jueves, 1 de octubre de 2015

EFEMERIDES CANARIAS






UNA HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS
PERIODO COLONIAL 1501-1600
DECADA 1551-1560

CAPITULO IX-LXIX



Eduardo Pedro García Rodríguez

Viene de la entrega anterior

La importancia de la esclavitud para los ingenios56 se observa en las autorizaciones que tienen algunas de las islas para proveerse de los mismos, como se deduce de la autorización de importar 500 esclavos que tiene la isla de La Palma desde el año 1578 del golfo de Guinea, o la isla de La Gomera donde el portugués Diego Fernández introduce un número importante de mano de obra esclava procedente de Cabo Verde57. Sin duda, en Gran Canaria y Tenerife el volumen de adquisición de esclavos fue mayor que en La Gomera y en La Palma, a tenor de la mayor población de estas dos islas y del número de ingenios instalados.

La utilización de esclavos en los ingenios tenía como causa primigenia el abaratamiento de los costes y obtener así una mayor rentabilidad en el proceso de transformación de la caña en azúcar. Contamos con algunas referencias de la llegada a las islas de esclavos, no sólo cuando ya el ingenio estaba en producción, sino que a veces forman parte del lote inicial de productos necesarios para la edificación del ingenio, y así figuran esclavos, herramientas y mantenimiento para montar un ingenio, como se observa en el caso de Mateo Viña quien traía estos elementos en una carabela que los llevó a Daute con la finalidad de desembarcarlos como paso previo a la edificación de su ingenio.

El comercio de esclavos negros para las plantaciones de caña estaba fundamentalmente en manos de portugueses, muchos de ellos procedían de Cabo Verde como los introducidos en La Gomera por el portugués Diego Fernández o de la costa africana próxima y se compraban directamente a los mercaderes portugueses y castellanos que los ofrecían en las islas, aunque también algunos de estos esclavos procedían de capturas realizadas directamente en el continente africano, pues al menos desde el mes de noviembre del año 1505 se “concede licencia para saltear moros en Berbería”. Tenemos constancia de la realización de cabalgadas desde Lanzarote y Fuerteventura desde fines del siglo XV, reanudadas con el beneplácito de la Corona hasta el último cuarto del siglo XVI en que fueron prohibidas58. Eran harto frecuentes las cabalgadas que desde Canarias iban a Berbería en busca de esclavos59 y según han manifestado algunos autores las cabalgadas eran el medio a partir del cual la afluencia de esclavos a las islas se produjo de forma masiva 60.

En la documentación notarial son abundantes las referencias a compras de esclavos por particulares, como el propio Adelantado que compró en una de las partidas 28 esclavos. Através de las particiones de algunos ingenios o de inventarios de bienes podemos conocer el número de esclavos que tenían estos complejos agroindustriales, así en el caso del de Juan Monteverde, figuran 14 esclavos con sus nombres, oficios y tasación y, por ejemplo, en el ingenio de Telde de García del Castillo se inventarían 24 esclavos negros61.

El número de esclavos en las plantaciones e ingenios debió ser importante a tenor de las afirmaciones de algunos viajeros. Frutuoso refiriéndose a los ingenios de Argual y Tazacorte manifiesta que sus dueños se evitan muchos gastos al tener muchos esclavos y camellos para cortar y acarrear la caña y la leña a los ingenios.

Esta aseveración del escritor azoreano se evidencia por ejemplo en el año 1558 cuando Guillermo del Rin, morador en Lisboa, compró en nombre de Melchor de Monteverde a Antonio González y a Baltasar de Villela, de Portugal, 35 o 40 piezas de esclavos de Cabo Verde de unos 18 a 25 años “cuatro hembras y los demás varones al precio de 22.000 mrs. de la moneda de Portugal y da poder a su factor Luís de Alarcón para que nombre una persona que vaya a Santiago en Cabo Verde a buscarlos62.

Pedro Interián señala en su testamento que poseía 14 esclavos y siete esclavas, Domenico Riço, en 1546, como administrador del ingenio de Los Sauces manifiesta que se mantienen todos los esclavos anteriores más nueve piezas que ha vendido o el caso del ingenio de Adeje que cuando fue destruido en 1586, por ataques piráticos, contaba con 80 esclavos. Por su parte en La Gomera63 sabemos que en el aprecio del ingenio de Hermigua en 1586 figuraban dos esclavos, pero en una ejecución de bienes aparecen contabilizados 18 esclavos, mientras que en la partición del de Valle Gran Rey figuran 15 piezas.

Los cálculos para Gran Canaria64 establecen una media de 30 ó 35 esclavos entre hombres y mujeres por ingenio, plantación e ingenio, y en el caso de Tenerife las estimaciones son inferiores, con una media de 15 esclavos por hacienda azucarera, aunque excepcionalmente encontramos alguna que poseía 30 esclavos. Sea cual fuere el número exacto de esclavos en cada hacienda, el hecho cierto es que fueron fundamentales, pues incluso en los repartos de bienes o en los inventarios de las haciendas encontramos entre las dependencias del ingenio una mención explícita a la casa de los negros, “situadas en la esquina de la casa principal de aposento” como en el ingenio de Tazacorte en el que figuran 14 casas de negros en la partición de 1557, valorados en 850 doblas, es decir 425.000 maravedís, entre los que se incluían regadores, prenseros, trompeteros, etc.

En ocasiones resulta bastante complicado saber con exactitud cuantos esclavos se dedicaban propiamente a las tareas de la plantación y cuántos al ingenio, o cual era el número de los ocupados en las tareas domésticas, aunque es posible que muchos compartieran todas las labores, pues encontramos referencias, por ejemplo a Gonzalo Yanes65 que, por deudas que le debía Juan de Monteverde, hizo ejecución en la mitad de los 27 esclavos negros que éste tenía con su hermano Miguel, junto a otros bienes, en el ingenio de Argual, pero no especifica la ocupación concreta de cada uno de ellos.

El personal esclavo que trabajaba en el ingenio no era siempre, en su totalidad, propiedad del dueño del ingenio, sino que se alquilaban esclavos para la zafra y eran puestos a soldada por sus dueños, es el caso de Baltasar Ortiz de Caraveo que pone a soldada a su esclavo Francisco, de color prieto, aserrador, por un año con Juan de Monteverde y éste le dará de comer y beber y pagará 34 doblas66. En Tenerife encontramos el alquiler de esclavos y bestias en conjunto, como ya hemos señalado, y lo mismo en La Palma, así en el año 1561-67, Gonzalianes alquiló y dio a soldada a Juan
Monteverde 11 esclavos, con la particularidad de que figura el oficio de cada uno de
ellos: Hernando, moledor; Anrique, regador; Francisco gago, Lucas y Simón portugueses, Miguel, Salvador, Mateos y Diego, carpinteros, Tomasico y Antonio, regador, además de cinco bestias mulares y tres caballares con sus aparejos, todo ello por un período de un año y 150 doblas de salario que percibirá su dueño.

Lo habitual era que el alquiler de esclavos se efectuara por meses o por años y producía elevados ingresos, entre 600 y 1200 maravedís mensuales más comida, a sus propietarios. Si este personal estaba especializado la cotización era más alta como se observa en el caso de Matías, mulato valorado en 140 doblas, Leal prensero en 80 doblas, ambos en el ingenio de Argual, mientras otros sin especializar son tasados en cantidades inferiores.

Cuando los esclavos eran propiedad del dueño de la plantación, éstos se empleaban en las labores de la misma, pero en ocasiones eran entregados por sus propietarios como parte integrante de los contratos a partido, como se observa por ejemplo en el año 1522 en La Orotava (Tenerife), cuando el propietario del ingenio entrega tres de sus esclavos negros, Juan Ferrero, Martín y Francisco Bagacero, a quien ejecuta el contrato con él, siendo este último responsable de los mismos, obligándose a restituirlos por otros en caso de muerte o enfermedad y no pudiendo abandonar la hacienda sin permiso de su dueño o del mayordomo de la hacienda68, pero en este caso concreto el dueño de los esclavos los vestirá durante el tiempo del trabajo y dará 40 fanegas de trigo al año para los esclavos y para el trabajador. Es decir, los propietarios ponían a trabajar a sus esclavos, obteniendo con ello mayores beneficios, pues la mano de obra era costosa.

Entre los esclavos se prefería al de color negro, aunque también encontramos mulatos y moriscos, junto a algunos indios y población aborigen; los primeros presentaban una mayor adaptación, mayor capacidad de trabajo y mejores rendimientos.

Este personal esclavo moraba en el ingenio, como ya hemos señalado, así por ejemplo en Los Llanos de Jaraquemada en el ingenio de Alonso Rodríguez de Palenzuela, nos dicen las crónicas que en sus alrededores predominaban las chozas para negros y moriscos y en este lugar serían concentrados todos los esclavos manumitidos por orden del inquisidor Ortiz de Funes, cuando en el año 1568 se hizo cargo del Santo Oficio.

La importancia de la esclavitud está constatada desde el inicio del cultivo de la caña de azúcar, tal como aparece recogida, por ejemplo, en la venta de los ingenios de Argual y Tazacorte por los Welser a los Monteverde, en el que figuran entre los bienes objeto de la transacción los “esclavos negros de cualquier sexo”69. Pero también tenemos constancia de su existencia a través de los gastos efectuados en el ingenio como se deduce, por ejemplo, del de Agaete en el que según las cuentas presentadas por el mayordomo al alcalde mayor se había invertido: 10.500 maravedís por capotes que se dieron a los esclavos, así como 9600 maravedís en mantas “que se dieron a los dichos esclavos para en que dormirse”, 7308 maravedís para 923 pares de alpargatas, 5040 maravedís en camisas de trabajo, entre otras partidas70.

Al igual que había sucedido en otros territorios donde el azúcar fue el cultivo de exportación prioritario, la esclavitud estuvo asociada al cultivo azucarero, aunque da la impresión que en el caso de Canarias si bien contamos con la existencia de un número importante de personal esclavo, el sistema predominante en la explotación de la caña de azúcar fue la explotación directa y contratos a partido por dos o tres zafras con población libre, el número de esclavos fue muy significativo, pero en ningún momento alcanzó las cotas del mundo americano.

La mano de obra esclava constituía un aporte importante de la población del ingenio, cuya cuantificación es muy difícil de llevar a cabo pues varía considerablemente según los ingenios, las islas y por supuesto su número es variable a lo largo del tiempo. M. Lobo71 ha fijado unos totales aproximados para la población esclava de los ingenios de Gran Canaria entre un 10 y un 12%, con un promedio de 30 a 35 esclavos por ingenio. Para Tenerife y basándose en datos de La Laguna, lugar de residencia de la mayor parte de los hacendados de la Isla, establece una proporción del 14,9%, con un promedio en cada hacienda de 15 y en algunos casos excepcionales hay alguna hacienda que contaba con 30 esclavos, mientras que para La Palma las proporciones que apunta este autor son mucho más altas cifrándose en torno al 29,9%, representando este colectivo, en torno al año 1586, el 10% del total de la población insular, aproximadamente unos 500 esclavos negros y mulatos. Para La Gomera los totales de población esclava son mucho más difíciles de cuantificar a lo largo del siglo XVI, pero sin duda su número debió ser significativo a tenor de las importaciones que se realizan desde esta Isla.

La procedencia de estos esclavos era producto de las razzias o por compras efectuadas sobre todo en la costa africana, que no era un proceso novedoso ya que desde el siglo XV72, y aún antes, se llevaba a la Península orchilla y esclavos desde las islas y este comercio no se interrumpió, sino que continuó siendo una práctica habitual73, aunque también tenemos constancia de la existencia de esclavos de las islas y en número ínfimo procedente del mundo americano, así se cita por ejemplo la existencia de un indio que trabajaba en un ingenio en Las Palmas, sin especificar las tareas que realizaba. La cotización de los esclavos en el mercado variaba en razón de la pieza, tanto en las islas como fuera de ellas, como han demostrado los estudios comparativos entre Canarias y Las Antillas74.

Si bien es verdad que cuando se habla de esclavos en pocas ocasiones se diferencian por sexos, suponemos que la mayor parte del personal del ingenio eran varonesy las únicas referencias a mujeres de las que tenemos constancia, directamente relacionadas con el proceso de obtención de azúcar, eran las ceniceras cuyo trabajo era hacer ceniza en el campo para darle mayor blancura al azúcar75, pues el resto de las esclavas se ocupaban de las tareas domésticas o compartían su quehacer, pero no aparecen individualizadas en los ingenios, todo lo más formarían parte del personal subalterno.

Los trabajos efectuados por los esclavos afectaban prácticamente a todo el proceso productivo, así figuran por ejemplo en contratos de cura de cañas junto al cañavero76; en este caso los esclavos eran entregados para la zafra y puestos a soldada por sus dueños, aunque lo habitual era ocuparlos en los trabajos de acarreo y mecánicos, así encontramos plantadores de caña a las órdenes de un cañavero y en ocasiones ellos solos, regadores e incluso desempeñando algunas funciones más especializadas en las casas de prensas o en la de calderas. Algunos inventarios de ingenios, como el de Telde, nos proporcionan datos sobre el personal necesario por ejemplo para la casa de prensas que se situaba entre seis u ocho personas de las cuales la mitad solían ser esclavos, lo mismo sucedía con los bagaceros cuya función era exprimir los residuos de las cañas y recoger el bagazo resultante. Entre las tareas del ingenio que no encontramos presencia de esclavos destaca la casa de purgar, posiblemente por la alta cualificación que requería tal labor.

Donde el personal esclavo se hizo imprescindible fue en el trabajo de la casa de las calderas; para este cometido siempre se prefirió al esclavo negro que, según se decía, aguantaba mejor las altas temperaturas, aunque también encontramos trabajadores de calderas de color prieto como es el caso de Bartolomé, prieto, en Las Palmas77. Otra de las actividades del ingenio donde la presencia de los esclavos está constatada era en las labores de embalaje del azúcar y desempeñando el oficio de encajador.

Estos esclavos, en ocasiones, intentaron abandonar el Archipiélago y protagonizaron algunos intentos de huida a Berbería, como se observa en un grupo de 15 esclavos negros que lograron huir del ingenio azucarero de Adeje y desembarcaron en Cabo Bojador, de los cuales ocho llegaron a tierras del Xarife y siete fueron capturados por los nativos y canjeados al conde de Lanzarote por parientes suyos78.

Si las huidas de esclavos fue una preocupación de sus dueños, no lo había sido menos su instalación en las islas para las autoridades locales, dictándose una serie de disposiciones tendentes a su control, como fue la prohibición de andar por los caminos después de “campana tañida”, llevar marcas visibles en el hombro para ser fácilmente reconocibles, algunos fueron herrados en la cara e incluso se autorizó “cortarles las orejas si sus culpas lo merecían”. Esta preocupación no sólo era por  los esclavos ya asentados en las islas sino que incluso para la población del Archipiélago llegó a generar un gran temor la llegada de “barcos de esclavos negros que vienen de parte sospechosa”, pues la preocupación evidente de la población se debía a la presencia de enfermedades que estos esclavos pudieran traer a las islas.

Las importaciones de esclavos para los ingenios azucareros comienzan a disminuir a medida que se produce un descenso de la producción, pero esto es relativo ya que en algunas de las islas en las que el cultivo continua a lo largo del siglo XVII se siguen comprando esclavos en las costas africanas, aunque ahora los intermediarios ya no sólo van a ser los portugueses sino que entran en el tráfico esclavista los holandeses como se deduce, por ejemplo, cuando arriba al puerto de S/C de La Palma79 el navío “Caballero” del que era capitán Nicolás Fanor, natural de Flesinga, cargado con 120 negros que había traído de la costa de Guinea, y que si bien no especifica que eran para los ingenios azucareros, es probable que al menos un número significativo fuese adscrito a estas tareas.

A modo de conclusión podemos señalar que esta microsociedad que encontramos en las plantaciones e ingenios azucareros en Canarias es fiel reflejo de los distintos grupos que integran la sociedad canaria del XVI, pues la economía azucarera fue un eje dinamizador de la sociedad no sólo en el aspecto económico, sino social y cultural, tanto por las influencias externas, como por la propia evolución intrínseca de la sociedad de las Islas cuya posición geoestratégica las convirtió en punto de expansión en el Atlántico.

Canarias desarrolló un modelo propio cuyos antecedentes encontramos en el territorio peninsular y en la isla de Madeira y fue punto de referencia para las plantaciones americanas, pero no un modelo en miniatura del Nuevo Mundo. El único hecho constatable es que tanto las plantaciones como los ingenios azucareros fueron determinantes en las llamadas islas del azúcar, pues la organización del espacio, la estructura económico-social y política no pueden explicarse sin la concurrencia de la caña de azúcar.

Ana Viña Brito
En la España Medieval
2006, 29 359-381
ISSN: 0214-3038

Universidad de La Laguna. Tenerife

NOTAS:
1 VIÑA BRITO, Ana y RONQUILLO RUBIO, Manuela: “El control normativo del azúcar en Canarias”, O Açucar e o Quotidiano. Funchal, 2004, pp. 303-341.
2 VIÑA BRITO, Ana: “El azúcar, base económica para la consolidación de una elite”, Coloquio de Historia Canario Americana (Las Palmas de Gran Canaria) 11 (1996) 358 371.
3 VIÑA BRITO, Ana y RONQUILLO RUBIO, Manuela: “El azúcar en Canarias. Balance historiográfico y perspectivas de investigación”, Coloquio de Historia Canario-Americana (Las Palmas de Gran Canaria) XVI (2004).
4 RODRÍGUEZ MOREL, Genaro: “Esclavitud y vida rural en las plantaciones azucareras de Santo Domingo”, Anuario de Estudios Americanos (Sevilla) XLIX (1992) 87-117.
5 VIEIRA, Alberto: Canaviais, açucar e aguardente na Madeira. CEHA, Funchal, 2004.
6 Sobre los aportes poblacionales al Archipiélago Canario, una vez conquistadas las Islas, véase AZNAR
VALLEJO, Eduardo: La integración de las Islas Canarias en la corona de Castilla (1478-1526). Las Palmas de Gran Canaria, 1992, 2ª ed.
7 VIÑA BRITO, Ana: “La fortuna y el poder de los Monteverde en La Palma”, El Fruto de la Fe. El legado artístico de Flandes en La Palma. Madrid, 2004, pp. 63-73. ÍDEM: “La hacienda de Tazacorte (La Palma)”, Anuario de Estudios Atlánticos (Las Palmas de Gran Canaria) 50 (2004) 545-587.
8 LOBO CABRERA, Manuel y TORRES SANTANA, Elisa: “Los extranjeros en Canarias durante el Antiguo Régimen”, Coloquio Internacional de Historia Moderna (Málaga) I (2004) 79-97. Estos autores abogan por considerar “extranjeros diferentes o pobladores forzosos” al contingente procedente de África, que son los esclavos negros presentes en Canarias desde el inicio de la colonización.
9 SERRA RÁFOLS, Elías: Las datas de Tenerife. La Laguna, 1978; RIVERO SUÁREZ, Benedicta: El azúcar en Tenerife, 1496-1550. La Laguna, 1990; VIÑA BRITO, Ana y BELLO LEÓN, Juan Manuel: “Notas sobre la génesis de la gran propiedad en Tenerife”, Coloquio de Historia Canario Americana (Las Palmas de Gran
Canaria), IX (1992) 567-600.
10 DÍAZ PADILLA, Gloria y RODRÍGUEZ YANES, José Miguel: El Señorío de las Canarias Occidentales. La
Gomera y El Hierro hasta 1700. Exmos. Cabildo Insulares de La Gomera y El Hierro, 1990, p. 316.
11 SERRA RÁFOLS, Elías: “Taganana”, Revista de Historia Canaria (La Laguna) 68 (1944), p. 320.
12 En una Cédula de Carlos V, del año 1519, se recomendaba al gobernador de Canaria, Lope de Sosa, que facilitase la salida de maestros y otros oficiales de los ingenios desde Canarias para la Indias. Los primeros trabajadores de los ingenios de Santo Domingo procedían de Canarias “por su experiencia en la fabricación de lo dulce”. Cit. CARANDE, Ramón.: Carlos V y sus banqueros. Barcelona, 1990. Tomo I, p. 460.
13 RODRÍGUEZ MOREL, Genaro: “Esclavitud y plantación azucarera en Puerto Rico. Siglo XVI”. Esclavos com e sem açucar. Funchal, 1996, p. 191. 14 1538, febrero, 26. Valladolid. Archivo General de Indias (AGI). México, 1088. L.3, fol. 4v. Una Real
Cédula remitida a la Audiencia de Nueva España señalaba la reclamación del obispo de Taxcala para que el contador Rodrigo de Albornoz “que tenia un negocio de azúcar a término en la ciudad de Verazcruz, diezme en azúcar y no en dineros, de 20 arrobas una, según como se usaba y acostumbraba en las islas de Canaria y en las otras islas donde hay ingenios de azúcar”.
15 VIÑA BRITO, Ana y RONQUILLO RUBIO, Manuela: “El control normativo…”, Ob. Cit.
16 Una buena síntesis puede verse en LOBO CABRERA, Manuel: “Azúcar y Trabajo en Canarias”, Actas del Seminario: Agua, Trabajo y Azúcar (Granada) 6.º (1996); AZNAR VALLEJO, Eduardo y VIÑA BRITO, Ana: “ El azúcar en Canarias, escala entre dos mundo”. Actas del Seminario La caña de azúcar en tiempos de los grandes descubrimientos (Granada), 1.º (1989) 173 y ss.
17 AGS. Cámara de Castilla. Pueblos. Leg. 8, n.º 354.
18 En el momento de la contratación del administrador se estipula con toda claridad que correspondía a éstos tener el libro de cuenta de las entradas y salidas con el día, mes y año. A veces en la documentación se trata al administrador como si fuese el dueño de la hacienda.
19 1524, septiembre, 21. COELLO, María Isidra, PARRILLA, Avelino y RODRÍGUEZ, Margarita: Protocolos de
Alonso Gutiérrez (1522-1525). S/C de Tenerife, 1980, doc. n.º 1746.
20 Gabriel de Socarrás tomó posesión de las tierras que Benavente obtuvo del Adelantado en Los Sauces, actuó como su administrador en el ingenio y obtuvo del mismo ¼ del heredamiento que pasaría a sus descendientes.
VIÑA BRITO, Ana: Las tierras y las aguas de Los Sauces…, (1.502-1.603). Ayto. de San Andrés y
Sauces, 2002, pp. 21 y ss
.21 Juan Gutiérrez en Los Sauces obtuvo 4 fanegas de regadío por cesión de Juan de Lugo y Gabriel de Socarrás, en pago a su trabajo de construcción de una acequia.
22 1555, noviembre, 27. HERNÁNDEZ MARTÍN, Luís Agustín: Protocolos de Domingo Pérez, escribano público de La Palma (1554-1556). S/C de La Palma, 2000, doc. n.º 770.
23 Los propietarios de los ingenios de Argual y Tazacorte se quejan de las avenidas del barranco y la destrucción de parte de los cañaverales en el “barranco de Las Angustias”.
24 Cit. CAMACHO Y PÉREZ-GALDÓS, Guillermo: “El cultivo de la caña de azúcar y la industria azucarera en Gran Canaria (1510-1535)”. Anuario de Estudios Atlánticos (Madrid-Las Palmas de Gran Canaria) 7 (1961)

25 SERRA RÁFOLS, Elías: “Taganana”, Ob. Cit. p. 324.
26 SÁNCHEZ VALERÓN, R. y MARTÍN SANTIAGO, F. E.: Génesis y desarrollo de Ingenio durante el siglo XVI. Ingenio (Gran Canaria), 2004, p. 73.
27 1522, enero, 26. ÍDEM, Apéndice I, pp. 59-61.
28 La plantación de los brotes de caña se establecía en una distancia determinada con diferentes riegos. Consistía la plantación con dos trozos de caña, de tres yemas uno enfrente del otro y a una distancia conveniente.
Se calcula que una hectarea llevaría 40 quintales de planta, lo que venía a representar un volumen de tres fanegas de caña por una de tierra.
29 COELLO, M.I., PARRILLA, A. y RODRÍGUEZ, M.: Protocolos de Alonso Gutiérrez …, Ob. Cit., doc. N.º
333.
30 AZNAR VALLEJO, E.: La Integración de las Islas Canarias en …, Ob. Cit., p. 323.
31 1522, junio, 26. Cit. CAMACHO Y PÉREZ-GALDÓS, G.: “El azúcar y la industria…”, Ob. Cit. pp. 61 y ss.
32 El Museo Canario. Colección BUTE, II, 1ª, 148v. de 24 de junio de 1524.
33 RIVERO SUÁREZ, Benedicta: El azúcar en Tenerife …, Ob. Cit., p. 38.
34 PERAZA DE AYALA, José.: Las Ordenanzas de Tenerife [recopiladas por Núñez de la Peña en 1670] y otros estudios para la historia municipal de Canarias, S/C. de Tenerife, 1976, pp. 180-181.
35 Colección BUTE III, 1.ª, 244r. En la confesión que Rodrigo Pérez realiza al tribunal, en Las Palmas a 21 de abril de 1526, señala que era regador de cañaverales en el ingenio de Tazacorte
36 No aludiremos a los maestros de hacer ingenios, como Juan Rodríguez “maestro de engenio estante en Gran Canaria”, pues los incluimos en los oficios relacionados con este complejo agroindustrial.
37 SERRA RÁFOLS, Elías: Las Datas de Tenerife… Ob. Cit., Doc. n.º 1418.
38 HERNÁNDEZMARTÍN, L.A.: Protocolos de Domingo Pérez , escribano público de La Palma (1546-1553).
S/C de La Palma, 1999, doc. nº 340 de 5 de noviembre de 1553. Otros contratos para templar y purgar las
escumas encontramos, por ejemplo, entre Alvaro Vaez y Gerónima Benavente Cabeza de Vaca para el ingenio de Los Sauces en 1556, en el que se especifica: “las dará hechas en perfección, lavadas, limpias de cara y cogucho”. ÍDEM. Tomo II, doc. n.º 785.
39 1527, noviembre, 19. CAMACHO Y PÉREZ-GALDÓS, G.: “El azúcar y la industria …”, O.Cit., p. 36.
40 Colección BUTE, II, 1.ª, 289r, de junio de 1524.
41 GUIMERÁ RAVINA, Agustín: “El Repartimiento de Daute (Tenerife) 1498-1529”. Coloquio de Historia Canario-Americana (Las Palmas de Gran Canaria) II (1980). Tomo I. Apéndice II. Este Gonzalo Fernández, luego fue propietario de 30 fanegas de secano en este mismo lugar.
42 La refinación definitiva del azúcar canario que se exportaba a Flandes se producía en este territorio. Gran parte de los que desempeñaban este oficio eran portugueses como es el caso de Martín portugués, refinador
de azúcar y vecino de Gran Canaria, que debía a Jácome Sorvanis 10 arrobas de azúcar, según se recoge en una escritura de 5 de enero del año 1501. Cit. BELLO LEÓN, Juan Manuel: Extranjeros en Castilla 1474-
1501. La Laguna, 1994, doc. n.º 744.
43 Cit. DÍAZ CASTRO, Alejandra: “El trabajo libre y asalariado en Tenerife en el siglo XVI”, Revista de
Historia Canaria (La Laguna) 101-104 (1953) 112-126.
44 ÍDEM, p. 36.
45 Cit. FERNÁNDEZ ARMESTO, Felipe: Las Islas Canarias después de la conquista. Las Palmas de Gran
Canaria, 1997, p. 139.
46 AZNAR VALLEJO, Eduardo y VIÑA BRITO, Ana: “El azúcar en Canarias, escala entre dos mundos”, Ob.
Cit., p. 183.
47 Cit. RODRÍGUEZ YANES, José Miguel: “Los ingenios de los Ponte, 1550-1610”, Gaceta de Daute (S/C
de Tenerife) 1 (1984) 23-41.
48 El contrato es del año 1506, de 12 de septiembre, Diego Sardinha proveerá del hierro necesario y por trabajo abonará la cantidad de 11.000 mrs., Cit. FABRELLAS JUAN, María Luisa: “La producción de azúcar en Tenerife”, Revista de Historia Canaria (la Laguna) 100 (1952) 470.
49 AGS. Cámara de Castilla. Pueblos. Leg. 8, n.º 354.
50 SERRA RÁFOLS, Elías y LA ROSA OLIVERA, Leopoldo de: Acuerdos del Cabildo de Tenerife (1508-1513).
Vol. II. La Laguna, 1996, 2.ª ed.
51 MARTÍN RODRÍGUEZ, Fernando Gabriel: Arquitectura doméstica canaria. S/C de Tenerife, 1978, pp. 298 y ss.
52 Cit. FABRELLAS JUAN, María Luisa: “La producción de azúcar en Tenerife”, Ob. Cit., p. 467.
53 AZNAR VALLEJO, Eduardo y VIÑA BRITO, Ana: “ El azúcar en Canarias”, Ob. Cit.
54 VIÑA BRITO, Ana: Las tierras y las aguas de Los Sauces…, Ob. Cit. p. 74.
55 LOBO CABRERA, Manuel: “Telde en el siglo XVI”, n.º 10 (1998), p. 14.
56 LOBO CABRERA, Manuel: “Esclavitud y azúcar en Canarias”. Esclavos com e sem açucar. Funchal,
1996, pp. 103-117.
57 SERRA RÁFOLS, Elías: Reformación del Repartimiento de Tenerife. La Laguna, 1953, p. 74.
58 La reanudación tuvo lugar mediante la Real Cédula de doña Juana del año 1505 y su prohibición en época de Felipe II en 1572.
59 M. Lobo cita 157 cabalgadas a Berbería desde Canarias en busca de esclavos. Cit. LOBO CABRERA,
Manuel: Los libertos en la sociedad canaria del siglo XVI. La Laguna, 1983, p. 14.
60 GARRIDO ABOLAFIA, Manuel: Los esclavos bautizados en S/C de La Palma (1564-1600). S/C de La
Palma, 1993, p. 14.
61 RUMEU DE ARMAS, Antonio: Canarias y el Atlántico. Madrid, 1991. Tomo I.
62 1558, diciembre, 5. HERNÁNDEZ MARTÍN, Luís Agustín: Protocolos de DomingoPérez, escribano público de La Palma (1556-58). S/C de La Palma, 2002, doc. n.º 1699.
63 Los datos de La Gomera han sido tomados del trabajo de DÍAZ PADILLA, Gloria y RODRÍGUEZ YANES,
José Miguel: El Señorío en las Canarias …, ya citado.
64 Véase para el caso de Gran Canaria, la síntesis de LOBO CABRERA, Manuel: “Esclavitud y azúcar en Canarias”, Ob. Cit.
65 1565, septiembre, 20. HERNÁNDEZ MARTÍN, L.A.: Protocolos de Domingo Pérez…, Ob. Cit., doc. N.º 2730. 66 1557, julio, 20. ÍDEM, doc. N.º 1306. 67 1561, octubre, 15. ÍDEM, doc. N.º 2110.
68 1522, julio, 3. COELLO, María Isidra, PARRILLA, Avelino y RODRÍGUEZ, Margarita: Protocolos de AlonsoGutiérrez… Ob. Cit., doc. n.º 333.
69 1513, mayo, 20. Ducado de Brabante. Traslado de esta venta encontramos en un documento fechado en Zaragoza el 24 de diciembre de 1518. VIÑA BRITO, Ana: “La hacienda de Tazacorte (La Palma)”, Ob. Cit., pp. 577-587.
70 AGS. Cámara de Castilla. Pueblos. Leg. 8, n.º 324,
71 LOBO CABRERA, M.: “Esclavitud y azúcar en Canarias”. Esclavos com e sem Açucar. Funchal, 1996, pp. 103-117.
72 En julio de 1498, por ejemplo, se ordenó al asistente de Sevilla que informase sobre la demanda presentada por el genovés Francisco Riberol, que reclamaba 43.000 mrs. correspondientes a la compra de cinco esclavos que hacía 15 años había obtenido su hermano, y que los había adquirido del hijo del que fue gobernador de Gran Canaria Pedro de Vera, y que fueron puestos en libertad por mandato real. Cit. BELLO LEÓN,
Juan Manuel: Extranjeros en Castilla…, Ob. Cit., doc. nº 597.
73 AZNAR VALLEJO, Eduardo: “Relaciones comerciales entre Andalucía y Canarias a fines del siglo XV y comienzos del XVI”. Coloquio de Historia Medieval Andaluza ( Sevilla) II (1981) 173-181.
74 LÓPEZ SEBASTIÁN, L. y DEL RÍO MORENO, Justo: “El factor trabajo en los ingenios canarios y antillanos en la demografía el siglo XVI”. Historia da Ilhas Atlanticas. Funchal, 1997, pp. 255-268.
75 Así lo recogen las ordenanzas de Gran Canaria, pues en todo el proceso de elaboración del azúcar se necesitaba abundante ceniza para blanquear los panes. Cit. MORALES PADRÓN, Francisco: Ordenanzas del Concejo de Gran Canaria. Las Palmas de Gran Canaria, 1974, pp. 140-141.
76 1522, julio, 3. Contrato a partido efectuado por Andrés Suárez Gallinato con los herederos de Diego de Sanmartín, por cinco años, para curar las cañas, dándole tres esclavos negros, a los que obliga a vestir durante el tiempo del contrato. Cit. COELLO, María Isidra, PARRILLA, Avelino y RODRÍGUEZ, Margarita: Protocolos de Alonso Gutiérrez…, Ob. Cit., doc. nº 333.
77 Colección BUTE III, 1ª, 233r, de 14 de abril de 1526.
78 ANAYA HERNÁNDEZ, Alberto: “Huidas de esclavos desde Canarias a Berbería en la primera mitad del siglo XVI”, Coloquio de Historia Canario-Americana (Las Palmas de Gran Canaria) XIV (2000) 853.
79 1678, junio, 2. Cit. SANTANA PÉREZ, Germán: “La importancia geoestratégica de Canarias a través de la actuación de los holandeses durante el siglo XVII”.

1568 febrero 6.

VENTA DE MEDIA SUERTE DE AGUA EN LA ACEQUIA REAL DE AGUATONA.  Ingenio.  “Sancho Vélez y Pedro Vélez, hermanos, y Andrés de Mesa, su cuñado, vs. de la villa de Agüimes, venden a Cristóbal Cardero, v.º de la misma villa, media suerte de agua que tienen  en la acequia real de la Vega de Aguatona, que  es un  día y una  noche  en cada dula, las cuales han  de gozar por  sus dulas conforme al repartimiento de dicha acequia, vendida buena, sana, justa y de derecho  sin arte ni engaño y sin cargo de censo, tributo  ni empeño  ni obligación, por precio de 80 doblas en dineros de contado.
TS.: Bartolomé de Tovilleja y Lázaro Martínez, vs. de esta villa y su tér- mino,  y Francisco  Martín,  negro  cojo, est. en  esta  villa.- Sancho  Vélez.- Andrés de Mesa.- Pedro Vélez.”  (Rafael Sánchez Valerón y Felipe Enrique  Martín Santiago. Génesis y desarrollo de Ingenio durante el siglo XVI)

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