunque
las fuentes sólo los citen muy débilmente, dada la multiplicación de lugares
rituales por toda la orografía de la Isla, debemos suponer también la
existencia de un cierto número de representantes locales del poder religioso
distribuidos por ella. Según estas fuentes, ellos eran las autoridades locales
encargadas de velar por el correcto mantenimiento de las reservas alimenticias
almacenadas en distintos puntos de la Isla.
Censos de población
Ya
las primeras fuentes europeas proporcionan estimaciones razonables de la
población de las Islas. Podría pensarse que estas estimaciones son
exclusivamente europeas, pero el caso es que varios autores antiguos señalan
fuentes isleñas. Un testimonio particularmente notable se nos ofrece en varios
pasajes del Le Canarien.
Puis
se parti Gadifer de l’isle d’Erbanne en une barge, le XXV-e jour de jullet mil
CCCC et IIII et pour voir et aviser le pais de la Grant Canare […] et venismez
au port de Telde et y demourasmez II jours. Et se dient entr’euxl les Canarez X
mile combatans, mais Gadifer, qui y a esté ceste saison et l’autre d’avant, dit
que à son avis il n’en vit oncquez ensemble plus hault de VII à huyt cens
hommez. Le Canarien (1965 [1420 a.]: 121)
[…]
Les gend qui y habitent sont grant peuple et se dient six mille gentilz homes,
sans
ceuls d’autre condicion […]. Et Gadifer y a esté par deulx saisons tout à effect
pour voir leur maniere et leur gouvernement, leur etat et leur comune […].
Le
Canarien (1965 [1420 a.]: 131)
[…]
Et nous avons trouvé le testament des fraires chrestiens qu’ilz turent ore a
XII ans, qui estoient XIII personnes, pour ce, selon que les Canariens dient,
que euls avoient tramis lettres en terre de crestiens en contre euls, lesquelx
y avoient
demouré
sept ans, qui de jour en jour leir annoncioient les articlez de la foy
catholique; le quel testament dit ainsi: que nul ne se fie en euls, pour
semblant qui’l facent, cai ilz sont traistrez et sont VIm gentils hommes selon
leur estat […]. Le Canarien (1965 [1420 a.]: 73-75)
Años
más tarde, Zurara recoge una estimación de la población de las Islas, que explícitamente
adjudica a informaciones procedentes de isleños apresados por los europeos:
[…]
a pouoraçom destas tres jlhas aa feitura deste liuro, som per esta guisa: na
jlha que se chama de Lançarote morauam Lx. homêes. E na de forte ventura .Lxxx.
E na outra a que dizem do ferro auera doze homêes […]. Mas ha hi outra jlha que
se chama da Gomeira […] e esta sera de pouoraçom de vij c. homêes.
Na
outra jlha da palma moram .v c. homêes. E na seista jlha que he de tanarife […]
moram
seis mil homêes de pelleia. aa sseptima jlha chamam a gram canarea ê que auera
cinquo mil homêes de pelleia. Estas tres des do começo do mundo nunca forom
conquistadas, porê que forô ja dellas tomados muytos homêes de que souberom
casy todallas maneiras de seu viuer. E por que me parecerom muy desuairadas do
huso das outras gentes quero aquy dello fallar huû pouco […].
Zurara
(1978 [1452-1453]: 296-297)
Y por la misma época, Mosto
recoge la siguiente noticia sobre la población de las Islas, sin indicar su
origen: […] le altre tre [isole] habitate da idolatri sono maggiori & molto
meglio habitate, spetialmente duo, cio è la gran Canaria che fa da circa otto
in noue mila anime, Teneriffe che è maggior di tutte tre, che si dice hauer da
quattordici in quindeci mila anime, la Palma fa poca gente […].
Mosto (1895 d. de [145?]: 29
r - 29 v)
Estas
noticias son suficientemente reveladoras en sí mismas, pero lo cierto es que
fuentes canarias fidedignas señalan explícitamente la práctica de estos
recuentos poblacionales:
Yo
oí afirmar a muchos canarios viejos que fueron entonces: i todos concordaban en
esta verdad, que Guanarteme hizo receña quando llegaron los spañoles de nuebe
mil canarios de pelea; mas en el interín de el principio de la guerra, les fue dando
una morriña de que iban muchos acavándose; otros dicen que fueron dies mil i
más: llanamente más de dos tercios de ellos eran ia muertos quando la conquista
que fuera imposible ganarlos. Cedeño (1934 [1682-1687]: 4 v - 5 r)
[…]
i oi [i]o afirmar a canarios biejos de mucha verdad que en esta sazon [intentos
de conquista de Diego de Herrera] el guanarteme hizo contar la xte. que abia en
la isla de pelea i que hallo mas de dies mil onrs. de guerra qe. si no fueran
las enfermedads. qe. les dio de momodorra (sic) de qe. muriera mas de [los dos
terçios qe.] se ganara la isla con gran trabajo. Cedeño (1644-1650 c. [1575
1589]: 6 r)
El
testimonio atribuido al conquistador Antonio Cedeño deja poco lugar a dudas,
pues se encuentra en las tres versiones más antiguas conservadas de este texto,
cuyo origen común no debe de ser posterior al primer cuarto del siglo XVI
(Barrios 1985).
De
hecho, los testimonios de las fuentes implicando la práctica de recuentos de la
población guerrera de la Isla se suceden continuamente, aunque las cifras que
proporcionan difieren de unos autores a otros. Así:
[…]
Bentagoihe fue mucho mas poderoso que su hermano, porque tuvo a sus órdenes
catorce mil hombres de pelea. Egonaiga sólo tuvo cuatro mil, los cuales eran
casi todos nobles […]. Torriani (1978 [1593]: 97)
El
guanarteme de Telde, Bentagoyhe, […] juntaba de su tierra y término diez mil hombres;
tenía muchas y grandes poblaciones. El guanarteme de Gáldar, que se decía
Egonaygachesemedan, […] juntaba cuatro mil […]. Abreu (1977 [1632]: 172)
Por
otra parte, los recuentos poblacionales, lejos de limitarse a evaluar las
fuerzas guerreras de la Isla debieron estar plenamente enraizados en la
organización económica de ésta. Pues, según cuenta Torriani: Pocos años antes
de que la isla de Canaria fuese conquistada […] creció la gente en tanta
cantidad, que ya no bastaban las cosechas para su manutención, y empezaron a
padecer carestía, a tal punto, que […] hicieron una ley inhumana, que se
matasen todos los hijos después del primer parto […]. Habiendo desagradado a
Dios la continuación de tan inhumana costumbre, que se había ya observado por
largo tiempo, envió entre ellos la peste, la cual en pocos días destruyó los
tres cuartos de la gente. Así, fueron obligados a revocar su ley, para
rehacerse […].
Torriani
(1978 [1593]: 115-116)
Siendo
obvio que su cuantificación de las oscilaciones demográficas de la Isla sólo
puede proceder de fuentes indígenas.
Por
último, merece destacarse que varios autores antiguos han dejado constancia del
cuidado y la meticulosidad con que se gestionaban las reservas alimenticias
guardadas en los silos comunales.
[…]
quando tenian falta de agua para sus panes tenian persoas. recojidas i de buena
bida qe. la pedian poniendose en lugares altos qe. [e]staban señalados para ello
i estos heran como a mana. de monjas que guardauan castidad i flailes (sic) los
qles. resebian sierta pte. de los frutos q. se coxian en la tierra i los ponian
en cuebas que tenian pa. ello i lo guardaban vn año i quando benia el tpo. de coger
otro esquilmo de cada cossa no podian resebir aquella pte. sin que primo.
gastasen de lo del año pasado dandolo a los pobres i pa. esto abia grande
[orden] i perso[n]as diputadas destos religiosos q. lo hazian guardar […]. Cedeño
(1644-1650 c. [1575-1589]: 16 v)
[Las
vírgenes canarias] resevian para su sustentacion ciertos frutos de la tierra a manera
de diezmos que les daban los vezinos y las encerraban y guardaban en cuevas que
tenian diputadas para ello y le iban gastando con su raçon y quenta en
todo
el año. En llegando otras mieses no resebian de el sustento que les avia
sobrado hasta que no se gastasse si solo admittian de lo que tenian necessidad
la parte que les tocaba y si por estar de un año reconosian que tendria
corrupcion o que era muy sobrado todo lo repartian con la otra enferma [pobres]
dexando solamente lo simplicitar necessario para passar la vida. Tenian en
estas cassas grandísimo govierno y orden y personas [diputadas de estos
religiosos] de buena vida y fama que les administraban [...] Sosa (1994 [1678]:
286)1702
A modo de conclusión
Dado
que no conozco ninguna fuente etnohistórica, no ya que niegue, sino que tan
siquiera ponga en duda la idea transmitida, entre otros muchos autores, por los
redactores del Le Canarien, Gomes Eanes de Zurara, Antonio Cedeño (en sus tres
versiones), Leonardo Torriani, Fr. Juan de Abreu Galindo o Fr. José de Sosa,
sobre la existencia de censos de población en la isla de Gran Canaria, tanto
con fines guerreros como con fines socioeconómicos: el número, variedad y
calidad de las fuentes exhibidas que lo afirman taxativamente, demuestran
fehacientemente la práctica sistemática de dichos censos en la Gran Canaria de
los siglos XIV-XV.
Ello
debería forzar claramente un nuevo enfoque metodológico en el estudio de la
demografía antigua de Canarias, que distinga categóricamente las cifras de
población procedentes de las estimaciones europeas, de las procedentes de los
censos indígenas.
Para
terminar una reflexión. ¿Cómo es que un hecho tan obvio desde el punto de vista
de la organización económica de una población agrícola-ganadera, obligada a
vivir prácticamente aislada durante miles de años, señalado explícitamente
—además— por las fuentes etnohistóricas, ha podido pasar totalmente inadvertido
para los estudiosos?
Es una pregunta que dejo en el aire para la
reflexión o el debate.
BIBLIOGRAFÍA
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Sosa, Fr. J. de 1994 [1678] Topografía de la Isla Afortunada de
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Traducción del italiano con introducción y notas, por A. Cioranescu. S/C de
Tenerife,
Goya. Zurara, G. E. de
1978 [1453] Crónica dos feitos notáveis
que se passaram na Conquista da Guiné por mandado do Infante D. Henrique.
Introduçao e notas pelo Académico de Mérito T. de Sousa Soares. Lisboa, Academia
Portuguesa da Historia, vol. 1.
NOTAS
1
Ver por todos Macías (1992),
con cuyas estimaciones de población concordamos bastante, aún disintiendo en
parte con su argumentación.
2
Macías (1992).
3
Arqueológicamente, son muchos
los ejemplos de silos fortificados repartidos por la orografía de la Isla que
tradicionalmente se suponen destinados a este fin.
4
Cf. Bonnet 1943, Álvarez
1949, Macías 1992, Jiménez 1998.
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