jueves, 21 de mayo de 2015

"Expolio y colonialismo"


Los Gabinetes estaban repletos de curiosidades que acogían restos arqueológicos y antropológicos, donde las salas estaban compartidas en una amable convivencia con muestras de minerales, algunos animales disecados o conservados en formol, huevos, nidos, osamentas, conchas de moluscos, fósiles; algunas obras de arte; objetos etnográficos que procedían de Asia, África y America donde el expolio y más tarde la distribución sería facilitado por el colonialismo; materiales etnográficos locales; toda suerte de objetos antiguos de diversas procedencias, orginales o en reproducción, entre los que destacaban las armas. de hecho los rimeros museos de las sociedades científicas, surgidos años más tarde, en poco se distinguirían de estos gabinetes misceláneos de propiedad particular.

En Canarias, Viera y Clavijo había introducido la visión roussoniana del aborigen como buen salvaje, un pueblo bárbaro, pero respetable y heroico, anclado en la juventud de la especie humana, simple e ignorante, pero libre, sana y limpia del vicio de la civilización europea... Pero, luego que la conquista vino a quitarles con la patria ese tenor y régimen de vida sencilla, degeneraron los canarios en una casta de hombre oscuros (J. Viera, 1967 [1772], I: 538). Es decir, que consideraba al pasado más heroico y digno de orgullo que el presente.
El romántico Sabin Berthelot insistió en esa misma perspectiva y fue posible mente el principal artífice de su difusión posterior. Además, introdujo en las islas la bioantropología y se convenció de la pervivencia racial de los guanches, atribuyendo al origen guanche ciertos rasgos de la idiosincrasia canaria: Afable y obsequioso..., humilde y astuto..., atrevido hasta la temeridad..., sencillo en sus gustos, sentencioso y reservado en sus palabras; tal es el campesino de las Canarias... La más franca hospitalidad, la veneración hacia la vejez, el respeto filial, al amor a sus semejantes, son las virtudes hereditarias que los guanches han legado a sus nietos... Tam bellas cualidades se han propagado con la sangre de una raza pura (S. Berthelot, 1978, [1849]: 179-180).

Publicado por María Gómez Díaz. Mayo de 2015.

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