Raúl E. Melo Dait
Es a partir del siglo XVIII, cuando comenzamos a tener noticias del afán “coleccionista” de muchos de nuestros paisanos, probablemente influenciados por el expolio a los que nos tenían sometidos los viajeros ingleses, franceses y alemanes, principalmente.
El tener en “casa” una momia, esqueleto o cráneo de nuestros antepasados, para poder enseñar a los amigos visitantes, era una práctica común, principalmente entre la gente acomodada, que podía permitirse el lujo de comprar “objetos” pertenecientes a la cultura aborigen, como nos comenta Luís Diego Cuscoy: Este impulso inicial desató una fiebre por la rebusca de yacimientos en la que colaboraron, por un lado el erudito local y el médico, y por el otro el coleccionista. Tener en el gabinete de trabajo y en el despacho una momia o un cráneo, satisfacía en extremo, y si a esto se le añadía la posesión de un vaso o un objeto ornamental, tanto mejor. (Diego Cuscoy, 1953: 135-136)
A mediados de este siglo XVIII, tenemos noticias de un “coleccionista” el Teniente Coronel don Gabriel Román, el cual poseía una momia en su casa: …dicho D. Gabriel Román tiene en su casa, que dicho miércoles, ayer tarde a las sinco me dixo que biniera con él y yo lo bería y abiendo benido sacó de un caxón un cuerpo de un guanche mirlado, todo el aun entero, que ni una uña le falta, con todo su cabello negro, como que lo tenía corto y su montera de pellexa, el cuerpo para fuera; las manos abiertas, una ensima de otra, puestas sobre el enpeine, bueltas adentro; los dedos muy estirados y los de los pies también y como que abía sido atados uno con otro y divididos y así pies y manos. El cuero todo el aun en el cuerpo, sin faltarle nada y las carnes muy secas, ni más ni menos que las carnes de un hombre muy biexo, aunque estas mas pardas y secas[1]…
Se conservan aun algunas Cuevas llenas de cadáveres de Guanches. En 3 de En.º de 1770 vi uno en casa del Then.te Cor.1 D.n Gabriel Román, que estaba entero, i aun con su cabello i dientes[2].
Incluso las autoridades de la época, intentan organizar algún museo, con el fin de poder retener este “material” que estaba siendo expoliado hacia la península y el extranjero: En una región como las Canarias donde la arqueología se ha hecho sin la necesidad de escarbar el suelo, una colección de objetos guanches era una fácil tentación. En cierto momento, la curiosidad era tan viva que el mismo ayuntamiento, a pesar de su pobreza y de la falta de asesoramiento especializado, se dio cuenta de ello. Observó que todos querían momias, y hasta del extranjero, y que solo él no tenía ninguna; acordó por lo tanto mandar que le consigan “algunas momias, procurando que vengan de ambos sexos”. Si no las consiguió el ayuntamiento, las tuvieron algunos aficionados; el primero de ellos fue Megliorini, que tenía en 1821 una momia guanche en su colección que visitaban muchos viajeros y turistas extranjeros y en la que, además de objetos de historia natural, se podían ver muchos objetos del acostumbrado ajuar guanche. (Cioranescu, 1979: Vol. IV 222-223)
Este personaje al que alude Cioranescu, fue don Juan Megliorini y Espínola, capitán del regimiento de Ultonia, quien en las primeras décadas del siglo XIX, creó en su domicilio de Santa Cruz de Tenerife, un museo de historia natural, ampliada con una importante colección de materiales antropológicos y objetos arqueológicos cuyo material principal se cree procedía de un panteón Real del pueblo de El Sauzal. A su muerte sobre 1837-1839, todas sus pertenencias se pusieron a la venta. Al parecer don Sebastián Pérez Yanes, hacendado de Tacoronte y más conocido por Sebastián Casilda, compró la mayoría de los objetos, consolidando lo que posteriormente sería el Gabinete o Museo de Tacoronte. (Fariña-Tejera, 1998: 17)
Este museo se incrementa con donaciones, algunas oficiales como las de las momias de Araya.
Sebastián Pérez Yanes, nombra heredero universal y albacea testamentario en 1865 a Don Diego Lebrun, a su muerte en 1868, se hicieron a la familia Lebrun varias ofertas de compra, como las de Manuel de Ossuna, en nombre del Instituto de Canarias, Chil y Naranjo en nombre del Museo Canario y más tarde lo intenta la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Santa Cruz para el Ayuntamiento de esa ciudad, sin llegarse nunca a un acuerdo.
El 20 de julio de 1889 sale para Buenos Aires la colección, destino La Plata: “He visto el Museo Casilda y es muy bueno…hay cinco momias, magníficas en la conservación, curiosísimas al extremo, pues el sistema de momificación es completamente diferente del Canario (Víctor Grau[3])
Para saber cual era el inventario de momias que existían en su época en el Museo Casilda de Tacoronte, hemos consultado: “Historia del Pueblo Guanche” T. II. (1994) Apéndice documental Nº 2. El Museo Casilda de Tacoronte: Una pérdida irreparable. de Juan Béthencourt Alfonso. En M. A. Fariña (ed.) Francisco Lemus editor. La Laguna: 519-565. “La Memoria Recuperada” (1998) de Manuel Fariña González y Antonio Tejera Gaspar. Edición de Caja Canarias. Tenerife. “Tenerife y sus seis satélites” (1995) de Olivia Stone Vol. 1: 493-499. Edición del Cabildo de Gran Canaria. Y del texto de Sainte-Marie, (Sainte-Marie, E. de: 1899. Catálogo de los objetos contenidos en el Gabinete del Sr. Casilda, de Tacoronte, en las distintas secciones existentes en el día 17 de agosto de 1887). En: Boletín de la Real Sociedad de Amigos del País de Tenerife. Año I, nº 8 y 9: 62-70[4].
Del inventario de Eugenio de Sainte-Marie: “Catálogo de los objetos contenidos en el Gabinete del Sr. Casilda, de Tacoronte, en las distintas secciones de Pintura, Escultura, Numismática, Cerámica, Etnografía, Antropología e Historia Natural, existentes en el día 17 de agosto de 1887, en cuya fecha pasó una comisión del Instituto Provincial, presidida por el Director, a visitar dicho museo con el fin de adquirirlo para el referido establecimiento”, hemos extraído la Sección Antropológica (Sala Cuarta): “Cuatro momias en bastante buen estado de conservación, de guanches, tales como se encontraron en sus cuevas de sepultura, envueltos en pellejas; descollando entre todos la de una reina, notable por la perfección de sus facciones que se pueden aún apreciar a pesar de los años transcurridos, lo abundante y sedoso de su cabellera, la completa blancura y limpieza de sus dientes y la sonrisa y la resignación que se nota en su semblante, pareciendo como se quiere escaparse de la mortaja que la sujeta.
Veinte y más fragmentos de guanches, cráneos, tibias, fémures, diseminados, más o menos desprovistos de sus tegumentos capilares” (…)
De la obra de Olivia Stone: “Una es de un hombre guanche, no muy bien conservada, de cinco pies y ocho pulgadas de largo. Otra está envuelta en cuero todavía, tal como la encontraron, rodeada y cosida con tiras de cuero de una pulgada de ancho, más o menos, con la funda de cuero atada en la parte alta de la cabeza como se haría con la boca de un saco. (...)”
“Otra momia, de una mujer, que, según dicen, se encontró a medio camino de la cima del Pico, tenía las piernas dobladas hacia atrás por las rodillas hasta tocar las caderas y, en esa posición, medía tres pies y cuatro pulgadas (...)”
“En total hay siete momias en Tacoronte (...)”
Del inventario realizado en 1884 por Juan Béthencourt Alfonso extraemos:
IV-7-1.- Esta momia está en la alhacena, como la anterior (está incompleta) que dicen haberlas encontrado en la Orotava. No es posible estudiar sus envolturas sin destrozarla por el estado en que se encuentra. Lo primero que llama la atención es que se la ve doblada por las rodillas, e inclinada las piernas (sic). El pie derecho está debajo del izquierdo, como se ve en algunos Stos. Cristos; y la mano izquierda está como tapando la derecha, como hacia la mitad de los muslos. La cabeza y cuerpo según se ve; la cabeza caída sobre el hombro izquierdo; y el eje del cuerpo como doblado lateralmente sobre el mismo lado.
Algunas de las correas con que le aseguran sus envolturas son del ancho de dos dedos.
La capucha que cubre la cabeza tiene seis envolturas; y una de ellas sale como la forma de un abanico abierto, por uno y otro lado, con lo más delgado buscando la parte inferior de la barba, donde se anuda; también tiene algunas correas circulares en derredor del cuello, como para ajustarle las pieles al pescuezo.
Los dedos de la mano están como ríspidos. Todo es de color de chocolate. El aspecto del semblante y el desarrollo orgánico hacen creer que es hombre.
IV-7-2.- Está como doblado por el espinazo hacia adelante; y la cabeza caída atrás y como sobre el hombro derecho. Fue encontrado en el Sur de Tenerife. Esta momia le envuelven pieles que indudablemente le fueron puestas hace muy poco tiem¬po, del cráneo le falta una gran parte por la parte posterior (occipital).
Es de cabello rubio, y la cara lampiña; pero debajo de la barba se observan pelos rubios tirando a negro o rojizo, son ralos y escasos.
Por el esquema anterior se observara que el nacimiento del cabello en la frente, es más bajo, como aproximándose al arco superciliar, en la mitad izquierda del fron¬tal que en la derecha; como si fuera un lunar.
El aspecto de mujer, por más que tenga algunos pelos de barba, bajo la barba. Lo demás desnudo. Casi toda la momia es artificial, por más que las partes esenciales del cuerpo pertenecen al mismo individuo. El ropaje y manufactura pertenece al arte.
IV-7-3.- Momia encontrada en el barranco de Badajoz (Güímar). Esta momia está completamente restaurada en sus envolturas; y no es posible estudiarla sin des-coserla. También se conoce que la mano del restaurador alcanzó algo el interior. Está tendida (sic) y que se ve de costado.
IV-7-4.- Esta momia que dice haberse encontrado en la Isleta (de Canaria), la creo completamente restaurada. Está cubierta o mejor envuelta en pieles, pero no sé si como está hoy estaría anteriormente. No ofrece ninguna garantía; si bien puede afirmarse en absoluto que las pieles, cráneo, etc., pertenecieron a los primitivos mo¬radores de las islas Canarias. ¿Pero las pieles, son verdaderamente de la Isleta? Por el aspecto de la cara y oreja, etc., es de mujer.[5]
Aparte habla de que había una “pierna forrada con piel y con correas liadas y una calavera con parte del cuero cabelludo con cabello, color rojizo, parece de mujer”
Grabados rupestres procedentes de Belmaco [La Palma], vasijas y gánigos de barro y madera, pintaderas de Gran Canaria, añepas, cuerdas y tejidos, etc.
Béthencourt Alfonso habla de 4 momias, el Vizconde de San Javier de 6, Sainte-Marie de 4, Olivia Stone de 7, Chil y Naranjo[6] de 10 y Víctor Grau Bassas de solo cinco que llegaron a la Argentina. El dilema es preguntarnos realmente ¿Cuántas momias había en el Museo Casilda? Si nos llevamos por la declaración de Grau Bassas, alguna pudo haber sido vendida para alguna colección particular o extranjera antes de su partida para La Plata.
Según carta que se encuentra en el archivo del Museo Canario, las cinco momias fueron adquiridas por Fernando Cerdeña, pasando luego a don Luís Cerrano y posiblemente una de ellas (La que se encuentra en el Museo de La Plata) a don Ramón Rabanaque, cuyos herederos la donan al Museo de Ciencias Naturales de La Plata.
Hubo otros “gabinetes” hasta hoy desconocidos como el que nos relata el doctor don Mariano Nougués Secall, y que según parece estaba en La Orotava: Sería interminable si quisiese referir aquí todo lo que examinaron mis ojos: pero no debo pasar en olvido el gabinete de antigüedades guanchinescas y de mineralogía de D. Antonio de Lugo y Viña. Además de unos cráneos, uno de los cuales conserva todavía el pelo, tiene varios trozos de momias, anzuelos de los que usaban los guanches para pescar: algunos de ellos son de concha anacarada… (Nougues Secall, 1858: 146)
Otro de los primeros museo que se fundó en Tenerife, fue el llamado Museo Villa Benítez, creado por Don Anselmo J. Benítez en 1874, propietario de la imprenta Benítez, cuya colección pasó al Museo Arqueológico de Santa Cruz: En la colección de Villa Benítez, en Santa Cruz, existen varios restos de momias descubiertos en las proximidades de Anaga, en el Norte de Tenerife. Esas muestras incluyen cráneos, pies y brazos y, en algunos casos, el cabello que es oscuro, aún se adhiere a la calavera. En esta colección se conserva también una momia de un varón de corta estatura envuelta en pieles de cabra muy bien cosidas, y que se localizó en la montaña de Taco, cerca de Santa Cruz. (Hooton, 2005: 80-81)
El siguiente sería el Gabinete Científico fundado por Don Juan Béthencourt Alfonso en septiembre de 1877 en Santa Cruz de Tenerife. El Gabinete Científico de Santa Cruz de Tenerife, tenían entre otros como objetivos el estudio de la Historia natural y especialmente el del Archipiélago Canario, dedica importancia especial a la Antropología y Arqueología Prehistórica de Canarias. De esta labor, y fruto de la dirección de Béthencourt Alfonso fueron recogidos en Tenerife más de 500 cráneos, momias y distintos elementos de la cultura material aborigen como “Añepas” y “Banots”. Y gracias a su gestión se recogieron fondos donados entre otros por el Sr. Lebrun y Juan de la Puerta Canseco.
Nació como un anexo del Establecimiento de Segunda Enseñanza de Santa Cruz de Tenerife, su principal objetivo era: “El estudio de la ciencia natural, y especialmente el del Archipiélago Canario bajo ese punto de vista”.
Este museo tuvo su primer local en la Plaza de la Constitución Nº 9, pasando luego al claustro bajo el convento de San Pedro Alcántara (San Francisco) de acuerdo con el Excmo. Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife. Más tarde formó una sección del “Museo Municipal” en el claustro alto del citado convento. Y con muy interesante reglamento:
REGLAMENTO DEL GABINETE CIENTIFICO DE SANTA CRUZ DE TENERIFE, publicado en 1878 en la imprenta de Manuel Álvarez, de la calle S. Lorenzo 20 en Santa Cruz, que con respecto a la parte arqueológica dice:
ANTROPOLOGIA Y ARQUEOLOGIA PREHISTÓRICAS DE CANARIAS
• Remitir momias, esqueletos, cráneos, huesos, etc. de las antiguas razas de estas islas, expresando si es posible, del modo más detallado el lugar y condiciones en que hayan sido encontrados.
• Remitir así mismo, y con iguales relaciones, todos aquellos instrumentos, armas y útiles que den indicios de haber sido de uso de los guanches, como anzuelos, bastones, palos, lanzas, piedras de molino, gánigos, cuentas de collares, pieles, lesnas, restos de vestidos, de alimentos, de bálsamo etc. etc.
• Dar relación detallada de las cavernas y restos de construcciones del tiempo de los guanches, de las que hicieron viviendas, y de las que destinaron a sepultura, así como de aquellas de que exista tradición de que sirvieron de palacio, o tuvieron algún otro uso particular o notable. En las investigaciones que al efecto se hagan, debe procurarse descubrir si hay alguna inscripción, en cuyo caso se agradecerá la remisión de las mismas, o si esto no es posible, un dibujo de ellas.
A su fallecimiento una parte pasó a la llamada “Institución de don Bernardo Rodríguez” y la otra pasaría a formar parte del Museo Antropológico y de Historia Natural de Santa Cruz de Tenerife, fundado el 31 de diciembre de 1902.
Hay que destacar el material que poseía este Gabinete, principalmente reunidos por sus “corresponsales”, entre los que hay que destacar a don Ramón Gómez del Puerto de la Cruz, que donó 120 cráneos, llegando el gabinete ha poseer hasta 551 cráneos, 44 molinos, vasijas, anzuelos, 18 lanzas y bastones, una momia entera y otra media, etc.
El 2 de septiembre de 1879 se funda el Museo Canario. Será el Dr. Chil y Naranjo, desde su formación médica quien aporta nuevas conclusiones en especial en el estudio de las momias canarias, para las que niega como técnica de momificación la evisceración y extracción del cerebro, así como extracción de sustancias conservantes a través de los orificios naturales. Sin embargo su aportación más notoria fue la creación del Museo Canario de Las Palmas: “En la Casa de Colón, se encuentra el magnífico Museo Canario en cuyas dos salas de antropología se exhiben los restos, admirablemente conservados en muchos casos, de la población aborigen del Archipiélago. Cráneos, pelvis, tibias, esqueletos completos y momias completas, momias en su característica envoltura típica de los enterramientos en gruta, esto es, capas de piel de cabra y tejidos de junco, para ejemplares demostrativos de la fuerte contextura corporal de los primitivos habitantes del Archipiélago, constituyendo la colección ósea más completa del mundo entero de restos de una raza desaparecida que creían en la inmortalidad y eran maestros en la conservación o momificación de los cuerpos”. (Pando Villarroya, 1984)
Entre las colecciones que conserva merecen ser destacados los recipientes cerámicos por su variada tipología y belleza decorativa; los ídolos, con una amplia representación para Gran Canaria; y las llamadas pintaderas, de las que se dispone de más de 200 piezas. Completan el fondo, piezas de industria lítica y ósea, tejidos en pieles y fibras vegetales, material malacológico, restos de fauna y productos vegetales, etc.
Es muy importante las donaciones que recibe el Museo Canario, como la colección perteneciente al Conde de la Vega Grande, don Fernando del Castillo Westerling, que antes de su muerte, hizo el encargo a sus hijos de entregar al Museo Canario, cuantos objetos coleccionaba y guardaba relativos a los primitivos habitantes de Gran Canaria, principalmente encontrados en las zonas de Arguineguin, Mogán y Guayadeque.
Entre los objetos antropológicos y arqueólogos donados destacamos:
1. Una momia completa, con sus correspondientes envolturas de pieles.
2. Un esqueleto incompleto conservando algunas partes blandas momificadas.
3. Fragmento esquelético con partes blandas semi-momificadas. El cráneo está completo y unido a la columna vertebral. Conserva también algunas costillas y un pedazo de miembro toráxico.
4. Varios huesos sueltos y algunos fragmentos momificados.
5. Varios tejidos de junco
6. Una pierna de calzón o pantalón
7. Cincuenta vasijas
8. Una pintadera de barro
9. Una cabeza y dos fragmentos de ídolos de barro
10. Cabellos en que se observan cuatro matices: negro, castaño oscuro, castaño claro y rubio. (El Museo Canario Nº 130, 1901)
En el Museo Arqueológico del Puerto de La Cruz, se conservan varias momias, no expuestas al público y que en su momento fueron estudiadas por la Dra. Ilse Schnidetzky. (Diego Cuscoy, 1960: 57-70) Asimismo una de las mejores colecciones de cerámica aborigen, procedente principalmente de las Cañadas del Teide, así como el ídolo, denominado Guatimac y que pertenecía a don Ramón Gómez.
Una de estas momias pudiera ser la que vio Béthencourt Alfonso en el Museo del farmacéutico D. Ramón Gómez del Puerto de La Cruz: “Existe la momia de un infante de pocos meses, momificado, fue encontrado entre dos momias de adultos, cerca de la cumbre o mejor las Cañadas”. (Béthencourt Alfonso, 1994: 487) Museo que también fue visitado por Hooton en 1915: En el Puerto de la Cruz, el Sr. Ramón Gómez, ha reunido varias antigüedades guanches, entre las que se encuentra una momia muy mal conservada, aunque no tuve la oportunidad de observarla de cerca”. (Hootton, 2005: 80-81)
Manuel de Ossuna y Van Den Heede también tiene en su casa su colección guanchinesca: “Aprovechamos la ocasión de aludir a Museos de Antigüedades, para ver de tranquilizar, con relación con el de la Casa de Ossuna en La Laguna, a cierto corresponsal de prensa que no duerme hace tiempo preocupado por ciertos restos antropológicos que cree deberían figurar en él…
La Casa Ossuna, cuando pasó al Patronato y a cargo del Ayuntamiento de la ciudad, estaba lleno de materiales muy variados, entre ellos destacadamente, polvo, mugre y residuos de todo orden…una momia en descomposición y cantidad de huesos sin procedencia, resultaban incompatibles con los fines del archivo y biblioteca…y se optó por pasarlos al Museo Arqueológico de Tenerife, bajo inventario y depósito”[7].
El Instituto de Canarias de La Laguna crea igualmente su Museo: También completan esta magnífica colección gran número de restos humanos, procedentes de la raza guanche, y curiosas armas y utensilios encontrados las cuevas que sirvieran de albergue a los individuos de las mismas. (La Región Canaria: 31 de octubre de 1899)
En el antiguo Instituto de Canarias, hoy Instituto Cabrera Pinto de La Laguna, hay en su Museo de Historia Natural, varias vasijas de barro, cráneos y otros materiales aborígenes, una momia:
…”una momia de guanche maltratada”, un pie y una mano igualmente momificados, una flecha, “una especie de espada de hueso hecha pedazos”, un hacha de madera y piedra, una piedra de molino y “una olla de los guanches”. Creemos que la momia, que en el inventario de 1861 se describe como “incompleta y mal conservada”, es la misma citada por Berthelot; la misma que hoy se guarda en el Instituto y que, por haberla asociado a un cráneo y a unas cuentas de collar encontradas en el barranco de Agua de Dios (Tegueste) en la última década del siglo XIX, ha sido considerada como procedente de este lugar y descubierta en esta fecha. Hasta hace muy poco se encontraba aún rodeada de algunos de estos utensilios mencionados en la relación de 1847. La momia, al parecer bien conservada-pese a su mutilación-y en posición poco habitual, es una de las más interesantes piezas con que cuenta el Museo del Instituto. (Fajardo Espínola, 1995: 131-132)
Sebastián Jiménez Sánchez, nos describe esta momia y nos da otra versión sobre su origen:
“En una de las salitas de Historia Natural del Instituto Nacional de Enseñanza Media de la ciudad de La Laguna, se exhibe muy bien conservada, una interesante momia, al parecer de mujer, envuelta desde el cuello a la rodilla en dos capas de pieles adobadas y cosidas admirablemente. La disposición de la momia no es horizontal; presentase con las extremidades abdominales un tanto encogida. Fue hallada en una cueva cementerio del pago de Bajamar, donde llaman Las Goteras o La Laja en 1881”[8]. (Jiménez Sánchez, 1941: 265)
Hay otra versión sobre esta momia y que podría ser la llamada momia 1 de las encontradas en Araya de Candelaria, no solo por su descripción:
Adulto, masculino, sin cabeza, carece de brazos, pierna derecha completa con uñas del pie bien conservadas, y pierna izquierda en que faltan los dedos y el metatarso.
Sino incluso por el siguiente informe:
Por oficio del nuevo Director General de Instrucción Pública, Carlos M.ª Coronado al Director del Museo Arqueológico Nacional de 23 de marzo de 1868, probablemente la mo¬mia 1, pues carece de la cabeza, fue entregada al Gabinete de Historia Natural del Instituto de Canarias… (Melo Dait, 2005)
La Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, posee una colección de huesos y otros objetos aborígenes: El 13 de junio de 1923, el socio don José Gutiérrez Penedo hace donación del siguiente material[9]:
1. Un cráneo completo
2. 2 medios cráneos
3. 1 frontal
4. 2 trozos de parietal enlazados
5. 5 pedazos de huesos de cráneo
6. 4 huesos
7. 1 trozo de mandíbula inferior
8. 1 trozo de hueso sacro
9. 1 hueso pequeño
10. 13 tibias
11. 7 peronés
12. 1 trozo de mandíbula con dos muelas
13. 1 trozo de mandíbula con una muela y dos dientes
14. 5 pedazos de cacerolas de barro
15. 1 cuchara del mismo material
16. 3 trozos de cuerda
17. 15 concheros de lapa
18. 1 trozo de concha
19. 4 caracolas
20. 40 cuentas de collar
21. 1 asa de jarra de barro
22. 3 trozos de madera
23. 2 trozos de tubo de barro
24. 38 trozos de basalto, cantos rodados y otras piedras
Además existe un gánigo procedente de la isla de La Palma, junto con otros tres trozos pequeños procedentes de otros gánigos, donados por don Diego Jiménez de Cisneros. Una pieza esférica procedente del Puerto de La Cruz, donación de don Esteban Díaz. Un trozo de piel de traje aborigen y un rosario de cuentas de collar donados por don Mateo Alonso del Castillo.
El Museo Arqueológico de Tenerife posee una de las colecciones de momias más ricas y mejor conservadas. Atendiéndose no tanto a su número como al hecho de pertenecer a una misma cultura, la colección de momias de los aborígenes de la isla de Tenerife, los guanches, se puede considerar una de las más valiosas del mundo. (González Antón, et alií, 1990: 137-138)
El Museo Arqueológico de Tenerife, se inaugura en 1958 con fondos procedentes del Museo Municipal (Sección de Arqueología y Antropología), de la Comisaría Provincial de Excavaciones Arqueológicas, del "Gabinete Científico" y de las adquisiciones de pequeñas colecciones como las del extinguido Museo Villa Benítez, Vallabriga y Casa Ossuna, además de aportaciones de particulares. Así mismo Luís Diego Cuscoy, primer Director del Museo Arqueológico de Tenerife y Comisario Provincial, integra todos los materiales arqueológicos y restos humanos de la prehistoria de Tenerife en una única colección.
En los años 80, el Museo ve incrementado sus fondos con las donaciones procedentes las colecciones de Mazuelas, Massanet, Santiago Melián, Santiago de la Rosa y Hermógenes Afonso (Hupalupa), formadas principalmente por material cerámico y otros útiles aborígenes.
Actualmente se conservan unas 13 momias completas, así como unos 170 restos momificados y unos 200 fragmentos de envolturas de momias (tiras de piel, envolturas mortuorias, etc.[10]). Todos ellos perfectamente estudiados y catalogados. Algunas de las momias así como restos se encuentran expuestas al público. Destacando las colecciones de gánigos, cuentas de collar, banots y añepas, etc.
El Museo Etnográfico y Centro Alfarero "Cha Domitila" de Arguayo (Santiago del Teide), posee una vitrina con varios cráneos y material cerámico, procedente de la zona del Valle de Santiago.
ARCHIVOS, FONDO DOCUMENTAL Y BIBLIOGRÁFICO CONSULTADOS
Archivo Histórico Municipal de La Laguna. Fondo Ossuna. La Laguna. AHMLL
---Fondo Ossuna: Anchieta y Alarcón J. Apuntes: “Guanches”. Manuscrito. Anchieta y otras cosas. Caja 9. (0-9-3). fol. 26r-29r.
Archivos del Museo Canario. Las Palmas.
Biblioteca Municipal de Santa Cruz de Tenerife
Instituto de Estúdios Canários. La Laguna
Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife. La Laguna. RSEAPT
---Verdugo Bartlett, M. Inventario de enseres, objetos y valores pertenecientes a la R.S.E. de Amigos del País de Tenerife, con una nota del nº de volúmenes de su biblioteca y contenido de legajos existentes en su local social (Sala Baja del Excmo. Ayuntamiento de la Ciudad de La Laguna) cedida por dicha corporación en sesión del 18-11-1903. pp. 16. Manuscrito.
---Libro de Actas.
BETHENCOURT ALFONSO J. (1912/1991) Historia del Pueblo Guanche I. Su origen, caracteres etnológicos, históricos y lingüísticos. En M. A. Fariña (ed.). Francisco Lemus editor. La Laguna.
--- (1912/1994) Historia del Pueblo Guanche II. Etnografía y Organización socio-política. En M. A. Fariña (ed.). Francisco Lemus editor. La Laguna.
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--- (2004) Miscelánea. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Las Palmas.
DIEGO CUSCOY L. (1953): Nuevas excavaciones arqueológicas en las Canarias Occidentales. Yacimientos de Tenerife y La Gomera (1947-1951). Informes y Memorias de la Comisaría General de Excavaciones Arqueológicas, 28. Madrid.
--- (1960): Trabajos en torno a la cueva sepulcral de Roque Blanco. S/C de Tenerife. Publicaciones del Museo Arqueológico. Tenerife.
FAJARDO ESPINOLA F. (1995) Historia del Instituto de Canarias. Centro de la Cultura Popular Canaria. Tenerife.
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FARIÑA GONZALEZ M. - TEJERA GASPAR A (1998) La Memoria recuperada. Caja Canarias ed. Tenerife.
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________________________________________
[1] Anchieta y Alarcón J. Apuntes: “Guanches”. Manuscrito. Fondo Ossuna. AHMLL.
[2] Esta momia que vio Lope de Guerra, es la misma mostrada a Anchieta y Alarcón.
[3] Archivos del Museo Canario
[4] Actualmente estos boletines se encuentran en un estado totalmente lamentable para su lectura, debido a la “carcoma”.
[5] Esta momia se encuentra en el Museo de La Plata en Argentina. Sala XIX “Antropología Biológica” con la siguiente publicidad: Un ejemplar femenino momificado del grupo Guanche proveniente de las Islas Canarias, colocado en una cesta de fibras vegetales y envuelto en cuero es de especial interés, ya que sólo se han conservado unos pocos en el mundo con estas características.
[6] De Santa Cruz pasé a Tacoronte para visitar el antiguo Museo Casilda, que hoy pertenece al Sr. D. Carlos Lebrún. En él llama principalmente la atención el número de momias, muchas de ellas perfectamente conservadas… Chil y Naranjo G. (2004) Miscelánea. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. 100
[7] Crónica arqueológica e Historia del Arte. Revista de Historia de Canarias XXXII 1968-69: 306. La Laguna.
[8] Este lugar de “Las Goteras”, podría referirse a la zona de La Punta del Hidalgo, ya que el descubrimiento de las cuevas de Las Goteras en Bajamar, fue realizado en 1933, y de ahí si proceder muchos de los cráneos que hay en esta colección. Aunque también se llaman Las Goteras el lugar de Araya donde se hallaron las momias de Candelaria.
[9] Libro de actas de fecha 23 de julio de 1923
[10] Estos fragmentos proceden principalmente de Hoya Brunco (La Guancha), las Cañadas del Teide y algunos del Sur de Tenerife.
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