jueves, 21 de agosto de 2014

INTERPRETANDO LO RUPESTRE







Las interpretaciones ofrecidas no sólo para los podomorfos, sino para el resto de manifestaciones rupestres Canarias, se caracterizan generalmente, por la falta de análisis detallados y rigurosos, que intenten demostrar con argumentos más materiales que las simples hipótesis de trabajo. Como ya se ha apuntado, la gran variedad de significados dados a las manifestaciones rupestres en el Archipiélago se pueden vincular, en el ámbito económico, con zonas de pastores, fuentes de agua, lugares de apañada, paraderos pastoriles, atalayas y zonas de vigilancia del ganado. A escala social, podría reconocerse el cómputo del tiempo y el calendario astronómico, ritos de paso, puntos de segregación e integración tribal, grupos de edad y sexo, señales o marcas de grupos de parentesco. En el ámbito político, dejarían constancia de la división tribal e intratribal de la isla.

Y a nivel ideológico, estarían relacionadas con los lugares asociados o no al mundo funerario, con o sin las antiguas prácticas de suicidio ritual, revitalización o fertilidad (por ejemplo, ritos piaculares, acuíferos y sexuales), áreas de culto astral y microespacios sacralizados, como cuevas, bosques, árboles, manantiales, lagunas, roques, monta-ñas y pitones, entre otros. Pese a este amplio listado de propuestas interpretativas, lo cierto es que de una u otra manera, la práctica totalidad de investigadores canarios concluyen insistiendo en el carácter funcional de lo rupestre, sin llegar a valorar otras esferas explicativas, lo que lo convierte a este discurso en el dominante dentro de la actual historiografía canaria.

Abordar la arqueología de las Islas Canarias desde una perspectiva completa-mente diferente a la que se ha llevado hasta ahora tal vez no resuelva todos sus problemas, pero lo cierto es que permitirá acercarse de una forma muy diferente, al estudio de las manifestaciones rupestres, a la gestión del Patrimonio cultural y por supuesto al conocimiento de la complejidad cultural del Archipiélago canario.

Maria Gómez Díaz
Agosto de 2014.


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