Cachondeo, y encima
recochineo... De todo, menos popular
Antonio Javier Gómez Jiménez
(doctor en pedagogía y
sociología de la educación – javilalaguna@hotmail.com)
Recuerdo el nombre de una
película muy españolada y muy simpática: ¿por qué lo llaman amor cuando quieren
decir sexo? Pues esto del Partido Popular, sigue la misma curiosa problemática:
su nombre parece y resulta ser si nos detenemos a pensarlo con dos dedos de
frente, nada tiene que ver con lo que se supone debería ser si fuera realmente
o sirviera realmente para lo que se supone su nombre representa y luego es
realmente. Vamos, que es y hace todo lo contrario de lo que dice que es y dice
que hace...
Es decir, sabemos que el partido
comunista es el partido del proletariado; que el partido socialista es casi lo
mismo, pero algo diferente, pues dice ser el partido de todos los trabajadores,
incluso de burgueses que se hacen pasar por currantes, pero tienen chachas,
subordinados y esclavos asalariados, a quienes por lo general si pagan, pagan
tarde, poco y mal; también que hay partidos ecologistas, cuyos temas
principales son la defensa de la naturaleza, flora y fauna; pero, ¿y un Partido
Popular? ¿A quién se supone que busca representar un partido popular? Empecemos
por definir y entender qué significa popular.
Popular puede significar muy
famoso, muy conocido, hasta por la portera o el portero de un equipo de tercera
regional o el centrocampista derecha de un equipo que juegue al aire libre y
sin líneas marcadas, como los niños y las niñas que dicen de vista si el balón
se salió o no del campo. Igualmente, popular también es palabra y concepto que
define, principalmente de manera cultural, a las masas populares, que se
caracterizan por no distinguirse por una elevada formación superior, crítica o
abstracta; ni por disponer de millonarias cuentas corrientes; por dedicar su
tiempo libre a descansar tras currar, consumiendo películas de Rambo hasta tres
y cuatro veces las cinco o seis partes sin parar, con alianza popular con el
cine o por alquiler de videoclub; por tener como lecturas y aficiones
principales y habituales programas de prensa rosácea y televisión, deportes,
toros, consumir el credo, ir a misa de manera más o menos asidua, con más o
menos fe, y utilizar toda su energía a tratar de ser al menos mínimamente feliz
en la batalla de sacar o vivir de manera más o menos feliz con el trabajo
doméstico que supone alimentar, cuidar y atender una familia con unos ingresos
que a penas cubren la vivienda, alquilada, o comprada, o heredada, y llenar un
poco la nevera. Sean generosos conmigo, y no exijan que en tan corto espacio
haga una definición absolutamente perfecta de las clases populares. Pero no
dista mucho de lo que en este párrafo he descrito. Al menos, a la mayoría de
dicha inmensa mayoría.
Evidentemente, si analizamos a
quiénes son en el partido político PP sus más fanáticos interesados y conocidos
militantes, esos que van a los mítines en coche y no se pierden una foto con
algún parlotero del PP candidato a cualquier villa, pueblo, aldea o barranco,
al margen de quienes simplemente sólo cogen una papeleta de la gaviota para
ponerla en la urna con fe a que la virgencita se quede congelada y recia de por
vida como está, ¿cómo es posible que tales representantes no teniendo nada que
ver con las clases populares, sean tan buenas personas que sólo viven
preocupadas por salvar con sus soluciones la vida de esas personas de las
clases populares a las que no sólo no pertenecen, sino que en el fondo desprecian,
salvo que les voten, y toca callarse la opinión...? Sí, es cierto, es así:
ocurre que alguien que aborta es mala persona, ya no por haber follado con
alguien que puede ser sobrino, nieto o hijo o asalariada de alguien de la
burguesía, sino por no votar al PP. Salvo que aborte, y vote al PP, y entonces
en vez de mala persona, pasa a ser alguien que con ir a confesarse, ya no queda
excomulgada, ni del partido popular, ni de las urnas, ni del recuento de los
votos.
En fin: vimos aquella telenovela
“Los ricos también lloran”. Evidentemente, todas las personas son de carne y
hueso. Pero aunque tienen el estómago conformado por los mismos órganos, hay
quien lo usa más y mejor que quienes a veces ya ni tan siquiera lo usan, sin
importar la edad de quien lo tenga en la panza, en la barriga o entre pecho y
espalda.
El Partido Popular nos pretende
convencer que el patrón es buena persona, y que su mejor forma de ayudarnos, es
darnos el privilegio de estar a su servicio. Aunque es evidente que es el
burgués quien está al servicio nuestro, pues se esfuerza y preocupa mucho de
salvarnos la vida al darnos empleo... Como somos tan inútiles y tan poco
inteligentes como ellos...
No sólo son ricos, limpios y
famosos. Dicen que vienen de familias humildes. Que fue casual y por azar o
designio de dios que dejaron de ser pobres. Que rezándole a dios consiguieron
prosperar. Que siendo obedientes, honrados, trabajadores, le dieron estudios a
sus hijos e hijas. Y que ahora que pueden disfrutar, ¿por qué no hacerlo?
¿Acaso es pecado ambicionar un chalet, un yate, un elenco de camareros a tu
servicio, salir en las portadas y entrevistas, y además de todo eso,
conseguirlo todo y más? Se puede ser rico, y a la vez tener las manos
limpias...
Dicho todo esto, es evidente que
hay una contradicción insalvable entre lo que son quienes dirigen el Partido
Popular, y lo que se supone deberían ser: las clases populares necesitan
estudiar, pues el PP en vez de ayudarles poco a hacerlo, encima les dice que
recen, que algo de suerte siempre hace falta en los exámenes, y ponte una
vela...; las clases populares necesitan comer, pues el PP les ayuda a recoger
comida del contenedor que el Estado les pone en la calle, porque ya que no
tienen nevera, ahí se conserva al cuidado de las ratas de alcantarilla; las
clases populares necesitan no enfermarse, pues el PP las ayuda sacándolas de
quicio, con horarios laborales agotadores, sin tiempo libre para relajarse, y
con píldoras antidepresión, o puentes para que el suicidio al saltar sea
infalible; las clases populares necesitan pensar y hacer su propia historia,
pues el PP se encarga de ayudarles a reflexionar, para eso les pone fiestas
donde se cultiva la sensibilidad, como la matanza de toros, el estrangulamiento
de gallinas, el desfile de cabras por la pasarela Cibeles; las clases populares
necesitan cariño, pues el PP se encarga de enseñarle a la mujer que ellas están
naturalmente dotadas mejor que el hombre para quedarse en casa, dar abrazos,
poner la mano en la frente, y abrirse de piernas porque las putas a algunos les
quedan tan caras que ni para preservativos; las clases populares sufren de
soledad, pues el PP les llena la sala de estar de niños y familia numerosa...
Si es que está claro que si hay alguien que entiende bien a las clases populares
es el Partido Popular. Lo malo, o al menos lo extrañísimo, es que ese
conocimiento en vez de utilizarlo por parte del PP para ayudar a mejorar las
vidas de los comunes mortales que viven en el total anonimato salvo el día de
la esquela final, lo que hacen es populismo, y decir que es amor cuando quieren
decir amargar la vida a las clases populares.
Por lo tanto, más que Partido
Popular, debería llamarse Partido Antipopular, Partido Populista, o Partido
Porrompompompero. Luego ya, siendo así de sinceros al presentarse ante el
público y el electorado, que sean las ganas de sufrimiento propio, masoquismo y
sadomasoquismo a libre elegir de cada quien, lo que decante el voto. Así no nos
llamamos a engaños ni a desengaños...
¿Cómo ha podido durante tanto
tiempo engañar a tanta gente, aunque los haya tan ruines que verdaderamente
casi hacen buenos por afinidad en su malicia e inhumanidad a estos ultraruines
del partido popular, especialistas en crueldades? Será por eso, porque es
simplemente gente, un grupo de personas acumuladas, de pensamiento amorfo e
impuesto, ¿que a veces razona cuando no se la atosiga con problemas o derrotas
de la roja? ¿Y cómo puede seguir llamándose Partido Popular a una congregación
de burgueses, pijos, clasistas y tan anti clases populares? Que conste que no
los llamo casta. Sólo digo que estos salvapatrias y resucitapobres precisamente
si hay algo con lo que se llenan los bolsillos es con el uso de cualquier
bandera de cualquier patria, y con el abuso que hacen del sudor y del cerebro de
los pobres... ¿Popular, dice...? Oiga, será un broma...
No me jodas, dijo un jodedor
jodiendo a un jodido... Y nunca se escuchó en manifestación alguna del Partido
este, que se manifestasen y corearan el eslogan más popular que existe: El
pueblo unido jamás será vencido. Salvo que lo hagan de recochineo..., ¿será
porque en vez de ser el partido de los pobres del pueblo, es el partido
populista que se hace pasar por pobre, pero porque se marchan sin pagar, no
porque no les sobre para pagar casi todo lo que se les antoje...? Suelen pensar
que lo más importante es el dinero en la vida... Dime cuánto tienes, y te diré
quién eres... Tanto tienes, tanto vales... Hasta que Sabina cantó aquello de:
eran tan pobres que no tenían más que dinero...
¿Cómo? ¿Que mucha queja, y poca
alternativa o solución al respecto? ¿Pues no te digo que tras la reforma
agraria, las gallinas enterradas florecerán en forma de huevos rellenos de oro?
El nuevo presidente el PP ya tiene su eslogan y proyecto económico: de cada
huevo enterrado, nacerá un par impar de gallinas...
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