domingo, 1 de marzo de 2015

Soberanía Alimentaria II: La Mano de Obra.



Esclavizada por el hambre y el miedo; Esa es la situación tradicional de nuestro campesinado, que un Gobierno verdaderamente Canario, debe transformar cuando seamos libres. La aparcería y los medianeros, cuando no asalariados, de sol a sol y al sol, compartiendo perdidas pero nunca ganancias, siempre con el miedo a perder las migajas con que los caciques les tenían/ tienen sometidos. Incluso hasta hace bastante bien poco, hasta el derecho de pernada se le impuso, como condición para no morir de hambre. No voy a abundar en una condición social de miseria y desatención conocidas por todos los de cierta edad, porque bien conocida es la realidad, al menos para los que o vivimos o tenemos algún contacto con viejos/ as campesino/ as y ganaderos/ as; Solo hay que escuchar sus relatos, a poco que nos callemos y les dejemos hablar, preñados de sufrimientos, miserias, trabajos sin fin y sin horarios, y también con el escarnio permanente sobre sus espaldas, escarnio por su pobre condición social, por su pobre condición académica...[Vamos al monte a reírnos un poco de los magos...; Cuando veas a un tío con un puro conduciendo un 4X4 ese es un mago...No vayas a la fuente mi niña porque el mago es muy bruto y todo lo estralla... La cultura del desprecio por quienes cultivaban/ cultivan la comida con que estos miserables están vivos para poder seguir despreciando a quienes deberían tener en un altar...]

Recuerdo, en mis primeros trabajos fuera de Anaga, cuando una mentecata recién terminada la carrera, enchufada [Semejante inepta no pudo conseguir el puesto de otra manera], el primer día de trabajo, lo dedicó a darnos charlas de cómo se manejaba una azada, de cómo había que quitar la hierba de los jardines, y lo más que tocó “las narices”, que hiciera comentarios despreciativos sobre los campesinos pobres de mi tierra. No pude contenerme y a media mañana la puse en su sitio, y todavía no me habla tras más de 20 años; No sabe ella la suerte que tengo. Resulta que tras décadas y siglos de burlas y menosprecios por usar lo que tenían a mano y les funcionaba y no los súper modernos abonos químicos, ahora resulta que el uso de estiércol y detritus vegetales [El famoso compost], cuando no los usa el campesino, es lo más moderno, y llegan hasta el extremo, en su supina ignorancia “titulada”, a intentar darle lecciones a quienes los han usado tradicionalmente desde tiempos inmemoriales. Cuando los usaban eran unos primitivos ignorantes por no usar los “guanos, sulfatos y nitrógenos varios”; Ahora, cuando estos mismos se han cargado la ganadería tradicional autóctona, y ya no se puede usar el estiércol o los detritus vegetales del monte y vienen a dar lecciones de que eso es lo auténtico y no los fertilizantes químicos.

Quiero decir con esto, que lo primero, es bajarnos del pedestal o atril donde soltamos los discursos y todos nos pongamos “la chaqueta de la humildad”, porque si bien desde el ámbito urbano- académico se puede enseñar mucho a campesinos y ganaderos, también desde nuestros campos se puede enseñar bastante. Para muestra un botón: ¿Cómo asegurar que un cultivo tenga “la raíz caliente” en lo más crudo del invierno? ¿Con “azufre mojable” como nos dicen las multinacionales de la química y la mayor parte de la intelectualidad urbana que sabe algo del tema, o al modo tradicional, mezclando detritus bien picados de zarzas y helechos y enterrándolos en el surco o con un motocultor a falta de estiércol? ¿Qué es más rentable y natural? ¿Alguien me lo sabría decir?

Tenemos la suerte de contar todavía con una mano de obra que no ha perdido la memoria del todo, y tenemos unas nuevas generaciones formadas en nuevas técnicas con que complementar ese “conocimiento antiguo”; No se trata de hacer prevalecer uno sobre los demás, sino de complementarse, de adaptarse y de coger lo más positivo de ambas realidades y con ello crear las condiciones necesarias para que, dada nuestra escasa superficie aprovechable, rentabilizarla lo mejor posible para obtener un alimento natural, abundante, variado y de calidad.

También se deberán mejorar las condiciones laborales de campesinos y ganaderos, para que puedan vivir con dignidad de su trabajo; ¿Ha caído alguien en la cuenta que para campesinos y ganaderos no existen días de fiesta, ni vacaciones, ni jornadas de trabajo prefijadas y establecidas? Si, ¿No lo sabían? Si hay que realizar cualquier labor, se tiene que hacer, sea el día de la semana o del mes o del año que sea, pues si no se hace en el momento ya no se podrá hacer y lo más probable es que se pierda el cultivo “si se deja para otro día”. Los animales comen y beben todos los días y todos los días necesitan cuidados y atenciones, sea en día laboral o día de fiesta. Sea cual sea el trabajo, como nadie lo va a hacer por el campesino o el ganadero y no teniendo posibilidades de contratar a nadie, lo tiene que hacer él/ ella, “levantando al/ la Sol y acostándolo todos los días del año”, para que otros, salvo ellos y ellas, vivan mejor...
Mejorar las condiciones de vida y laborales, pasa también por una necesaria y muy prudente mecanización de las labores y faenas agrícolas y ganaderas, pero eso se cae de maduro, pues se trata de producir la mayor cantidad de alimentos posibles, pero de eso hablaré en otro momento. Y no olvidar a nuestros sufridos pescadores, desposeídos de sus caladeros tradicionales, unos por aniquilación y otros por la cobardía miserable de quienes nos gobiernan y de la metrópoli. Entre unos y otros, contamos con una buena “materia prima”, tanto humana como tierra, clima y mar, todos maravillosamente capaces de generar la riqueza proteínica necesaria para la supervivencia en Libertad de Nuestro Pueblo; Es cuestión de cuidarlos, preservarlos y acrecentar estos recursos que tenemos la suerte de poseer, pues ellos serán algunos de los pilares de Nuestro Futuro. Pero reitero, no es soplar y hacer botellas, se necesitan muchos pasos previos hasta llegar al Objetivo de la Soberanía Alimentaria. [Próximo artículo: Política Hidrológica]
“¡Poco a poco y con cuidado!Dice el pastor en la fuente, primero bebe el ganado y después bebe la gente...”

Desde la Vieja Fortaleza, Rukaden Ait Anaga.
27 Febrero 2015.


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