martes, 9 de julio de 2013

VALLE DE GUERRA-VII







TOMADO DE MI LIBRO INEDITO: EL MENCEYATO DE TEGUESTE: APUNTES PARA SU HISTORIA

CAPITULO-VIII

 



Eduardo Pedro García Rodríguez





EL AYUNTAMIENTO DE VALLE DE GUERRA



“En las islas de realengo, el Cabildo se configura como institución única de gobierno con sede en Las Palmas (Gran Canaria), Santa Cruz de la Palma (La Palma) y La Laguna (Tenerife). Característico de los cabildos realengos es la perpetuación de los oficios de regidor, la implantación de los corregidores con carácter definitivo (en Gran Canaria y Tenerife) a partir de la década de 1630, la presencia de diputados del común (4 en Gran Canaria y Tenerife, 2 en La Palma) a partir de 1766, el absentismo de los regidores sobre todo en el siglo m y XIX y la coexistencia de regidores electivos en virtud de la real orden de 17 de octubre de 1824 con los regidores perpetuos hasta su extinción en 1835.

El régimen municipal único implantado en las islas a raíz de la conquista entra en crisis tras la aprobación por las Cortes de Cádiz de un nuevo modelo de organización municipal, conservando únicamente el sistema de elección de los diputados del común, personero y alcaldes reales o pedáneos. Los cabildos en 1812-14 y 1820-23 se convierten en ayuntamientos de las respectivas ciudades capitalinas y el modelo de ayuntamiento integrado por dos alcaldes, varios regidores y dos personeros se extiende a los pueblos de cada isla, continuando el mismo proceso de elección gradual. La experiencia o balance, por su corta duración y porque dichos ayuntamientos, salvo los capitalinos, nunca llegaron a tener poder económico, no fue positiva. Tras el paréntesis constitucional se vuelve al modelo municipal absolutista: Cabildo y pueblos con alcaldes, diputados y personero.

Estos núcleos, con su mayor o menor antigüedad, surgen en función de dos factores característicos de la sociedad del Antiguo Régimen: carácter agrario y carácter religioso.

La construcción de iglesias o ermitas, más tarde convertidas en parroquias, condicionan y estructuran la concentración del hábitat en torno a ellas, pero al mismo tiempo estos pueblos surgen como necesidad de asentamiento agrícola.

Además de la no coincidencia de los límites parroquiales y civiles hay que destacar otro aspecto importante: no siempre la parroquia precede a lo que podríamos llamar el “municipio”. Ello quiere decir que el rasgo que distingue a unos núcleos de población con entidad propia frente a otros pagos o barrios que se convierten en pueblos independientes en el siglo xix y xx, es la existencia de un alcalde real o pedáneo en cada uno de ellos. Y en todos ellos el alcalde precede al párroco.

Con la desaparición en 1836 del modelo municipal del Antiguo Régimen basado en el Cabildo-isla, la mayoría de los núcleos de población que se habían venido configurando, primero con sus alcaldes y después con sus diputados del común y síndicos personeros, van a consolidar su situación como ayuntamientos con plenas competencias políticas y económicas. Gran Canaria ve convertidos en ayuntamientos los 21 núcleos de población que se han

En Tenerife también subsisten en 1836 como tales ayuntamientos los núcleos de población formados en los siglos anteriores: La Laguna, Santa Cruz, San Andrés, Taganana, Punta del Hidalgo, Tejina, Valle Guerra, Tegueste, La Esperanza, Tacoronte, El Sauzal, La Matanza, La Victoria, Santa Ursula, Puerto de la Cruz, La Orotava, Realejos de Arriba, Realejos de Abajo, San Juan de la Rambla, La Guaricha, Icod, Garachico, El Tanque, Los Silos, Buenavista, Santiago, Guía, Adeje, Vilaflor, Arona, San Miguel, Granadilla, Fasnia, Gúimar, Arafo, Candelaria y El Rosario. Lo que caracteriza a la isla es el proceso de reducción de ayuntamientos más que de creación de otros nuevos.  (Vicente Suárez Grimón)

Como hemos dicho la promulgación en la metrópoli de la Constitución de 1812 la cual fue de obligada aplicación en las colonias administradas por España, en sus artículos 309 a 337 bajo el título Del gobierno interior de las provincias y de los pueblos, los citados artículos establecen que habrá ayuntamientos en los pueblos que lleguen a mil almas, a los que se les señalarán el término correspondiente. Los ayuntamientos estarán compuestos por el alcalde o alcaldes, los regidores y el procurador síndico, presididos por el jefe político. El 320 establece que en todo ayuntamiento habrá un secretario, elegido por éste por pluralidad absoluta de votos y dotados con fondos del común. El citado texto legal recoge en su articulo 321 contiene un listado de las competencias de los ayuntamientos y señalar que la doctrina mantiene que la verdadera autonomía municipal radica en la existencia de una lista de materias y servicios que constituyen el núcleo de la autonomía municipal.
El Achimenceyato de Valle de Guerra al igual que otros pueblos vecinos tuvo ayuntamiento propio, el ayuntamiento inició su organización oficial inmediatamente después de promulgada la Carta Magna en la que se señalaba que “todos los años en el mes de diciembre se reunirán los ciudadanos de cada pueblo para elegir a pluralidad de votos, con proporción al vecindario, determinado número de electores que residan en el mismo pueblo y estén en el ejercicio de los derechos ciudadanos”.
Su territorio abarcaba desde la costa hasta la cumbre a 980 metros de altura lindando con el ayuntamiento de Chicayca (El Rosario), Tacoronte, Aguere (La Laguna) abarcando dentro de su territorio actuales pueblos como Guamasa, El Ortigal, y La Cruz Chica.
Según publica F. Fernández, 1952. Del padrón de 1780 de Valle de Guerra se deriva que en este año contaba con noventa y dos vecinos y su alcalde era Don Salvador García. De principios del siglo XIX  J. Primo de la Guerra en su diario I (1976) ciento cincuenta y dos da cuenta de la elección del alcalde en fecha 31 de diciembre de 1802.
Como curiosidad veamos alguno apuntes anotado por J. Primo de la Guerra: El 27 de enero en el Valle.—Ayer por la mañana estuvo en casa el alcalde de este lugar, Francisco García, mayordomo de don Juan Dapelo.

Díjome que Figueroa le ha dado cuenta de los vecinos de Guamasa que entran, a robar leña en el monte, que ha castigado algunos sacándoles las multas, pero que para la enmienda se re­ quiere despacho del corregidor.
El 20 de marzo de 1802: Ayer, día de San Josef, a la salida de misa dio el alcalde García una reprimenda al vecindario por haber hallado tiznado el cartel de una cédula real que había mandado fijar en la puerta de la ermita. Esta cédula (que vi ayer tarde) es cometida al comandante general y contiene el arbitrio de media anualidad sobre todas las rentas dimanadas de donativos de la Corona, con destino a la extinción de vales reales.
Miércoles 25 de agosto de 1802: Ayer se hizo en Tejina la fiesta de San Bartolomé. La víspera en la noche hubo palos y uno de los heridos fue el alcalde de este lugar, Francisco García, quien tomó parte en la pendencia por ir a contener a los que peleaban. Y mas adelante: Salió electo alcalde del Valle de Guerra para el año próximo Domingo Alfonso de Armas, vecino del Boquerón, medianero en la hacienda de Carta que poseen el capitán Don Diego Reguera y Don Luís Fonspertuis.
Más tarde, con la Constitución de las Cortes de Cádiz en 1812 que, como otras, intervenían en la ordenación y administración, se acordó que aquellas localidades que tuvieran parroquia o ermita podrían constituirse en municipio independiente. A partir de aquí son muchos las localidades que solicitaron ayuntamiento propio.
Al igual que otros Ayuntamientos del Menceyato de Tegueste, el de Valle de Guerra por dificultades económicas se vio obligado a pedir su agregación al de San Cristóbal de La Laguna. El quince de mayo de 1846 el ministerio de la Gobernación de España comunica la siguiente Real Orden.
Conformándose S. M. con lo propuesto por VS., y  por esa diputación provincial se ha servido mandar que se suprima el Ayuntamiento de Valle de Guerra, y que su territorio se agregue al distrito municipal de La Laguna.

Una ciudadana de Valle de Guerra conserva un bastón de mando de la antigua alcaldía del valle, el periodista Domingo Barbuzano en un interesante artículo publicado en el periódico El Día (10 de febrero de 2008) nos informa de la existencia de esta pieza de la historia local.
En el mencionado articulo el periodista recoge: “Dña. Concha Mendoza González, guarda, desde hace 20 años, la vara de mando de los antiguos alcaldes que tuvo el antiguo Ayuntamiento de Valle de Guerra que, según la documentación consultada, se remonta al menos a 1780, año en que su alcalde fue Salvador García.
Dña. Concha Mendoza contó que la vara se la regaló su tío Francisco Herrera Bello, cariñosamente conocido como "Pancho El Latonero", quien la obtuvo, a su vez, de un vallero al que llamaban "Juan El Secretario", biznieto del último secretario que tuvo el Ayuntamiento de Valle de Guerra en 1846, año en que cerró sus puertas dicho consistorio y lo asumió el de La Laguna. El citado Juan usaba la vara por los caminos como elemento de apoyo dada su edad y Francisco Herrera la recuperó, al cambiársela por uno de los valiosos bastones que hacía.
Está convencida de que si no hubiese sido por su tío y por su entrega a cuidar la vara, Valle de Guerra no tendría hoy dicho e importante símbolo del acontecer histórico-administrativo de su pueblo.
“Al admirar cada día la vara -dijo Concha Mendoza- pienso en los diferentes alcaldes que lucharon por Valle de Guerra y me da fuerzas para seguir su ejemplo y ayudar en lo que pueda para que este pueblo lagunero tenga cada vez un futuro más próspero como así está sucediendo”. (Domingo Barbuzano, 2008)
Valle de Guerra en la actualidad cuenta con una población cercana a los 10.300 habitantes, está formado por distintos barrios o zonas; en la costa tenemos La Barranquera, más arriba La Hondura, La Biromba, El Realejo, La Herreña y El Cantillo, Toscas de Abajo, Toscas de Arriba, Juan Fernández; en el centro se encuentra El Puente, La Plaza, El Moral y Lomo Solís y a más altura tenemos Los Collazos, San Francisco, Calle El Vino, El Consumo, El Boquerón y Garimba.
Templos católicos en la localidad
Ermita de Nuestra Señora del Rosario

 El historiador Carlos Rodríguez Morales en relación a este templo recoge:
“La bibliografía relativa a la primitiva Ermita de Nuestra Señora del Rosario, en el Valle de Guerra —sobre la que en 1924 fue erigida la parroquia de la localidad—, refleja opiniones diversas sobre sus comienzos. A falta de datos concluyentes, Rodríguez Moure recogió la tradición de que “se consideró siempre del vecindario”; Padrón Acosta, Trujillo Cabrera y Hernández Perera la identificaron con el oratorio de la hacienda de la familia Carta; y Cioranescu, con otro oratorio dotado por Alonso Vázquez de Nava en 1604. A grandes rasgos, quienes tras ellos se han referido al templo han mantenido la confusión: González Cairós afirma que fue erigido en 1721, fecha que recoge también el expediente incoado para la declaración de la Librea como Bien de Interés Cultural por el Cabildo Insular de Tenerife, en 2001. Un rápido paseo por internet confirma estas dudas, que se extienden a la fecha de origen de la Librea, sobre la que se llega a asegurar que su primera representación «está datada» en 1604.
Por fortuna, el hallazgo de varios documentos de principios del sigo XVII en protocolos notariales de La Laguna —conservados en el Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife— nos ha permitido desvelar el verdadero origen de esta ermita y la identidad de sus fundadores y primeros patronos, como dimos a conocer en un artículo publicado en Estudios Canarios. Anuario del Instituto de Estudios Canarios, en 2008, en el que pueden consultarse con detalle las citas documentales y bibliográficas que sustentan este trabajo. Asimismo, los documentos referidos informan sobre otros aspectos de interés que contribuyen a precisar y enriquecer el conocimiento sobre el pasado de esta zona de la Isla que, como se sabe, toma su nombre del apellido de la familia que durante siglos tuvo amplias posesiones en “el pago y término de Tacoronte, que ahora se llama Valle de Guerra.” (Carlos Rodríguez Morales).

Hacienda y Ermita San Francisco y San Miguel

La familia Guerra construyó para su residencia la casona que hoy es conocida como la Casa de Carta, nombre que adquirió al ser vendida en el año 1726 a esta familia, y que actualmente alberga una de las sedes del Museo de Historia y Antropología de Tenerife.
De aquella época en la que la familia de colonos los Guerra gobernaba el pueblo, data también la Ermita y Hacienda de San Francisco de Paula, fechada en el siglo XVII.
Actualmente es propiedad privada y no se puede visitar. Otra casona antigua digna de admiración, que data del siglo XVII es la Casa de Armas, situada en la subida del Lomo Solís hacia el Boquerón.
Tradiciones y fiestas
En torno al templo parroquial del Rosario, giran las tradiciones más importantes del pueblo: las fiestas en honor a la Virgen del Rosario, celebradas en octubre y las fiestas en honor a San Isidro Labrador y Santa María de la Cabeza, celebradas en mayo.

El día 15 del mes de mayo se celebra la festividad de San Isidro Labrador, teniendo como eje principal de las fiestas la Romería en honor al santo, en la cual sale en procesión junto al desfile de carretas adornadas con productos típicos del campo, en agradecimiento al santo y su ayuda al logro de las cosechas. Además de las carretas, acompaña el jolgorio de los grupos folclóricos y el reparto de comidas y vino de la tierra a todos aquellos que se acerquen a disfrutar de la romería.

Rememorando

"En el año 1944 D. Diego Rodríguez González compró la actual imagen de San Isidro por un valor de 525 pesetas, incluyendo la yunta de vacas. Esta imagen la tenía conservada en su casa de La Laguna el cura D. Manuel Díaz Pacheco, quien pudo rescatarla de las llamas en un incendio que destruyó la iglesia de El Chorrillo de donde D. Manuel era titular en tiempos de la Guerra Civil de los españoles. Este sacerdote vino luego a nuestra parroquia, entre los años 1948 y 1952 y logró desarrollar multitud de aspectos dentro del campo de la cultura. Así, creó la Unión Artístico-Musical de Valle de Guerra, mejoró el coro parroquial, facilitando que actuara en directo en Radio Club Tenerife en más de una ocasión, compuso varias marchas y pasodobles,  composiciones para grupos de cuerda, coro, etc.

A D. Diego le acompañaba ese día D. Juan Abreu, quienes se dirigieron luego a la casa de D. Isidoro Calzadilla en La Laguna para regresar al Valle en su coche. Eran las seis de la tarde y ya les esperaban D. Pepe Ramos y D. Pedro Rodríguez con cohetes y  algarabía junto a la iglesia.

La otra imagen del santo, algo más pequeña, había sufrido un percance durante el transcurso de una procesión unos años antes, cayéndose al suelo y perdiendo la cabeza.

Esta imagen fue a parar, con el consentimiento de D. Bernabé el párroco, a la finca que D. Isidoro Calzadilla tenía en la costa de Valle de Guerra.

En el año 1947 D. Ignacio Rodríguez, D. Pedro Pérez y D. Juan Abreu le pidieron permiso al cura y llevaron el santo en procesión a La Hondura, después de haberla celebrado en la plaza. Antonio Herrera preparó donde hoy está el Bar La Hondura, junto a un mollero de piedras, un entarimado a modo de púlpito donde el cura realizó la plática.

Por 37 pesetas consiguieron comprar unos cohetes y buscaron en
Tejina cuatro músicos que amenizaran algo la comitiva. Por fin los consiguieron, pero con la condición de que tan sólo tocarían desde el Barranco de Lirio hasta La Hondura y regreso. La polémica fue grande cuando a partir del Lirio la música dejó de sonar. Al día siguiente el cura mandó a llamar a D. Ignacio Rodríguez para pedirle explicaciones pero claro, contestó Ignacio, –¿qué más se nos puede pedir por 37 pesetas para música y fuegos cuando a usted le costó la banda que trajo a mediodía 300 pesetas y no se movieron de la esquina de la plaza, mientras el Santo rodeaba la iglesia hasta la puerta de entrada?” (Antonio González González).


La Batalla Naval de Lepanto

Durante años trató el papa Pío V de levantar una liga católica contra el poderío religioso y comercial turco en el Mediterráneo, en 1569, el Rey de España Felipe II aceptó formar paree de la Santa Liga junto con Venecia y el Papa, tanto para conjurar la amenaza turca, como para terminar con las esperanzas de los moriscos granadinos.

La alianza cristiana no se logró por completo hasta 1571, porque Venecia recelaba de los españoles tanto como de los turcos, finalmente, al no lograr las concesiones que pretendía de Selim II, se adhirió a la Liga, cuya flota se fue reuniendo durante el verano de 1571. En total se juntó una fuerza de más de 250 naves, entre galeras, galeazas, fragatas y barcos de carga y unos 30.000 soldados. El mando supremo lo ostentaba Juan de Austria, impuesto por España, que proporcionaba más de la mitad de los barcos y dos tercios de los hombres.

La flota cristiana se dividió en cuatro escuadrillas: la primera, que ocupaba el centro o “batalla”, la mandaba Juan de Austria -asistido por Luís de Requens y Alejandro Farnesio- con la colaboración de Sebastián Veniero el jefe veneciano- y Marco Antonio Colonna -el jefe de las fuerzas pontificias; la segunda la mandaba Andrea Doria -genovés al servicio de España-; la tercera estaba a las órdenes de Álvaro de Bazan, marqués de Santa Cruz; la cuarta, a las del veneciano Agustín Barbarigo; y había, además, un grupo de exploración, mandado por Juan de Cardona. Las flotas se encontraron en el Golfo de Lepanto, iniciando el fuego la capitana turca, donde alzaba sus banderas el almirante Alí.

El 7 de octubre de 1571, los turcos perdieron en el golfo de Lepanto (en la Grecia actual) 224 bajeles (de los que 130 quedaron en poder de la Santa Liga, mientras unos 90 naufragaron). Sólo 40 lograron huir. Perecieron 25.000 otomanos, entre ellos su general, Alí Bajá, quedando cautivos 5.000. De la armada cristiana se malograron 15 bajeles y 8.000 hombres; de ellos 2.000 eran españoles, 800 pontificios y los restantes venecianos. A cambio lograron la libertad de 12.000 cristianos que los turcos llevaban como remeros en sus galeras

Sin embargo, fue tal el éxito para la Iglesia Católica que ésta quiso dar celebridad universal, a través de la institución en su memoria, la festividad del Santo Rosario. Así, añadió a la Letanía Laureana el verso Auxilium cristianorum (auxilio de los cristianos).
Uno de los buques de la armada estaba pilotado por el criollo awuara (palmero)
En el municipio awuara (palmero) de Barlovento se representa el 15 de agosto, en honor de la Virgen y patrona del municipio Nuestra Señora del Rosario, la Batalla de Lepanto. Esta representación festiva de moros y cristianos tiene lugar en los años terminados en 0, 3, 5 y 8. La demarcación municipal ocupa hoy el antiguo cantón o reino precolonial de Tagaragre.
Algunos autores han querido ver una relación directa entre la implantación de la fiesta de la batalla de Lepanto en Barlovento y el hecho de que el capitán awuara (palmero) Francisco Díaz Pimienta (†1610), quien fuera piloto de la armada de don Juan de Austria en la batalla de Lepanto, ejerciera posteriormente como maestre de campo de la compañía de milicias populares de este lugar. A esta interpretación se suma otra no menos importante: la patrona de Barlovento es la Virgen del Rosario,  como sucede en Valle de Guerra, advocación mariana directamente relacionada con Lepanto.
El Capitán Francisco Díaz Pimienta, fue un excelente náutico y según biógrafo Lorenzo Rodríguez, el Oficial más sobresaliente de la Armada de Felipe II y, como tal, tomó parte en la célebre Batalla de Lepanto, distinguiéndose sobre todos por su pericia, arrojo y valor.”
Nacido en Puntallana, Benahuare (La Palma), fue hijo de Diego Díaz Pimienta y de Mayor Franco, portugueses afincados en esta Isla, y tuvo dos hijas, Inés y Lucía. En su testamento no nombra a su hija bastarda Jacinta, habida con Mencía de Oca, vecina de Sevilla, a la que dejó 1000 ducados del tercio y quinto de sus bienes. También tuvo otra hija bastarda, Catalina, casada en 1598, la cual premurió a sus padres y no dejó descendencia.
Existe un documento que nos da una clara idea del arrojo y valor de los que hablaba Lorenzo Rodríguez: “á la vez que relata algunos de sus servicios. En él, Díaz Pimienta y esposa, queriendo fundar un mayorazgo perpetuo en favor de sus hijas y de la descendencia legítima de éstas, se habían dirigido al Rey Felipe II. El 6 de marzo de 1606 el monarca expidió real cédula que dice: Que por cuanto D. Francisco Díaz Pimienta le había servido mas de 30 años en los destinos de Cabo de tres compañías de infantería y Castellano de una de las fortalezas de esta ciudad; y que en tiempo del General D. Álvaro de Flores y de D. Francisco Coloma habían ido con una nave de su propiedad á acompañar las fragatas que salieron de La Habana, é impedido que el inglés se llevara una que tenia apresada, la cual salvó, así como que habiendo sido destrozada por efecto de una tormenta la Capitana, del mando del D. Francisco Coloma, la socorrió con su nave, le concedía la gracia solicitada….”
La Librea de Valle de Guerra
No dejan de ser curiosas y llamativas las diferentes representaciones de la Batalla de Lepanto que se hacen, históricamente, en Canarias; más que nada por el hecho del alejado contexto, en relación a la geografía insular, donde sucedió. Sin embargo, estas escenificaciones en el Archipiélago vienen de muy atrás en el tiempo y, sin lugar a dudas, hay dos que destacan por su especial interés: la de Valle Guerra en Tenerife y la de Barlovento en La Palma.
La Librea del pueblo de Valle de Guerra es una importante manifestación cultural y etnográfica que cuenta con más de cuatro siglos de historia y que ha sido declarada Bien de Interés Cultural. Esta representación de teatro popular está basada en la Batalla de Lepanto que tuvo lugar en Europa en 1571 entre turcos y cristianos, y se realiza en Valle de Guerra coincidiendo con la celebración de las fiestas en honor a Nuestra Señora del Rosario, patrona de este pueblo.
 La primera representación de la Librea de Valle de Guerra está datada en 1604, coincidiendo con la inauguración de la capilla que el criollo Alonso Vázquez de Nava construyera en sus propiedades del Valle, y en la que se rindieron honores a los soldados cristianos de la Liga Santa
 “La Librea de la Virgen es símbolo de identidad cultural de un pueblo que ha sabido combinar el crecimiento social y económico de sus habitantes, sin perder el vínculo con sus ancestros.
La escenificación de la Librea de Valle de Guerra es un acto cultural, tipo auto-sacramental, fuertemente arraigado en la cultura popular, no sólo en la comarca del Nordeste de Tenerife sino en toda Canarias, que se ha convertido en el símbolo de identidad más representativo del pueblo de Valle de Guerra.
El desarrollo secuencial de la representación de La Librea contempla dos aspectos diferenciados, pero a su vez complementarios: por una parte, el desfile de los barcos de la Virgen, y por otra, la representación de la batalla naval con su preámbulo de relato de acontecimientos históricos.
Hasta el año 1966, aproximadamente, los dos barcos de la Virgen recorrían el sábado por la tarde el trayecto desde el barrio de La Hondura (donde se aprestaban) hasta la plaza de la iglesia, que era de tierra en aquel entonces. A la llegada de los barcos se establecía una carrera alrededor de la iglesia vieja (hoy desaparecida) entre ambos barcos, ganando aquel que consiguiera hacer el recorrido en menor tiempo.
En la actualidad, la noche del acto se realiza una procesión en la que, tras los oficios religiosos, una escuadra compuesta por seis soldados y un Capitán, ataviados con trajes de la época (que le dan la denominación de Librea) y fusiles que son reproducción de los que se utilizaron en el segundo tercio del siglo XVI, escoltan a la Virgen del Rosario alrededor de la iglesia. Previamente, el Capitán de la escuadra de escoltas ha solicitado permiso al párroco, para hacerse cargo de la custodia de la imagen sagrada y, concedido el permiso, prometen devolverla al templo en las mismas condiciones que le fue entregada.
La representación de La Librea está dividida en cuatro actos: la introducción histórica, que relata los acontecimientos que se vivían en Europa a principios de 1570; los prolegómenos del combate, acontecidos en las armadas cristianas y turcas antes del enfrentamiento; la batalla y posterior derrota del ejercito turco; y la rendición de los vencidos y su ofrecimiento a la Virgen del Rosario.
Todo el evento está acompañado de música especialmente seleccionada para cada acto, y de efectos pirotécnicos especiales.” (BienMeSabe, 2012)
La figura del capitán Díaz Pimienta en La Laguna y su influencia pro Librea
Entre los contactos que el Capitán Díaz Pimienta debió mantener como consecuencia del desempeño de sus cargos, eran frecuentes los de carácter militar, cuya cúpula de mando estaba establecida en La Laguna, con todo lo que ello suponía en la propagación de la heroica gesta de La Liga Santa, siendo tema de conversación en las reuniones que con frecuencia se celebraban en los diferentes círculos sociales de la ciudad de Aguere.
Además, como Regidor Perpetuo de La Palma, se relacionaba con cierta frecuencia con el igualmente Regidor Perpetuo de Tenerife, Don Álvaro Vázquez de Nava II, tío de Inés de Castilla.
También Lucía, la hija de Díaz Pimienta, casó con el Alférez Mayor de La Palma y Alguacil de la Inquisición en Canarias, circunstancia que contribuyó a la propagación de las hazañas bélicas de su padre por el resto de las islas, y por tanto también en La Laguna y en el Valle de Guerra.
Pero los vínculos del Capitán con Tenerife no se limitaron al ámbito cívico-militar, sino que además los tuvo de tipo filial, ya que su hijo -también llamado Francisco-, nacido en 1594, estuvo viviendo en Garachico en casa de unos tíos “que lo criaron algunos años con amor y afecto de padres”, lo que a buen seguro -entendiendo la mentalidad de aquellos tiempos-, sirvió para que en todo Tenerife se hablara del Capitán Díaz Pimienta, de la Batalla de Lepanto, y de La Virgen del Rosario, a propósito del enorme trasiego de gente de todos los sitios que diariamente entraba y salía en Garachico, pues casi todo el tráfico marítimo con la isla se efectuaba desde su puerto, el más importante de Tenerife hasta 1706 con motivo de la erupción del volcán que sepultó el puerto y parte de la ciudad, pasando a desempeñar el papel de puerto principal el de Santa Cruz.
No es de extrañar pues, que tanto en La Laguna, como en el propio Valle de Guerra, la gente estuviese al corriente de los sucesos  de Lepanto y de la intercesión atribuida a la Virgen del Rosario en la victoria, así como de la existencia de una ermita de la Virgen del Rosario en Barlovento –Isla de La Palma-, de las celebraciones de fiestas que en su honor le brindaban los soldados de las milicias, y de las noticias que llegaban de Sevilla rememorando las Suntuosas Fiestas de 1572 en honor a don Juan de Austria y sus héroes de Lepanto, por lo que habida cuenta del fervor religioso predominante en la época, es presumible que los vecinos del Valle de Guerra que acudían a la ermita a escuchar misa, participaran de las fiestas en honor de la Patrona del Rosario, admirados por las milagrosas y legendarias noticias que de la gesta de Lepanto les iba llegando.
De confirmarse esta circunstancia podríamos encontrarnos en una coincidencia de fechas por la que, el día que doña Inés de Castilla inauguraba la ermita de Nuestra Señora del Rosario del Valle de Guerra, pudiera haberse celebrado algún tipo de fiesta conmemorativa de los sucesos de Lepanto, dando lugar a lo que desde entonces se conoce como La Librea.
Ambas fiestas, la de Barlovento y la de Valle de Guerra han sido declaradas Bien de Interés Cultural. Categoría: Bien de Interés Cultural con categoría de ámbito local
Declaración
: Decreto del Gobierno Autónomo 157/2009, de 15 de diciembre
El origen y establecimiento de esta fiesta en Barlovento, a la que se refieren también como "moros y cristianos" o "La Naval", es confuso. La tradición oral habla de su celebración durante todo el siglo XX, lo que significa que provenía de épocas anteriores, hecho que según los investigadores no se ha podido comprobar de forma documental.
La primera referencia a la "Fiesta de Naval" se encuentra en el libro segundo de la cofradía de Nuestra Señora del Rosario, en las cuentas de los años 1802 a 1810 y de 1811 a 1829, donde consta el pago de gastos en pólvora para "La Naval". Bien pudiera ser esta fiesta el origen de la representación de la Batalla de Lepanto.
La declaración como Bien de Interés Cultural, con categoría de ámbito local, a favor de la Librea de Valle Guerra (Decreto 132/2007 de 24 de mayo), ha supuesto una gran alegría para el pueblo y, particularmente, para la Asociación de Amigos de La Librea que durante los últimos años ha trabajado dura y concienzudamente con la intención de aumentar el reconocimiento popular e institucional de este acto.

Otras fiestas


Fiestas Nuestra Señora del Carmen: En el barrio costero y pesquero de La Barranquera se celebran las Fiestas en Honor a la Virgen del Carmen, cuyo día grande se embarca a la Virgen desde el pequeño muelle hasta la zona de El Apio.
Fiestas San Roque: Las Toscas de Abajo venera cada agosto a San Roque, llamado cariñosamente "San Roquito". Una pequeña fiesta de tres días en la que el costumbrismo canario es abundante.

El Club de Lucha Rosario de Valle de Guerra
La lucha canaria es la más popular de  las disciplinas y juegos deportivos vernáculos de las Islas Canarias. Es practicada en todo el archipiélago por miles de luchadores que mantienen una larguísima tradición que tiene su origen en los juegos de luchas cuyo origen hunde sus raíces en el pueblo guanche antes de la invasión y conquista por los españoles en el siglo XV.
Como en muchas otras localidades de Tenerife, desde finales del siglo XIX las luchas espontáneas en Valle de Guerra, practicadas en las eras vecinales, fueron el origen del Club de Luchas Rosario. En 1943 un grupo de entusiastas, aficionados y luchadores, formados en las escuelas de Tegueste y Valle de Guerra, fundaron el Club Deportivo Rosario.
Comenzó compitiendo en Segunda Categoría, luchando en las eras de Genaro, la de Cho Manuel Candelario, la de la curva de Chiclana o la de don Ramón Jorge. Tras dos temporadas asciende de categoría, siendo las décadas de los años 50 y 60 las más brillantes en la historia del club, ganando la liga en 1958.
Salidos de la prolífica cantera de luchadores que siempre ha tenido Valle de Guerra, al Club han pertenecido destacados luchadores. Entre ellos, los inolvidables José Gutiérrez (Chaval I), Felipe Ledesma y Gregorio Dorta, a los que posteriormente se le siguieron luchadores de la talla de Manuel Gutiérrez (la viejita), Honorio García (Chaval II) o José García (Chaval III).
Desde 1993, compitiendo en la Primera Categoría de la Liga de Lucha Canaria, el Club de Luchas Rosario tiene su terrero oficial en el “José Gutiérrez Chaval I”
En su dilatada trayectoria el Club ha tenido altibajos y momentos de crisis, llegando incluso a desaparecer durante algunos pequeños periodos. Sin embargo, una y otra vez ha vuelto a renacer gracias al esfuerzo y la ilusión de los muchos valleros, luchadores y aficionados, quienes mantienen con entusiasmo la larga tradición de la lucha en Valle de Guerra y vivo uno de los clubs más señeros de la historia de la lucha canaria.
El 18 de mayo de 2010 en Museo Historia y Antrpología de Tenerife ubicado en  la Casa de Carta en Valle Guerra tuvo lugar una exposición en homenajea, a esta laureada entidad deportiva de la Lucha Canaria. Dicha exposición estuvo compuesta por archivos de imágenes fotográficas, multimedia, paneles explicativos, figuras troqueladas de los más insignes luchadores, trofeos, vestimenta y demás recursos, ofreció un recorrido por la historia de la Lucha Canaria a través del Club de Luchas Rosario.
La lucha canaria mantenida durante siglos como divertimento popular, modernamente se convirtió en una disciplina deportiva regulada institucionalmente a través de clubs y federaciones. En la actualidad la lucha canaria es practicada siguiendo lo estipulado por el Reglamento de la Federación de Lucha Canaria de 2003, donde se define como: “Un deporte vernáculo de las Islas Canarias, caracterizado por su habilidad y nobleza, teniendo como principio básico el desequilibrio del contrario/a hasta hacerle tocar el suelo con cualquier parte del cuerpo que no sea la planta del pie, empleando para ello, con un buen agarre, una serie de luchas, mañas o técnicas”.
Si bien su origen está indiscutiblemente asociado a como queda dicho a los guanches de las Islas, documentado en numerosas referencias de historiadores de todas las épocas, la lucha canaria ha experimentado, sin embargo, importantes cambios en su evolución hasta convertirse en un deporte de competición. En las últimas décadas, las transformaciones económicas y de las prácticas sociales y culturales de la población canaria, desde la dieta y hábitos alimentarios hasta nuevas formas de ocio, han contribuido a la tendencia a la profesionalización de los luchadores y a la institucionalización de la lucha canaria como deporte.
Recientemente el Club de Luchas Rosario ha conseguido la Copa de Subcampeones de la Liga Gobierno de Canarias de primera categoría.
Así mismo, el 28 de septiembre de 2012 falleció uno de los grandes luchadores de Valle Guerra, el histórico Domingo Hernández, directivo durante más de cuarenta años del Rosario Estación Servicio El Mirador y presidente de honor de este equipo,  Precisamente, Hernández había recibió un homenaje el domingo anterior en la Plaza del Cristo, con motivo de la luchada de las Fiestas del Cristo de La Laguna, en reconocimiento a su amplia trayectoria en pro de la lucha canaria en Valle de Guerra, donde ha estado más de 40 años vinculado al Rosario. La enfermedad le impidió recibir el cariño de los aficionados, y fue su hijo quien recogió este agradecimiento.
Club Deportivo Valle de Guerra
El Club Deportivo Valle de Guerra por el recientemente ascendió  a la categoría senior a Preferente, convirtiéndose en el único equipo del menceyato que militará en esta categoría durante la próxima temporada 2010/2011.

Banda de Música

La asociación Nuestra Señora de Lourdes, de Valle de Guerra, y Amigos del Arte, de Güímar, actuarán este domingo día 10 de abril en la Sala de Cámara del Auditorio de Tenerife “Adán Martín”. Dicho concierto, que dará comienzo a las 11:30 horas con entrada libre hasta completar aforo, se enmarca dentro de Las Bandas de Música en Primavera, ciclo anual que aglutina a las 37 bandas de música de Tenerife.

Iniciará el concierto la Asociación Musical San Pedro de El Sauzal que, bajo la dirección de Francisco José Guijarro Gutiérrez, interpretará una selección de la ópera Carmen, de Bizet; la obertura de Lawrence de Arabia, arreglada por Hans van der Heide, y Recordándote, de Medina y Legui. Aunque se trata de un municipio de tradición musical, no fue hasta 1987 cuando el proyecto de creación de la banda fue consolidado por el alcalde Paulino Rivero y su equipo de gobierno.

La Asociación Musical Nuestra Señora de Lourdes, de Valle de Guerra, continuará con un programa de obras que incluye Festa Paesana, de Jacob de Haan; Té para dos, de Vincent Youmans, y Playas de Río, de Kees Vlak. Esta agrupación, que será dirigida por Francisco J. Molina Ramos, fue fundada en 1992 con el fin de reverdecer la herencia musical de la Unión Artístico Musical de Valle de Guerra. Los primeros pasos concretos se dieron cuando, dos años más tarde, se abrió la academia musical que prepararía a los músicos para la primera cita frente al público el Jueves Santo de 1995. En estos últimos años, la banda ha visitado todos los municipios de la Isla y ha participado en todos los festivales organizados por la Federación Tinerfeña de Bandas de Música.
 
Finalizó el concierto, bajo la batuta de Benigno González Coello, la Asociación Musical Amigos del Arte, de Güímar, que interpretará el pasodoble Yakka, de José Pascual Vilaplana; el poema sinfónico Cassiopea, de Carlos Márquez, y Benny Goodman Memories, arreglado por Naohiro Iwai. Según publica Octavio Rodríguez en su estudio sobre la Música en el Municipio de Güímar, la historia de esta agrupación se remonta a 1859. Uno de los pasos más importantes realizados por sus rectores fue la creación, en 1939, de la Academia de la Banda y, en 1944, la fundación del Patronato Amigos del Arte de Güímar.

Los Valleiros
La comparsa Los Valleiros, trayectoria de  33 años de historia de este grupo que sobrevive gracias al tesón y la ilusión de Isauro Rivero, su director desde el año 1988. Valleiros, que en la actualidad tiene 44, fue la primera comparsa que logró tres premios en un mismo concurso en 1998.
Valle de Guerra es un núcleo que ha ido creciendo con los años. Un núcleo dotado con los servicios necesarios: un centro de salud, dos colegios de primaria: Lope de Guerra y Ayatimas, un Instituto de Secundaria: I.E.S. Valle de Guerra, el Centro Nuevos Caminantes, que acoge a personas con necesidades educativas especiales, y el Centro Ciudadano, donde se imparten multitud de cursos.
















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