Territorio de Aceró en
Benahuare (La Palma).
Se
trata de una historia real que la tradición oral y escrita nos ha legado,
sucedida en los últimos momentos de la invasión y conquista castellana.
Transcurría
el año de 1493, los awuaras contrarios a la invasión extranjera se refugiaban
en el territorio de Aceró "lugar fuerte" (Caldera de Taburiente)
dispuestos a resistir los ataques del enemigo. Al frente de los alzados se
encontraba el valeroso Atanausú, que por dos veces rechazaron las incursiones
de los europeos.
Ante tanta frustración, el capitán de los mercenarios castellanos Alonso Fernández de Lugo, decide un encuentro amistoso para dialogar y pactar con los restantes nativos, pero esta cita en el lugar conocido como "paso de Adamacansis" era una patraña para poder apresar a tan osado guerrero.
Atanausú,
contrariado, antes de acudir al encuentro, ordenó a su pueblo que se refugiasen
en los lugares más elevados e inaccesibles de La Caldera , pero el gélido
aire de la alta montaña trajo la muerte de niños, mujeres y ancianos, y como un
lamento que surgió de las entrañas de la tierra, se oyó la expresión Aysuraguán
"el lugar donde se helaron".
Capturado
Atanausú por un vil engaño, fue hecho prisionero y parte de su pueblo
esclavizado. Amordazado y encadenado el líder fue enviado a España como trofeo,
pero éste, amante de la libertad y orgulloso de su raza, prefirió dejarse morir
de hambre en alta mar, alimentando el mito que ha quedado en la leyenda.
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