martes, 3 de marzo de 2015

LUIS SAAVEDRA MORA

1935 junio 22.

Nace en San Cristóbal de La Laguna, Tenerife, Luis Saavedra Mora

LUIS SAAVEDRA MORA EN EL RECUERDO

Foto tomada en el Estadio Municipal del Puerto de la Cruz “El Peñón” al principio de los años sesenta del siglo XX. En donde Luis actuó como capitán del CD. Puerto Cruz (en el centro con el banderín). En un encuentro amistoso; CD. Puerto Cruz – Boldkluben CF.  de Dinamarca. Realizando en los prolegómenos del encuentro el saque de honor, la entonces bella dama portuense Victoria Fernández, Miss Tenerife.


Su primer contacto con el mundo del fútbol se produjo en el Puerto de la Cruz, en las filas del recordado Once Piratas de Roberto Hernández Illada. Con posterioridad ingresó en el UD. Orotava, donde permaneció hasta el año 1956, cuando se comprometió con el Real Unión de Tenerife. Con el equipo del popular Barrio Chicharrero “El Cabo” se proclamó campeón insular de la Primera Regional y realizó una destacada campaña. Posteriormente fichó por el CD. Tenerife jugando  en la defensa del representativo en la temporada 56-57.

Desarrolló la mayor parte de su carrera como futbolista en el Valle de La Orotava, en los principales equipos de la zona. Primero con el UD. Realejos, regresando al UD. Orotava a jugar una liguilla interregional. Al finalizar esta ficha por el CD. Puerto Cruz, entonces entrenado por el grancanario “Godoy”, donde realiza una gran campaña, retirándose definitivamente de los terrenos futboleros.

El segundo de sus cuatro hijos, Luiso Saavedra, fue un destacado jugador de la Unión Deportiva Las Palmas y Elche CF. Uno de los grandes pivotes de la cantera orotavense en particular, y canaria en general. Un gran amigo de toda la vida.

Fue su entrenador en el conjunto unionista, Luis Guiance, quien recomendó su pase al CD Tenerife, en el tramo final de la temporada 56-57. Aunque su posición habitual era de defensa lateral izquierdo o central, el entonces preparador blanquiazul, Diego Lozano, decidió alinearlo como extremo zurdo, en lugar de Manolín, durante una salida doble a Córdoba y Puente Genil. Coincidió en su debut con Santos, Óscar, Lozano, Tosco, Villar, Alemán, Tomás, Julito, Antonio y Juanito Padrón.

Al término de la temporada citada, Saavedra fichó por el UD. Realejos, donde jugó dos años, antes de cumplir el servicio militar en Melilla. De regreso a la isla, regresó al UD. Realejos, UD. Orotava y finalmente al CD. Puerto Cruz (donde se inició como futbolista). Aunque el Tenerife pretendió llevárselo de nuevo a su plantel en el año 1961, igual que anteriormente el Real Club deportivo Celta de Vigo y el Real Betis Balompiés de Sevilla, el futbolista prefirió concluir su andadura deportiva en el Valle de La Orotava.
Tenía diez años un servidor cuando lo vi jugar por primera vez en un partido de fútbol en el Estadio Municipal “Los Príncipes de Los Realejos”, en un encuentro al que acudí en mano de mi recordado padre Juan Álvarez Díaz, en que se enfrentaban el UD. Realejos al CD. Puerto Cruz (recién ascendido a la máxima categoría del fútbol tinerfeño), le vencieron los portuenses por el rotundo 0 – 5. Recuerdo que el inolvidable jugador portuense “Tito del Pino”, cuando arrancaba con el esférico, Luis Saavedra iba a por él, y Tito tan inteligente, le decía que se acercará, tanto fue así que en muchas ocasiones le pasó el balón por debajo de sus largas y corpulentas piernas, y el esférico terminaba en la red de la portería del UD. Realejos entonces defendida por el orotavense Fernando Linares.

Luis Saavedra, vivió toda su vida en La Orotava, donde se casó, pernotó y fabricó su hogar familiar en el popular Barrio “Los Cuartos”. Trabajó como profesional de la pintura en la construcción hasta su retirada definitiva.

Desde aquí le doy las gracias por su caballerosidad dentro y fuera de los campos de fútbol, aunque su forma de ser era un poco escrupulosa. Espero que en el otro lugar muy desconocido, lugar de la esperanza, del descanso y de la paz, siga con su hobby de toda su vida “El fútbol”. Gracias Luis, hasta siempre.

El amigo y convecino de La Villa de La Orotava, Arquitecto Técnico – Aparejador retirado, Ángel García González, me manda estas notas del perfil futbolero de Luis Saavedra Mora: “…Ayer día siete de Diciembre del 2013 murió en La Orotava un gran amigo y un deportista ejemplar: Luis Saavedra Mora. Se inició para el futbol en el Once Piratas del vecino Puerto la temporada 49-50. A punto de cumplir los 18 fichó en U.D. Orotava en segunda categoría, resultando campeón de zona. La temporada siguiente la jugó en el C.D. Norte, ya en sus horas bajas hasta que desapareció. Retornó a la U.D. Orotava en la temporada 1954 - 55, debutando en el Estadio Insular contra la U.D. Las Palmas, en partido amistoso de devolución de visita, pues los amarillos habían estado en Los Cuartos por las fiestas locales en el anterior junio. Fue como una premonición, pues andando el tiempo esa sería la segunda casa de su hijo Luiso. En la temporada 1956-57, a punto de cumplir el servicio militar, marcha junto con Lalo al Real Unión, donde se destaparían ambos, hasta tal punto de  formar en abril  en la Selección Regional de 1ª categoría. En mayo es incorporado al C.D. Tenerife en 2ª división nacional, siendo alineado por Lozano en el puesto de extremo izquierdo, seguramente con tareas defensivas, en la doble salida a Córdoba (7-4) y Puente Genil (0-4). Estos 8 goles salvarían al equipo de la promoción de descenso, puesto que quince días más tarde terminaría la Liga con tres equipos empatados a puntos, pero el Tenerife con 71 goles a favor. Su actuación personal fue prometedora, pero a la temporada siguiente no siguió el entrenador y no siguió Luis Saavedra en el Tenerife.

Regresó de nuevo al Norte fichando en la U.D. Realejos donde sería pieza fundamental del equipo como defensa central. En abril de 1961 realiza su tercera etapa como jugador de los "copos de nieve”, pues a pesar de proclamarse campeón  de liga, solicitaron su participación como refuerzo para la liguilla inter-regional.

Y de aquí al C.D. Puerto Cruz, en la temporada 1961-62, donde cumpliría una de las etapas más brillantes del equipo del Peñón y de donde se retiraría, no por falta de facultades, sino porque su importante empresa de pinturas requería todo su tiempo. Pero seguiría "matando el gusanillo" durante diez años más en el Barsa, un equipo de aficionados del Barrio San Antonio de La Orotava…”

El amigo y convecino del Puerto de la Cruz ex alcalde de la ciudad, Salvador García Llanos me manda estos perfiles de Luis Saavedra y de otros portuenses que nos han dejado para siempre, titulando “AMIGOS QUE SE HAN IDO EN ESTA SEMANA DE INCLEMENCIAS METEOROLÓGICAS (DICIEMBRE DEL 2013). PERSONAS DE BUENAS CAUSAS QUE HICIERON DE LA AMISTAD UN LAZO RESPETUOSO Y TOLERANTE”: “…Amigos que se han ido en esta semana de inclemencias meteorológicas. Personas de buenas causas que hicieron de la amistad un lazo respetuoso y tolerante.

Luis Saavedra Mora fue futbolista destacado en aquel todopoderoso Puerto Cruz de la década de los sesenta. El arquetipo del que entonces se llamaba medio volante. Alto, fornido, pujante… su presencia en la cancha era siempre sobresaliente. Se había iniciado en el Juvenil Once Piratas. También jugó en el Real Unión, Realejos y Orotava. En las efemérides del sitio web de Bruno J. Alvarez hay una entrada muy pormenorizada de la trayectoria de Saavedra, quien ya retirado, aún lucía hechuras en el Barsa, un equipo de aficionados de la Villa. Ahí acreditó la resistencia de los buenos deportistas a alejarse del todo. Luego le vimos seguir de cerca la trayectoria de su hijo, Luiso, quien destacó varias temporadas en el primer equipo de la U.D. Las Palmas. Saavedra, con un talante que se agradece, nos hizo varias observaciones a juicios y comentarios que hacíamos en la radio. Pintor de la construcción, hizo también de su profesión un modelo de entrega y responsabilidad. Le recordaremos siempre, sobre todo, porque hizo inolvidable aquella línea media casi infranqueable: ‘Barrebarre’-Saavedra (El primero era un jugador palmero, procedente de Los Llanos de Aridane, también de alta estatura, que desde el Puerto Cruz saltó al Canarias de Venezuela).

Tomás Oliva fue el prototipo del socialista que trabaja en silencio, sin alharacas. Comprensivo, tolerante, respetuoso con todo y con todos. Sí había que desplazarse a Santa Cruz para cualquier menester, ahí conducía Tomás. Si había que cargar preparando un mitin o un acto público, ahí estaba Tomás. Si había que llenar sobres con votos y folletos, el primero era Tomás. Si había que sufrir en silencio las amarguras de una derrota electoral –y él conoció varias consecutivas-, Tomás siempre estaba presente. Nunca pedía nada, nunca se extralimitaba, nunca ambicionó nada. Parecía la suya una actitud pasiva, resignada; pero nada más lejos de la realidad: allí siempre hubo un socialista comprometido y activo que encarnaba los valores ideológicos de quien sabe que hay que trabajar para ganarse la vida con dignidad. Su militancia, discreta, silenciosa, eficiente, discrepante cuando había que serlo, ha sido un ejemplo. ¡Cuántos Tomás Oliva necesita el socialismo!

Y en el Puerto de la Cruz decimos adiós a Lope Afonso González, viejo amigo de infancia y adolescencia durante las que compartimos vivencias y episodios que evocamos con agrado. Lope es el autor de una célebre frase, pronunciada en público al principio del sermón de la procesión del Encuentro de Viernes Santo en La Orotava. El sacerdote comenzó con mucho énfasis:

-¡Hombres de La Orotava, mujeres por antonomasia!
Y Lope que se levanta, exclama:

-¡Oiga! Y los del Puerto, ¿qué pasa?
Tras la que se marcharon buena parte de los jóvenes portuenses que, como era tradición, después de la procesión del Cristo crucificado, habían acudido a la cita villera.

Lope, por cierto, fue el conductor durante muchos años de la venerada imagen del Gran Poder de Dios. Un conductor al que algún cofrade u otros acompañantes iban guiando pues desde el interior del carro transportador no se veía nada.

Dedicado a la actividad comercial muchos años –luego sería vigilante privado-, Lope Afonso siempre quiso colaborar en aquellas convocatorias locales vinculadas al deporte y actividades lúdicas o recreativas. Una de ellas fue las ’24 Horas de ping-pong’ promovida por el Cima Club. En cierta edición, que tuvo como marco el parque San Francisco, logramos memorizar uno de los eslóganes de reconocimiento, repetido cada hora y media, según la cantidad de público que hubiera:

“Se está jugando con pelotas de la marca Dunlop Barna Tres Coronas, cedidas gentilmente por la firma Fotopesca Maricumbre”.

En cierta ocasión, tras discrepar con su primo Francisco, quien fue alcalde de la ciudad entre 1979 y 1984, a propósito de la adaptación peatonal de vías, fue objeto de una broma que, por fortuna, no pasó a mayores. El inolvidable Chicho Vázquez simuló la grabación de una entrevista radiofónica que se iba a emitir en uno de los programas más escuchados entonces. Lope no arremetió contra su primo alcalde pero se preguntó una y otra vez quién le asesoraba, qué técnicos le habían dicho que cerrara tantas calles. Cuando días después supo que la entrevista nunca fue emitida, no se enfadó.
-Lo mejor que hiciste-, le dijo a Vázquez.

Era una expresión de su buen corazón, de su predisposición tolerante. Hoy sábado se efectuará su cristiana sepultura. Reciban su esposa Leonor, sus hijos Lope (concejal del Ayuntamiento), Gemma y Leopoldo (presidente de la cofradía del Gran Poder de Dios), una sentida condolencia…”

Luís Saavedra Mora fallece en la Villa de La Orotava el día 7 de Diciembre del 2013, a la edad de 78 años. (Bruno Juan Álvarez Abreu)


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