sábado, 1 de noviembre de 2014

Cuando te conviertes en Observador...




cuando tomas distancia emocional con respecto a las cosas que ocurren a tu alrededor, lo primero que percibes es que las sensaciones físicas son muy diferentes a cuando las vives plenamente identificada con ellas...

El Observador llega a comprender que aquello que ve siempre es una interpretación, por eso se hace imprescindible sanar a esta...

Para sanar esta historia debemos reconocer qué experiencias nos ha aportado, qué sentido tiene, qué sabiduría nos aporta... Cuando empiezas este camino, empiezas a tener paz interior... ella te permite liberarte de miedos ocultos y te abre a las puertas para desarrollar tus deseos...

Una joven le pregunta a una anciana: «¿Cómo se convierte una en mariposa?»... La anciana, con un guiño en el ojo y una gran sonrisa, le responde: «Tienes que tener tantos deseos de volar que estés dispuesta a dejar de ser una oruga»...

¿Cuán dispuesta estás a dejar tu «capullo»?... ¿Cuán dispuesta estás a liberarte de las ataduras que se ven reflejadas en relaciones adictivas, destructivas?... ¿Cuán dispuesta a empezar una nueva vida sin mirar atrás, sin dejar de huir, sabiendo que cada instante de tu vida es una nueva oportunidad para liberarte de tu vieja historia?... ¿Cuán dispuesta estás a dejar de ser víctima de las circunstancias y a empezar a ser maestra de ellas?...

El Observador comprende que puedes leer miles de libros de autoayuda... estar sentada frente a un gurú, frente a un maestro... tener multitud de pensamientos positivos... pero que esto no sirve de nada si no aceptas que lo que hay que hacer en la vida es vivirla...

pasar a la acción... que una es la única responsable de todo lo que le ocurre.. que una es la única que se puede ayudar a sí misma y que es la única que tiene que cambiar...

El Observador sabe que la mente no para nunca... está llena de pensamientos de todo tipo, es rápida, le falta tiempo para emitir un juicio, le falta tiempo para culpar o para culparse, es repetitiva, reiterativa, hasta puede llegar a ser obsesiva... Lo que la mente pretende es llamar la atención, hacerte vivir programas internos de tu inconsciente, mantenerte ocupada en nimiedades y convertirlas en grandes problemas... Te mantiene atrapada...Cuando observas tu mente, cuando observas tus pensamientos, cuando le preguntas a esta... «¿qué es lo que quieres?»... entonces empieza a aquietarse, sabe que no vas a morder el anzuelo...

El Observador toma plena conciencia de que él no es la mente, de la misma forma en que él no es el cuerpo... Entonces empieza tu liberación interior...

Tú puedes pensar lo que tú quieras pensar... Deja de pensar que los pensamientos son tuyos y comprende que de alguna manera alguien los puso allí y entonces serás pensado por todos ellos... Tú y solo tú decides a qué quieres prestar atención...

Vive tus pensamientos... evita que tus pensamientos vivan en ti...

de Enric Corbera en su libro: "El Observador en Bioneuroemoción"...
Publicado por Maria Gómez Díaz. Noviembre de 2014.


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