lunes, 22 de julio de 2013

MARTIN FIERRO-XXI





[PELEA DE MARTIN FIERRO CON UN INDIO]
De ella fueron los lamentos Que en mi soledá escuché. 3435    En cuanto al punto llegué, Quedé enterado de todo. Al mirarla de aquel modo Ni un tetante tutubié.
Toda cubierta de sangre

3440    Aquella infeliz cautiva,
Tenía dende abajo arriba La marca de los lazazos; Sus trapos hechos pedazos Mostraban la carne viva.
3445    Alzó los ojos al cielo,
En sus lágrimas bañada;
Tenía las manos atadas;
Su tormento estaba claro;
Y me clavó una mirada

3450    Como pidiéndome amparo.
Yo no sé lo que pasó En mi pecho en ese istante; Estaba el indio arrogante Con una cara feroz;
3455    Para entendernos los dos La mirada fue bastante.
Pegó un brinco como gato Y me ganó la distancia ^°; Aprovechó esa ganancia
3460    Como fiera cazadora; Desató las boliadoras Y aguardó con vigilancia.
Aunque yo iba de curioso Y no por buscar contienda,
3465    Al pingo le até la rienda, Eché mano, dende luego, A éste que no yerra juego *", Y ya se armó la tremenda.
El peligro en que me hallaba
3470    Al momento conocí.
Nos mantubimos ansí, Me miraba y lo miraba; Yo al indio lo desconfiaba Y él me desconfiaba a mí.

3475    Se debe ser precabido
Cuando el Indio se agasape; En esa postura el tape M Vale por cuatro o por cinco: Como el tigre es para el brinco
3480    Y fácil que a uno lo atrape.
Peligro era atrepellar Y era peligro el juir, Y más peligro seguir Esperando de este modo "*
3485    Pues otros podían venir
Y carniarme allí entre todos.
A juerza de precaución Muchas veces he salvado, Pues en un trance apurado 3490    Es mortal cualquier descuido. Si Cruz hubiera vivido No habría tenido cuidado.
Un hombre junto con otro En valor y en juerza crece;
3495    El temor desaparece;
Escapa de cualquier trampa. Entre dos, no digo a un pampa, A la tribu si se ofrece.
En tamaña ^certidumbre,
3500    En trance tan apurado.
No podía, por de contado, Escaparme de otra suerte Sino dando al indio muerte o quedando allí estirado **.
3505    Y como el tiempo pasaba Y aquel asuntóme urgía, Viendo que él no se movía, Me fui medio de soslayo Como a agarrarle el caballo,
3510    A ver si se me venía.
Ansí fue, no aguardó más, T me atropello el salvage. Es preciso que se ataje Quien con el indio pelé[e].

3515    El miedo de verse a pie Aumentaba su coraga.
En la dentrada*45 no más Me largó un par de bolazos. Uno me tocó en un brazo:
3520    Si me da bien, me lo quiebra, Pues las bolas son de piedra Y vienen como balazo.
A la primer puñalada El pampa se hizo un ovillo:
3525    Era el salvaje más pillo
Que he visto en mis correrías, Y a más de las picardías, Arisco para el cuchillo.
Las bolas las manejaba
3530    Aquel bruto con destreza, lias recogía con presteza, Y me las volvía a largar, Haciéndomelas silvar Arriba de la cabeza.
3535    Aquel indio, como todos, Era cauteloso... lahijuna! Ahí me valió la fortuna De que peliando se apotra **: Me amenazaba con una
3540    Y me largaba con otra.
Me sucedió una desgracia En aquel percance amargo; En momentos que lo cargo Y que él reculando va, 3
545    Me enredé en el chiripá ** Y cal tirao largo a largo.
Ni pa encomendarme a Dios Tiempo el salvaje me dio: Cuanto en el suelo me vio

3550    Me saltó con ligereza: Juntito de la cabeza El bolazo retumbó.
Ni por respeto al cuchillo Dejó el indio de apretarme;
3555    Allí pretende ultimarme Sin dejarme levantar. Y no me daba lugar Ni siquiera a enderezarme5W.
De valde "* quiero moverme;
3560    Aquel indio no me suelta. Como persona resuelta, Toda mi juerza ejecuto; Pero abajo de aquel bruto No podía ni darme güelta.
3565    ¡Bendito Dios poderoso!
Quién te puede comprender Cuando a una débil mujer Le diste en esa ocasión La juerza que en un varón
3570    Tal vez no pudiera haber.
Esa infeliz tan llorosa, Viendo el peligro se anima. Como una flecha se arrima Y, olvidando su aflición,
3575    Le pegó al indio un tirón Que me lo sacó de encima.
Ausilio tan generoso Me libertó del apuro; Si no es ella, de siguro
3580    Que el indio me sacrifica, Y mi valor se duplica Con un ejemplo tan puro

En cuanto me enderecé **, Nos volvimos a topar.

3585    No se podía descansar Y me chorriaba el sudor; En un apuro mayor Jamás me be vuelto a encontrar.
Tampoco yo le daba alce551,
3590    Como deben suponer;
Se había aumentao mi quehacer Para impedir que el brutazo Le pegara algún bolazo De rabia a aquella muger.
3595    La bola en manos del indio Es terrible y muy ligera; Hace de ella lo que quiera, Saltando como una cabra; Mudos, sin decir palabra,
3600    reliábamos como fieras.
Aquel duelo en el desierto, Nunca jamás se me olvida; Iba jugando la vida Con tan terrible enemigo,
3605    Teniendo allí de testigo A una muger afligida.
Cuanto él más se enfurecía, Yo más me empiezo a calmar; Mientras no logra matar
3610    El indio no se desfoga ra; Al fin le corté una soga ** Y lo empecé aventajar.
Me hizo sonar las costillas554 De un bolazo aquel maldito,
3615    Y al tiempo que le di un grito Y le dentro como bala, Pisa el indio y se refala En el cuerpo del chiquito.
Para esplicar el misterio

3620    Es muy escasa mi cencía: Lo castigó, en mi concencia, Su Divina Majestá: Donde no hay casualidá Suele estar la Providencia.
3625    En cuanto trastabilló, Más de firme lo cargué, 7 aunque de nuevo hizo pie, Lo perdió aquella pisada, Pues en esa atropellada
3630    En dos partes lo cortó *.
Al sentirse lastimao Se puso medio afligido; Pero era indio decidido, Su valor no se quebranta;
3635    Le salían de la garganta
Como una especie de aullidos.
Lastimao en la cabeza, La sangre lo enceguecía; De otra herida le salía,
3640    Haciendo un enarco ande estaba; Con los pies la chapaliaba *• Sin aflojar todavía.
Tres figuras imponentes Formábamos aquel temo:
 3645    Ella, con su dolor materno; Yo, con la lengua dejuera; Y el salvage, como fiera Disparada del infierno.
Iba conociendo el indio
3650    Que tocaban a degüello; Se le erizaba el cabello Y los ojos revolvía; Los labios se le perdían Cuando iba a tomar resuello.

3655    En una nueva dentrada
Le pegué un golpe sentido ", Y al verse ya mal herido, Aquel indio furibundo Lanzó un terrible alarido
3660    Que retumbó como un ruido JÉ se sacudiera el mundo.
Al fin de tanto lidiar *" En el cuchillo lo alcé: En peso lo levanté
3665    Aquel hijo del desierto; Ensartado lo llevé, Y allá recién lo largué Cuando ya lo sentí muerto.
Me persiné dando gracias
3670    De haber salvado la vida. Aquella pobre afligida, De rodillas en el suelo, Alzó sus ojos al cielo Sollozando dolorida.
3675    Me hinqué también a su lado A dar gracias a mi santo; En su dolor y quebranto, Ella, a la Madre de Dios, Le pide en su triste llanto
3680    Que nos ampare a los dos.
Se alzó con pausa de leona Cuando acabó de implorar, Y sin dejar de llorar Envolvió en unos trapitos
3685    Los pedazos de su hijito, Que yo le ayudé a juntar.













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