lunes, 26 de agosto de 2013

MARTIN FIERRO-XL




31
[MARTIN FIERRO Y SUS HIJOS SE RETIRAN AL CAMPO]
Y después de estas palabras,
6840    Que ya la intención revelan, Procurando los presentes Que no se armara pendencia, Se pusieron de por medio y la cosa quedó quieta.
6845    Martín Fierro y los muchachos, Evitando la contienda, Montaron y paso a paso, Como el que miedo no lleva,
A la costa de un arroyó.
6850    Llegaron a echar pie a tierra. Desencillaron los pingos Y se sentaron en rueda, Refiriéndose entre sí Infinitas menudencias:
6855    Porque tiene muchos cuentos Y muchos hijos la ausencia. Allí pasaron la noche A la luz de las estrellas, Porque ése es un cortinao
6860    Que lo halla uno donde quiera, Y el gaucho sabe arreglarse Como ninguno se arregla. El colchón son las caronas, El lomillo es cabecera,
6865    El coginillo es blandura,
Y con el poncho o la gerga, Para salvar del rocío, Se cubre hasta la cabeza. Tiene su cuchillo al lado,
6870    Pues la precaución es buena; Freno y rebenque a la mano, Y teniendo el pingo cerca, Que pa asigurarlo bien La argolla del lazo entierra
6875    Aunque el atar con el lazo Da del hombre mala idea , Se duerme ansí muy tranquilo Todita la noche entera; Y si es lejos del camino,
6880    Como manda la prudencia, Más siguro que en su rancho Uno ronca a pierna suelta. Pues en el suelo no hay chinches, Y es una cuja camera
6885    Que no ocasiona disputas Y que naides se la niega. Además de eso, una noche La pasa uno como quiera, Y las va pasando todas
6890    Haciendo la ircesma cuanta. Y luego los pajaritos Al aclarar lo dispiertan, Porque el sueño no lo agarra A quien sin cenar se acuesta.
6895    Ansí pues, aquella noche Jué para ellos una fiesta, Pues todo parece alegre Cuando el corazón se alegra. No pudiendo vivir juntos
6900    Por su estado de pobreza, Resolvieron separarse, Y que cada cual se juera A procurarse un reíujio Que aliviara su miseria.
6905    Y antes de desparramarse Para empezar vida nueva, En aquella soleda, Martín Fierro, con prudencia, A sus hijos y al de Cruz
6910    Les habló de esta manera:
32
[CONSEJOS DE MARTIN FIERRO A SUS HIJOS]
Un padre que da consejos, Más que padre es un amigo. Ansí, como tal les digo Que vivan con precaución:
6915    Naides sabe en qué rincón
Se oculta el que es su enemigo.
Yo nunca tuve otra escuela Que una vida desgraciada. No estañen si en la jugada
6920    Alguna vez me equivoco, Pues debe saber muy poco Aquel que no aprendió nada.
Hay hombres que de su cencía Tienen la cabeza llena;
6925    Hay sabios de todas menas; Mas digo, sin ser muy ducho: Es mejor que aprender mucho El aprender cosas buenas.
No aprovechan los trabajos
6930    Si no han de enseñarnos nada. El hombre, de una mirada Todo ha de verlo al momento. El primer conocimiento Es conocer cuándo enfada.
6935    Su esperanza no la cifren Nunca en corazón alguno, En el mayor infortunio Pongan su confianza, en Dios; De los hombres, sólo en uno;

6940    Con gran precaución, en dos.
Las faltas no tienen límites Como tienen los terrenos; Se encuentran en los más buenos, Y es justo que les prevenga.
6945    Aquel que defectos tenga. Disimule los ágenos.
Al que es amigo, jamás Lo dejen en la estacada; Pero no le pidan nada
6950    Ni lo aguarden todo de él: Siempre el amigo más fiel Es una conduta honrada.

Ni el miedo ni la codicia Es bueno que a uno lo asalten;

6955    Ansí no se sobresalten

Por los bienes que perezcan. Al rico nunca le ofrezcan Y al pobre jamás le falten.
Bien lo pasa hasta entre pampas 6960    El que respeta a la gente.

El hombre ha de ser prudente Para librarse de enojos; Cauteloso entre los flojos, Moderao entre valientes.
6965    El trabajar es la ley
Porque es preciso alquirir.

No se espongan a sufrir Una triste situación: Sangra mucho el corazón
6970    Del que tiene que pedir.
Debe trabajar el hombre Para ganarse su pan, Pues la miseria, en su afán De perseguir de mil modos,
6975    Llama en la puerta de todos Y entra en la del haragán.
A ningún hombre amenacen, Porque naides se acobarda; Poco en conocerlo tarda
6980    Quien amenaza imprudente; Que hay un peligro presente Y otro peligro se aguarda.
Para vencer un peligro, Salvar de cualquier abismo,
6985    Por esperencia lo afirmo:
Más que el sable y que la lanza
Suele servir la confianza
Que el hombre tiene en sí mismo.
Nace el hombre con la astucia

6990    Que ha de servirle de guía; Sin ella sucumbiría; Pero, sígún mi esperencia, Se vuelve en unos prudencia Y en los otros picardía.
6995    Aprovecha la ocasión
El hombre que es diligente; Y ténganlo bien presente, Si al compararla no yerro: La ocasión es como el fierro,
7000    Se ha de machacar caliente.
Muchas cosas pierde el hombre Que a veces las vuelve a hallar; Pero les debo enseñar, Y es bueno que lo recuerden:
7005    Si la vergüenza se pierde,
Jamás se vuelve a encontrar.
Los hermanos sean unidos, Porque ésa es la ley primera; Tengan unión verdadera
7010    En cualquier tiempo que sea, Porque si entre ellos pelean Los devoran los de ajuera.
Respeten a los ancianos, El burlarlos no es hazaña;
7015    Si andan entre gente estraña Deben ser muy precabidos, Pues por igual es tenido Quien con malos se acompaña.
La cigüeña, cuando es vieja,
7020    Pierde la vista, y procuran Cuidarla en su edá madura Todas sus hijas pequeñas. Apriendan de las cigüeñas Este ejemplo de ternura.
7025    Si les hacen una ofensa,
Aunque la echen en olvido, Vivan siempre prevenidos, Pues ciertamente sucede Que hablará muy mal de ustedes

7030    Aquel que los ha ofendido.
El que obedeciendo vive Nunca tiene suerte blanda; Mas con su soberbia agranda El rigor en que padece.
7035    Obedezca el que obedece
Y será bueno el que manda.
Procuren de no perder Ni el tiempo ni la vergüenza; Como todo hombre que piensa
7040    Procedan siempre con juicio, Y sepan que ningún vicio Acaba donde comienza.
Ave de pico encorvado, Le tiene al robo afición;
7045    Pero el hombre de razón No roba jamás un cobre, Pues no es vergüenza ser pobre Y es vergüenza ser ladrón.
El hombre no mate al hombre
7050    Ni pelee por fantasía. Tiene en la desgracia mía Un espejo en que mirarse. Saber el hombre guardarse Es la gran sabiduría.
7055    La sangre que se redama
No se olvida hasta la muerte. La impresión es de tal suerte, Que a mi pesar, no lo niego, Cal como gotas de fuego
7060    En la alma del que la vierte.


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