jueves, 25 de julio de 2013

MARTIN FIERRO-XXIV




[EL HIJO MAYOR DE MARTIN FIERRO]
LA PENITENCIARÍA
Aunque el gajo se parece Al árbol de donde sale,
4025    Solía decirlo mi madre,
Y en su razón *" estoy fijo: «Jamás puede hablar el hijo Con la autoridá del padre.»
Recordarán que quedamos
4030    Sin tener donde abrigarnos, Ni ramada ande "* ganarnos. Ni rincón ande meternos, Ni camisa que ponernos. Ni poncho con que taparnos.

4035    Dichoso aquel que no sabe Lo que es vivir sin amparo; Yo con verdá les declaro, Aunque es por demás sabido: Dende K chiquito he vivido
4040    En el mayor desamparo.
No le merman el rigor Los mesmos que lo socorren. Tal vez porque no se borren Los decretos del destino,
4045    Que de todas partes lo corren Como ternero dañino.
Y vive como los vichos, Buscando alguna rendija: El güérfano es sabandija
4050    Que no encuentra compasión, Y el que anda sin direción Es guitarra sin clavija.
Sentiré que cuanto digo A algún oyente le cuadre:
4055    Ni casa tenia, ni madre,
Ni parentela, ni hermanos; Y todos limpian sus manos *** En el que vive sin padre.
Lo cruza éste de un lazazo,
4060    Lo abomba "' aquél de un moquete, Otro le busca el cachete, Y entre tanto soportar, Suele a veces no encontrar Ni quien le arroje un soquete **.
4065    Si lo recogen lo tratan
Con la mayor rigidez;
Piensan que es mucho tal vez,
Cuando ya muestra el pellejo,
Si le dan un trapo viejo

4070    Pa cubrir su desnudez.

Me crié, pues, como les digo, Desnudo a veces y hambriento, Me ganaba mi sustento Y ansí los años pasaban;

4075    Al ser hombre me esperaban Otra clase de tormentos.
Pido a todos que no olviden Lo que les voy a decir: En la escuela del sufrir
4080    He tomado mis leciones,
Y hecho muchas refleciones Dende que empecé a vivir.
Si alguna falta cometo La motiva mi inorancia;
4085    No vengo con arrogancia, Y les diré, en conclusión, Que trabajando de pión Me encontraba en una estancia.
El que manda siempre puede
4090    Hacerle al pobre un calvario; A un vecino propietario Un boyero *" le mataron, Y aunque a mí me lo achacaron, Salió cierto en el sumario.
4095    Piensen los hombres honrados En la vergüenza y la pena De que tendría la auna llena Al verme ya tan temprano Igual a los que sus manos
4100    Con el crimen envenenan.
Declararon otros dos Sobre el caso del dijunto; Mas no se aclaró el asunto, Y el juez, por darlas de listo,
4105     «amarrados como un Cristo, Nos dijo, irán todos juntos.»

«A la justicia ordinaria Voy a mandar a los tres.» Tenía razan aquel juez

4110    Y cuantos ansí amenacen:
Ordinaria... es como la hacen. Lo he conocido después.
Nos remitid, como digo. A esa justicia ordinaria,
4115    Y fuimos con la sumaría A esa cárcel de malevos "• Que por un bautismo nuevo Le llaman Penitenciaria.
El porgué tiene ese nombre
4120    Naides me lo dijo a mí,
Mas yo me lo esplico ansí: Le dirán Penitenciaria Por la penitencia diaria Que se sufre estando allí.
4125    Criollo que cai en desgracia Tiene que sufrir no poco; Naides lo ampara tampoco Si no cuenta con recursos; EL gringo es de más discurso:

4130    Cuando mata, se hace el loco.
No sé el tiempo que corrió En aquella sepultura; Si de ajuera no lo apuran, El asunto va con pausa:
4135    Tienen la presa sigura
Y dejan dormir la causa.
Inora el preso a qué lado Se inclinará la balanza; Pero es tanta la tardanza,
4140    Que yo les digo por mí: El hombre que dentre allí Deje afuera la esperanza.
Sin períecionar las leyes Perfecionan el rigor; 4145    Sospecho que el inventor Habrá sido algún maldito: Por grande que sea un delito Aquella pena es mayor.
Eso es para quebrantar
4150    El corazón más altivo.
Los llaveros5" son pasivos, Pero más secos y duros Tal vez que los mesmos muros En que uno gime cautivo.
4155    No es en grillos ni en cadenas En lo que usté penará, Sino en una soledá Y un silencio tan pro jundo Que parece que en el mundo
4160    Es el único que está.
El más altivo varón Y de cormülo gastao *", Allí se vería agoviao Y su corazón marchito,
4165    Al encontrarse encerrao A solas con su delito.
En esa cárcel no hay toros, Allí todos son corderos; No puede el más altanero, 4170    Al verse entre aqueUas rejas, Sino amujar m las orejas Y sufrir callao su encierro.
Y digo a cuantos inoran El rigor de aquellas penas,
4175    Yo, que sufrí las cadenas
Del destino y su inclemencia: Que aprovechen la esperencia Del mal en cabeza ajena.

Ay, madres, las que dirigen

4180    Al hijo de sus entrañas!
No piensen que las engaña Ni que les habla un falsarioí02; Lo que es el ser presidario No lo sabe la campaña.
4185    Hijas, esposas, hermanas, Cuantas quieren a un varón, Díganles que esa prisión Es un infierno temido, Donde no se oye más ruido
4190    Que el latir del corazón.
Allá el día no tiene sol, La noche no tiene estrellas; Sin que le valgan querellas Kncerrao lo purifican;
4195    Y sus lágrimas salpican En las paredes aquellas.
En soledá tan terrible, De su pecho oye el latido. Lo sé porque lo he sufrido,
4200    Y créamelo el aulitorio m: Tal vez en el purgatorio Las almas hagan más ruido.
Cuenta esas horas eternas Para más atormentarse;
4205    Su lágrima al redamarse Calcula en sus aficiones, Contando sus pulsaciones, Lo que dilata en secarse.
Allí se amansa el más bravo;
4210    Allí se duebla"" el más juerte: El silensio es de tal suerte, Que cuando llegue a venir, Hasta se le han de sentir Las pisadas a la muerte.
4215    Adentro mesmo del hombre
Se hace una revolución:
Metido en esa prisión,
De tanto no mirar nada,
Le nace y queda gravada

4220    La idea de la perf eción.
En mi madre, en mis hermanos, En todo pensaba yo. Al hombre que allí dentro De memoria más ingrata,
4225    Fielmente se le retrata Todo cuanto ajuera vio.
Aquel que ha vivido libre De cruzar por donde quiera Se aflige y se desespera
4230    De encontrarse allí cautivo; Es un tormento muy vivo Que abate la alma mas fiera*".
En esa estrecha prisión, Sin poderme conformar,
4235    No cesaba de esclamar: «¡Qué diera yo por tener Un caballo en que montar Y una pampa en que correr!»
En un lamento costante
4240    Se encuentra siempre embreteao m. El castigo han inventao De encerrarlo en las tinieblas, Y allí está como amarrao A un fierro que no se duebla.
4245    No hay un pensamiento triste Que al preso no lo atormente; Bajo un dolor permanente, Agacha al fin la cabeza, Porque siempre es la tristeza
4250    Hermana de un mal presente.

Vierten lágrimas sus ojos, Pero su pena no alivia; En esa constante lidia m Sin un momento de calma,

4255    Contempla con los del alma ^felicidades que envidia.
Ningún consuelo penetra Detrás de aquellas murallas; El varón de más agallas,
4260    Aunque más duro que un perno, Metido en aquel infierno Sufre, gime, llora y calla.
De furor el corazón Se le quiere reventar:
4265    Pero no hay sino aguantar Aunque sosiego no alcance. ¡Dichoso en tan duro trance Aquel que sabe rezar!
Dirige a Dios su plegaria
4270    El que sabe una oración. En esa tribulación Gime olvidado del mundo Y el dolor es más projundo Cuando no haJa compasión.
4275    En tan crueles pesadumbres. En tan duro padecer, Empezaba a encanecer Después de muy pocos meses. Allí lamenté mil veces
4280    No haber aprendido a ler.
Viene primero el furor, Después la melancolía; En mi angustia no tenía Otro alivio ni consuelo
4285    Sino regar aquel suelo
Con lágrimas noche y día.

A visitar otros presos Sus familias solían ir. Naides me visitó a mí

4290    Mientras estube encerrado: ¡Quién iba a costiarse *" allí A ver a un desamparado!
¡Bendito sea el carcelero Que tiene buen corazón!
4295    Yo sé que esta bendición Pocos pueden alcanzarla, Pues si tienen compasión Su deber es ocultarla.
Jamás mi lengua podrá
4300    Espresar cuanto he sufrido: En ese encierro metido, Llaves, paredes, cerrojos, Se graban tanto en los ojos Que uno los ve basta dormido.
4305    El mate no se permite, No le permiten hablar, No le permiten cantar Para aliviar su dolor, Y hasta el terrible rigor
4310    De no dejarlo fumar.
La justicia muy severa Suele rayar en crueldá: Sufre el pobre que allí está Calenturas y delirios,
4315    Pues no esiste pior martirio Que esa eterna soledá.
Conversamos con las rejas Por sólo el gusto de hablar, Pero nos mandan callar
4320    Y es preciso conformarnos, Pues no se debe irritar A quien puede castigarnos.
Sin poder decir palabra Sufre en silencio sus males,

4325    Y uno en condiciones tales Se convierte en animal, Privao del don principal Que Dios hizo a los mortales.
Yo no alcanzo a comprender
4330    Por qué motivo será
Que el preso privado está De los dones más preciosos Que el justo Dios bondadoso Otorgó a la humanidá.
4335    Pues que de todos los bienes, En mi inorancia lo infiero, Que le dio al hombre altanero Su Divina Magestá, La palabra es el primero,
4340    El segundo es la amista.
Y es muy severa la ley Que por un crimen o un vicio Somete al hombre a un suplicio, El más tremendo y atroz,
4345    Privado de un beneficio Que ha recebido de Dios.
La soledá causa espanto, El silencio causa horror; Ese continuo terror
4350    Es el tormento más duro, Y en un presidio siguro Está de más tal rigor.
Inora uno si de allí Saldrá pa la sepultura;
4355    El que se halla en desventura Busca a su lado otro ser, Pues siempre es bueno tener Compañeros de amargura.

Otro más sabio podrá

4360    Encontrar razón mejor; Yo no soy rebuscador, Y ésta me sirve de luz: Se los dieron al Señor Al clavarlo en una cruz.
4365    Y en las projundas tinieblas En que mi razón esiste, Mi corazón se resiste A ese tormento sin nombre, Pues el hombre alegra al hombre
4370    Y el hablar consuela al triste.
Grábenlo como en la piedra Cuanto he dicho en este canto; Y aunque yo he sufrido tanto, Debo confesarlo aquí:
4375    El hombre que manda allí
Es poco menos que un santo.
Y son buenos los demás, A su ejemplo se manejan609; Pero por eso no dejan
4380    Las cosas de ser tremendas. Piensen todos y compriendan El sentido de mis quejas.
Y guarden en su memoria Con toda puntualidá "°
 4385     Lo que con tal clarídá Les acabo de decir. Mucho tendrán que sufrir Si no eren en mi verdá •".
Y si atienden mis palabras
4390 No habrá calabozos llenos. Manéjense "2 como buenos. No olviden esto jamás: Aquí no hay razón de más, Más bien las puse de menos.








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